a Jesús y sus apóstoles entrenándose como los gladiadores solo por deporte, aunque no fueran a participar en ningún combate real. De modo que, como no pude conciliar el boxeo con el consejo bíblico, finalmente lo dejé por completo.

Antes de abandonar el club, testifiqué directa o indirectamente a todos mis alumnos. De hecho, consideraba a aquellos 200 boxeadores como mi territorio especial. Siete de ellos, con quienes estudié la Biblia, finalmente llegaron a ser testigos de Jehová. Cuando trataba el tema del boxeo con ellos, tenía que ofrecerles consejo basándome en el conocimiento que acababa de adquirir. Esto me ayudó mucho, espiritualmente. Me obligó a analizarme a fondo y a practicar lo que predicaba.

De este modo dejé el mundo del boxeo y cesé de ‘esforzarme tras el viento’. Es cierto que perdí a cientos de supuestos amigos junto con la gloria y fama efímeras. En cambio, Jehová ha bendecido abundantemente a nuestra familia. Ahora tenemos una meta en la vida y la causa justa del Reino que defender, no con los puños, ni los pies, ni con técnicas sofisticadas de combate, sino con armas espirituales. (Eclesiastés 2:11; 4:4; Efesios 6:14-17.)—Según lo relató Christian Paturel.

Alerta a usar el folleto “Escuela”

LA SOCIEDAD WATCHTOWER publica un folleto intitulado “La escuela y los testigos de Jehová”. Este se publica con el propósito de familiarizar a los maestros y a otras autoridades escolares con las creencias de los Testigos que pudieran afectar su participación en las actividades escolares. El siguiente relato de un Testigo adolescente ilustra la utilidad de tales provisiones cuando los Testigos están alerta para usarlas eficazmente.

“Conseguí una lista de los supervisores y otros administradores del sistema escolar de los condados de Georgia (E.U.A.) y envié folletos a tales autoridades de Atlanta y zonas circunvecinas. Envié 350 y recibí pedidos para 2.000 ejemplares más. Mi padre y yo visitamos a 42 directores de escuelas. Muchos expresaron su agradecimiento y su deseo de que ‘todas las religiones proporcionaran información útil como esta’. En la mayoría de las escuelas que visitamos, entregamos un folleto a cada uno de los maestros de las aulas en que se pasa lista, y dejamos algunos ejemplares en las bibliotecas de las escuelas.

”Además del folleto, distribuimos 32 ejemplares del libro Tu juventud... aprovechándola de la mejor manera y 140 ejemplares del número de ¡Despertad! que trataba sobre ‘El abuso sexual de menores’. Varios directores pidieron permiso para usar extractos de estas publicaciones en boletines escolares y en los de la Asociación de Padres y Maestros, así como en discursos que se dieran en asambleas de alumnos. Un director nos invitó a volver para hablar ante el profesorado sobre las creencias de los testigos de Jehová. Mi padre habló durante 20 minutos y después distribuimos más libros y revistas. También, el Sr. Samuel Wallace, de un organismo escolar de Atlanta, nos pidió algunos ejemplares del folleto y de la revista ¡Despertad! para los 30 trabajadores sociales que, como asesores, visitan las escuelas primarias.

”Después de todo esto, recibimos cuatro pedidos más en que se solicitaban 450 folletos. Las semillas de la verdad se han sembrado, y esperamos que los padres continúen atendiendo el interés que los maestros puedan demostrar cuando los niños regresen a la escuela este otoño.”—B. L., Norcross, Georgia (E.U.A.).