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Obren lo que es bueno para con los que están relacionados con ustedes en la feMinisterio del Reino 1980 | mayo
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lo que realmente cuenta es mostrar interés. Una tarjeta postal, una visita, una invitación, una llamada telefónica, quizás el compartir comentarios del texto diario por teléfono, el ayudar en ciertas necesidades físicas o espirituales... todas estas cosas pueden ayudar.
8 Algunas hermanas han hallado que a veces es conveniente cuidar los niños de otras hermanas a quienes les gustaría salir al servicio. Muchas personas hacen arreglos extraordinarios para llevar a alguien a las reuniones o al servicio. A otros hermanos se les hace posible visitar a los que están enfermos o en el hospital. Y cuando usted haga esto, tenga algo animador que dejar en la mente del enfermo... una experiencia o un pensamiento bíblico, como Salmo 55:22 ó Sl 41:3. Esos pensamientos pueden ser muy fortalecedores de la fe. Y todos podemos orar los unos por los otros, especialmente si estamos conscientes de que existe algún problema y personalmente no vemos cómo ayudar.
9 Gálatas 6:6 nos anima a compartir cosas buenas con nuestros hermanos. El ejemplo de hospitalidad de los cristianos primitivos es algo bueno que podemos imitar en nuestra congregación, y esto edifica nuestra fe y fortalece el vínculo de amor. Pablo enfatiza esta excelente cualidad al decir: “Así es que no desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos. Realmente, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.”—Gál. 6:9, 10.
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Manteniendo el espíritu de ayudarnos unos a otrosMinisterio del Reino 1980 | mayo
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Manteniendo el espíritu de ayudarnos unos a otros
1 Las Escrituras muestran que los siervos de Dios siempre han disfrutado de trabajar juntos en el servicio divino. Al hacer arreglos para que los 70 discípulos fueran delante de él a varias ciudades, Jesús los envió de dos en dos. (Luc. 10:1) Cuando Pablo emprendió su gira misional, llevó a Timoteo con él para que le ayudara. (Hech. 16:1-3) Salomón también vio la necesidad de compañerismo cuando dijo: “Mejores son dos que uno, porque tienen un buen galardón por su duro trabajo.” (Ecl. 4:9) Esto no significa que sea incorrecto trabajar sin compañía al compartir las buenas nuevas. Más bien, hay muchos beneficios al trabajar con un compañero en el servicio y en ayudarse unos a otros. ¿Cómo podemos mantener este espíritu en nuestra congregación hoy día?
USTED PUEDE PARTICIPAR
2 ¿Se siente usted avergonzado de considerar con alguien cómo pudiera mejorar usted en varios aspectos de su servicio? ¿Piensa que debido a que es maestro de la Palabra de Dios o porque ha conocido la verdad desde hace algún tiempo no podría beneficiarse de trabajar con otra persona? Considere el ejemplo de Apolos. La Biblia dice que él era “varón elocuente . . . y estaba bien versado en las Escrituras.” Sin embargo, Aquila y Priscila “lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud el camino de Dios.” Para Apolos no fue demasiado vergonzoso el aprender más en cuanto a la verdad con la ayuda de Aquila y Priscila. No resistió la ayuda porque pensara que, por hablar ya “con denuedo en la sinagoga,” no necesitaba saber más. Más bien, aceptó la ayuda, y, a su vez, fue a Acaya y “ayudó mucho a los que habían creído a causa de la bondad inmerecida de Dios.” Aunque este relato no se refiera directamente al servicio del campo, ciertamente muestra la clase de espíritu que queremos desplegar al ayudarnos unos a otros o al aceptar humildemente la ayuda que se nos ofrezca.—Hech. 18:24-28.
3 Tal vez uno sea bastante eficaz en lo que se refiere a colocar literatura, pero tenga dificultad al hacer revisitas. Otro individuo pudiera ser eficaz al hacer revisitas, pero tener dificultad en la visita inicial. El espíritu de las Escrituras es: “En proporción al don que cada uno haya recibido, úsenlo al servirse los unos a los otros como excelentes mayordomos de la bondad inmerecida de Dios expresada de diversas maneras.” (1 Ped. 4:10) Animamos a los que tengan diferentes dones a trabajar juntos en el servicio del campo y aprender unos de otros.
POR MEDIO DEL ESTUDIO DE LIBRO
4 En los números de Nuestro Servicio del Reino desde septiembre de 1979 hasta enero de 1980 se presentaron muchas excelentes sugerencias en cuanto a cómo podemos trabajar unos con otros y beneficiarnos mutuamente. (Sería bueno que los conductores de estudio de libro repasaran los artículos con el fin de poner las sugerencias en práctica por medio del arreglo del estudio de libro.) Si usted desea mejorar en su predicación pública, ¿por qué no aprovecha esta excelente provisión? Todo lo que tiene que hacer es hablar con su conductor de estudio de libro o el superintendente de servicio de su congregación y expresarle su deseo. O, si usted desea, hable con un publicador de la congregación que sea eficaz en el aspecto en el cual usted desea mejorar, y juntos hagan arreglos para prepararse y trabajar como compañeros en el campo.
5 Todos no somos iguales en experiencia y aptitudes, así que aprovéchese de los hermanos de su congregación que tengan el “don” en el aspecto de la obra de predicar en el cual usted quisiera mejorar. (1 Cor. 12:29, 30) Son muchos los gozos que pueden recibirse mediante esta ayuda, amor y obras excelentes.—Heb. 10:24.
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Apreciamos a nuestros jóvenesMinisterio del Reino 1980 | mayo
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Apreciamos a nuestros jóvenes
1 Desde el tiempo de la primera familia humana, Jehová Dios ha hecho provisión para que los jóvenes participen de manera significativa en la adoración verdadera. Por eso el salmista cantó: “Tú eres mi esperanza, oh Señor Soberano Jehová, mi confianza desde mi juventud.”—Sal. 71:5; Gén. 4:1-4.
2 ¡Qué contentos nos sentimos de que nuestros jóvenes participen con nosotros en alabar a Jehová! Al igual que Jehová Dios, apreciamos el servicio fiel que ellos rinden. Muchos publicadores jóvenes han atraído a muchas personas al mensaje del Reino. A veces nuestros trabajadores más celosos son jóvenes. A medida que crecen en la verdad, su espiritualidad puede contribuir de manera significativa a la espiritualidad general de la congregación.
3 La profecía bíblica predijo los problemas que tan comunes son entre los jóvenes hoy día. Aunque es cierto que algunos jóvenes de diferentes congregaciones han tenido problemas serios, qué contentos nos sentimos cuando estos responden a los esfuerzos que los ayudan a recobrarse de algún mal que hayan cometido y luego progresan genuinamente hasta llegar a ser excelentes jóvenes cristianos. Sin embargo, como Timoteo, muchos de nuestros hermanos y hermanas jóvenes han crecido desde la infancia hasta llegar a ser adultos sin haber permitido que los manchara el espíritu del mundo. (2 Tim. 3:14; Hech. 16:1) Los jóvenes que se comportan bien como cristianos merecen encomio, especialmente cuando consideramos las presiones que les vienen a muchos de ellos debido a compañeros incrédulos y, a veces, debido a maestros que quizás se burlen de los puntos de vista bíblicos de estos jóvenes cristianos. La fe de nuestros hermanos y hermanas jóvenes condena al mundo impío que los rodea y atrae a las personas sinceras a la verdad.—Heb. 11:7.
4 Para ilustrar lo que se está haciendo, una hermana joven a quien otras personas embromaban y ridiculizaban debido a la manera modesta en que vestía, y a quien catalogaban como “intocable,” no se dejó intimidar para conformarse a las normas impías de este mundo. En vez de dejarse intimidar, ella les explicó que como testigo de Jehová tenía como norma vestir con modestia. El maestro de otro publicador joven presentó la teoría de la evolución como un hecho y la Biblia como mito. El que el publicador defendiera la Biblia lealmente resultó en que pudiera comenzar varios estudios bíblicos. Algunos de los que mostraron interés comenzaron a asistir a las reuniones.
5 Los estimulamos a todos ustedes, los jóvenes que están entre nosotros, a seguir “progresando en sabiduría . . . y en favor con Dios y los hombres.” (Luc. 2:51, 52) Jóvenes, Jehová Dios los invita a actuar sabiamente y a comprender el papel que desempeñan en medio de la ‘gran cuestión’ que tiene que resolverse. (Pro. 27:11) La asignación que Dios les ha dado es la de ‘temer a Dios y guardar sus mandamientos.’ (Ecl. 12:13) Continúen desarrollándose como miembros estables, útiles y confiables de sus respectivas familias, y honren a su padre y a su madre. (Efe. 6:1-3) Como discípulos de Jesucristo, participen regularmente en las reuniones y actividades del servicio del campo. A medida que continúan progresando y se dedican a Jehová Dios en una relación inquebrantable, pueden tener la certeza de que recibirán abundantes bendiciones de parte de Jehová tanto ahora como en el futuro.
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