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Lo que los adolescentes necesitan de sus padresLa Atalaya 1979 | 1 de septiembre
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El adolescente necesita la seguridad de una disciplina firme, consecuente. Puede que no concuerde prontamente con la idea de que algunas de las restricciones y reglas sean necesarias, pero concordará de inmediato con que sus padres deben ser consecuentes en las reglas que establecen. Desea saber lo que puede o no puede hacer. Se siente frustrado si esas reglas se cambian de día en día debido a la manera en que sus padres se “sienten” en diferentes ocasiones. Jesús dijo: “Signifique su palabra Sí, Sí, su No, No.”—Mat. 5:37.
Las reglas y restricciones se pueden comparar con límites territoriales. El adolescente necesita tener los límites claramente definidos e identificados; entonces desea que le tengan confianza y le extiendan libertad dentro de esos límites. Un padre comparó este hecho con la experiencia que su familia tuvo al alquilar un hogar:
“Era una zona arbolada. Una de las primeras preguntas que hicimos fue en cuanto a la ubicación de los límites territoriales. Queríamos saber qué nos permitían hacer con la propiedad. Teníamos que saber aquello para poder disfrutar de vivir allí. Es fácil imaginarse la molestia y la frustración que ocasionaría el que el propietario cambiara las restricciones cada semana o algo por el estilo. Los mismos principios aplican a las restricciones que se ponen a los adolescentes. Las reglas deben ser razonables y consecuentes. Y entonces hay que mostrarles confianza y darles libertad dentro de esos límites.”
Las reglas no tienen que ser irrazonablemente rígidas. Algunos acontecimientos u ocasiones muy especiales pueden ser razón suficiente para dar consideración a solicitudes especiales.
AYUDA PARA ESTABLECER METAS EN LA VIDA
La necesidad de dirección incluye ayuda en cuanto a establecer metas en la vida y respecto a escoger una ocupación y recibir la educación seglar que se requiera. Toda persona debe poder sentir que es útil y que lo que hace es útil. Debe tener dignidad personal y estar orgullosa de sí misma como persona.
Los padres muestran su interés en su prole por medio de ayudar al hijo o hija adolescente a seleccionar la ocupación que le convenga a él o ella particularmente. Deben considerarse sus “dones,” talentos o preferencias. (Compare con Romanos 12:6.) Hay que ayudar al joven o la joven a establecerse metas asequibles. No todo el mundo puede alcanzar un puesto de prominencia. La manera práctica de ver realizadas las metas es ir fijándose metas cada vez más altas a medida que se alcanzan metas más asequibles.
El suministrar educación que prepare al joven para hacer frente a los problemas de la vida adulta supone una pesada responsabilidad. Hay que entrenar a los jóvenes y éstos deben desarrollar habilidades en un oficio de modo que puedan mantenerse a sí mismos. (1 Tim. 5:8; Pro. 31:10, 19, 20) Aunque Jesús llegaría a ser el Cristo, su padre adoptivo José le enseñó un oficio, de modo que lo conocían como “el hijo del carpintero” y “el carpintero.” (Mat. 13:55; Mar. 6:3) El apóstol Pablo se mantenía a sí mismo y a los que estaban con él por medio de trabajar en su oficio de hacer tiendas de campaña.—Hech. 18:1-4; 20:33, 34.
En el asunto de prepararse para hacer frente a los problemas de la vida adulta y aceptar las responsabilidades de adulto, los adolescentes necesitan el apoyo de sus padres, y estímulo para evitar convertirse en una persona que abandona sus deberes. En muchas ocasiones necesitan ayuda para hacer las tareas de la escuela. Puede que a veces deseen abandonarlo todo. En ocasiones como éstas, los padres pueden ser una fuente de estímulo por medio de entender las frustraciones y considerar francamente el asunto con ellos. Si en ocasiones el padre o la madre ayuda al hijo o a la hija a efectuar tareas escolares difíciles, podrá entender mejor las frustraciones que experimentan los jóvenes al hacer las tareas escolares y podrán ofrecer sugerencias prácticas. A veces el que un padre comprensivo simplemente dedique algún tiempo a considerar el problema es suficiente estímulo para ayudar al adolescente a pasar la crisis.
SENTIR QUE SE LES NECESITA
Posiblemente lo que más anhela el adolescente es sentir que se le necesita. Por esta razón a veces los jóvenes preguntan a sus padres si fueron adoptados, o si sus padres planearon tenerlos o los deseaban. Desean tener seguridad de que sus padres los aman. El deseo intenso de todos nosotros es la seguridad de saber que se nos acepta. Si los padres reconocen las necesidades de sus hijos adolescentes, y con entendimiento las satisfacen, habrá mayor felicidad en el círculo de la familia.
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Jóvenes... ¿están encaminados al verdadero éxito?La Atalaya 1979 | 1 de septiembre
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Jóvenes... ¿están encaminados al verdadero éxito?
HACE más de un siglo un escritor norteamericano, R. W. Emerson, dio una regla para que los jóvenes alcanzaran éxito. Aconsejó: “Pon el tiro muy lejos” (literalmente: “Engancha tu carro a un astro.”). Emerson quiso decir que los jóvenes deberían esforzarse por alcanzar metas encumbradas. Pero para que un joven tenga éxito tiene que afirmarse en las cualidades que hacen posible eso por medio de entrenarse con disciplina hacia esa meta.
Jóvenes, ¿están haciendo ahora planes apropiados para el futuro? Es sabio establecerse metas nobles y determinarse a alcanzarlas.
La juventud es un tiempo en que hay un florecimiento de la vida. Es un tiempo en que se disfruta de comparativa libertad con relación a pesadas responsabilidades; un tiempo en que se mira al futuro con el anhelo intenso de adquirir mayores gozos y alegrías. Los muchachos y las muchachas están llenos de energía y salud, y tienen posibilidades de logros que pudieran comunicarles mucha felicidad.
Lamentablemente, no se ve a gran parte de la juventud hoy día entregada a esfuerzos por alcanzar metas encumbradas en la vida. En cambio, en un esfuerzo fútil por tener independencia y no llevar responsabilidades, muchos buscan una salida por medio del uso de drogas, la promiscuidad sexual y otras actividades extravagantes e insensatas. No obstante, es importante prestar atención al consejo que dice: “De Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.”—Gál. 6:7.
INCLUYE A DIOS EN TUS METAS
La Biblia dice: “Regocíjate, joven, en tu juventud, y hágate bien tu corazón en los días de tu mocedad, y anda en los caminos de tu corazón y en las cosas vistas por tus ojos.” (Ecl. 11:9a) Así que Jehová, el Creador, desea que los jóvenes disfruten de la vida. Él no toma un punto de vista negativo de los intereses juveniles ni de lo que agita por su atractivo los deseos de los corazones y ojos jóvenes. En cuanto a los jóvenes, deben recordar que tienen que dar cuenta a Dios por sus acciones.
Las Escrituras pasan a decir: “Pero sabe que debido a todas éstas [el derrotero de vida que escoges] el Dios verdadero te traerá a juicio. Por lo tanto quita de tu corazón la vejación, y evita a tu carne la calamidad.” (Ecl. 11:9b, 10a) Aunque el Altísimo permite a los jóvenes escoger, no los protege de las amargas consecuencias de seguir un derrotero incorrecto.
El mismo escritor bíblico añade: “Pues la juventud y la flor de la vida son vanidad.” (Ecl. 11:10b) ¿A qué se debe eso? Para mencionar una cosa, es obvio que la gente no permanece joven para siempre. Hasta personas en la flor de la vida enferman y mueren. El joven que pasa por alto eso puede que no use sabiamente lo que tiene, y malgaste sus energías físicas y sus aptitudes en un curso de vida que puede resultar en que sus años de adulto sean más difíciles.
En vista de eso, ¿qué deben hacer los jóvenes? La Biblia declara: “Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad.” (Ecl. 12:1) El mantener a Dios de esa manera en la memoria fomenta la conducta excelente y hace más sólida la relación del joven con Jehová durante los años de su juventud.
EL “YUGO” DEL DISCIPULADO CRISTIANO
La Biblia indica que es necesario que los jóvenes canalicen sus energías en dirección a un objetivo sabio en la vida. De otra forma, con el tiempo ese vigor se extinguirá sin haber logrado metas que valgan la pena.
Jesús dio este estímulo a individuos que estaban oprimidos: “Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” (Mat. 11:29, 30) ¿Comprendemos que el privilegio de ser un discípulo que aprende de Jesucristo es inapreciable? ¿Qué mejor modo hay de emplear los años de nuestra juventud? Pero eso requiere que la persona dé el paso serio del bautismo cristiano. Es solo entonces cuando la persona puede considerarse individuo ‘que aprende’ de Jesús.
OBTENIENDO ENTRENAMIENTO NECESARIO
José, el padre adoptivo de Jesús, entrenó al joven Jesús en el oficio de la carpintería. (Mar. 6:3) Por eso, hoy día es provechoso que los jóvenes cristianos se sometan a un período de educación básica. Esto significa aceptar educación seglar que los equipe para buscarse el sustento durante los años de adulto.
Con frecuencia la experiencia ha mostrado a los cristianos que es conveniente aprovecharse del entrenamiento seglar corriente que esté disponible donde viven. En Norteamérica la educación de segunda enseñanza suele ser de valor práctico.
Además de los estudios básicos, como los de matemática, historia y el idioma del país donde uno vive, muchas escuelas ofrecen cursos en campos como los del uso de herramientas y maquinaria, carpintería, electricidad, mecánica de automóviles e imprenta. Las muchachas pueden participar en estudios relacionados con asuntos domésticos, mecanografía y otras técnicas secretariales y aprovechar oportunidades de servir en asistencia médica u otros campos interesantes y prácticos que ahora están disponibles a las mujeres.
PENSANDO EN EL FUTURO
Muchos jóvenes llegan a un punto crucial durante los años finales de la segunda enseñanza. Durante ese tiempo ven ante ellos muchas posibilidades.
Durante ese punto crucial, de viraje, es bueno que los jóvenes decidan lo que van a hacer respecto a servir a Jehová. Los años finales de esa educación les proveen excelente
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