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  • Determinando los principios bíblicos
    La Atalaya 1968 | 15 de febrero
    • por lo general una persona, al fin, tiene que tomar su propia decisión. Escribió el apóstol Pablo: “Cada uno cargará con su propia responsabilidad.” (Gál. 6:5) Por consiguiente, la experiencia en discernir y aplicar los principios bíblicos hará más fácil que usted ‘cargue con su propia responsabilidad’ al tomar decisiones que son responsabilidad de usted, decisiones que nadie más puede tomar por usted.

      ¿Le gustaría a usted tener algo de práctica para hacer eso? Hallará abajo una lista de situaciones o problemas. Asumamos que usted ha hecho la decisión en cada caso, o que a usted se le ha pedido que ayude a alguien a ver los principios que aplican para que éste pueda decidir por sí mismo. Lea uno de los problemas, y luego trate de determinar los principios envueltos. Quizás quiera sacar una hoja de papel y alistar los principios que recuerde y los versículos bíblicos donde se pueden hallar. O quizás usted quiera escoger un problema cada día y discutirlo con su familia después de comer. Posiblemente un grupo de cristianos que viajen juntos pudiera discutirlos; eso sería una conversación sumamente edificante. (Mal. 3:16) Con éstos como modelo, quizás algunos quieran proponer otros problemas y luego dejar que el grupo busque principios relacionados; ésta sería una actividad provechosa en una reunión cristiana.

      En tipo más pequeño abajo de los problemas se presentan algunos principios que están envueltos. Estos no son todos los principios que aplican. Usted quizás pueda pensar en otros. Si ése es el caso, ¡excelente! Sin embargo, recuerde que éstos solo se mencionan para entrenamiento; en tales asuntos los que se enfrenten a los puntos en cuestión deben tomar una decisión personal. Por eso no trate de determinar la “respuesta,” como si usted fuese a decidir lo que otros tienen que hacer. Si la práctica le ayuda a usted a ver cómo usted haría una decisión sabia si usted se enfrentara a tal punto en cuestión, eso está muy bien. Otra persona quizás no haya logrado tanto progreso como usted, o quizás haya progresado más, de modo que él posiblemente llegue a una conclusión diferente en cuanto a lo que él haría.

      Esta práctica de discernir principios bíblicos debe ayudar a todos los cristianos a medida que toman decisiones en la vida, pues ellos están “llenos del conocimiento exacto de su voluntad en toda sabiduría y discernimiento espiritual, para que anden de una manera digna de Jehová a fin de que le agraden plenamente.”—Col. 1:9, 10.

      1. ¿Es prudente ingresar en un equipo deportivo escolar o de la oficina?

      Sus asociados pueden tener un efecto bueno o malo en usted. (Pro. 13:20) ¿Implicará tiempo que debe emplearse con su familia o en actividad teocrática? (Efe. 5:15, 16) El entrenamiento físico es de valor limitado. (1 Tim. 4:8) Es prudente evitar el feroz espíritu de competencia del mundo. (Gál. 5:26) ¿Podría envolverlo a uno en ceremonias nacionalistas? (1 Cor. 10:14; Dan. 3:18) Los padres deben decidir las cuestiones por los hijos menores de edad. (Pro. 22:6; 23:22)

      2. ¿Sería prudente aceptar un ascenso en mi trabajo seglar?

      Un esposo es responsable de proveer materialmente para los que están bajo su cuidado. (1 Tim. 5:8) El deseo materialista de lujos puede apartarlo a uno de la fe. (1 Tim. 6:10; Mar. 4:18, 19) Jehová satisfará las necesidades de los que confían en él. (1 Tim. 6:8; Mat. 6:11, 31-34) ¿Estorbará el servicio de usted a Dios? (Col. 4:5, Heb. 11:24-26)

      3. ¿Puede un cristiano ir al cine a ver una película popular?

      El pueblo de Dios evita el entretenimiento que estimula deseos inmorales o un amor al mundo. (2 Tim. 2:22; 1 Juan 2:15-17; Rom. 12:9) Debemos buscar asociación y entretenimiento que edifiquen y estimulen la conducta correcta. (Fili. 4:8; Sal. 119:63) ¿Causará tropiezo en otros el que vean que usted asiste? (Fili. 2:4; 1 Cor. 10:32, 33)

      4. ¿Debo permitir que mi hijo o mi hija salga a una cita con una persona de otra religión?

      Como cabeza de la casa, el esposo es responsable de hacer la decisión final. (Efe. 5:22; 6:4) Debe evitarse la asociación con adoradores falsos. (2 Cor. 6:16, 17; Sal. 106:35, 36) ¿Pudiera resultar en un matrimonio con un incrédulo? (Deu. 7:3, 4; Neh. 13:25, 26; 1 Cor. 7:39) Los padres deben proteger la integridad moral de sus hijos. (Gén. 34:1, 2; Pro. 5:1-4) Los hijos pueden mostrar respeto al arreglo de cosas de Jehová siendo obedientes a sus padres. (Efe. 6:1)

      5. ¿Está bien ponerse las “minifaldas” que están de moda al tiempo presente?

      El adorno femenino debe ser modesto. (1 Tim. 2:9, 10) Una esposa cristiana ha de estar en sujeción a su esposo; una hija menor de edad ha de ser obediente a su padre. (Col. 3:18, 20) Los cristianos no se esfuerzan por imitar al mundo, sino que ponen un ejemplo de bondad. (1 Ped. 4:4; Efe. 5:9-12; 1 Cor. 10:31) Necesitamos evitar todo lo que causaría tropiezo o quitaría mérito a nuestro ministerio. (2 Cor. 6:3, 4; 1 Cor. 13:4, 5)

      6. ¿Es compatible con los principios cristianos ir de caza o de pesca?

      Los animales pueden ser muertos para alimento. (Gén. 9:3) Los adoradores verdaderos pueden obtener alimento pescando. (Juan 21:6-13; Luc. 24:42, 43) Aunque el hombre tiene dominio sobre los animales, no debe tratarlos cruelmente. (Gén. 1:28; Pro. 12:10) Debemos evitar el espíritu sanguinario de Nemrod, matando simplemente por pasatiempo. (Gén. 10:9)

      7. ¿Es correcto que una esposa cristiana vaya a un “club nocturno” con su esposo incrédulo?

      Las esposas cristianas han de estar en sujeción a sus esposos. (Tito 2:5) Si un cristiano maduro visita un lugar que tiene mala reputación, esto podría lastimar la conciencia de una persona débil. (1 Cor. 8:10-13) Los cristianos no se esfuerzan por estar presentes donde es común la conducta o el habla vergonzosa. (Efe. 5:3-5) Los siervos de Dios se esfuerzan por mantener una conciencia buena delante de Jehová. (1 Ped. 3:16, 21)

  • Seguridad verdadera... ¿dónde?
    La Atalaya 1968 | 15 de febrero
    • Seguridad verdadera... ¿dónde?

      HACE unos tres mil años el rey fiel David de Israel confesó la fuente de su seguridad. Escribió: “En paz ciertamente me acostaré y también dormiré, porque tú, si, tú solo, oh Jehová, me haces morar en seguridad.” (Sal. 4:8) No obstante en los años desde que fueron escritas esas palabras, ¡cuántas personas no han buscado a Jehová como la verdadera fuente de seguridad! Los hombres, en cambio, cifran sus esperanzas en cuentas bancarias, seguros para la vejez y planes de jubilación. Estando la situación económica en el mundo sujeta a cambio rápido, ¡cuán frágiles son las esperanzas de seguridad que se basan enteramente en las finanzas!

      Con abundante prueba de que Jehová va a restablecer un paraíso en la Tierra dentro de nuestro tiempo, tenemos tanto más razón para acudir a él por seguridad. Sin embargo, esta actitud vino como una sacudida a un agente de seguros en Connecticut que visitó una noche el hogar de un testigo de Jehová. El Testigo relata lo que sucedió:

      “Pidió unos cuantos minutos de mi tiempo para explicar los rasgos descollantes de un programa de seguros que él creía que sería interesante e importante para mí. Conviniendo en una discusión breve, escuché mientras él bosquejó un programa de seguridad y jubilación. Aunque estuve profundamente impresionado por su manera sincera, no pude evitar el sonreírme cuando describió los beneficios que recibiría mi familia para fines de este siglo. Percibiendo mi incredulidad, preguntó: ‘¿No está usted de acuerdo en que un programa de esta naturaleza es el enfoque más sensato para la seguridad verdadera?’

      “Contesté: ‘La idea que yo tengo de lo que constituye seguridad verdadera y la idea que usted tiene de la seguridad verdadera son mundos separados.’ ‘¿Qué quiere usted decir con eso?’ preguntó él. Contestando, ‘Me da gusto que usted haya hecho esa pregunta,’ cogí mi Biblia y comencé a mostrarle lo que yo creía que constituía la seguridad verdadera.”

      La conversación duró un poco más de tres horas... cinco minutos para tratar de seguros, tres horas para tratar de verdades bíblicas. Varias veces el agente de seguros preguntó: “Pero, ¿cómo sabe usted que eso es cierto?” El ministro respondió: “Usted nunca lo sabrá ni estará seguro a menos que usted mismo investigue, cuidadosa, metódica y cabalmente.”

      Aproximadamente un mes después al ministro

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