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  • Animándose unos a otros a estar firmes en la fe
    Ministerio del Reino 1980 | enero
    • ¡Cuán animador fue para este querido hermano recibir la visita de un amigo que se interesaba en él y recordaba su fiel labor! ¿Visita usted a los de edad avanzada de su congregación que tienen que guardar cama, y así por el estilo? Sin lugar a dudas, si algunos supieran de situaciones similares, aun como el caso que se menciona aquí, responderían positivamente. A menudo no toma mucho tiempo. Bastaría con solo una llamada telefónica. Una breve visita y consideración de algún texto que se haya esclarecido en La Atalaya o alguna experiencia que hayamos tenido o escuchado puede lograr mucho bien para algunos.

      TODOS PUEDEN PARTICIPAR

      6 Si usted sabe de algunos que están aflojando el paso, trate de ayudarlos de manera bondadosa. Aunque los ancianos tienen la responsabilidad principal, el consejo de edificarse unos a otros se dirigió a todos los cristianos.—1 Tes. 5:11.

      7 ¿De qué maneras podemos ayudar? ¿Hay en la congregación personas a quienes podamos incluir en nuestro estudio de familia? Un matrimonio de edad madura se determinó a siempre invitar a los visitantes jóvenes a participar con ellos en lo que estuvieran haciendo. Pudiera ser que estuvieran preparándose para el estudio de La Atalaya o la Escuela Teocrática. O pudiera ser que sencillamente estuvieran poniéndose al día con la lectura de algún material. Unas interesantes y estimuladoras consideraciones de asuntos bíblicos en un ambiente informal pueden ser verdaderamente refrescantes para muchos. También, el participar juntos en alguna forma de recreación puede edificar la fe si se lleva a cabo de manera apropiada.

      8 Esfuércense diligentemente por estar firmes en la fe. Esto los capacitará para fortalecer a sus familias y a otras personas. ‘Compartan su fe.’ (File. 5, 6) Animen a otros a hacer lo mismo. Nuestra vida depende de ello.

  • Jóvenes... ¿están participando?
    Ministerio del Reino 1980 | enero
    • Jóvenes... ¿están participando?

      1 Con relación a cualquier cosa buena, ¿qué prefieres, joven? ¿Ser espectador o participante? Tú sabes que es mucho mejor participar en actividades sanas y emocionantes que observarlas sin tomar parte en ellas. ¿Recuerdas lo divertido que era aprender a jugar diferentes juegos, y el buen ejercicio que hacías? A medida que te hacías más diestro y hábil, tu satisfacción y gozo aumentaban. ¿Comprendes que tu participación en diversas actividades de la congregación puede suministrarte aún mayor gozo y beneficio?

      2 Jóvenes, ustedes pueden ayudar a la congregación, y ésta los puede ayudar a ustedes, si participan en las actividades de la congregación. Un joven le preguntó a un hermano, que participaba activamente en las actividades de la congregación cuando era adolescente, cómo había llegado a ser superintendente de distrito. Después de hablar de la educación que recibió en su hogar y de su participación en las actividades de la congregación, el hermano dijo: “A la edad de 12 años se me asignó mi primera responsabilidad. Desde entonces ‘siempre he tenido mucho que hacer en la obra de Jehová.’”—1 Cor. 15:58.

      POR QUÉ PARTICIPAR

      3 Jehová Dios desea que los jóvenes participen activamente en la adoración verdadera. En el propósito de él hay lugar para los jóvenes en Su servicio. (Sal. 110:3; Mat. 19:14; 21:16) Jóvenes, cuando ustedes participan celosamente en las actividades de la congregación, están participando en la santificación del nombre de Jehová, y su ejemplo sincero de fe incita a otros a glorificar a Jehová Dios. Aunque en la vida hay muchas actividades en las que los jóvenes podrían participar, el servir a Jehová, el Soberano Universal, sobrepuja a todas las demás. ‘Por lo tanto quiten de su corazón la vejación, y eviten a su carne la calamidad. Acuérdense de su magnífico Creador en los días de su mocedad.’—Ecl. 11:9-10; 12:1; 1 Tim. 4:8.

      4 Recuerden que el novato que acaba de aprender a jugar el juego no puede esperar ser el capitán del equipo; de manera similar, ustedes los jóvenes primero tienen que participar en actividades cristianas básicas antes de que sea propio esperar que se les dé mayor responsabilidad. (Luc. 16:10) Primero, al igual que Jesús cuando era niño, continúen “progresando en sabiduría y en desarrollo físico y en favor con Dios y los hombres.” (Luc. 2:51, 52) Aprendan a leer bien. Aplíquense en sus estudios escolares además de concentrar sus facultades en mantenerse al día con los estudios de la familia y de la congregación. Hagan que su adelantamiento se manifieste en la Escuela Teocrática por medio de hacer esfuerzos diligentes e intensos por mejorar progresivamente en cada una de sus asignaciones. Siempre tomen en serio estas asignaciones y apliquen el consejo personal que les da el superintendente de la Escuela. Del joven cristiano Timoteo se dice que “daban buenos informes acerca de él los hermanos de Listra y de Iconio,” sin duda debido a que se aplicó bien en su vida de familia y participó en las actividades cristianas de la congregación.—Hech. 16:1, 2.

      5 Adultos, animen a los jóvenes a participar activamente. Padres, eduquen a sus hijos de manera que cultiven en ellos el deseo de participar en las diferentes actividades de la adoración pura. Lleven la delantera para que por su excelente ejemplo puedan inculcar en sus hijos e hijas el deseo de apoyar las reuniones y actividades cristianas con ustedes.

  • Ayúdense unos a otros (Parte V): a adelantar
    Ministerio del Reino 1980 | enero
    • Ayúdense unos a otros (Parte V): a adelantar

      1 Desde septiembre Nuestro Servicio del Reino ha dado sugerencias en cuanto a cómo los publicadores que tienen experiencia pueden ayudar a los que desean ayuda en el servicio del campo. Sin duda alguna, los que están recibiendo ayuda aprecian profundamente los esfuerzos amorosos que se están haciendo a favor de ellos. De seguro los que han suministrado esta ayuda han aprendido de esta experiencia y se sienten aún más allegados a los hermanos con quienes han trabajado.—Rom. 1:11, 12.

      2 ¿Podemos ayudarnos unos a otros de otras maneras? Los que estén trabajando juntos pueden determinar por cuánto tiempo habrán de continuar trabajando como compañeros en el servicio. Después que hayan mejorado en aptitud al conversar con la gente a las puertas, puede que algunos pidan ayuda en hacer revisitas o conducir estudios. Estamos seguros de que los que puedan continuarán suministrando ayuda. Por otra parte, puede que ahora algunos de los que hayan recibido ayuda en cierto aspecto del servicio del campo estén en la posición de ayudar a otros miembros de la familia o en el grupo de estudio. Estamos seguros de que para los conductores de estudio y los superintendentes de servicio será un placer darles sugerencias para que continúen progresando.—1 Tim. 4:15.

      3 Todos podemos participar en ayudar a otros de alguna manera en el servicio del campo. El tan solo recordar hacer arreglos para trabajar con otros es una ayuda. Es animador para los que ya son regulares y diestros en el servicio del campo tener con quién trabajar. Especialmente los precursores regulares y auxiliares aprecian esto. Aun si uno no pudiera ayudar con regularidad a alguna persona de su grupo de estudio, ¿sería posible invitar a otros a trabajar con uno en el campo? ¿Pudiera uno invitar a un publicador de edad avanzada, un adolescente o a alguien físicamente débil a un estudio bíblico?

      4 Puede que en la congregación haya personas que pudieran progresar si tan solo se les diera un poco de atención y estímulo. Una hermana de edad avanzada que estaba débil físicamente debido a una enfermedad quería ser precursora. Un superintendente viajante sacó un poco de tiempo para ayudarla a organizar su actividad de modo que pudiera trabajar un par de horas en el servicio del campo por la mañana y luego regresar a su casa a descansar. Por la tarde, ella completaba el tiempo que tenía programado para el servicio ese día. Ella encontró que este arreglo le era práctico, y fácilmente dedicó más tiempo del que se requería para que ella fuera precursora. El servicio de precursor regular o auxiliar ha hecho posible que muchos hermanos desarrollen su destreza en el servicio del campo. También ha hecho posible que puedan ayudar a más personas de la congregación.

      5 El invitar a los jóvenes y ayudarlos de manera práctica ha contribuido a que muchos de ellos mejoren en el servicio. Algunos han emprendido la obra de precursor regular o servicio de Betel. Lograron esto debido a que alguien se interesó en ellos y apartó tiempo para ayudarlos. Los buenos resultados todavía son evidentes, puesto que algunos de los que eran jóvenes están usando ahora lo que aprendieron para ayudar a otros.—2 Tim. 2:2.

      6 El ayudar a otros a progresar es un programa continuo. El amor intenso a otros es la clave del éxito. Todos nos beneficiaremos, puesto que los que dan a otros reciben aún ‘mayor felicidad.’—Hech. 20:35.

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