Ponderando las noticias
Amor a la violencia
● Más y más personas jóvenes están perpetrando crímenes violentos. Un informe reciente que expidió el centro de investigación social de la Universidad China de Hong Kong señala a un factor contribuyente. Según el informe, el 77,5 por ciento de 1.000 violadores de la ley juveniles investigados por el centro pertenecían a organizaciones de “Kung-fu.” Más de la mitad de estos jovencitos eran entusiastas de las películas y revistas de Kung-fu.
El Kung-fu, un arte marcial chino, hasta ha tenido efectos perjudiciales en niños de escuela para párvulos. No hace mucho, Winifred Frost, directora de la Escuela de Infantes de Parklands, en Londres, Inglaterra, suplicó a los padres que no permitieran que sus hijos vieran programas de televisión que dieran prominencia especial a tales artes. Explicó: “Dos o tres niños han recibido lesiones . . . Estos niñitos se estaban golpeando unos a otros en el campo de recreo.”
¿Quiere usted que sus hijos participen en actos violentos? “Jehová mismo examina al justo así como al inicuo,” declaró el salmista David, “y a cualquiera que ama la violencia ciertamente lo odia Su alma.” (Sal. 11:5) ¡Qué importante es que los padres cristianos de todas partes hablen de manera bondadosa con sus hijos, determinen sus intereses y controlen su lectura, diversión y asociaciones!
“Pequeñuelos en cuanto a la maldad”
● El “Independent/Daily Mail” de Anderson del 28 de septiembre de 1975 anunció que los periódicos de esa ciudad de Carolina del Sur ya no llevarían publicidad de películas clasificadas “X.” No se admiten niños a tales películas, que pueden envolver escenas de carácter sexual explícito o violencia excesiva.
En parte, el editorial expresó preocupación por la libertad que tenga un lector “para suscribirse a periódicos que no dan prominencia especial a anuncios dominados por lo explícito en cuanto a lo sexual y la violencia vívida,” y entonces agregó: “Nos preocupamos en especial cuando ese lector es un jovencito que no está preparado emocionalmente para enfrentarse a las nociones que se dirigen a la sensualidad. . . . Muchos padres quieren que la introducción de sus hijos a las diversas dimensiones de la vida —incluso lo sexual y la violencia— sea una experiencia apegada a la realidad en el desarrollo más bien que una tergiversación grotesca.”
Las Santas Escrituras imponen a los padres la obligación de suministrar instrucción moral apropiada a sus hijos. (Pro. 22:6; Efe. 6:1-4) Sin embargo, el apóstol cristiano Pablo dio la siguiente amonestación a compañeros de creencia, tanto jóvenes como viejos: “Sean pequeñuelos en cuanto a la maldad; sin embargo lleguen a estar plenamente desarrollados en facultades de entendimiento.” (1 Cor. 14:20) Por lo tanto, los cristianos no buscan conocimiento o experiencia en la iniquidad, sino que, sabiamente, permanecen inexpertos e inocentes como pequeñuelos a ese respecto. Al mismo tiempo, entienden plenamente que la maldad y la inmoralidad son impropias a la vista de Dios.
“Límites al crecimiento”
● En la primera de cinco conferencias globales sobre “Límites al crecimiento,” un ex-presidente del Mercado Común Europeo, Sicco Mansholt, advirtió a 300 científicos, doctos y otros líderes acerca de los desastres que amenazan a la humanidad. Aseveró que el que haya más hambre, escaseces de agua dulce y desperdicios nucleares podría desencadenar gran inestabilidad política y una catástrofe. La respuesta, dijo, está en un “nuevo orden” político y económico. “Para dominar los problemas supranacionales necesitamos instituciones y poder supranacionales,” declaró Mansholt.
Pero ¿qué perspectivas hay de que surjan en el mundo “instituciones y poder supranacionales”? “Parece que no hay líderes mundiales que tengan suficiente visión como para efectuar esa tarea,” comentó.
Muchos líderes mundiales reconocen que se necesita una autoridad supranacional y que no es probable que ésta venga de entre sus congéneres. La respuesta verdaderamente factual a la necesidad de autoridad supranacional se encuentra en la Biblia: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas.” Ese reino supranacional realmente ‘causará la ruina de los que están arruinando la tierra.’—Dan. 2:44; Rev. 11:18.