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    La Atalaya 1965 | 1 de septiembre
    • quemaron allí. Entonces recogieron sus huesos y los enterraron.” (1 Sam. 31:12, 13) David los elogió por aquel acto. (2 Sam. 2:4-7) Por eso, aunque por razones éticas o personales no sea la cremación la costumbre general de los judíos de hoy en día, “se concuerda generalmente que en la Biblia no se halla ley expresa que demande que el cuerpo humano sea enterrado.”—Jewish Encyclopedia, tomo IV, pág. 343.

      Parece que los cristianos primitivos, muchos de los cuales eran judíos naturales, generalmente seguían la práctica judía de sepultar en el suelo. Pero dado que la Biblia no exige la sepultura, ellos no se preocupaban indebidamente acerca de alguna costumbre singular. No obstante, con el tiempo empezaron a introducirse prácticas y temores paganos en las creencias cristianas. The Catholic Encyclopedia, bajo el encabezamiento “Cremación,” señala que los “griegos y los romanos variaban en su práctica según sus puntos de vista en cuanto a la vida en el más allá.” Los perseguidores paganos entendieron mal la creencia cristiana y creyeron que la resurrección cristiana dependía de un cuerpo conservado. La misma publicación sigue diciendo: “Los paganos, con objeto de destruir la fe que se tenía en la resurrección del cuerpo, con frecuencia arrojaban los cadáveres de los mártires cristianos a las llamas, creyendo así, para complacencia de ellos mismos, que habían hecho imposible la resurrección del cuerpo.”—Tomo IV, pág. 481.

      Por supuesto, el cristiano verdadero no tiene ningún concepto erróneo acerca del cadáver en relación con la resurrección. Aludiendo a los que han de gobernar con Cristo en el cielo, la Biblia claramente dice: “Carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios.” (1 Cor. 15:50) Por consiguiente, Dios proveerá cuerpos adecuados para los que hayan de ser resucitados de la muerte a la vida terrestre. Por eso, sea que el cuerpo torne a los elementos mediante la descomposición de éste en el suelo o sea quemado reduciéndose a cenizas, esto de ninguna manera afecta la habilidad de Dios de resucitar a la persona, si Él así lo desea.

      Por lo tanto, los cristianos pueden tener en cuenta los requisitos legales de la localidad así como los sentimientos de los de la comunidad al decidir sobre este asunto. (Fili. 1:10) Puesto que Jehová no expresa en la Biblia que desaprueba la cremación, este asunto se deja para decisión de cada persona.

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    La Atalaya 1965 | 1 de septiembre
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      MINISTERIO DEL CAMPO

      La persona que cree en la Palabra de Dios tiene toda razón para hablar denodadamente cuando comparte su mensaje con otros. Esto no significa que no tiene bondad y consideración para con otros, pero no presenta como quien al mismo tiempo pide disculpas las enseñanzas de la Biblia. Ella sabe que son la verdad, y con confianza las comparte con otros. Esto los testigos de Jehová continuarán haciéndolo durante septiembre al visitar a la gente por todas partes para compartir con ella las buenas nuevas que la Biblia contiene, haciéndolo tanto por la palabra hablada como ofreciendo literatura bíblica por una pequeña contribución a personas que muestran interés.

      ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS

      3 de octubre: El amor que conduce a la vida. Página 521.

      10 de octubre: Cumpliendo el nuevo mandamiento del amor. Página 527.

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