La Palabra de Dios es viva
¿A qué Dios servirá usted?
ESA pregunta es tan apropiada hoy como lo fue hace casi 3.000 años. En aquel tiempo Elías, profeta de Jehová, preguntó al pueblo de Israel: “¿Hasta cuándo irán cojeando sobre dos opiniones diferentes?”. El pueblo no podía decidir a qué Dios serviría. Así que Elías está diciéndoles ahí: “Si Jehová es el Dios verdadero, vayan siguiéndolo; pero si Baal lo es, vayan siguiéndolo a él”.
¿Cómo puede decidirse el pueblo? Elías propone que se haga una prueba que se habría de decidir con fuego. ‘Que sus 450 profetas de Baal tomen un toro joven —dice él—, lo corten en pedazos y lo pongan como ofrenda sobre la leña, pero no deben ponerle fuego. Y yo tomaré otro toro joven y haré lo mismo con él. Entonces, que invoquen el nombre de Baal, y yo invocaré el nombre de Jehová. Y el Dios que responda por medio de fuego es el Dios verdadero.’ Todo el pueblo está de acuerdo en que lo propuesto es una buena prueba.
Primero los profetas de Baal preparan un toro joven en el altar de ellos. Luego, desde la mañana hasta el mediodía, claman: “¡Oh Baal, respóndenos!”. Pero no hay ninguna respuesta. Al mediodía Elías empieza a mofarse de ellos: ‘Llamen a voz en cuello, porque debe estar evacuando. O quizás esté dormido y necesita que lo despierten’. Ante eso, los profetas de Baal se ponen a clamar tan alto como pueden y se cortan con dagas y lancetas hasta que hacen chorrear la sangre sobre ellos. Pero todavía Baal no responde.
Ahora Elías compone el altar de Jehová que había estado derruido. Corta en pedazos el toro joven y lo pone sobre la leña. Entonces manda tres veces que se mojen con agua la ofrenda, la leña y las piedras del altar. También llena de agua la gran zanja que ha cavado en derredor del altar.
Por fin, cuando empieza a anochecer, Elías ora: “Respóndeme, oh Jehová, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Jehová, eres el Dios verdadero”. Ante eso viene cayendo fuego procedente de Jehová. Éste se come la ofrenda, los pedazos de leña, las piedras y el polvo, así como el agua de la zanja. Cuando el pueblo ve esto, caen sobre sus rostros y dicen: “¡Jehová es el Dios verdadero! ¡Jehová es el Dios verdadero!”. (1 Reyes 18:21-40.)
¿Ha decidido usted a qué Dios servirá? No puede estar cojeando entre dos opiniones diferentes. Solo hay un camino correcto. Al dios de este sistema de cosas, Satanás el Diablo, se le adora hoy día, pero no tanto por medio del servicio que se rinde a algún dios agrícola local, como lo era Baal en tiempos antiguos. En lugar de eso, Satanás recibe adoración cuando la gente pone en primer lugar las cosas materiales y se dedica a sus propios intereses más bien que a hacer la voluntad de su Creador, Jehová Dios. Así que a usted le toca escoger. Jesucristo mostró cuál es la selección correcta cuando citó de la Palabra de Dios y dijo: “Es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que rendir servicio sagrado”. (Mateo 4:10.)