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La paz de la cual depende la unidad mundialLa Atalaya 1980 | 1 de junio
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sino solo devastación mundial. Otras personas sostienen que un supergobierno, un gobierno mundial, o por lo menos una unión de gobernaciones nacionales para la paz, logrará el fin deseado.
Sin embargo, la paz mundial que Dios traerá será de una clase diferente. Él nos dice que solo la gente de naturaleza pacífica —la que realmente desea la paz verdadera— disfrutará de ella. “Los mansos mismos poseerán la tierra,” dice el salmista, “y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.” (Sal. 37:11) Jesucristo repitió esta promesa en su Sermón del Monte. (Mat. 5:5) Enseñó a sus discípulos a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.”—Mat. 6:9, 10.
¿Qué clase de gobierno regirá en ese mundo de paz? No uno que tenga su capital en una ciudad terrestre. Su cuerpo administrativo estará localizado en el cielo. Jesús lo llamó “el reino de los cielos.” (Mat. 4:17) Este es el gobierno del Hijo de Dios, a quien el profeta de Dios llamó “Príncipe de Paz.” El profeta dijo acerca de esa gobernación: “De la abundancia del gobierno principesco y de la paz no habrá fin, sobre el trono de David y sobre su reino a fin de establecerlo firmemente y sustentarlo por medio del derecho y por medio de la justicia, desde ahora en adelante y hasta tiempo indefinido.”—Isa. 9:6, 7.
Tal como la profecía de Isaías anuncia paz bajo la gobernación celestial de Jesucristo, el salmista David compara el reinado de Cristo con el pacífico reinado del rey Salomón, cuando éste gobernaba en la Tierra Prometida hasta las fronteras que Dios había establecido para ésta. El salmista describe la clase de paz que Dios desea, al decir: “Juzgue él a los afligidos del pueblo, salve a los hijos del pobre, y aplaste al defraudador. . . . En sus días el justo brotará, y la abundancia de paz hasta que la luna ya no sea [lo que quiere decir indefinidamente, o para siempre]. Y tendrá súbditos de mar a mar. . . . Llegará a haber abundancia de grano en la tierra. . . . Bendito sea Jehová Dios, el Dios de Israel, único que está haciendo obras maravillosas. Y bendito sea su glorioso nombre hasta tiempo indefinido, y llene su gloria toda la tierra.”—Sal. 72:4-19.
¿Qué pasos tienen que darse para conseguir la paz con Dios y, consecuentemente, con otras personas? ¿Pudiera hacerse esto en escala mundial, de modo que el resultado fuera verdadera paz mundial? Esta pregunta, de vital importancia para todos, es el asunto que se considerará en el siguiente artículo.
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Cómo puede venir la paz a la TierraLa Atalaya 1980 | 1 de junio
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Cómo puede venir la paz a la Tierra
LA PAZ mundial no puede venir sencillamente por esfuerzos encaminados al desarme, ni por tratados de paz, ni siquiera por medio de detener las guerras frías o candentes. Hasta los que proponen la paz dicen ahora que ésta tiene que tener un fundamento en la vida de comunidad y también en la vida familiar. James Laue, de la Campaña en pro de la Academia Nacional de la Paz, dice: “El enlazar [la paz] con la pacificación al nivel de la comunidad nos ha permitido definir lo que es la paz. El desarrollo continuo de técnicas para resolver conflictos que surgen a diario, en el hogar o en la escuela, puede ayudar a traer paz entre las naciones.”
Es muy difícil hacer eso. Escribiendo para To the Point International, George Mikes, bajo el encabezamiento: “Sí, la paz mundial es asunto de interés para todo el mundo,” dijo:
“Se nos ha enseñado que amemos al prójimo. Algo que es extremadamente difícil y tedioso. Se puede amar a casi todo el mundo excepto al
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