El temor tiene su lugar
EL TEMOR puede ser provechoso así como perjudicial. Un temor malsano puede causar dificultades con la digestión, problemas de presión arterial y otros serios desórdenes en el funcionamiento del cuerpo. De hecho, puede ser mortífero. Dice la Illustrated Medical and Health Encyclopedia: “En toda forma de vida nada hay tan destructivo de la felicidad y la longevidad como el temor.” Por otra parte, un temor saludable, puede salvar la vida, restringiendo a una persona de acciones peligrosas y temerarias.
Sí, igual que otras emociones fuertes, el temor tiene su lugar. Pero, ¿exactamente cuál es ese lugar? ¿Qué hace que el temor sea bueno o malo? La Biblia es muy útil para determinar las respuestas.
“El temor de Jehová es el comienzo de la sabiduría,” dice Proverbios 9:10. En cuanto al modo en que se manifiesta este temor apropiado, la Biblia nos dice: “El temor de Jehová significa odiar lo malo.” (Pro. 8:13) Este odio no está basado en las normas humanas de lo que es malo, sino en las normas de Dios, contenidas en su Palabra.
El “temor de Jehová,” por lo tanto, es un temor saludable, provechoso. Como Creador, Jehová Dios sabe lo que resulta en el mayor bien del hombre. Puesto que Dios es un Dios de amor, él ha indicado las normas morales que acrecientan el más elevado bien para los que se adhieren a ellas. El célebre jurista inglés Blackstone reconoció ese hecho, al decir: ‘Dios ha relacionado tan íntimamente, ha entretejido tan inseparablemente las leyes de la justicia eterna con la felicidad de cada individuo que la felicidad no se puede obtener sino por medio de obedecer la ley de Dios; y, el obedecer puntualmente la ley de Dios, no puede menos que producir felicidad.’ Por cierto que un temor saludable de Dios es el principio de la sabiduría puesto que lo impulsa a uno a actuar de un modo que contribuye al gozo de una vida feliz y con propósito. Considere:
Se advierte a los siervos de Dios: “Basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en hechos de conducta relajada, lujurias, excesos con vino, diversiones estrepitosas, partidas de beber.” (1 Ped. 4:3) Reciben beneficios verdaderos los que prestan atención a estas palabras por tenerle a Dios un temor saludable.
Evitan la vergüenza, el daño y el pesar que resultan de beber en exceso bebidas alcohólicas. En tan solo los Estados Unidos el abuso del alcohol está implicado cada año en un millón de accidentes graves de auto, en la cuarta parte de todos los suicidios y la mitad de todos los asesinatos. Muchos miles más mueren cada año de enfermedades causadas o agravadas por beber en exceso. El abuso del alcohol es responsable de acortar por unos doce años como término medio la duración de vida de los individuos. Así es que la persona que teme a Jehová Dios posiblemente esté añadiendo años a su vida al evitar el abuso del alcohol.
En cuanto a la moral, la Biblia aconseja: “Que se abstengan de la fornicación; que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra, no en codicioso apetito sexual tal como también tienen las naciones que no conocen a Dios; que nadie llegue al punto de perjudicar ni abuse de los derechos de su hermano en este asunto.”—1 Tes. 4:3-6.
¡Qué diferente serían las cosas en el mundo si más personas le tuvieran un temor saludable a Dios en esta esfera de la vida! Piense en la angustia mental y emocional que se podría evitar. Ciertamente los casos de enfermedades venéreas, embarazos no deseados, abortos y hogares destrozados no serían tan frecuentes como lo son en la actualidad. Hasta los que aprueban la infidelidad marital se ven obligados a reconocer que de eso pueden resultar graves problemas. Un importante reportero de noticias científicas en los Estados Unidos escribió: “Si opta por la actividad extramarital, recuerde proceder muy cautelosamente acerca de tomar la decisión de contárselo a su cónyuge. Prescindiendo de lo moderno o moderna que uno considere a su consorte, prescindiendo de cuántas veces hayan hablado del problema en lo abstracto y hayan dicho que no importaría, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que, en casi todos los casos, sí importa.”
Otro beneficio para la persona que teme a Jehová Dios es que mantiene una conciencia limpia. No tiene que preocuparse acerca de la posibilidad de que su conducta quede expuesta, le acarree deshonra o suscite otros problemas serios.
Un temor apropiado al Creador hasta elimina lo que en general se considera como el más grande temor nocivo... un temor mórbido a la muerte, especialmente a una muerte violenta. Este temor a la muerte ha sido un instrumento por medio del cual hombres despiadados han dominado a muchas personas. Sucumbiendo por temor a la tortura o a la ejecución, muchos hombres y mujeres han obrado de modo contrario a su conciencia y han obedecido las órdenes de los superiores dictatoriales y han cometido horribles atrocidades en contra de sus semejantes.
Este no ha sido el caso con los que temen a Jehová Dios. Saben que la vida actual no es todo cuanto hay. Aunque los hombres pueden matarlos, no dudan de la promesa de Dios de una resurrección. Por lo tanto, actúan en armonía con las palabras de Jesucristo: “No teman a los que matan el cuerpo y después de esto no pueden hacer nada más. Pero yo les indicaré a quién temer: Teman a aquel que después de matar tiene autoridad para echar en el Gehena,” es decir, un lugar simbólico que representa la aniquilación total. (Luc. 12:4, 5; Mat. 10:28) Sí, no el hombre, sino Dios puede destruir en el Gehena el derecho de una persona a ser una criatura viviente.
No hay nada inseguro acerca de la muerte en el caso de los que verdaderamente temen a Dios. La Biblia dice: “Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos.” (Sal. 146:4) Así es que la muerte sencillamente es una condición de absoluta inactividad e inconsciencia... un sueño del cual es posible despertar.
Se ve, pues, que el conocimiento exacto de la Biblia tiene parte en liberar a una persona de muchos temores perjudiciales. Es de interés el hecho de que los médicos reconocen que los mayores temores son impulsados por la falta de conocimiento. La Illustrated Medical and Health Encyclopedia dice: “Le tenemos mucho menos temor a lo que podemos ver o comprender que a las cosas que no vemos o no podemos comprender.”
Por esta razón hay que estudiar las Sagradas Escrituras para librar la mente de temores insalubres, reemplazando éstos con el debido respeto al Creador. Cientos de miles de personas han hecho esto en años recientes y se regocijan debido a los excelentes resultados de tener un apropiado temor al Creador. ¿Está usted entre esas personas? ¿Quisiera estar? Entonces tome tiempo para averiguar de cuánto provecho le puede ser la Biblia.