¿Qué quiere decir el proverbio?
Todas las cosas están desnudas ante Jehová
El escritor de Proverbios dice: “El Seol y el lugar de la destrucción están enfrente de Jehová. ¡Cuánto más los corazones de los hijos de la humanidad!”—Pro. 15:11.
Hablando en sentido figurado, no hay nada que esté separado por mayor distancia de Jehová, el Dios Viviente, que el Seol, el sepulcro, el lugar de los muertos. Además, muchas personas han muerto y sus cuerpos hasta han sido destruidos y no han sido enterrados. Todas estas personas están fuera de la vista en lo que a la humanidad se refiere, y el grueso de ellas ha pasado al olvido como si tales personas nunca hubieran existido. Como dice Eclesiastés 9:5: “En cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de ellos se ha olvidado.” Ciertamente los seres humanos no conocen la personalidad individual de éstos, con sus variedades e idiosincrasias. No hay registro terrestre de ellos.
Pero delante de Jehová Dios todo está expuesto. El salmista dice: “Si tendiera mi lecho en el Seol, ¡mira! tú estarías allí.” (Sal. 139:8) No es que Dios esté en todas partes a la misma vez, pero el puede alcanzar hasta el sepulcro y sacar de allí a cualquier persona. “Si cavan hasta dentro del Seol, de allí mi propia mano los tomará . . . Y si se esconden en la cima del Carmelo, de allí los buscaré cuidadosamente y ciertamente los tomaré. Y si se ocultan de enfrente de mis ojos en el fondo del mar, allá abajo daré orden a la serpiente, y tendrá que morderlos,” dijo Jehová de los que quizás trataran de escapar de su juicio.—Amós 9:2, 3.
Dios sabe dónde está enterrada cada persona. O si alguien se ha ahogado en el mar o ha muerto en el campo de batalla, o su cadáver ha sido quemado, Dios lo sabe. (Rev. 20:13) Él conoce todo rasgo de la persona... su apariencia física, así como sus cualidades personales, tanto las heredadas como las adquiridas. (Compare con Salmo 139:16.) Él sabe quiénes merecen una resurrección. El apóstol Pablo dijo: “Va a haber resurrección así de justos como de injustos,” y Jesucristo mismo declaró: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz [la de Jesús] y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.”—Hech. 24:15; Juan 5:28, 29.
Si Jehová conoce tan plenamente a los muertos, entonces, ¡qué fácil es para Jehová, el Creador del corazón humano, el ver todo lo que está en el corazón de la humanidad que ahora vive! Por medio del profeta Jeremías, Jehová dijo: “Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón, examinando los riñones, aun para dar a cada uno conforme a sus caminos, conforme al fruto de sus tratos.” (Jer. 17:10) El habla, las expresiones y los actos de una persona muestran en gran medida lo que está en su corazón. El hombre mismo puede ver eso hasta cierto punto. ¡Cuánto más Jehová! El apóstol Pablo, después de declarar que la Palabra de Dios es viva y ejerce poder, y que puede discernir los pensamientos y las intenciones del corazón, continúa con esta expresión: “Y no hay creación que no esté manifiesta a la vista de él, sino que todas las cosas están desnudas y abiertamente expuestas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”—Heb. 4:12, 13.