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Ponderando las noticiasLa Atalaya 1978 | 1 de febrero
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testifica de la capacidad que tiene la naturaleza para recuperarse de casi cualquier clase de perturbación,” escribe un biólogo que estudia las formas de vida marinas.
Un oficial del gobierno expresa así su maravilla: “No vemos mutaciones de la vida marina ni de la vegetación. Sencillamente no vemos ninguno de los monstruos de dos cabezas que la fantasía científica sugiere que se producirían después de radiación prolongada.”
Ciertamente, pues, prescindiendo de lo que hagan los seres humanos para arruinar nuestro ambiente antes de que Dios produzca su prometida “nueva tierra,” el daño no será permanente. Con el tiempo, la asombrosa capacidad de recuperarse de Su creación, junto con Su bendición, restaurará la Tierra a la condición semejante a jardín que él originalmente se propuso para ella.—Rev. 11:18; 21:1-4.
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¿Recuerda usted?La Atalaya 1978 | 1 de febrero
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¿Recuerda usted?
¿Ha leído usted cuidadosamente los números recientes de La Atalaya? En tal caso, sin duda recordará los siguientes puntos:
● ¿Cuándo es verdaderamente remuneradora la soltería por selección?
La soltería es remuneradora cuando la razón para ella es espiritual, el deseo de tener más tiempo para dedicarlo a servir a otros y ayudarlos a asirse del magnífico galardón de la vida eterna.—Pág. 553.
● En Ezequiel 31:4, ¿qué se representa por ‘las aguas que hacen que el cedro simbólico en el Líbano crezca y se haga grande’?
En las Escrituras, las aguas representan ‘pueblos, muchedumbres y naciones.’ (Rev. 17:1, 15) Por lo tanto, las aguas representan a los pueblos o recursos humanos de los cuales el cedro simbólico saca lo que lo sostiene.—Págs. 593, 598.
● ¿Por qué dijo el profeta Habacuc que estaba para ser censurado por Jehová? (Hab. 2:1)
A Habacuc le pareció difícil entender cómo Jehová Dios podría usar a los caldeos despiadados e idólatras para ejecutar Su juicio contra el reino de Judá. Puesto que estaba poniendo en tela de juicio el que el Altísimo fuera a utilizar a los caldeos, que consideraban a los hombres como simples peces y cosas que se arrastran que ellos podían capturar, y subyugar, el profeta reconoció que tenía que recibir ayuda para poder ver este asunto de la manera correcta. Por lo tanto, esperó una revelación adicional de Jehová a fin de quedar plenamente informado.—Pág. 637.
● ¿Cómo debe afectarnos de modo que resulte en bien para nosotros el hecho de que los ojos de Dios siempre están sobre nosotros? (Pro. 15:3)
Eso debe movernos a comportarnos a todo tiempo de una manera que le sea agradable, al reconocer nosotros que estamos en su presencia.—Págs. 643, 644.
● ¿Qué lecciones amonestadoras podemos aprender de la actitud y los actos de los fariseos en el primer siglo E.C.?
Tenemos que vigilar que no nos hagamos justos a nuestros propios ojos de modo que dejemos de mostrar consideración como la de Dios a las necesidades y sentimientos humanos. La persona que porfía a favor de reglas hechas por el hombre puede pasar por alto las cosas verdaderamente importantes... la justicia, la fidelidad, la misericordia y el amor. El tener demasiada confianza en la propia justicia de uno puede resultar en que uno desprecie a sus compañeros de creencia y no los trate como hermanos y hermanas amados.—Págs. 669, 670.
● ¿En qué respectos difieren las profecías de la Biblia de las predicciones que hacen los adivinos?
A menudo las predicciones que hacen los adivinos son vagas, o incorrectas, o tienen que ver con asuntos de poca importancia. Pero las profecías bíblicas han sido específicas y, como han demostrado los hechos de la historia, se han cumplido hasta el detalle más pequeño. Han tratado de asuntos vitales que afectan el futuro de pueblos y naciones enteras.—Págs. 675, 676.
● Como se desprende de Lamentaciones 3:19, 20, ¿cuál fue una de las maneras en que Jehová Dios demostró su gran humildad?
En Lamentaciones 3:19, 20, el profeta Jeremías expresa confianza en que con el tiempo el Altísimo recordaría a los arrepentidos de la nación de Israel, que había sido derribada en derrota. Él ‘se inclinaría’ o se agacharía para darles atención favorable.—Pág. 732.
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