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“Persevera en tu obra”La Atalaya 1950 | 1 de julio
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“Persevera en tu obra”
“Cuida de ti mismo y cuida de tu enseñanza; persevera en tu obra.”—1 Tim. 4:16, Móffatt (en inglés).
1. ¿Qué cosa gobernó Dios para los israelitas mediante el Cuarto Mandamiento?
JEHOVÁ Dios siempre ha manifestado consideración al tratar con los problemas y necesidades de las criaturas sobre la tierra. Él sabe lo que es bueno para sus criaturas. Supo bien que a la nación de Israel le hacían falta mandamientos para regular su vida y para mantenerla cerca de la adoración pura de Él. Mediante Moisés, Dios le dió a Israel el Decálogo, o Diez Mandamientos, escrito en piedra. En el cuarto mandamiento fué donde Dios declaró su arreglo para gobernar el trabajo que tenía que hacerse: “Acuérdate del día del Descanso para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra; mas el día séptimo es día de descanso, consagrado a Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu bestia, ni el extranjero que habita dentro de tus puertas: porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todo cuanto en ellos hay, y descansó en el séptimo; por tanto Jehová bendijo el día del Descanso y lo santificó.”—Éxo. 20:8-11.
2. Además de descansar, ¿qué cosa mandaba este mandamiento que se hiciera? ¿Cuánto?
2 Quizá casi todos en la cristiandad hoy en día conocen la ley que Dios declaró respecto al día del descanso; pero muy pocos la han considerado también como mandato directo de Dios de trabajar. Es sumamente importante recordar que el Cuarto Mandamiento no se limita a una mera consideración de un día en siete, sino que el placer de Dios para sus criaturas era que éstas trabajaran. La mayor parte de su tiempo se dedicaría a trabajar.
3. ¿Qué había de proporcionar el descanso? ¿Quiso decir el ocio completo?
3 Cuando el hombre había sido expulsado del jardín del Edén, Dios estipuló que mediante el sudor de su frente ganaría su pan. Eso quiso decir trabajar; quiso decir trabajo duro. Pero en este trabajo ordinario para mantener la subsistencia el hombre imperfecto correctamente haría pausas para la recuperación. De modo que a los israelitas se les dio un día de cada siete para descansar de la obra servil o negocio ordinario de la vida. Naturalmente también había gran significado profético en lo que Dios hizo que hicieran. (1 Cor. 10:11) Puesto que la Palabra de Jehová relata su desaprobación y condenación del ocio (Pro. 6:10, 11; 19:15), sería un error suponerse que el mandamiento prohibía la actividad de cualquier clase e imponía completo ocio durante ese día. Sin embargo, en los años que siguieron a la expedición del mandato respecto al día del descanso a la nación de Israel, muchos de los judíos apostataron del cumplimiento del mandato, y al fin el clero torció las palabras para su propia conveniencia.
4, 5. A pesar de las objeciones, ¿qué manifestó Jesús respecto al día del descanso? ¿Por qué?
4 Para cuando Jesús vino a la tierra los clérigos habían inducido la gente a creer que tenía que estar completamente ociosa el día del descanso, y el hecho de que había una perversión muy general del día del descanso en ese entonces se hace muy aparente por la manera que se opusieron a la obra que Jesús hizo en aquel día y también por la conducta notable de Jesús en el día del descanso a la cual esta oposición ciertamente se haría. Evidentemente Jesús a propósito hizo sus acciones el día séptimo para proporcionar educación correcta para la gente común. Jesús manifestó que no era una violación de la Ley de Dios, que él guardaba perfectamente, el que alguien hiciera buenas obras para beneficio de otros en aquel día. Más bien estaba de acuerdo con los principios de Dios hacer las obras de la justicia todos los días.
5 Cuando Jesús gratuitamente curó a un hombre que había estado enfermo treinta y ocho años, los religiosos tradicionales lo aborrecieron porque lo hizo y lo persiguieron, tratando de matarlo. Jesús dió la respuesta directa: “Mi Padre todavía trabaja, y yo trabajo también.” (Juan 5:17, Una Tradu. Amer. [en inglés]; también véase Mateo 12:1-15; Mar. 3:2; Luc. 6:1-5; 13:10-17; Juan 5:2-18; 7:22, 23; 9:1-34) Jesús no había venido para destruir la Ley, sino para cumplirla. (Mat. 5:17) La necesidad de guardar la ley del día del descanso permaneció hasta la muerte de Jesús, cuando la Ley fué abolida.—Efe. 2:15; Gál. 3:24, 25; 5:18; Col. 2:16, 17.
6. ¿Cambió sus principios la abolición de la ley del día del descanso? ¿Por qué?
6 Pero el fin de la ley del día sabático con su mandato de trabajar y también de descansar de ninguna manera cambió el principio de Dios de que las criaturas debían de trabajar. Según lo expresó Jesús con claridad, Dios es un trabajador. Vemos sus obras todos los días; nos rodean. La Biblia nos cuenta de sus obras creativas y de los muchos actos que él llevó a cabo a favor de su pueblo en la tierra en los días de la antigüedad. Nunca se han hecho obras mayores que las del Dios Altísimo.—Sal. 19:1.
MINISTERIO DE ACTIVIDAD
7. ¿Qué ministerio trajo Jesús? ¿Cómo lo manifestó?
7 Jesús trajo un ministerio de trabajo a la tierra. El Padre en el cielo lo había enviado, proporcionándole una comisión para hacer obras maravillosas y milagrosas mientras estuviera en la tierra. En una ocasión, por ejemplo, Jesús vió a un hombre que era ciego de nacimiento, a quien Jesús sanó. Las palabras de Jesús en esa ocasión fueron: “Ni pecó éste, ni sus padres; mas fué para que las obras de Dios fuesen manifestadas en él. Es menester que yo haga las obras de aquel que me envió.” (Juan 9:3, 4) De modo que Jesús trabajó diligentemente durante todo el tiempo de su ministerio. Dedicó sus talentos y habilidades exclusivamente a la obra y a los propósitos de Dios. Con esto su Padre en los cielos estuvo muy complacido, subsecuentemente ensalzando a Cristo al puesto más elevado del universo después del Altísimo.
8. ¿Por qué iba Jesús a las sinagogas en el día del descanso? ¿Qué cosa aprendemos nosotros?
8 Antes de su ensalzamiento, Jesús instruyó a sus discípulos sobre la tierra y les manifestó mediante su ejemplo de trabajo la manera de llevar a cabo el servicio de Dios. Conforme a la Ley de Dios, Jesús iba a las sinagogas y se congregaba con la gente. Usaba estas ocasiones para informar a la gente respecto a los propósitos de Dios: “Y rodeaba Jesús por todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando la buena nueva del reino, y sanando toda suerte de enfermedad y toda dolencia.” (Mat. 9:35) Multitudes de judíos se congregaban en las sinagogas; ése era su lugar regular de congregarse. Hablando la verdad entonces era posible que Jesús trajera la verdad a los oídos de miles de personas en el territorio que Jehová le había asignado para que lo trabajara. Sus seguidores así aprendieron mediante su ejemplo cómo valerse de la costumbre del pueblo de congregarse públicamente, y este método se usó más tarde por los siervos fieles.—Hech. 13:15, 16.
9. ¿Qué obra hacía él en las casas de la gente? ¿Por qué?
9 En Marcos 1:29 está el relato de cómo iba Jesús a las casas para hacer la obra de Dios. Las curas milagrosas que hizo Jesús fueron una señal o evidencia en cuanto a quién era él, y la fama de él cundió. En Marcos 2 está el relato de cómo Jesús condujo estudios de la Biblia en las casas como también períodos de instrucción cuando la gente se congregaba para oír su sabiduría. (También véase Mateo 9:10.) Marcos 9:33-37 manifiesta cómo instruyó Jesús a los discípulos en una casa, usando un niñito como ilustración o ayuda para que pudieran entender los principios que él enseñaba. Jesús visitaba las casas más de una vez, pues hubiera sido imposible impartir suficiente conocimiento a la mente imperfecta de la gente en una sola ocasión. Jesús hizo esto sin respecto a la reputación de las personas en la vecindad, sino debido al deseo de las personas para aprender la verdad de Dios y por causa de su fe y amor por la justicia.
10. ¿Quiénes aprendieron mediante su ejemplo? De modo que ¿qué cosa les hizo?
10 Los apóstoles y discípulos de Jesús recibieron el beneficio de su obra. Aprendieron mucho acerca del evangelio del Reino para que ellos también pudieran predicar la Palabra. Después de que habían visto el trabajo de Jesús, Jesús les dió mandatos directos de salir a las ciudades y aldeas para hacer la obra de predicar y enseñar. No dejó ninguna duda respecto a esto: el cristiano tiene que ir a la gente. “Después de esto el Maestro designó a otros setenta y dos, y los envió delante de sí, de dos en dos, a toda ciudad o lugar a donde él intentaba ir. Y les dijo, ‘La mies es bastante abundante, pero los segadores son pocos. De modo que rueguen al dueño de la mies que envíe segadores para recogerla. Ahora vayan. Aquí los envío a ustedes como corderos entre lobos. No lleven bolsa ni alforja ni zapatos, y no se detengan para cambiar cortesías con alguien en el camino. Cuando vayan a quedarse en una casa, primero digan, “¡Paz a esta casa!” Si hay alguien allí que ama la paz, su bendición descansará sobre él, pero si no, les volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que les ofrezcan, porque el obrero merece su paga. No se cambien de una casa a otra. Cuando lleguen a un pueblo y les den la bienvenida, coman lo que se les ofrece, y curen los enfermos allí, y díganles, “¡El Reino de Dios se les ha acercado!”’”—Luc. 10:1-9, Una Tradu. Amer. (en inglés); véase también Luc. 9:1, 2, 6.
11. ¿Qué quisieron decir tales instrucciones para ellos?
11 Esto quiso decir trabajar de casa en casa, predicando y enseñando las buenas nuevas. No habían de cambiarse de casa en casa porque un amo de casa quizá poseía más de los bienes del mundo u ofrecía más hospitalidad y comodidad física, sino que más bien habían de quedarse hasta que el mensaje y la instrucción se hubieran dado adecuadamente. El apóstol Pablo manifestó que ése es el entendimiento correcto al decir: “No me he retraído de declararos cosa alguna que fuese provechosa, ni de enseñaros públicamente y de casa en casa; testificando a judíos y también a griegos.” (Hech. 20:20, 21) Pablo trabajaba de casa en casa.
12. ¿Qué había de incluir su obra cristiana? ¿Hasta qué grado?
12 El hecho de que su obra cristiana había de incluir el servicio misionero en naciones lejanas se manifestó por las palabras directas de Jesús a sus discípulos respecto a la obra que habían de hacer después de ascender él al cielo: “Id, pues, y haced discípulos entre todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del espíritu santo: enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.” (Mat. 28:19, 20) Este fué mandato claro de salir a la gente de todas las naciones. Además se dió énfasis al hecho de que esto es parte de la obra del cristiano cuando Jesús dijo: “Mas recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el espíritu santo; y seréis mis testigos, así en Jerusalem como en toda la Judea y Samaria, y hasta los últimos confines de la tierra.” (Hech. 1:8) Eso incluyó mucho territorio; manifestó que se haría mucho trabajo.
13. Con ese fin ¿qué ayuda les fué dada desde arriba?
13 Cuando Jesús ascendió al cielo para estar con su Padre, el consolador, el espíritu santo de Dios, fué derramado sobre los fieles seguidores de Cristo sobre la tierra. Ese espíritu o fuerza activa invisible de Dios impelió a los cristianos a hacer obras maravillosas de predicar y enseñar. Dios bendijo su mente y sus manos para el cumplimiento de Su voluntad. Muchas personas creyeron el evangelio y entraron en el camino de la vida.
EL TRABAJO, UN REQUISITO
14. ¿Por qué y cómo se les manifestó a los tesalonicenses que el trabajo es un requisito?
14 Muchos de todas las naciones recibieron el beneficio del trabajo constante de los fieles discípulos. Entre ellos había gente de Tesalónica. Parecía que algunos de los tesalonicenses no tenían aprecio correcto del valor de las buenas obras. No notaban que las Escrituras condenaban el ocio y la pereza en el trabajo. Siendo negligentes en su trabajo se dañaban a sí mismos y les negaban a otros el bien, acción que podía efectuar la destrucción de la vida a manos de Dios. Deberían de haber sabido que Proverbios 18:9 dice, “El que es negligente en su trabajo es hermano del que destruye.” (Una Tradu. Amer. [en inglés]) Pero evidentemente esta ignorancia fué el resultado de que los de Tesalónica no eran diligentes en el estudio de las Escrituras. (Hech. 17:11) No había verdadero pretexto para que alguien estuviera ocioso allí en Tesalónica. Pablo, Timoteo y otros les habían dado la enseñanza de las Escrituras para manifestarles que Dios exigía correctas obras cristianas. Adicionalmente, tenían el excelente ejemplo personal de Pablo. Sin embargo el apóstol Pablo tuvo que escribirles: “Les exhortamos, hermanos, en el nombre del Señor Jesucristo, que se aparten de cualquier hermano que viva en el ocio, en vez de seguir la enseñanza que ustedes recibieron de nosotros. Porque ustedes mismos saben lo que tienen que hacer para seguir mi ejemplo, porque no fuí ocioso cuando estuve con ustedes; . . . Cuando estuve con ustedes, les di esta regla: ‘Si alguien se niega a trabajar, ¡no le den nada de comer!’ Pues oímos decir que algunos de ustedes viven en el ocio, siendo entrometidos en los asuntos ajenos, no haciendo nada de trabajo. Ahora con la autoridad del Señor Jesucristo mandamos y exhortamos a tales personas a que se callen y que hagan su trabajo . . . Mas ustedes, hermanos, no han de cansarse del bien hacer.”—2 Tes. 3:6-13, Una Tradu. Amer. (en inglés).
15. ¿Por qué estaban ociosos algunos? ¿Por qué era necesario el conocimiento?
15 Se exigía que todos los cristianos trabajaran. Conforme al apóstol, el ocio de algunos de los tesalonicenses era el resultado de no seguir ellos la enseñanza que recibieron de Pablo y de los demás siervos que los visitaban. No trabajaban porque no seguían el conocimiento de la verdad. Es verdad que el Señor derramó su espíritu sobre los cristianos en aquellos días, pero si algunos no tenían fe y el conocimiento sobre el cual basarla ciertamente no recibirían el espíritu. Pablo los había tratado de la misma manera que había tratado a otros cristianos en otros lugares, impartiendo el conocimiento que el Señor dirigía para la edificación de los individuos en la adoración cristiana. Ciertamente sin el conocimiento correcto nadie podía trabajar de una manera que agradara al Señor; nadie podría producir frutos para la honra del gran nombre de Jehová.
16. Según Pablo les manifestó a los colosenses, ¿cómo es efectivo en nosotros el conocimiento?
16 El conocimiento de la maravillosa esperanza de lo que está reservado para los cristianos por Jehová Dios parece que tuvo diferente efecto en los colosenses a quienes escribió Pablo: “Lo oyeron ustedes por primera vez hace mucho tiempo cuando el verdadero mensaje del evangelio vino entre ustedes, para medrar y dar su fruto entre ustedes, como lo hace por todo el mundo, desde el tiempo cuando ustedes oyeron por primera vez acerca de la misericordia de Dios, y en verdad llegaron a conocerla, en la forma en que Epafras . . . se la enseñó . . . él es el que me ha contado acerca del amor que el espíritu ha despertado en ustedes. Por eso es que, desde el día en que lo oí por primera vez, nunca he cesado de orar por ustedes y de pedir a Dios que los llene, mediante plena sabiduría y discernimiento espirituales, del claro conocimiento de lo que es su voluntad, para que la vida que lleven sea digna de su Amo y enteramente grata a él, y que sean fructíferos en toda suerte de acciones buenas, y lleguen a tener conocimiento más cabal de Dios. Entonces, tan poderosa es su majestad, que los vigorizará a ustedes perfectamente con fuerzas para el ejercicio alegre de aguante e indulgencia en toda situación, y darán gracias al Padre que les ha dado el derecho de participar de la porción del pueblo de Dios en la región de la luz.” (Col. 1:6-12, Una Tradu. Amer. [en inglés]) Aquí Pablo manifestó lo importante que es tener conocimiento claro de lo que es la voluntad de Dios. Sin él no puede uno llevar una vida correcta, grata al Amo y digna de él. Con él el camino está abierto para ser fructífero en toda suerte de obras buenas. No sólo eso, sino que habrá dádiva de fuerzas, fortaleciendo a uno para aguante alegre. Pero todas estas cosas van juntas. El uso correcto del conocimiento nos ayuda a trabajar; el Señor nos ayudará a perseverar en nuestro trabajo, para continuar en él en toda situación. Esa es la porción bienaventurada de los verdaderos siervos de Dios.
17. ¿Cómo viene ese conocimiento importante?
17 ¿Es posible que alguna persona consiga tal conocimiento? ¿Será verdaderamente posible trabajar para el Altísimo y perseverar en ese trabajo? Ese conocimiento tan importante es algo que no viene todo en un solo momento. Nuestro Dios ha proporcionado su Palabra de verdad para ayudarnos y para manifestarnos la manera de servirle. Al estudiarla aprendemos lo que son los propósitos de Dios y vemos que para que la criatura sea grata a él ese individuo tiene que consagrar su vida al servicio de Dios. Eso quiere decir trabajo. Cuando uno está lleno del conocimiento de la esperanza en el Dios vivo y luego trabaja, eso le aprovechará de una manera excepcional.
18, 19. ¿Por qué hacemos esta obra cristiana, y sobre todo ahora?
18 ¿Por qué trabajarnos? Es debido a nuestra fe y debido a que creernos la promesa de Dios de que él nos dará la vida. “Por esto es que trabajarnos y nos esforzarnos, pues hemos cifrado nuestra esperanza en el Dios vivo, el Salvador de todos los hombres, sobre todo de los que creen.” (1 Tim. 4:10, Una Tradu. Amer. [en inglés]) A alguien que no tenga fe esto pueda parecer ser tráfago; mas en verdad es la fuente del mayor gozo para los hombres cristianos en este mundo. Sobre todo en este tiempo, cuando las fuerzas del mal se aparecen más activamente que en cualquier tiempo anterior, cuando las señales del fin de este mundo viejo están sobre nosotros, esa obra es el mayor privilegio. Este es el tiempo cuando se lleva a cabo la obra de predicar el evangelio en todo el mundo para testimonio. Es el tiempo cuando hay gran luz sobre la verdad de Dios y cuando el negocio del cristiano es estudiar su Palabra y congregarse de continuo con los de igual fe preciosa en el estudio de la Biblia, ayudando a otros a aprender más acerca de la esperanza de toda la humanidad en el reino.
19 El conocimiento de las Escrituras nos manifiesta que delante de nosotros está el tiempo terrible y tenebroso de la batalla del Armagedón, cuando las fuerzas malas del mundo del Diablo se hundirán en la destrucción. La inminencia de ese suceso que cernirá al mundo graba en nuestra mente el significado de las palabras de Jesús en Juan 9:4, conforme a Una Traducción Americana (en inglés): “Tenemos que llevar a cabo la obra de aquel que me ha enviado mientras dura la luz del día. La noche viene, cuando nadie puede hacer ninguna obra.” Ahora es el tiempo para obrar con prudencia, haciendo estas obras justas de enseñar. Ahora es el tiempo para vivir y trabajar como cristianos, sobre todo ahora, porque el fin final está cerca. Por eso el apóstol nos aconseja que seamos vigilantes y cuidadosos: “Cuida de ti mismo y cuida de tu enseñanza; persevera en tu obra; si haces eso, salvarás a los que te escuchan y también a ti mismo.”—1 Tim. 4:16, Móff. (en inglés).
POR QUÉ PERSEVERAR EN ELLA
20. ¿Por qué dar consejo tan directo respecto a la perseverancia en nuestra obra?
20 “Persevera en tu obra,” dice él. ¿Por qué es necesario dar consejo tan directo? Es porque de veras hay que esforzarse para continuar en la obra de Dios. Si fuera verdad que nadie se opone a la obra de Dios, entonces, naturalmente, sería mucho más fácil; sin embargo, tenemos que estar enterados de que Satanás el Diablo es nuestro adversario y está muy airado ahora, puesto que ha sido arrojado fuera del cielo. (Apocalipsis 12) Está muy ocupado tratando de apartar de Dios a todas las criaturas y llevárselas a la destrucción junto con él en el conflicto venidero. Quiere hacer que cada uno afloje la mano, que vaya más despacio, y al fin cese por completo en la obra benéfica de Dios. Todavía trata de pelear contra Dios por medio de vencer a los siervos de Jehová, porque bien sabe que entonces ellos perderán respecto a las preciosas promesas de Dios y las bendiciones del Reino. Por eso es tan adecuada en este tiempo la amonestación del apóstol Pedro (1 Ped. 5:8, 9): “Sed sobrios, sed vigilantes; vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda en derredor, buscando a quien devorar: resistidle pues, firmes en la fe.” Satanás ataca a todo individuo que está consagrado a Dios, todo hombre, toda mujer y niño que hace la obra de Dios. El Diablo quiere que retrocedamos de la obra de Dios, contrario al buen consejo de Jesús, que dijo: “Ninguno que pusiere la mano en el arado y mirare atrás, es apto para el reino de Dios.”—Luc. 9:62.
21. ¿Cómo ‘se mira a tras’, y con qué resultado?
21 ¿Cómo ‘mira uno atrás’? Volviendo al mundo viejo del cual salirnos. Quiere decir volver a dirigir nuestro interés a las prácticas y costumbres malas del mundo viejo, como cuando Lot y su familia fueron librados por Dios de la destrucción de la inicua Sodoma y la mujer de Lot se volvió para mirar atrás porque su interés en verdad estaba allá. Ella pereció, llegando a ser una columna de sal; por eso Jesús dijo: “Acordaos de la mujer de Lot.” (Luc. 17:32) El mirar atrás quiere decir no mantener los intereses del Reino en el primer lugar. Quiere decir no perseverar en su obra.
22. ¿Cómo induce Satanás esto en algunos? ¿Cómo combatimos esto?
22 Satanás usa muchos medios para lograr esto. Algunas personas son influídas por la persecución. El vituperio retarda a otros. Pero esta persecución y vituperio no pueden evitarse. El Maestro les dijo a sus seguidores que sufrirían muchas indignidades y mucho tormento a causa de su nombre. Así fué en el caso de sus siervos después que él ascendió al cielo y ha sido verdad respecto a los verdaderos cristianos desde entonces. (Mat. 24:9; 2 Tim. 3:12) Para combatir esta acción violenta del enemigo, el cristiano tiene que tener fe fuerte. Con fe fuerte somos fortalecidos por Jehová y podernos vencer o neutralizar los ataques del enemigo si persistimos en nuestra obra y confiarnos en que nuestro Dios nos libre.
23. A pesar de la oposición ¿aun tiene uno que proveer lo necesario para la familia? ¿Por qué?
23 No todos sufren persecución violenta hoy en día, pero hay otros métodos que Satanás usa para apartarnos de nuestra obra buena. En esta vida tenemos muchas responsabilidades. Algunos de nosotros aprendemos la verdad después de que hemos adquirido familias, y estas familias no siempre creen las Escrituras como nosotros. A veces ponen todo impedimento en nuestro paso en un esfuerzo de hacernos dejar de perseverar en nuestra adoración. La responsabilidad está sobre nosotros de proveer lo necesario para los miembros de nuestra familia, lo cual como cristianos nos complacemos en hacer. “Empero si alguno no provee a la necesidad de los suyos, y especialmente de los de su propia casa, ha renegado de la fe, y es peor que el incrédulo.” (1 Tim. 5:8) Hasta cuando se oponen a nuestras obras buenas tenemos que ver que tengan lo necesario para mantener la vida si nos toca proveer lo que le hace falta a la familia. Y al fin pueda ser que acepten la verdad y ganemos nuestras familias para el Señor, poniendo nosotros ejemplo fiel de creencia y buenas obras.
24. ¿Por qué perseverar en la obra a pesar de la oposición de la familia? ¿Cómo?
24 El consejo respecto a cómo vencer la oposición de la familia se halla en las palabras de Jesús en Mateo 10:34-39: “No penséis que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada. Porque vine a poner en disensión al hombre contra su padre, y a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su misma casa. El que ama a padre o a madre más que a mí, no es digno de mí; y el que arna a hijo o a hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no torna su [madero] y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que [hallare] su vida la perderá; y el que perdiere su vida por mi causa, la hallará.” Jesús manifestó que habría grandes crisis en las familias que aceptaran a Cristo y siguieran en el camino recto. Ningún cristiano debe permitir que la oposición de la familia le impida servir a Jehová Dios y Cristo, sino que el cristiano tiene que poner por delante el amor de Cristo, de otra manera no probará que es digno. Si otros en la familia se ponen tan violentos que toman la vida del creyente cristiano, entonces Cristo restaurará la vida en el tiempo del Reino; pero si uno retrocediera a la inactividad para salvarse la vida, al fin desagradaría al Dador de vida y perdería la vida eterna. Dando siempre primera importancia al amor del Señor y dejando que sean secundarias las otras cosas que se exigen, perseveraremos correctamente en nuestra obra.
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Cómo perseverar en ellaLa Atalaya 1950 | 1 de julio
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Cómo perseverar en ella
1. ¿Qué cosa gobernó Dios para los israelitas mediante el Cuarto Mandamiento?
PARA mantener nuestra vida tenemos que tener cierta cantidad de los bienes de este mundo. ¿Llegarán a ser impedimento para nosotros en nuestra obra cristiana los bienes mundanos? ¿Caeremos en la trampa del enemigo porque nos da miedo perder el ingreso constante de nuestra obra seglar? Con frecuencia los que emprenden el servicio de Dios son oprimidos. Son boicoteados en sus negocios, sobre todo en lugares tales como Quebec, donde domina la falsa religión. Por otra parte, puede haber sólo amenazas de pérdidas monetarias o comerciales. Sabemos que si hay egoísmo u orgullo en nosotros nuestro adversario se valdrá de eso para retardarnos en nuestra obra. Esta es otra gran prueba de la fe del cristiano. El Señor ha prometido proporcionar todo lo que les hace falta a sus siervos. (Mat. 6:33) ¿Será bastante fuerte la fe de ellos? ¿Creerán lo que el Señor promete en su Palabra? Basándose en su conocimiento y fe, el apóstol Pablo salió con una declaración de la posición razonable del cristiano: “Si tenernos alimento y ropa estaremos satisfechos. Pero los hombres que quieren enriquecerse caen en tentaciones y lazos y muchos deseos insensatos y perjudiciales, que lanzan la gente a la destrucción y ruina. Pues el amor del dinero es la raíz de todos los males, y en su ansiedad de enriquecerse, algunos hombres se desvían de la fe y se traspasan el corazón con muchos pesares.”—1 Tim. 6:8-10, Una Tradu. Amer. (en inglés).
2. Además de descansar, ¿qué cosa mandaba este mandamiento que se hiciera? ¿Cuánto?
2 Satanás trata de hacer que las cosas de este mundo les parezcan atractivas a los que están en la obra de Dios. Hay muchas concupiscencias de la carne que guerrean contra las cosas espirituales. (1 Cor. 10:6-11; Sant. 1:14, 15; 1 Ped. 2:11) Hay los placeres de esta vida que podemos permitir que tomen todo nuestro tiempo consagrado. Si tenernos bastante de los bienes de este mundo podemos tener causa de la obra. Las atracciones del mundo viejo pueden ser causa de mirar atrás. Sucedió en los días de los cristianos primitivos y todavía sucede hoy en día. Como el apóstol Pablo testificó en sus escritos (2 Tim. 4:9, 10): “Haz lo posible por venir a mí presto: porque Demas me ha abandonado, amando más este siglo presente, y se ha ido a Tesalónica.” Demas tuvo grandes oportunidades de servir a Dios en compañía con el apóstol Pablo, pero perdió porque no perseveró en su obra. Tomando el curso en la vida que él escogió no podía menos que perder sus oportunidades de conseguir la vida eterna, y patentemente las perdió.
3. ¿Qué había de proporcionar el descanso? ¿Quiso decir el ocio completo?
3 Nuestro enemigo astuto usa otros métodos para retardar a los siervos de Dios. Siembra la discordia entre los hermanos. A menudo el mundo habla mal de nosotros; pero cuando tales cosas vienen de la boca de los que están asociados en la obra no se reciben con facilidad. Duele profundamente. Si nuestra fe no está fuerte, podemos ofendernos y aislarnos de los demás cristianos. Ese es un error; puede hacernos dejar de trabajar. Por eso no debemos de permitir que la desunión entre en nuestras filas. Debemos de allanar prestamente cualquier diferencia que surja y seguir avanzando en la obra.-Pro. 6:14, 16, 19; Efe. 4:3, 12, 13, 31, 32; Col. 3:12, 13.
4, 5. A pesar de las objeciones, ¿qué manifestó Jesús respecto al día del descanso? ¿Por qué?
4 Porque somos atacados por tantos lados por el maligno, siempre tenernos que estar alerta y luchar duro para avanzar. No nos conviene correr el albur con nuestra vida, de modo que siempre debernos de tener punto de vista positivo. Hay peligro en ser irresolutos, haciendo pausa en el camino a la vida. Somos prudentes cuando entendemos que ya que hemos hecho una consagración para servir a Dios nunca hay duda respecto a cómo decidir las cosas. Estamos seguros si hacemos nuestras decisiones siempre a favor de la obra del Señor y en armonía con su Palabra. Jesús nos dió buen ejemplo de cómo proceder cuando el Diablo lo tentó en el desierto. Jesús sabía lo que decían las Escrituras, de modo que las usó como su vehículo para contestar. El Diablo no pudo hacerlo cambiar de su actitud mental positiva. (Mat. 4:1-11) Asimismo debernos de cuidar de que no permitamos que nuestros deseos carnales u otras criaturas nos influyan irrazonablemente para apartarnos de nuestras actividades teocráticas. Es necesario permanecer cerca del Señor y de su organización para estar seguros.
5 Nuestra mente tiene que ser educada mediante el estudio de las Escrituras si hemos de perseverar en nuestra obra. El pensar y hablar acerca de Dios y sus propósitos es bueno para usted. Considere las limitaciones que tiene usted. Tiene cantidad limitada de tiempo que dar a la educación de su mente. Si consume todo ese tiempo con lectura mundana, diversión del radio, la televisión, etc., y en pensar en cosas terrestres, pierde tiempo que puede usarse para edificar una fortaleza protectora contra los dardos del enemigo. Sus pensamientos pueden estar llenos de ideas importantes. Cada día hay un texto que considerar, conforme se publica en el Anuario de los testigos de Jehová (en inglés, pero en La Atalaya en español). Hallará ocasiones adecuadas para discutir los asuntos teocráticos cuando esté asociado con otros en la obra del testimonio público, o con amigos al viajar o al estar en casa. El cristiano prudente aparta cierto tiempo con regularidad para la edificación de su mente, fortificándose para la obra que hay que hacer.—Fili. 4:8, 9.
6. ¿Cambió sus principios la abolición de la ley del día del descanso? ¿Por qué?
6 Este proceder ayudará a otros también. Tiene usted el privilegio de edificar a otros en la fe. A menudo encontrará usted personas que no son positivas en su manera de ser, que manifiestan flojera en su manera de trabajar. Le hace usted un verdadero beneficio a tal persona dudosa cuando la anima a asistir a las reuniones donde se estudia la Biblia con otros de igual fe preciosa y cuando le sugiere que participe en el servicio de Dios. Quizá no se dé cuenta del peligro al que se conduce cuando pone cualquier pretexto para no hacer lo que Dios exige de sus siervos consagrados. Como cristiano tiene usted el privilegio de ayudar a otro a formar las buenas costumbres que usted ha adquirido y de resistir las malas costumbres que conducen hacia atrás. Cultive la costumbre de asociarse con regularidad con el pueblo del Señor. Practique estas cosas de costumbre.
7. ¿Qué ministerio trajo Jesús? ¿Cómo lo manifestó?
7 El perseverar en su obra será más fácil si avalúa correctamente la obra extraordinaria que es la porción del cristiano. Ciertamente no hay nada de mayor valor en este mundo transitorio. No es común ni ordinaria. Pueda ser que una persona orgullosa se sienta demasiado importante o demasiado hábil para ir de casa en casa en el servicio de Dios. Pero Jesús y sus discípulos no se sintieron así. No decidieron servir a Dios porque no podían hallar ningún otro empleo o porque no eran aptos para otro trabajo. Vieron en el servicio de Dios el honor más elevado que podría venir a criatura alguna en la tierra. Hoy en día hay muchos entre los testigos de Jehová que, según mira las cosas el mundo, tienen extraordinarias habilidades o talentos naturales. Pueden tener inteligencia mucho mejor que regular. Pueden ser diestros. Si dirigieran sus esfuerzos en esa dirección, podrían conseguir elevados puestos en este mundo, junto con las riquezas y todas las cosas que el mundo estima. Pero, ¿escogen ellos las cosas temporales, con la pérdida de la atesorada obra y bendiciones de Dios? De veras que no. Más bien usan todas sus habilidades naturales para el adelanto de la obra del Señor. Debemos de considerar nuestras habilidades naturales como dádivas de Jehová y debemos cultivarlas en su servicio. (1 Cor. 12:31; 13:8; 14:1, 39; Efe. 4:7-13) Las habilidades, pues, que tengamos, sean muchas o pocas, deben de aplicarse a la obra de Dios y para ayudarnos a perseverar en esa obra.
8. ¿Por qué iba Jesús a las sinagogas en el día del descanso? ¿Qué cosa aprendemos nosotros?
8 No es bastante que participemos en la obra de Dios. No, sino tenemos que dar lo mejor que tenemos si vamos a agradarle. Hay que mantener la calidad de la obra lo más alto que sea posible. Como lo expresó Pablo: “Como edificador perito, yo puse el cimiento, como me comisionó hacerlo Dios, y ahora alguien más edifica sobre él. Pero que cada uno cuide de cómo lo hace. Pues nadie puede poner otro cimiento que el que está puesto, es decir, Jesucristo mismo. Y si uno usa oro o plata o piedras preciosas para edificar sobre el cimiento, o madera o heno o paja, la calidad de la obra de cada uno aparecerá, pues el Día lo manifestará. Porque el Día estallará en fuego, y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno. Si lo que el hombre ha edificado sobre el cimiento pasa la prueba, él tendrá su paga.” -1 Cor. 3:10-14, Una Tradu. Amer. (en inglés).
9. ¿Qué obra hacía él en las casas de la gente? ¿Por qué?
9 Es un error menospreciar el maravilloso servicio de Dios. Ese servicio es un tesoro de valor inestimable. “Empero tenemos este tesoro en vasijas de barro [nuestros cuerpos carnales], para que la soberana grandeza del poder sea de Dios, y no de nosotros.” (2 Cor. 4:7) Recibimos nuestras habilidades en la obra de Dios y debemos emplearlas creativa y concienzudamente y con diligencia. Gozaremos de hacer la obra de Dios si hacemos lo justo, si damos lo mejor que tenemos. Se hará buena edificación; nuestra obra será fructífera. Sobre la base de la calidad de nuestra obra Dios nos dará nuestra paga. Jehová nos paga bien por nuestro servicio en la justicia; nos da la vida eterna. “El hombre inicuo gana salario ilusorio; pero el que siembra la justicia tiene verdadera recompensa.”—Pro. 11:18, Una Tradu. Amer. (en inglés).
10. ¿Quiénes aprendieron mediante su ejemplo? De modo que ¿qué cosa les hizo?
10 Aun ahora recibimos recompensas. Tenemos la satisfacción y el contento mental que viene sólo con la bendición del Señor. Tenemos el gozo del Señor, corazones llenos de esperanza y expectación. Esto nos viene como baluarte contra la oposición del Diablo. Vemos que ahora tenemos el privilegio de desarrollarnos mediante las muchas experiencias y pruebas que vienen sobre nosotros. Por decirlo así, estamos perfeccionando nuestra obra, puliéndola para quitarle los defectos. Al ver nuestra obra mejorarse recibimos mucho gozo. Nos regocijamos en hacer la voluntad del Señor, conforme está escrito: “Ustedes deben de hallar el mayor gozo, hermanos míos, en estar implicados en diferentes pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe conduce a la constancia, y la constancia tiene que ejercerse sin impedimento, para que ustedes estén plena y perfectamente desarrollados sin ningún defecto.”—Sant. 1:2, 3, Una Tradu. Amer. (en inglés).
LA LIBERTAD DE UNA CONCIENCIA LIMPIA
11. ¿Qué quisieron decir tales instrucciones para ellos?
11 Con este perfeccionamiento de nuestro servicio viene el conocimiento de que hacemos lo que es justo. Así nos paga el Señor con la libertad que viene sólo de tener una conciencia limpia. Nosotros, como cristianos, hemos hecho una consagración para servir a nuestro Padre, y él nos ayuda a retener nuestra integridad. Si tomamos el proceder de la justicia recibimos muchas bendiciones y tenemos el privilegio de manifestar mediante nuestra conducta recta que los que nos maltratan tienen toda la vergüenza. “Y, ¿quién hay que pueda dañarlos si están ansiosos de hacer lo que es recto? Aunque sufran por la rectitud, bienaventurados son. Pero no les tengan miedo, ni se perturben, sino que reverencien a Cristo en el corazón como Señor, y siempre estén dispuestos para hacer su defensa ante cualquiera que los llame a cuentas por la esperanza que tienen. Pero háganlo apacible y respetuosamente, y mantengan su conciencia limpia, para que los que maltratan su conducta cristiana se avergüencen de sus vituperios.” ¡Qué maravillosa es la sensación de estar libre del temor, de estar satisfecho, de confiar en la seguridad de la mano protectora del Altísimo! Hay cierto gozo en sufrir por hacer lo recto en la obra de Dios; pero, por otra parte, ¡qué grande es la angustia mental de los que hacen el mal! “Porque es mejor sufrir por hacer lo recto, si eso fuere la voluntad de Dios, que por hacer lo malo.”—1 Ped. 3:13-17, Una Tradu. Amer. (en inglés).
12. ¿Qué había de incluir su obra cristiana? ¿Hasta qué grado?
12 Cuando perseveramos en la obra de servir a Dios y cuando permanecemos cerca de su organización quizá suframos la persecución, pero Dios nos concede las fuerzas y la habilidad de aguantarla. Cuando descuidadamente volvemos a las maneras del mundo viejo y somos entrampados en cualquiera de los muchos hoyos o trampas de Satanás, entonces sufrimos los pesares indecibles que nos traemos. La atención de la Sociedad del Watch Tówer a menudo se llama a tales cosas porque las personas buscan ayuda en su tiempo de angustia. Un ejemplo reciente que es muy desafortunado se presenta en la siguiente carta:
Queridos hermanos,
Les escribo pidiéndoles su parecer sobre la separación y el divorcio. Mi marido y yo somos testigos de Jehová pero durante los últimos dos años ha menguado nuestro celo para el servicio. Me doy cuenta del error que hemos cometido y he tratado de conseguir que mi marido reanude su servicio. Desde el primero de este año no he podido lograr que asista él a las reuniones. Él cree que porque en un tiempo era el siervo de la compañía y ha aflojado la mano que ha perdido su derecho a las bendiciones del Reino. Por supuesto yo creo que el Diablo lo ha entrampado y que ahora trata de justificar sus acciones. Está implicado con una mujer y quiere divorciarse de mí para poder casarse con ella. Le dije que ciertamente estaría desperdiciando toda esperanza si procediera con esto. Tenemos dos hijos, y a mí me parece que cualquier persona que tiene conocimiento de las leyes de Dios debe de poder ver que tiene que dejar tales tentaciones, aunque no nos llevamos bien; pero creo que sí podríamos llevarnos bien, si él renunciara a esta otra mujer. Hágannos el favor de escribirnos lo más pronto posible respecto a nuestra posición. Me doy cuenta de que hemos perdido muchas bendiciones por nuestra negligencia, pero, ¿no queda ninguna esperanza? Sé que él ama al Señor y al pueblo del Señor. Pero yo no sé qué pasos debo tomar.
Su hermana para la Teocracia,
Esa es una condición muy lastimosa a la que han sido conducidos algunos al dejar de perseverar en la obra y de apegarse a la organización. Eso es lo que Satanás traerá sobre los que le dan la oportunidad, pausando para volver a asociarse con el mundo viejo: el sufrimiento mental, el pesar e infelicidad.
13. Con ese fin ¿qué ayuda les fué dada desde arriba?
13 Nos consuela saber que nuestro Dios en los cielos es Misericordioso y que él es fuente constante de ayuda y consuelo. Cuando se nos hace tropezar bajo los ataques constantes de nuestro adversario y retrocedemos, sufrimos pesares indecibles debido a ello. Pero si verdaderamente amamos a Dios nos dirigiremos a él y buscaremos su ayuda, como va el niño a su padre. Podemos recibir esta ayuda, mediante su bondad inmerecida, si hacemos un esfuerzo sincero para ir por el camino recto desde ahora en adelante. Sabemos que no podemos seguir repitiendo nuestros pecados voluntariosamente y luego volver cada vez para pedir perdón, como acostumbran hacerlo algunos en círculos religiosos modernos, porque las Escrituras no lo permiten (Heb. 10:26-30); pero cuando sinceramente nos arrepentimos y tratamos de ir por el camino recto, volviendo a la obra del Señor y resolviéndonos perseverar en ella, allí está el Señor para ayudarnos a recobrarnos. Cuando menos, el período de sufrimiento ciertamente será tiempo sumamente difícil —muchos hay que nunca se recobran— y de modo que el siervo prudente de Jehová mantendrá clara su visión del punto en disputa y perseverará en su obra, no aventurando su vida.
14. ¿Por qué y cómo se les manifestó a los tesalonicenses que el trabajo es un requisito?
14 Al fin, lo que nuestro Padre considerará será nuestras obras, y entonces se determinará si hemos de recibir la vida eterna o no. ¿Por qué hemos de arriesgar insensatamente la pérdida de esa paga excelente de Jehová volviendo y procurando el salario ilusorio de este mundo viejo moribundo? Es mejor considerar y prestar atención a las palabras del apóstol Pedro: “Y si invocan como padre al que juzga a cada cual imparcialmente por lo que hace, ustedes deben vivir reverentemente todo el tiempo que se queden aquí, porque saben que no han sido rescatados con algo perecedero como plata u oro, de la manera inútil de vivir en la cual fueron criados, sino con sangre preciosa.” (1 Ped. 1:17-19, Una Tradu. Amer. [en inglés]) Se les exige a los cristianos vivir reverentemente todo el tiempo que se queden en este mundo viejo, siguiendo con cuidado la Palabra de Dios, si han de ganar la aprobación final del Dador de la vida que está en el cielo. El rescate por Cristo Jesús no ha de considerarse como cosa común, sino que es un tesoro precioso de mucho más valor que la plata y el oro. Podemos perder todas las bendiciones del Señor si volvernos a la manera inútil de vivir en la cual fuimos criados antes de conocer la verdad y antes de hacer nuestra consagración.
15, 16. ¿Dónde y cómo conseguimos fuerzas para nuestra obra?
15 Con la paga que nos da ahora Jehová hallamos la protección divina. Estarnos en un mundo malo que trata de destruir todo lo que honra al nombre de Jehová. Si no fuera por el servicio protector insuperable que viene desde arriba no podríamos sobrevivir en este mundo viejo. Se nos da toda ayuda razonable también. El Señor les ha dado su espíritu en abundancia a sus siervos y con eso ha venido un abastecimiento de alimento espiritual y conocimiento de sus propósitos que no podernos abarcar. El alimento es abundante. Cuando trabajarnos duro usamos más del alimento y lo apreciamos más. Nos da fuerzas adicionales para perseverar en nuestra obra.
16 Las fuerzas que Dios nos da para aguantar en este mundo viejo están más allá del entendimiento de este mundo. El mundo ve que como organización los testigos de Jehová perseveran en su obra bajo todas las condiciones, a pesar de la violencia de persecución y guerra. Los esfuerzos hechos para detener la obra ordinariamente pondrían fin a las actividades de cualquier grupo. Sabernos que sólo la ayuda de Jehová hace posible que aguantemos, y por eso no nos gloriarnos en nosotros mismos. “Nos gloriamos en esperanza de la gloria de Dios. Y no solamente así, sino que triunfamos también en aflicciones, sabiendo que la aflicción obra aguante; y el aguante, aprobación; y la aprobación, esperanza; y esta esperanza no es avergonzada, porque el amor de Dios ha sido difundido en nuestro corazón, mediante el espíritu santo que se nos ha dado.”–Rom. 5:1-5, Diag. (en inglés).
17. En cuanto a nuestra obra, ¿cuál es la única cosa prudente que hacer ahora? ¿Cómo?
17 Con la ayuda del espíritu de Dios y la maravillosa esperanza, podernos aguantar, hallamos que podernos perseverar, podernos continuar, podemos aferrarnos a nuestra obra. Es la única cosa prudente que hacer ahora. Tenernos la expectativa de la vida, y el tiempo está tan cerca. Pablo dijo: “No deben de perder su ánimo, porque será ricamente recompensado, pero necesitarán el aguante si han de llevar a cabo la voluntad de Dios y recibir la bendición que él ha prometido.”–Heb. 10:35, 36, Una Tradu. Amer. (en inglés).
SANA INVERSIÓN DE ESFUERZO
18. ¿A qué cosa no debemos de dirigir toda nuestra energía? ¿Por qué no?
18 Es en las cosas duraderas que debemos hacer nuestra inversión. Estas son solamente las cosas teocráticas, la obra de Dios. Se nos aconseja que no pongamos toda nuestra energía en las empresas mundanas porque esas cosas están condenadas a la destrucción en la cercana batalla del Armagedón. Si darnos todo nuestro tiempo a tales cosas se perderá porque tales cosas están condenadas a la destrucción con este mundo en la batalla del Armagedón que ya está cerca. Si damos todo nuestro tiempo a tales cosas será tiempo perdido porque tales cosas van a perderse. Peor que eso, podremos ser aplastados junto con ellas en el Armagedón por no perseverar en la obra de Dios y por no darle el primer lugar en nuestra vida a esa obra. “No han de trabajar por el alimento que perece, sino por el que dura para la vida eterna, que el Hijo del hombre les dará, porque Dios el Padre le ha autorizado hacerlo.” (Juan 6:27, Una Tradu. Amer. [en inglés]) Ha de recordarse que el conseguir la salvación quiere decir trabajo, perseverando en él a toda prueba. “De manera que, amados míos, conforme habéis obedecido siempre, no sólo corno en mi presencia, sino antes mucho más ahora en mi ausencia, llevad a cabo la obra de vuestra misma salvación, con temor y temblor.”–Fili. 2:12.
19. ¿De qué maneras provechosas puede proceder nuestra obra personal?
19 Y todo el trabajo que hacemos es provechoso. Unas cuantas palabras pronunciadas al tiempo correcto ayudará a muchas personas a apreciar más de los propósitos de Dios y su gran misericordia. Tenemos oportunidades de hablar a otra gente por teléfono. Podernos escribir cartas acerca del evangelio. Podemos mandar literatura por el correo respecto al Reino a amigos y personas de buena voluntad. Cuando visitantes vienen a nuestra casa podemos hablar con ellos acerca de Jehová Dios. Todo esto es parte de la obra buena, muchas veces además de la obra importante de visitar a la gente en sus casas y lugares de negocio. Sea que hagamos mucho en la obra o poco debido a fuerzas o habilidad limitadas, el perseverar en la obra es bueno. Puesto que quiere decir la salvación, su obra no está perdida ni desperdiciada. “De modo que, queridos hermanos míos, estén firmes e inmóviles, y siempre dedíquense a la obra del Señor, porque saben que mediante el Señor su trabajo no está desperdiciado.”–1 Cor. 15:58, Una Tradu. Amer. (en inglés).
20. ¿Por qué tiene más fuerza ahora la cita de 1 Timoteo 4:16?
20 Siempre ha sido verdad que se exige que los cristianos trabajen, porque eso está de acuerdo con los principios del Dios Altísimo. El consejo de Pablo que está escrito en 1 Timoteo 4:16 estaba lleno de significado para los consagrados en los tiempos cristianos primitivos. Pero hoy en día los tiempos son más peligrosos, los días son más malos. El tiempo para la decisión final del gran punto en disputa de la dominación universal está aquí y la ira de los malos ha llegado a su colmo. Esto quiere decir que los ataques contra los que tratan de hacer la obra de Dios son más intensos y violentos que en cualquier otro tiempo en la historia. En vista de todo esto nosotros mismos tenemos que estar firmes en nuestra integridad, nunca dándole la menor oportunidad al Diablo de herirnos para incapacitarnos para el servicio cristiano; nunca permitiéndonos ser cautivados por sus fuerzas y arrastrados a las tinieblas de este mundo y su perdición.
21. ¿Cómo sirve de bendición ahora la obra nuestra ayudándonos a ganar?
21 La obra que se nos ha dado es una gran bendición. Nos aparta de las cosas peligrosas del mundo viejo, de modo que hace veces de protector. La obra que tenemos que hacer ahora es enseñar y predicar. Todo el tiempo y todas las fuerzas que podemos tomar debe de ir a la obra. Hemos entrado en esta obra con la determinación de permanecer con ella hasta el fin. El nombre de Jehová está implicado y también nuestra eterna salvación. Queremos ganar y podemos ganar, haciendo obras buenas. En verdad, tenemos que perseverar en nuestra obra, fielmente anhelando el tiempo cuando se cumpla la declaración del Señor en el Apocalipsis 22:12: “He aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para dar la recompensa a cada uno según sea su obra.” Ahora es el tiempo. Porque la decisión final del gran punto en disputa ha de venir en esta generación, nuestra salvación está mucho más cerca que cuando los cristianos primero comenzaron a servir a Dios. Está más cerca aún que cuando nosotros mismos primero comenzamos a hacer la obra de Dios. No debemos de correr el albur, mirando atrás al mundo viejo para algo. No podernos arriesgar ni siquiera el menor retardo ahora. Por eso la amonestación en 1 Timoteo 4:16 (Móff. [en inglés]) quiere decir tanto para nosotros en estos postreros días: “Cuida de ti mismo y cuida de tu enseñanza; persevera en tu obra.”
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Asamblea internacional de los testigos de JehováLa Atalaya 1950 | 1 de julio
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Asamblea internacional de los testigos de Jehová
HA DE REUNIRSE EN EL YANKEE STADIUM EN LA CIUDAD DE NUEVA YORK DEL 30 DE JULIO AL 6 DE AGOSTO INCLUSIVE
LA ATENCIÓN de los testigos de Jehová por todo el mundo se ha concentrado en este acontecimiento, el más sobresaliente de todos los que se han planeado para 1950. El celebrar la asamblea en la ciudad de Nueva York no la hace una asamblea americana, sino que es una reunión internacional de los testigos de Jehová, porque ellos vienen de los puntos más extremos de la tierra. Al tiempo de escribir esto se han recibido informes de cincuenta y cinco diferentes naciones diciendo que enviarán representantes. Más de 2,000 delegados vendrán de otros países para concurrir junto con sus hermanos estadounidenses y canadienses a esta gran fiesta, que se celebrará por ocho días en la segunda ciudad más grande del mundo.
El local que se ha escogido para la celebración de esta gran reunión de los testigos de Jehová es el famoso Yankee Stadium, situado en la avenida River y la calle 161 Este en el distrito Bronx, ciudad de Nueva York, y se espera que este tremendo estadio esté casi lleno desde el mismo principio de la convención el 30 de julio. No sólo a los testigos de Jehová se les invita a asistir, sino a todos los lectores de La Atalaya, y también a los del público en general de Nueva York que se interesan en el estudio de la Biblia. El público queda invitado a todas las sesiones, la entrada es gratis, y no se harán colectas en ninguna de las reuniones. Si Ud. no ha hecho planes para estar en Nueva York entre los días del 30 de julio y el 6 de agosto pero se halla con algún motivo para venir a Nueva York, entonces no deje de estar en la ciudad el tiempo que pueda durante este período, porque Ud. recibirá una rica bendición al asistir a esta reunión del pueblo del Señor.
LO DESTACANTE DEL DIA INICIAL
El primer día de la convención será llamado “Día de Graduación de Galaad”, y el programa empezará a las 9 y 30 con cánticos. Los testigos de Jehová no tendrán que traer sus cancioneros viejos, porque la Sociedad pondrá en circulación un cancionero nuevo el domingo temprano por la mañana. Muchos cánticos nuevos han sido agregados, pero ya no les diremos más hasta que se unan con nosotros en cantar los cánticos de alabanza. La música y los cánticos que se cantarán en la asamblea no serán iguales a los del viejo cancionero.
El presidente de la convención pronunciará el discurso inicial a las 10 y 30 el domingo. El resto del día se dedicará al servicio de graduación de la clase décimoquinta de la Escuela Bíblica de Galaad de la Wátchtower. Ese programa tendrá su principio a las 13 y 30, y de veras que esto es algo que Ud. querrá ver y oír. No cabe duda de que será muy animador.
Desde el primer día hasta el último el programa está lleno de cosas interesantes, y no querrá Ud. faltar a ninguna parte de él. Pero si algunos de Uds. lectores de La Atalaya no pueden asistir todos los ocho días, tengan presente que el domingo por la tarde, el 6 de agosto, N. H. Knorr, el presidente de la Wátchtower Bible and Tract Socíety, Inc., pronunciará una conferencia que será ampliamente anunciada. El tema será, “¿Podrá usted vivir para siempre en felicidad en la tierra?” Si por motivos de negocio u otros Ud. tiene que ir a algún lugar cerca de la ciudad de Nueva York el fin de semana del 6 de agosto de 1950, incluya en su itinerario esta reunión que se celebrará en el Yankee Stadium.
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