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Punto de vista correcto sobre el trabajo futuroLa Atalaya 1961 | 15 de diciembre
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hemos renunciado a ser leales al Gobernante soberano del universo, Jehová Dios, y nos hemos unido a las filas de los que son Sus enemigos. (Sant. 4:4; 2 Cor. 4:4; 1 Juan 5:19) ¡Cuánto más sabios somos si buscamos la paz con Dios y servimos los intereses de su nuevo mundo!
3. (a) ¿Cuál es el objetivo principal del trabajo de la mayoría del género humano? (b) ¿Es práctico?
3 ¡Hay tantos afanes a los cuales pudiéramos dedicar nuestros esfuerzos! La mayoría de la humanidad tiene como principal objetivo de su afán el obtener seguridad económica, pero esta no es la cosa más importante en la vida. El punto de vista correcto del futuro de uno no es un punto de vista materialista, un punto de vista en el cual los logros se miden con posesiones materiales adquiridas. Jesucristo recalcó esto con una ilustración. Habló en cuanto a un hombre que tuvo mucho éxito como agricultor y que se imaginó la expansión de sus medios para almacenar para el futuro. Deseaba poder jubilarse con una abundancia que le durara por muchos años. Esperaba la ocasión en que pudiera decir: “Alma, tienes tú muchas cosas buenas almacenadas para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete.” Pero dicha vida puede errar completamente aun el blanco materialista al cual se dirige. Porque, como Jesús relato, Dios le dijo: “Persona irrazonable, esta noche están demandando el alma tuya. ¿Quién, pues, ha de tener las cosas que tu almacenaste?” “Así sucede con el hombre que atesora para sí pero no es rico para con Dios.” (Luc. 12:16-21) Los que siguen las pisadas de Jesucristo no malgastan de modo insensato su vida de esa manera. Están bajo obligación de proveer para los suyos, y son estimulados a usar sabiduría práctica al hacerlo. Pero saben que cuando son ricos para con Dios, buscando primero su reino, no tienen causa para preocuparse ansiosamente en cuanto a qué comerán o qué beberán o qué se pondrán, porque “todas estas otras cosas les serán añadidas” a ellos.—Mat. 6:25-34.
4. ¿A qué trabajo elogiable pueden dedicarse otros, pero cómo pudieran dejar de discernir una obligación aun más importante?
4 Otros pueden dedicarse a lo que muchas veces se llaman actividades “humanitarias, a aliviar la angustia y el sufrimiento de su prójimo desde un punto de vista físico. Es elogiable tal deseo de ayudar a otros. Jesús mismo en una parábola denotó elogio para el samaritano que extendió ayuda física a otra persona que se hallaba en grande angustia física. (Luc. 10:30-37) Lucas, un compañero de viaje del apóstol Pablo, siendo médico, estaba en posición de aliviar el sufrimiento físico de otros. (Col. 4:14) Pero si uno se pasa la vida dedicado al servicio de su prójimo, y no obstante deja de dar devoción previa al servicio de Dios, no ha mantenido enfocada la cosa verdaderamente importante. “Esto es lo que sigo orando,” dijo Pablo en su carta a los filipenses, “que el amor de ustedes abunde aun más y más con conocimiento acertado y pleno discernimiento, para que se aseguren de las cosas más importantes, para que no tengan tacha y no estén haciendo tropezar a otros hasta el día de Cristo, y estén llenos de fruto justo que es por medio de Jesucristo, para la gloria y la alabanza de Dios.”—Fili. 1:9-11.
5. ¿Cuál es el trabajo más importante en el cual puede uno ocuparse, y por qué?
5 Sin duda, el trabajo más importante en que podemos ocuparnos es el que Dios nos da; el hacerlo significa cumplir el mismísimo propósito de nuestra existencia. “‘Ustedes son mis testigos,’ es la declaración de Jehová.” (Isa. 43:10) Eso coloca sobre nosotros la obligación de hablar acerca de Dios y de sus propósitos, de encargarnos de que otros conozcan quién es el Dios verdadero y cuáles son sus propósitos, de asegurarnos de que oigan las buenas nuevas de que el reino de Dios gobierna ahora y que por medio de él serán derramadas con abundancia bendiciones eternas sobre el género humano obediente. Sea que el mensaje se reciba agradecidamente o no, la voluntad de Dios es que se dé. Su propósito es que su “nombre sea publicado por toda la Tierra,” y es nuestro privilegio feliz participar en esa obra. (Rom. 9:17) Felices son los que responden a esta predicación con fe y se unen en alabar a Dios, pues “cualquiera que invoque el nombre de Jehová será salvado.”—Hech. 2:21.
6. ¿Cómo mostró el apóstol Pablo discernimiento para escoger de entre las oportunidades disponibles para él?
6 Pablo, un apóstol de Jesucristo, mostró discernimiento agudo para escoger de entre las oportunidades que tenía disponibles, cuando dijo: “Las cosas que fueran ganancias para mí, éstas las he considerado pérdida a causa del Cristo. Pues, en cuanto a eso, verdaderamente considero también que todas las cosas son pérdida a causa del valor sobresaliente del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor.” Él no iba a permitirse ser abrumado por considerar su condición social anterior, oportunidades de oficio ni su prominencia en el mundo religioso. Las “cosas que fueran ganancias” para él desde un punto de vista mundano él estuvo dispuesto a cancelarlas como pérdidas con el fin de edificar su vida alrededor del ministerio que el Señor le había confiado. Su corazón estaba en el ministerio, y dijo: “Estoy agradecido a Cristo Jesús nuestro Señor, que me delegó poder, porque me consideró confiable al asignarme a un ministerio.”—Fili. 3:7, 8; 1 Tim. 1:12.
DESEMPEÑO CABAL DEL TRABAJO
7, 8. (a) ¿Qué punto de vista tuvo Pablo de la manera en que el ministerio ha de desempeñarse? (b) ¿Cómo demostró eso en su ministerio en Éfeso?
7 Pablo probó su devoción desempeñando su ministerio de manera ejemplar. Cuando repasó con los superintendentes de la congregación de Éfeso el derrotero que había seguido, él mencionó la oposición que había encontrado, pero mostró que ésta no lo había hecho retraerse. Había desempeñado el ministerio de manera cabal. “Ustedes bien saben que desde el primer día que puse pie en el distrito de Asia estuve con ustedes todo el tiempo, actuando como esclavo del Señor con la mayor humildad de mente y lágrimas y pruebas que me sobrevinieron por las maquinaciones de los judíos; mientras yo no me retraje de decirles cosa alguna que fuera de provecho ni de enseñarles públicamente y de casa en casa. Pues yo testifique cabalmente tanto a judíos como a griegos acerca del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesús.” Él no tuvo la actitud de que bastaba con que él hubiera estado en medio de ellos, y que si hubieran querido las buenas nuevas pudieran haber venido a él y oírlas. Él fue de casa en casa para ponerse en comunicación con ellos. Él tenía la confianza de que ellos realmente habían escuchado el mensaje y, sea que lo creyeran o no, sabían de qué se trataba. En su propia mente la pregunta no era: ¿He tenido alguna participación en el ministerio? sino: ¿Lo he desempeñado cabalmente? Pablo reconoció la importancia de hacerlo así, y lo recalcó, diciendo: “No hago mi alma de valor alguno como preciada para mí, siempre que pueda terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús de dar testimonio cabal de las buenas nuevas de la bondad inmerecida de Dios.”—Hech. 20:18-24.
8 Al cuidar de su asignación en Éfeso, al principio presentó una serie de reuniones bíblicas públicas en la sinagoga, y ésta duró por unos tres meses. Fue franco y enérgico en su presentación, y al mismo tiempo tomó en consideración el modo de pensar de los que componían su auditorio, expresando el mensaje en los términos que ellos pudieran entender más fácilmente. (1 Cor. 9:20-23) No hubo manera de confundir lo que él enseñaba con la doctrina del clero de Éfeso que regalaba los oídos, y pronto se hizo evidente la división entre los empedernidos y los que querían aprender; de modo que Pablo llevó a los que querían aprender, a los discípulos, a otro lugar de reunión, y allí en el auditorio escolar de Tirano él tuvo reuniones con ellos diariamente durante dos años. (Hech. 19:8-10) Al mismo tiempo participaba en el ministerio de casa en casa y los entrenaba en éste. Teniendo interés amoroso en ellos, no solo les impartió las buenas nuevas sino que libremente se gastó a favor de ellos. Él desempeñó su ministerio cabalmente.
9. (a) ¿Qué actitud para el ministerio recomendó Pablo a Timoteo, y por qué? (b) ¿Cómo puede uno ‘salvar a los que lo escuchan’?
9 Ese mismo reconocimiento de la importancia de ser cabal en el ministerio es lo que Pablo recomendó a su colaborador Timoteo y a los que hoy tienen fe semejante a la de Timoteo: “Mantén tu equilibrio en todas las cosas, sufre el mal, haz la obra de un evangelizador, efectúa tu ministerio cabalmente.” (2 Tim. 4:5, margen) Él no estimuló a Timoteo a simplemente participar algo en el ministerio, para estar seguro de poder decir al cuerpo gobernante cada mes que había estado predicando las buenas nuevas durante ese mes. Su consejo fue mucho más fuerte que eso: “Efectúa tu ministerio cabalmente.” ¿Por qué? Porque había vidas envueltas en ello. Timoteo estaba bien consciente de esto, porque no mucho tiempo antes de esto Pablo había escrito, amonestándolo: “Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.” (1 Tim. 4:16) Su interés había de ser por algo más que su propia salvación. No había de participar en el ministerio solo con el pensamiento de que ésta es la manera en que él obtendría salvación. La diligencia de su parte, el ser cabal en el ministerio, significaría salvación para otros, los cuales, aunque pudieran haber oído las buenas nuevas, no habrían recibido de otra manera la atención personal que los ayudaría a apreciar su importancia y a obrar en armonía con ellas.
10. ¿Qué punto de vista del trabajo entre ahora y el Armagedón debemos tener?
10 ¡Cuán apropiado es para nosotros hoy el consejo dado a Timoteo! Coloca el trabajo que tenemos delante de nosotros entre ahora y el Armagedón en el enfoque correcto. Nos ayuda a evitar el sentimiento de que hemos “hecho nuestra parte” solo porque hemos entregado un informe de servicio en el campo correspondiente al mes. ¡Cómo estaríamos pasando por alto el propósito de la bondad inmerecida de Dios si simplemente estuviésemos marcando tiempo en el ministerio, entregando informes solo para mantener un registro de regularidad, con miras a nuestra propia salvación! Debemos ‘considerar la paciencia de nuestro Señor como salvación, no solo para nosotros mismos, sino para otros. (2 Cor. 6:1; 2 Ped. 3:15) Ahora, durante este tiempo de “grande tribulación” que termina en la batalla del Armagedón, es el tiempo que Jehová Dios ha apartado para llamar “de entre todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas” una grande muchedumbre que ningún hombre puede contar, personas que participarán en atribuir públicamente la salvación a Dios y al Cordero.—Apo. 7:9, 14.
11. ¿Cómo afectará a nuestro servicio en los días futuros el modo de fijar nuestra atención en Jehová Dios?
11 Con un punto de vista maduro del trabajo que Dios nos ha dado para que lo hagamos, pondremos nuestro corazón en él. El amor a Dios y un deseo de dirigir a otros a su adoración nos inspirarán celo. Cuando encontremos oposición, nuestra participación en el ministerio, el dar a conocer el nombre de Jehová, no será gobernada por la respuesta que encontremos a las puertas al ocuparnos en el servicio. No vamos a desanimarnos y aflojar el paso porque la vasta mayoría rechaza las buenas nuevas. Más bien, nuestro servicio será impulsado por nuestra devoción a Jehová Dios; será estimulado por la profundidad de nuestro sentimiento de indignación a causa del abuso amontonado sobre su nombre por el Diablo y su mundo impío; perseveraremos debido a nuestro amor a la justicia, y continuaremos buscando a los que están agradecidos por el medio de salvación de Dios. En vez de contentarnos con un desempeño en forma representativa, estaremos alerta a todas las oportunidades que se nos presentan y trataremos de aprovecharnos plenamente de estos privilegios de servicio.
12. (a) ¿Qué examen pudiéramos hacer individualmente para determinar cuán cabales somos en el ministerio de casa en casa? (b) ¿Cómo podemos instruir con apacibilidad aun a los que todavía no están favorablemente dispuestos, y con qué resultado posible?
12 ¿Puede usted decir de su ministerio en su asignación de territorio como Pablo dijo acerca del suyo: ‘he dado testimonio cabalmente acerca de las buenas nuevas’? ¿Ha guardado usted registros cuidadosos y ha regresado hasta haber podido ponerse en comunicación con las personas en cada casa? ¿Ha regresado usted bastantes veces de modo que, a través de un período de tiempo, se haya puesto en comunicación con los varios miembros de cada casa? Más que eso, ¿les ha dado usted testimonio cabal acerca del reino de Dios? A veces se necesita mucha paciencia y muchas visitas de su parte antes de que una persona realmente deje de hacer lo que esté haciendo por bastante tiempo como para escuchar. Mientras tanto, mediante preparación y prudencia cuidadosas tal vez usted pueda presentar en cada visita aun un punto de su sermón preparado por medio de usar unas cuantas oraciones bien expresadas. Sea que el amo de casa reconozca el apremio de la situación o no, usted como ministro sí lo reconoce. Por esa razón usted se empeña en instruir con apacibilidad “a los que no están favorablemente dispuestos, pues quizás Dios les conceda arrepentimiento que lleve a un conocimiento acertado de la verdad.” (2 Tim. 2:25) Es posible que la semilla de verdad sembrada así no crezca realmente hasta muchos meses o aun años después. Tal vez suceda algo en la vida de esa persona, en la comunidad o en su iglesia que la haga comenzar a ‘suspirar y gemir’ por las cosas detestables que ve que se hacen. (Eze. 9:4) Esto puede hacerla más receptiva al mensaje del Reino, y ahora cuando usted la visita está lista para escuchar. El interesarnos vehementemente en los de la comunidad nos hará perseverar en nuestra enseñanza, comprendiendo que las circunstancias en la vida de una persona pueden cambiar su actitud, haciendo posible el que la ayudemos a entrar en el camino que conduce a la salvación. Nos hace alertos a las muchas oportunidades que hay para volver a visitar a fin de estimular a más amplio aprecio por las verdades de la Biblia.
INTERÉS EN AQUELLOS A QUIENES UNO MINISTRA
13. ¿Cómo puede uno mostrar interés en aquellos a quienes ministra?
13 Los ministros que tienen tal interés vehemente en aquellos a quienes predican no adoptan un punto de vista impersonal del ministerio. No piensan únicamente en pasar dos o tres horas en el servicio cuando salen, y cuando regresan no hablan solo de las piezas de literatura colocadas. Se interesan en la gente, y están buscando personas de buena voluntad para con Dios. Comprenden que están ocupados en un trabajo salvavidas. Cuando echan de ver que hay sinceridad de parte del amo de casa, aun si el Diablo ha levantado barreras de temor, ellos usan eficazmente la espada del espíritu para quitar los obstáculos y “proclamar libertad a los llevados cautivos y la apertura ancha de los ojos aun a los presos.” (Isa. 61:1) Aunque no pierden el tiempo arguyendo con los que no muestran consideración para las cosas piadosas, no asumen que todos los que hacen surgir una objeción son opositores. No, sino que usando prudencia, empleando los métodos docentes del Señor Jesús manteniéndose restringidos bajo circunstancias malignas, hallan muchas oportunidades para instruir con apacibilidad aun a los que al principio no están tan favorablemente dispuestos. Con el tiempo estas personas quizás recobren el sentido y consigan un conocimiento acertado de la verdad.—Juan 1:46-49; Hech. 9:1-22.
14. ¿Qué actitud manifestaron Jesús y Pablo para con aquellos a quienes predicaban?
14 Jesús fue sobresaliente en el interés amoroso que mostró a las personas a quienes ministraba. Él no echó a un lado a los niños como demasiado jóvenes para oír, ni a los ricos como demasiado orgullosos para merecer su tiempo, ni despidió a los pobres ni a los ciegos ni a los lisiados. Su corazón se compadeció de la gente; “sintió tierno afecto por ellas, porque estaban despellejadas y arrojadas acá y allá como ovejas sin pastor.” (Mat. 9:36) Aun cuando estaba cansado y necesitaba descansar un poco no despidió a los que lo buscaban. Pablo, también, sintió “tierno afecto” para con aquellos a quienes predicaba. (1 Tes. 2:8) Nosotros debemos tener el mismo punto de vista.
15. ¿Qué experiencia ilustra un punto de vista maduro cristiano del ministerio?
15 Ese sentimiento lo demostró bien una hermana precursora que participaba en el ministerio del campo mientras estaba de visita con una amiga en otra congregación. Durante el servicio de la mañana encontró a una joven que mostró algún interés y aceptó la literatura bíblica que se le ofreció. La hermana no tuvo oportunidad de volverla a visitar, puesto que solo estuvo allí para una visita muy breve, pero su corazón se compadeció de esa persona de buena voluntad y cuando volvió a su casa comenzó a escribirle para animarla a estudiar. Se condujo un estudio bíblico por correspondencia, y el interés se desarrolló tan rápidamente que la hermana pronto arregló hacer un viaje especial para ver otra vez a la joven y familiarizarla con la congregación local. ¡Ahora ella misma participa en el servicio! Seguramente esa hermana precursora no salió al servicio solo para poder informar tiempo empleado en predicar. Su deseo fue honrar a Jehová hallando y alimentando a los que son de disposición de oveja para con él. Así es como todo ministro maduro considera el servicio.
PUNTO DE VISTA CORRECTO DE LA DEDICACIÓN
16. Aunque uno sea participante regular en el ministerio del campo, ¿qué paso adicional requiere Dios, y por qué?
16 Una vez que hemos hallado a estos individuos semejantes a ovejas y los hemos ayudado a hacerse publicadores de las buenas nuevas del Reino no ha terminado nuestro trabajo. Nadie debe sentir que el estar asociado con la sociedad del nuevo mundo es en sí mismo seguridad de aprobación divina, o que el participar en la predicación del mensaje del Reino es todo lo que Dios requiere para que uno sobreviva al Armagedón. ¡De ninguna manera! Mientras cualquier individuo no diga a Dios: ‘El servirte es mi propósito en la vida. Me deleito en hacer tu voluntad, y mi vida está dedicada a tu servicio, sin importar cuál sea,’ su servicio no es de toda el alma. Quizás no quiera asumir la responsabilidad que es concomitante con la dedicación a Dios, pero por eludirla no va a estar en posición más favorecida. Si cualquier individuo que pudiera hacerlo no sigue el ejemplo de Jesucristo, haciendo una dedicación para servir a Dios y simbolizándola por medio de inmersión en agua, todavía no se encuentra en el camino angosto que conduce a la vida. En cierto modo, se ha asido del modo de pensar que es característico de los miembros de las organizaciones religiosas de la cristiandad. Ellos, también, aceptan algunos de los principios de la Biblia como guía en la vida. Pero se reservan el derecho de imponer condiciones; se sientan como jueces de Dios, haciendo sus propias decisiones en cuanto a las cosas de su Palabra que quieren aceptar. Si un individuo sabe lo que Jehová requiere pero determina en su propia mente que no todo ello es lo bastante importante para cumplir con ello, entonces no ha aceptado realmente a Jehová como su Dios; por eso ¿cómo puede esperar él que Dios lo acepte para vida en el nuevo mundo? Tocante a los que dejan de desempeñar lo que ellos saben que Dios exige, Santiago, el hermano del Señor, dice: “Si uno sabe hacer lo que es correcto y sin embargo no lo hace, es para él un pecado.” (Sant. 4:17) Tales personas necesitan la ayuda de individuos maduros para obtener un punto de vista correcto de su servicio a Dios. Necesitan adquirir, no solo un conocimiento de la Palabra de Dios, sino un aprecio a sus requisitos.
17. (a) ¿Son la dedicación y el bautismo garantías de sobrevivir al nuevo mundo? (b) ¿Qué busca Dios en los que le sirven?
17 Naturalmente, la dedicación y el bautismo en sí mismos no son garantías de la vida en el nuevo mundo. Habiendo hecho una dedicación, uno debe usar su vida como la ha prometido a Dios. Nadie puede esperar entrar en el nuevo mundo “por chiripa,” por decirlo así. Los que se esfuerzan por pasarla con tan poco servicio como sea posible ya han violado el mayor mandamiento. Habiendo sido interrogado sobre el asunto, Jesús dijo que, para conseguir la vida eterna, “‘Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu fuerza y con toda tu mente,’ y, ‘a tu prójimo como a ti mismo.’” (Luc. 10:25-27) Jehová Dios, quien es nuestro Juez, ve más de lo que los hombres ven. “Jehová está escudriñando todos los corazones y está discerniendo toda inclinación de los pensamientos.” (1 Cró. 28:9) Conoce no solo lo que hacemos, sino también nuestro motivo. Él sabe si verdaderamente nos esforzamos de todo corazón en su servicio o no y si nuestro amor a nuestro prójimo nuestro deseo de verlo conseguir la salvación, es tan grande como el amor a nosotros mismos o no. Ahora, antes de que Dios pronuncie la sentencia final, es el tiempo para que examinemos nuestro propio corazón, para que repasemos nuestro propio ministerio, para ver si tenemos el punto de vista correcto del trabajo vital que Dios nos ha dado que hacer.
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Biblias reemplazan riflesLa Atalaya 1961 | 15 de diciembre
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Biblias reemplazan rifles
En dos aldehuelas adyacentes en Guanajuato, México, en que hay un total de 153 almas, hay 150 testigos de Jehová y las tres personas restantes son de buena voluntad hacia Jehová Dios. Veamos cómo sucedió. Hace algún tiempo un representante especial de la Sociedad Watch Tower comenzó a predicar a estas personas y descubrió que estaban armadas con rifles y pistolas debido a enemistades en que familias enteras se mataban unas a otras. Cuando el gobierno trataba de celebrar juicio al culpable, no hallaban a nadie dispuesto a testificar. Al principio estas personas también sospecharon hasta del ministro de Jehová que les fue enviado; entonces uno de los aldeanos concordó en tener un estudio bíblico en su hogar, y pronto él y toda su familia llegaron a ser testigos de Jehová. Al fin todos los vecinos aceptaron la verdad acerca de Jehová Dios y su reino. Cuando se le preguntó a uno de ellos qué habían hecho con sus pistolas y rifles, contestó tranquilamente: “Los vendimos y con el dinero compramos Biblias.”—Yearbook of Jehovah’s Witnesses para 1961.
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Aumentando sus privilegios de servicioLa Atalaya 1961 | 15 de diciembre
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Aumentando sus privilegios de servicio
1. (a) ¿Qué ilustró enérgicamente Jesús en la parábola de las minas y cómo? (b) ¿Quién es el que ha recibido poder regio, y qué intereses ha confiado a sus siervos?
JESÚS, en una parábola, ilustró enérgicamente la necesidad de que seamos productivos en el servicio de nuestro Amo. Habló de cierto hombre de nacimiento noble que estaba a punto de viajar por el extranjero para obtener poder regio y el cual llamó a sus siervos ante él y, confiándoles una mina a cada uno, les dijo que negociaran con ella. “Con el tiempo, cuando él volvió a casa después de haber conseguido el poder regio, él mandó a llamar a estos esclavos a quienes les había dado el dinero de plata, con el fin de averiguar qué habían ganado por la actividad de negociar. Entonces el primero se presentó, diciendo: ‘Señor, su mina, al comerciar con ella, aumentó hasta diez minas.’ De modo que él le dijo: ‘¡Bien hecho, buen esclavo! Porque has probado ser fiel en un asunto muy pequeño, acepta autoridad sobre diez ciudades.’ Ahora el segundo vino, diciendo: ‘Su mina, Señor, ganó cinco minas.’ Él también dijo a éste: ‘Tú, también, encárgate de cinco ciudades.’” Otro esclavo, aunque no había perdido su mina, no mostró aumento, y debido a esto fue juzgado infiel y lo que tenía le fue quitado. (Luc. 19:12-26) Cristo Jesús es Aquel a quien Jehová ha dado poder regio y él ha confiado el privilegio de participar en el ministerio como testigos de Jehová a todos sus seguidores, diciendo: “Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles que observen todas las cosas que yo les he mandado.”—Mat. 28:19, 20.
2. ¿Por qué es importante que cada uno muestre un aumento?
2 Mediante esta parábola él muestra que la aprobación se obtiene, no solo por medio de retener lo que se nos ha confiado, sino trabajando con ello de tal manera que mostremos aumento. ¿Por qué? Porque esto indica una condición de corazón correcta y buena. Como Jesús explicó en su parábola del sembrador: “En cuanto al que es sembrado sobre tierra de la clase apropiada, éste es el que oye la palabra y percibe su sentido, que verdaderamente lleva fruto y produce, este de a ciento por uno, aquél de a sesenta, el otro de a treinta.” (Mat. 13:23) Aquel cuyo corazón resulta ser tierra de la clase apropiada es receptivo a la Palabra de Dios y responde a la dirección de su organización, y, como resultado, Dios bendice el trabajo de sus manos con aumento.
3. ¿Qué se necesita de parte nuestra si vamos a mostrar un aumento?
3 Para mostrar un aumento tenemos que aplicarnos, tratando de adquirir más conocimiento y habilidades aumentadas; debemos ser progresivos y estar dispuestos a asumir más responsabilidad en el servicio de Dios. Cada uno necesita continuar creciendo en conocimiento de la verdad bíblica, producir el fruto de las cualidades cristianas en su vida, y diseminar las buenas nuevas por medio de hacer declaración pública de su fe. (1 Tim. 2:3, 4; Juan 15:8; Rom. 10:10) En ninguna ocasión debemos llegar a estar satisfechos, estancándonos con una actitud de haber hecho todo lo que se necesita. Más bien, necesitamos esforzarnos. “¡Manténganse despiertos, estén firmes en la fe, pórtense como hombres, háganse fuertes! Que todos sus asuntos se efectúen con amor.” “Esfuércense vigorosamente por entrar por la puerta angosta, porque muchos, les digo, tratarán de entrar pero no serán suficientemente fuertes.”—1 Cor. 16:13, 14; Luc. 13:24.
PROGRESO EN EL MINISTERIO DEL CAMPO
4. ¿Qué privilegio está disponible para los que han conseguido algún conocimiento de la Palabra de Dios y lo han aceptado, y cómo deben considerar esta oportunidad?
4 Quizás usted es una persona que ya ha estado estudiando la Biblia por un período de algunos meses con la ayuda de un testigo de Jehová. Sin duda sus esfuerzos han sido abundantemente recompensados; usted ha hallado satisfactorias respuestas bíblicas a preguntas que lo mantuvieron a usted perplejo por muchos años y también la solución de muchos problemas personales; usted ha hallado una esperanza confiable en el nuevo mundo de Dios que lo ha llenado de gozo. Habiendo comparado los acontecimientos de nuestra generación con la gran profecía de Jesús sobre el fin del viejo mundo, usted ahora sabe que estamos viviendo en ese tiempo y que hemos estado viviendo en él desde 1914. Usted también aprendió de esa profecía que hay servicio en el cual usted puede participar, porque Jesús dijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la Tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin cabal.” (Mat. 24:14) Teniendo presente que la Palabra de Dios estimula a cada uno a progresar a la madurez cristiana, ahora es el tiempo para hacer arreglos definitivos para aumentar su servicio a Dios por medio de participar en esa obra grandiosa. (Heb. 5:12–6:1) Todavía hay millones de personas que no conocen las cosas que usted ha aprendido. Como dijo Jesús: “La cosecha es grande, pero los trabajadores son pocos.” (Mat. 9:37) ¿Participara usted en el gozoso trabajo de cosechar junto con la persona que lo ha instruido a usted oralmente? ¿Aumentará usted sus privilegios de servicio, mostrando que la verdad que Dios le ha dado a usted ha entrado en la ‘tierra apropiada’ de un buen corazón, que usted ha percibido el sentido de ella y que es productivo en su servicio?—Gál. 6:6.
5. (a) En lo que toca al ministerio, ¿qué deben tener en mente todos los que están asociados con la sociedad del nuevo mundo? (b) ¿Cuáles son algunas de las actividades a las cuales cada uno puede extenderse para mostrar aumento?
5 Todos los que están asociados con la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová sean ministros recién interesados o ministros experimentados, deben tener en mente el aumentar sus privilegios de servicio. Cada uno, siendo progresivo, debe tener una meta hacia la cual esté trabajando en el ministerio—una meta que pueda lograrse en un período de tiempo razonable y que sirva de escalón para más progreso. Hay muchos rasgos de servicio en los cuales podemos participar, y debemos esforzarnos progresivamente para incluirlos todos en nuestro programa regular de actividad. En las congregaciones en todas partes hay mucho lugar para mejorar en esto, y eso significa que hay necesidad de mejoramiento personal. ¿Está usted participando con regularidad en el ministerio de casa en casa, como participaron Jesús y sus apóstoles? (Hech. 20:20; 1 Cor. 11:1) ¿Lo ha hecho usted así esta semana? Siendo éste el tiempo para que se proclamen las noticias del reino establecido de Dios, ¿está usted participando regularmente en distribuir la revista que está dedicada a proclamar ese reino, La Atalaya, junto con ¡Despertad!, su compañera? Mucho bien puede lograrse mediante la distribución regular de estas revistas, y cada publicador tiene el privilegio de participar. ¿Es ése un privilegio que usted aprecia? Luego hay las muy importantes actividades de revisitas y estudios bíblicos. Sin duda fue por medio de tal servicio que usted pudo llegar a un conocimiento de la verdad, y esto debe ayudarle a usted a apreciar la importancia de participar semanalmente, con regularidad, en estos rasgos de servicio para ayudar a otros a entrar en el camino que conduce a la vida. Aumente su ministerio para incluir todas estas actividades. Si usted ya participa con regularidad en ellas, considere cómo usted puede mejorar su eficacia para efectuar más en el tiempo que usted de hecho dedica al ministerio del campo. Al aumentar su servicio encuentre usted a alguna otra persona de la congregación que necesite ayuda para hacer lo mismo, y amorosamente ofrezca esa ayuda y estímulo. A medida que usted muestre aumento en su propio ministerio, y ayude a otros a hacer lo mismo, el gozo recompensador que acompaña a tal derrotero productivo será de usted.—Mat. 25:23.
6. (a) ¿Cómo ayuda a uno a progresar la escuela del ministerio teocrático? (b) ¿Cómo es la diligencia de cada estudiante para progresar una fuente de bendición a todos los que asisten a la escuela?
6 El consejo tocante al ministerio que Pablo dio a Timoteo es apropiado para todos nosotros hoy día. Él dijo: “Reflexiona acerca de estas cosas, absórbete en ellas, para que tu progreso sea manifiesto a toda persona. Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza.” (1 Tim. 4:15, 16) La escuela del ministerio teocrático en todas las congregaciones de testigos de Jehová ofrece oportunidades excelentes para hacer exactamente eso, y todos los que están asociados con la congregación hacen bien al aprovecharse de esta provisión. Pruebe usted mismo ser como Timoteo y ‘deje que su progreso sea manifiesto a toda persona.’ Tenga presente el consejo que usted recibe en la escuela y haga un esfuerzo diligente, no solo al tiempo de su próxima asignación, sino diariamente en su conversación y regularmente en su ministerio del campo para lograr progreso. Que cada asignación sea un marcador de progreso en su ministerio, a medida que usted conozca a fondo la materia que presenta y desarrolle buenas cualidades de hablar y enseñar. El auditorio también se beneficiará al progresar usted. Es verdad que casi todos tienen un conocimiento general de la materia que usted presenta, pero el esfuerzo adicional por parte de usted por expresar las ideas con claridad los capacita a entender más claramente los puntos. El presentar usted la materia como realmente lo haría a una persona de buena voluntad en el ministerio del campo hace posible que ellos aprendan por su ejemplo a razonar sobre ello y hacerlo entendible a una persona que sabe muy poco de la verdad bíblica. El ánimo y entusiasmo en su presentación aumentan el aprecio sincero por la verdad de parte de todos los que lo oyen a usted. Hasta su presentación bien preparada, diligente, puede ser la mismísima cosa que estimule el aprecio de una persona recién llegada lo suficientemente de modo que regrese a las reuniones futuras y continúe bebiendo de las aguas de la verdad dadoras de vida. Por lo tanto el progreso de usted es una fuente de bendición tanto para usted mismo como para todos los que lo observan.
ESFORZÁNDOSE POR PRIVILEGIOS MAYORES
7. En conexión con el ministerio del campo, ¿qué oportunidades para el servicio aumentado en la congregación están disponibles para los maduros, y cómo deben considerar todos esta actividad?
7 Es grande la necesidad de ministros maduros, los que se han aplicado y cuyo progreso es manifiesto a todos, los individuos que están listos y anuentes a aceptar mayor responsabilidad. ¿Cuantos hay en su congregación que, debido a falta de madurez, solo dedican unas cuantas horas al servicio cada mes y muestran poco en lo que toca a aumento? Necesitan la ayuda de individuos maduros que estén dispuestos a sentarse y estudiar con ellos, ayudarlos a preparar sermones, ayudarlos a mejorar su modo de manejar los problemas que encuentran en el trabajo de casa en casa, acompañarlos a las revisitas y ayudarlos a establecer estudios bíblicos de casa. Necesitan instrucción y estimulo personales. “No obstante, nosotros que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los que no son fuertes, y no estar agradándonos a nosotros mismos. Que cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para su edificación.” (Rom. 15:1, 2) ¿Está usted dando pasos para aumentar su ministerio con el fin de incluir este privilegio?
8. ¿Cuál es el punto de vista correcto de las asignaciones de la reunión de servicio que tal vez le sean dadas a uno?
8 Al progresar usted quizás encuentre que tiene el privilegio de superentender una parte del programa de la reunión de servicio de la congregación. A muchos se les pide con regularidad que hagan esto. ¿Cómo debe considerarse esto? Pablo contesta: “El que preside, que lo haga con verdadero ahínco.” (Rom. 12:8) Cuando usted reciba este privilegio, aun si fuese cada semana, no deje la preparación para el último instante y luego junte apresuradamente algunas ideas solo para llenar el tiempo asignado. A usted se le ha confiado servir a la congregación del pueblo de Dios alimento y consejo espirituales de Su mesa; jamás lo trate como algo común. (Mal. 1:12) Cuidadosamente estudie su asignación con bastante anticipación. Considere el presentar la materia de tal manera que aplique directamente a las circunstancias de los de la congregación. Su asignación no consta de simplemente presentar información, sino de transmitirla de tal manera que todos aprecien su valor, la recuerden y la usen. Su eficacia se reflejará en la eficacia de ellos en el ministerio del campo, y, a su vez, en la vida de aquellos a quienes ellos ministren.
9. ¿Qué oportunidades de servicio se han abierto como resultado del aumento en el número de congregaciones?
9 El ministerio del campo productivo ha resultado en un aumento asombroso en el número de congregaciones, y esto también hace accesible las oportunidades para servicio aumentado. Póngase usted a pensar: ¡Durante los últimos dos años se formaron 3,130 congregaciones nuevas del pueblo de Jehová en todo el mundo! Esto significa que durante ese tiempo se necesitaron 3,130 nuevos superintendentes de congregación, además de más de 21,000 siervos ministeriales y más de 160 siervos de circuito y de distrito para efectuar visitas a intervalos regulares. No obstante, esto no es todo. Casi en cada congregación hay oportunidades para que los hermanos maduros aumenten sus privilegios al asumir responsabilidades como siervos, porque muchos de los que ahora están asignados tienen dos o tres puestos.
10. (a) ¿Cómo se esfuerza uno por el puesto de superintendente? (b) ¿Por qué es éste el derrotero correcto que ha de seguirse?
10 Pablo encomia a los que se están esforzando por tal servicio, diciendo: “Si algún hombre se está esforzando por tener un puesto de superintendente, está deseoso de un trabajo de la clase correcta.” (1 Tim. 3:1) No es honor lo que buscan; desean trabajo, trabajo de la clase correcta; quieren efectuar más en el servicio de Jehová y servir más a sus hermanos cristianos. Como ya hemos visto en la parábola de las minas, alguien se esfuerza por el puesto de superintendente, y se muestra digno de que se le confíe mayor responsabilidad, al probarse fiel y mostrar aumento al cuidar lo que ya ha sido puesto a su cuidado. Si es diligente y adquiere habilidad en el ministerio de casa en casa, hace revisitas, conduce estudios bíblicos de casa progresivos, es regular en todos los rasgos del servicio, se encarga de cada asignación en las reuniones de congregación de una manera edificante, y manifiesta en todo lo que hace los frutos del espíritu de Dios, está mostrando mediante su derrotero fiel que llena los requisitos para ser usado como superintendente. Los superintendentes son eso, no porque se hayan ganado la atención de algún hermano prominente, sino porque se han ganado la aprobación de Dios. Habiéndose probado fieles en cosas pequeñas, son bendecidos por Dios con mayores responsabilidades. (Sal. 75:5-7; Luc. 16:10) ¿Está usted yendo en pos de tal derrotero de fidelidad al cuidar los intereses del Reino confiados a su cuidado?
11. ¿Qué es lo que impulsa a uno a emprender el servicio de precursor, y qué arreglo hace posible el que muchos participen en este servicio?
11 Millares de ministros previsores en la sociedad del nuevo mundo, sabiendo que nada de lo que este viejo mundo tiene se compara en valor con el servicio de Dios, han organizado sus asuntos para dedicar más tiempo al trabajo actual de predicar y enseñar como ministros precursores de tiempo cabal. Decenas de millares más, aunque tienen responsabilidades que hacen imposible el que sean precursores regulares, también tienen la vista puesta en los privilegios de servicio aumentados. Por medio de planear cuidadosamente pueden procurarse tiempo oportuno al grado de tener dos semanas o un mes o más cada año para el servicio de precursor de vacaciones. Su corazón se halla en el servicio de Jehová, y constantemente vigilan para tener oportunidades de participar más plenamente en él. Siguen probando si están yendo en pos del derrotero de la fe verdadera, y se sienten impulsados a esforzarse por crearse oportunidades para así aumentar su servicio.—Efe. 5:15, 16; 2 Cor. 13:5.
12. ¿Por qué se están mudando individuos y familias para servir donde es grande la necesidad de testigos del Reino?
12 Otros individuos y grupos de familia de corazón fuerte han recogido sus cosas y se han mudado a nuevas localidades y aun a países extranjeros donde es grande la necesidad de testigos del Reino. ¿Por qué? No es que no tuvieran obligaciones de familia u otras responsabilidades o que tuvieran abundancia de dinero que no supieran como usar de otra manera. Más bien, están profundamente conscientes de la voluntad de Dios para nuestro día; tienen fe en Dios de que este trabajo de dar testimonio que ahora se está haciendo es el más importante para nuestro día. Habiendo oído la llamada por ayuda en el ministerio de parte de estos otros lugares, se sintieron como Pablo y sus compañeros cuando Pablo tuvo una visión de un macedonio que le rogaba y que le decía: “Pase a Macedonia y ayúdenos.” “Ahora bien, tan pronto como hubo visto la visión,” el relato continúa, “procuramos partir para Macedonia, llegando a la conclusión de que Dios nos había llamado para declarar las buenas nuevas a ellos.” (Hech. 16:9, 10) Por eso, hoy, los que han respondido a la llamada sienten que es Dios quien los ha llamado, que es él quien les ha mostrado esta puerta abierta de servicio, y, como Isaías, responden: “¡Aquí estoy yo! Envíame a mí.” (Isa. 6:8) Su fe está siendo recompensada abundantemente a medida que ayudan a los que tienen hambre y sed de justicia a asirse del servicio del Dios verdadero con ellos.
13. ¿Qué punto de vista debemos adoptar de las oportunidades presentes para aumentar nuestro servicio, y con qué punto de vista del futuro?
13 Sin importar dónde estemos sirviendo en la organización de Jehová, hay oportunidad para que nosotros obremos como los esclavos fieles de la parábola de Jesús, y para que mostremos un aumento de la mina, el ministerio del Reino, confiado a nosotros. La fe firme en Dios, el amor a los que manifiestan buena voluntad para con el Creador, ‘el tener muy presente’ el inminente día de la destrucción del mundo inicuo por Jehová, y la ansiosa expectación de las bendiciones del nuevo mundo nos estimulan a tal derrotero fiel. (2 Ped. 3:11-13) No esperamos el tiempo cuando seamos eximidos del servicio al Amo. No esperamos el Armagedón como ocasión en que se termine nuestro servicio a Dios. Cuando una asignación se ha desempeñado fielmente, Dios no exime a la persona de su servicio ni la jubila del servicio activo. Nuestro gozo estriba en servir activamente a Jehová, y los que ahora se prueban fieles serán bendecidos con aumentadas oportunidades de servir a su Creador en el nuevo mundo. Como se muestra por Jesús en la parábola de los talentos, al que se prueba fiel en su cargo el Amo dice: “¡Muy bien, esclavo bueno y fiel! has sido fiel en lo poco. Te pondré sobre lo mucho. Entra en el gozo de tu amo.”—Mat. 25:23.
YENDO EN POS DE LA META DE SERVICIO DEL NUEVO MUNDO
14, 15. ¿Qué perspectivas de servicio aumentado les esperan a los miembros del cuerpo ungido de Cristo que se prueban fieles ahora?
14 ¡Póngase usted a pensar en la magnífica obra que aguarda a los que prueban su fe ahora! Los que han sido ungidos con espíritu de Dios y que aseguran la llamada y selección de ellos tendrán asignaciones de servicio en el reino celestial con Cristo. Gloriosos nuevos campos de actividad estarán disponibles para ellos, pues “serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y gobernarán como reyes,” como miembros de la Nueva Jerusalén, la organización capital de todo el universo de Dios. (Apo. 20:6) A estos ungidos que han servido a Dios con todo su corazón, que han ido en pos del derrotero de la paz con Dios y con su Hijo y con sus hermanos cristianos, y que han permanecido firmes aun ante la persecución violenta, aplican las promesas: “Felices son los de corazón puro, puesto que ellos verán a Dios. Felices son los pacíficos, puesto que serán llamados ‘hijos de Dios’. Felices son los que han sido perseguidos por causa de la justicia, puesto que el reino de los cielos pertenece a ellos.”—Mat. 5:8-10.
15 Por medio de su Palabra inspirada Jehová les ha dado a saber cuáles son algunas de las perspectivas deleitables que les aguardan, y el apóstol Pablo hace mención de esto, diciendo: “Continuo mencionándolos en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé el espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento acertado de él, habiendo sido iluminados los ojos de su corazón, para que ustedes sepan cuál es la esperanza a la que el los llamó, cuáles son las gloriosas riquezas que él guarda como una herencia para los santos, y cuál es la sobrepujante grandeza de su poder para con nosotros los creyentes. Es de acuerdo con la operación de la potencia de su fuerza, con la cual ha operado en el caso del Cristo cuando lo levantó de entre los muertos y lo sentó a su diestra en los lugares celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad y potestad y señorío y todo nombre que se nombra, no solamente en este sistema de cosas, sino también en el que ha de venir. Él también sujetó todas las cosas debajo de sus pies, y le hizo cabeza sobre todas las cosas de la congregación, la cual es su cuerpo, el complemento de aquel que lo llena todo en todo.” (Efe. 1:16-23) Su esperanza de tan maravilloso servicio celestial es un “ancla del alma,” que los capacita a adherirse fielmente al servicio que Dios les ha dado ahora y a asirse de la esperanza puesta delante de ellos.—Heb. 6:19.
16, 17. ¿Qué privilegios de servicio aguardan a los que son bendecidos con vida en el dominio terrestre del Reino?
16 Luego hay una grande muchedumbre de otros que ahora sirven hombro a hombro con los hermanos ungidos del Rey y sobre quienes también descansa el espíritu de bendición de Dios. A ellos Cristo dice: “Vengan, ustedes que tienen la bendición de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.” (Mat. 25:34) Esperan servir en el dominio terrestre del Reino, y ¡cuán deleitables perspectivas tienen!
17 Los que ahora se prueban fieles superintendentes en la sociedad del nuevo mundo, sin duda continuarán gozando de puestos de servicio principesco después del Armagedón. Habrá mucho trabajo que hacer, y se hará de una manera ordenada. (Isa. 32:1, 2; 1 Cor. 14:33) Después de la ejecución de juicio de Dios sobre los inicuos en su guerra del Armagedón, los súbditos terrestres del Rey tendrán ante sí un programa mundial de limpieza completa que eclipsará cualquier cosa que este globo haya visto. Multitudes incontables de muertos humanos tendrán que ser enterradas. (Eze. 39:11-16) Se construirán casas. Las condiciones paradisíacas se extenderán hasta los cabos de la Tierra. Esa no será ocasión para los trabajadores irregulares ni para los que se esfuerzan por hacer solo lo que creen necesario para irla pasando. Los que estén vivos para participar en ese servicio serán los que aman a Dios con todo su corazón y con toda su fuerza y con toda su energía vital; son los que se prueban fieles en sus asignaciones ahora, y quienes serán bendecidos con aun más que hacer entonces. A medida que nazcan los niños de los sobrevivientes del Armagedón, y cuando las personas que están en la memoria de Dios sean levantadas de entre los muertos, habrá un tremendo programa educativo. (Apo. 20:12) La habilidad docente adquirida ahora continuará siendo puesta a buen uso entonces, ayudando a los recién llegados a conseguir conocimiento acertado y profundo aprecio de la voluntad de Dios. Bajo la administración del reino del cielo, esta Tierra llegará a adquirir belleza paradisíaca y sus habitantes obedientes alcanzarán la perfección. Todos esos habitantes serán participantes de todo corazón en la adoración de Jehová.
18. ¿Qué punto de vista apropiado debemos tener para con el servicio presente y futuro que Dios nos da?
18 Esta es la voluntad de Dios, y es por ello que todos los cristianos oran, diciendo: “Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la Tierra.” (Mat. 6:9, 10) ¡Anhelando vehementemente ese tiempo, sirven ahora a Dios, para que sean bendecidos con participar en las asignaciones satisfactorias de servicio que Jehová les proveerá entonces y a través de toda la eternidad! Para ellos, el servicio de Dios no es carga opresiva; no consideran el asumir mayor responsabilidad como alguna perspectiva desagradable. Hallan el mayor gozo y satisfacción en hacer la voluntad divina, y es con expectación gozosa que se esfuerzan por aumentar su participación en ello.
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