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Carta de la SucursalMinisterio del Reino 1978 | noviembre
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Carta de la Sucursal
Estimados publicadores:
En la Asamblea Internacional “Fe Victoriosa,” tuvimos el gozo de recibir otra provisión diseñada para aumentar el conocimiento y difusión del mensaje del Reino. En el pasado, muchos han inquirido acerca de grabaciones de lecturas de la Biblia de la Traducción del Nuevo Mundo. Nos complació el saber que se han producido grabaciones en cinta de “cassette” del evangelio de Juan y que ya están disponibles para nuestro uso. ¿Por qué se eligió el evangelio de Juan? Está lleno de las palabras consoladoras de Jesús que avivan el corazón y nos instan a acercarnos a Jehová. Se entiende por qué ésta es la porción de mayor distribución de las Escrituras Griegas Cristianas.
¿Cómo se pueden usar estas grabaciones? De seguro todos disfrutaremos y nos beneficiaremos de escuchar la Palabra de Dios leída con animación y significado. Especialmente apreciarán esto los que no se pueden levantar debido a enfermedad o están recluidos en un hospital. Las personas ciegas, al igual que los que tienen poca habilidad para leer, les darán buen uso. Sin duda usted encontrará que se pueden usar con buenos resultados en diversas situaciones.
Tenga presente que estas grabaciones son propiedad registrada. Cualquier copia o distribución comercial, o para ganancia, que se haga sería una infracción al derecho de propiedad. Esto no necesariamente aplicaría al hacerse una copia para uso personal.
Este es otro medio que se está usando en un esfuerzo constante por llamar atención a la fuente de instrucción más valiosa del hombre, la Biblia, y edificar aprecio por ella.
Las Asambleas Internacionales “Fe Victoriosa” tuvieron un buen principio en junio con una asistencia
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‘Siempre tenga mucho que hacer en la obra del Señor’Ministerio del Reino 1978 | noviembre
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‘Siempre tenga mucho que hacer en la obra del Señor’
1 Todos tenemos mucho que hacer cada día. Cada día nos enfrentamos a muchas responsabilidades, las cuales acaparan nuestro tiempo. Las demandas de la familia y del trabajo seglar pueden ser suficientes para mantenernos ocupados. Además, nos gustaría esforzarnos por participar cabalmente en las actividades de la congregación, incluso reuniones, estudio personal y participación en la obra de hacer discípulos. A veces pudiéramos desanimarnos, y pensar que no podemos dar la atención debida a cada responsabilidad.
2 Pero, el tener un horario muy ocupado no es algo nuevo para los siervos de Dios. El apóstol Pablo dio a entender que él tenía un horario muy ocupado cuando habló de la ansiedad por las congregaciones que “se me viene encima de día en día.” (2 Cor. 11:28) Sin embargo, él siempre consideró las cosas de manera positiva, y discernió con aprecio los beneficios implícitos. Ese aprecio lo motivó a amonestar a sus hermanos a que ‘siempre tuvieran mucho que hacer en la obra del Señor.’—1 Cor. 15:58.
3 También nos es provechoso ver las cosas de manera positiva. El mantenernos ocupados en la actividad del Reino sirve de protección. Hay peligro en estar ‘desocupados.’ (1 Tim. 5:13) La ociosidad es terreno fértil para las semillas de queja e indiferencia. Se nos insta a tener nuestra “mente puesta en mantener obras excelentes.” (Tito 3:8) Las personas que se mantienen ocupadas en actividades que valen la pena raras veces tienen tiempo para ir en pos de cosas vanas, guardar resentimiento, preocuparse de sus errores, o envolverse en conducta incorrecta.
4 El tener mucho que hacer también protege la congregación. A veces, personas cuyos motivos no son bien intencionados se asocian con la congregación cristiana. Pero cualquier persona que no sea sincera o tenga un motivo incorrecto no permanecerá mucho tiempo donde hay mucho trabajo que hacer. Esto salvaguarda la congregación y contribuye a asegurar que los que están en ella son devotos. También nos ayuda individualmente a fortalecernos espiritualmente por medio de ejercer y desarrollar nuestras habilidades para pensar y facultades perceptivas.—Heb. 5:14.
5 El siempre tener mucho que hacer nos enseña algunas lecciones vitales. Las asignaciones para ayudar a otros nos ayudan a pensar en otros y en sus necesidades antes que en las nuestras. El estar dispuesto a aceptar de buena gana las responsabilidades y a seguir instrucciones nos ayuda a aprender el significado de la humildad. El trabajar lado a lado con otros provee lecciones valiosas en paciencia y amor fraternal. El apegarse a una tarea hasta terminarla nos ayuda a ser fieles y apreciar el valor del aguante, además de mantenernos conscientes de que debemos esforzarnos “vigorosamente” a fin de ganar la bendición de Jehová. (Luc. 13:24) El tener mucho que hacer en el servicio de Jehová puede contribuir a que se nos cuente entre los siervos fieles que ‘recibirán muchas bendiciones.’—Pro. 28:20.
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Los que están ‘adquiriendo una excelente posición’Ministerio del Reino 1978 | noviembre
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Los que están ‘adquiriendo una excelente posición’
1 En cuanto a siervos ministeriales, Pablo escribió: “Porque los hombres que sirven de manera excelente están adquiriendo para sí mismos una excelente posición y gran franqueza de expresión en la fe relacionada con Cristo Jesús.” (1 Tim. 3:13) De esta manera el apóstol Pablo estaba explicando, no un requisito previo para llegar a ser siervo ministerial, sino los beneficios que resultan cuando tal hermano sirve o atiende sus deberes de una manera excelente.
2 La Biblia establece normas elevadas para un siervo ministerial. (1 Tim. 3:8-10, 12) Los hermanos que se recomiendan deben llenar éstas claramente. El llegar a ser siervo ministerial no es algo rutinario; no es como si casi todo varón adulto bautizado debiera tener el puesto para llegar a estar titulado. Los siervos ministeriales deben ser ejemplares, hombres espirituales.
3 Hechos 6:1-6 ilustra lo que debe ser verdad de tales hombres. (ad págs. 1162, 1163) Con el fin de concentrarse en la Palabra, los apóstoles necesitaron ayuda para atender deberes que eran importantes, pero que otros hombres capacitados podían atender. Escogieron hombres “llenos de espíritu y de sabiduría.” Por lo tanto, serían dignos de la confianza de la congregación. La selección de ellos no era solo con el fin de cuidar de algunas tareas serviles o con el fin de animarlos; era un privilegio mediante el cual podrían trabajar duro al servir a la congregación.
4 Hoy en día los siervos ministeriales ayudan a atender muchos deberes necesarios que tienen que ver con el Salón del Reino, distribución de abastecimientos, y ayudar a los ancianos con el mantenimiento de los registros y las cuentas. De esta manera trabajan a favor de sus hermanos y hermanas. Si aprecian que esto es lo que están haciendo, cumplirán diligentemente con sus responsabilidades. Más bien que obrar de manera casual en cuanto a presentarse para atender deberes asignados, serán cumplidores semana tras semana.
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