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El aborto y sus consecuencias¡Despertad! 2009 | junio
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Las consecuencias
Una encuesta del año 2004 en la que participaron 331 rusas y 217 norteamericanas reveló que alrededor de la mitad sintieron remordimientos después de abortar. El sentimiento de culpa embargó a casi un cincuenta por ciento de las rusas y a cerca del ochenta por ciento de las norteamericanas. Más del sesenta por ciento de estas últimas eran incapaces de perdonarse. Entonces, si el sentimiento de culpa es tan generalizado, incluso entre las que no se consideran religiosas, ¿por qué recurren al aborto tantas mujeres?
En muchas ocasiones es debido a la fuerte presión social. Los padres, el compañero o amigos bienintencionados tal vez recomienden el aborto como el menor de los males, lo cual puede llevar a una decisión apresurada y mal informada. “Sin embargo, una vez que ha pasado el estrés de la decisión y la intervención quirúrgica, la capacidad cognitiva de la mujer vuelve a la normalidad, lo que suele generar sentimientos de profunda culpa, tristeza y remordimiento”, explica la doctora Priscilla Coleman, experta en los riesgos psicológicos que conlleva el aborto.
El origen del remordimiento a menudo radica en el dilema de si el aborto acabó con una vida ya existente. Un informe indicó que muchas embarazadas que abortaron “fueron inducidas a pensar que no se les iba a extirpar más que un poco de ‘tejido’, y admiten que no se hubieran practicado el aborto si hubieran sabido la verdad” (Report of the South Dakota Task Force to Study Abortion).
Tras evaluar el “contundente y desgarrador testimonio” de 1.940 mujeres que abortaron, el informe llegó a la siguiente conclusión: “A muchas les encoleriza la pena de haber perdido a un bebé que, según se les dijo, no existía. [...] El daño psicológico de saber que han matado a su hijo tiene consecuencias devastadoras”.
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El aborto y sus consecuencias¡Despertad! 2009 | junio
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[Ilustraciones y recuadro de la página 4]
DAR A LUZ O ABORTAR
En 2006 se presentó un trabajo basado en la vida de mujeres que quedaron embarazadas en la adolescencia. La mitad de ellas había dado a luz, y la otra mitad había abortado. La conclusión a la que se llegó fue que “las probabilidades de necesitar tratamiento psicológico, de padecer trastornos del sueño y de consumir marihuana eran menores en las que tuvieron sus bebés que en las que decidieron abortar” (Journal of Youth and Adolescence).
Otro informe aportó “los resultados de los cuatro estudios internacionales más exhaustivos”. ¿Qué reveló? Que “existen índices más altos de enfermedades mentales entre las mujeres que han abortado que entre las que no lo han hecho” (Report of the South Dakota Task Force to Study Abortion, 2005).
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