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  • El trágico balance del aborto
    ¡Despertad! 1993 | 22 de mayo
    • Debido a ello, la dilatación y la inserción de instrumentos puede resultar dolorosa y causar lesiones. Para el método de succión a veces se necesitan unos treinta minutos, y durante ese tiempo algunas mujeres pueden experimentar un dolor de moderado a intenso y calambres. Con el método salino se provoca un parto prematuro, algunas veces con la ayuda de las prostaglandinas, sustancias inductoras del parto. Las contracciones pueden durar horas o hasta días y pueden ser dolorosas y extenuantes en sentido emocional.

  • El trágico balance del aborto
    ¡Despertad! 1993 | 22 de mayo
    • Muchos fetos son arrancados de la matriz de su madre, aspirados por un tubo de vacío con borde afilado y depositados en un tarro. Este procedimiento se denomina aspiración a vacío, o método de succión. La potente succión (veintinueve veces más potente que la de una aspiradora doméstica) desgarra el pequeño cuerpecillo. Otros fetos son abortados por dilatación y legrado, acción de raspar la mucosa uterina con una cucharilla cortante con la que se hace pedazos al feto.

      A los fetos de más de dieciséis semanas se les puede dar muerte mediante el método salino, o de envenenamiento ocasionado por sal. Una larga aguja perfora la bolsa de aguas, extrae parte del líquido amniótico y lo reemplaza con una solución concentrada de sal. A medida que el feto va tragando y respirando, sus delicados pulmones se llenan con la solución tóxica, y él empieza a forcejear y contorsionarse. El efecto cáustico del veneno quema la capa superior de piel y deja el cuerpecito en carne viva y consumido. Quizás empiece a producirse una hemorragia cerebral. Al cabo de unas horas puede sobrevenirle una muerte dolorosa, aunque en ocasiones el feto se expulsa alrededor de un día después y la criatura aún está viva pero moribunda.

      Si el feto está demasiado desarrollado para darle muerte con estos métodos u otros similares, queda una opción: la histerotomía, una operación cesárea con un propósito muy distinto: poner fin a una vida en lugar de salvarla. Se abre el abdomen de la madre quirúrgicamente y se extrae a la criatura, casi siempre viva. Puede que incluso llore. Pero hay que dejarla morir. A algunas se les provoca deliberadamente la muerte por asfixia, ahogamiento u otros métodos.

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