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Sirvamos al Dios de la libertadLa Atalaya 2012 | 15 de julio
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Por lo visto, era un hombre sumamente atractivo. Pero, al igual que Satanás, permitió que la ambición lo cegara y llegó al punto de codiciar algo que no le correspondía: el trono de su padre.a
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Sirvamos al Dios de la libertadLa Atalaya 2012 | 15 de julio
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a Cuando Jehová le prometió a David que una “descendencia” futura heredaría el trono, Absalón ya había nacido. Por consiguiente, este debía de saber que Dios no lo había elegido a él como sucesor de David (2 Sam. 3:3; 7:12).
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