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  • ¡Jehová es nuestro Gobernante!
    La Atalaya 1990 | 1 de junio
    • ¡Jehová es nuestro Gobernante!

      “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” (HECHOS 5:29.)

      1, 2. Como los apóstoles, ¿qué postura adoptan los testigos de Jehová cuando lo que exigen los humanos está en pugna con la voluntad divina?

      JEHOVÁ DIOS había permitido que 12 hombres fueran llevados ante un tribunal supremo. Corría el año 33 E.C., y el tribunal era el Sanedrín judío. Se sometía a juicio a los apóstoles de Jesucristo. ¡Escuche! ‘Les ordenamos que no enseñaran sobre la base de este nombre —dice el sumo sacerdote—, pero ustedes han llenado a Jerusalén con su enseñanza.’ Ante eso, Pedro y los demás apóstoles declararon: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. (Hechos 5:27-29.) Dijeron, en efecto: “¡Jehová es nuestro Gobernante!”.

      2 Sí; Jehová es el Gobernante de los verdaderos seguidores de Jesús. Esto lo deja bien sentado el libro bíblico de Hechos de Apóstoles, escrito en Roma alrededor del año 61 E.C. por “Lucas el médico amado”. (Colosenses 4:14.) Al igual que los apóstoles, hoy día el pueblo de Jehová obedece a su Gobernante celestial cuando lo que exigen humanos está en pugna con la voluntad divina. Pero ¿qué más podemos aprender del libro de Hechos? (Le sugerimos que durante su estudio personal lea las porciones de ese libro especificadas en letras negritas.)

      Jesús comisiona a testigos

      3. Cuando los seguidores de Jesús fueron “bautizados en espíritu santo”, ¿qué llegó a ser lo primordial para ellos?

      3 Los apóstoles podían adoptar una postura firme a favor de Dios porque se les había fortalecido espiritualmente. Cristo había muerto en un madero de tormento, pero ellos sabían que había sido resucitado (Hch 1:1-5). En cuerpos materializados Jesús “se les mostró vivo” y les enseñó verdades del Reino durante 40 días. También dijo a sus discípulos que esperaran en Jerusalén por el bautismo “en espíritu santo”. Entonces la predicación sería lo primordial para ellos, como lo es para los testigos de Jehová en la actualidad. (Lucas 24:27, 49; Juan 20:19–21:24.)

      4. ¿Qué pasaría cuando el espíritu santo llegara sobre los seguidores de Jesús?

      4 Los apóstoles, todavía no bautizados en espíritu santo, tenían la idea equivocada de una gobernación terrestre que pondría fin a la dominación romana cuando preguntaron: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en este tiempo?” (1:6-8). En realidad Jesús dijo que no, pues ‘no les pertenecía a ellos conocer los tiempos y sazones’. ‘Cuando el espíritu santo llegara sobre ellos’, los facultaría para testificar acerca del Reino celestial de Dios, no de uno en esta Tierra. Predicarían en Jerusalén, Judea y Samaria, “y hasta la parte más distante de la tierra”. Con la ayuda del espíritu, en estos últimos días los testigos de Jehová efectúan por todo el mundo una obra como aquella.

      5. ¿Cómo vendría Jesús de la misma manera como partió?

      5 Jesús acababa de dar aquella comisión de predicar por todo el mundo cuando empezó a ascender al cielo. Aquella ascensión empezó con un movimiento hacia arriba que lo alejó de sus discípulos, y algún tiempo después Jesús entró ante la presencia de su Gobernante celestial y pasó a estar activo en la región de los espíritus (1:9-11). Después que una nube ocultó de la vista de los apóstoles a Jesús, él se despojó de su cuerpo carnal materializado. Dos ángeles aparecieron y dijeron que él ‘vendría de la misma manera’. Y así ha sido. Únicamente los discípulos de Jesús lo vieron partir, tal como solo los testigos de Jehová reconocen su vuelta invisible.

      Jehová escoge

      6. ¿Cómo se escogió al reemplazo de Judas Iscariote?

      6 Poco tiempo después los apóstoles estuvieron de regreso en Jerusalén (1:12-26). En un aposento de arriba (tal vez en la casa de la madre de Marcos, llamada María), los 11 apóstoles leales persistían en orar con los medio hermanos de Jesús, sus otros discípulos y su madre, María. (Marcos 6:3; Santiago 1:1.) Pero ¿quién recibiría el “puesto de superintendencia” de Judas? (Salmo 109:8.) Unos 120 discípulos estaban presentes cuando Dios escogió a un hombre para reemplazar a Judas, quien había traicionado a Jesús, y restablecer la cantidad de 12 apóstoles. El escogido tenía que ser alguien que hubiera sido discípulo durante el tiempo del ministerio de Jesús y que hubiera sido testigo de su resurrección. Por supuesto, aquel hombre también tenía que reconocer a Jehová como su Gobernante. Después de orar, se echaron suertes sobre Matías y José Barsabás. Dios hizo que la suerte cayera sobre Matías. (Proverbios 16:33.)

      7. a) ¿Cómo fue que Judas “compró un campo con el salario de la injusticia”? b) ¿Cómo murió Judas?

      7 Ciertamente Judas Iscariote no había reconocido a Jehová como Gobernante suyo. ¡Había traicionado al Hijo de Dios por 30 piezas de plata! Judas devolvió aquel dinero a los sacerdotes principales, pero Pedro dijo que el traidor “compró un campo con el salario de la injusticia”. ¿Cómo fue eso? Pues bien, suministró el dinero y la razón para comprar el “Campo de Sangre”, como se le llamó. Este ha sido identificado como un terreno llano en la parte sur del valle de Hinón. Judas había arruinado por completo su buena relación con el Gobernante celestial, así que “se ahorcó”. (Mateo 27:3-10.) Puede que la cuerda o la rama del árbol se haya roto, de modo que él ‘cayera de cabeza y reventara ruidosamente por en medio’ al dar contra rocas dentadas. ¡Que ninguno de nosotros sea un falso hermano!

      ¡Llenos de espíritu santo!

      8. ¿Cuándo fueron bautizados en espíritu santo los discípulos de Jesús, y qué efecto tuvo esto en ellos?

      8 ¿Qué sucedió en cuanto al prometido bautismo en espíritu santo? Este vino en el Pentecostés de 33 E.C., diez días después de la ascensión de Jesús (2:1-4). ¡Qué acontecimiento emocionante fue aquel bautismo! ¡Imagínese la escena! Unos 120 discípulos estaban en el aposento de arriba cuando, ‘de repente, desde el cielo un ruido como el de una brisa impetuosa y fuerte llenó la casa’. No era un viento, pero sonaba como si lo fuera. Una lengua “como de fuego” se asentó sobre cada discípulo y cada apóstol. “Todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes.” Cuando aquel bautismo tuvo lugar, fueron también engendrados por espíritu santo, ungidos y sellados en prenda de una herencia espiritual. (Juan 3:3, 5; 2 Corintios 1:21, 22; 1 Juan 2:20.)

      9. ¿De qué hablaron los discípulos llenos de espíritu?

      9 Aquel acontecimiento afectó a los judíos y los prosélitos que habían venido a Jerusalén de ‘toda nación bajo el cielo’ (2:5-13). Asombrados, estos preguntaron: ‘¿Cómo es que cada uno de nosotros oye habla en su lenguaje de nacimiento?’. El habla pudiera ser la lengua de lugares como Media (al este de Judea), Frigia (en Asia Menor) y Roma (en Europa). Muchos oyentes quedaron pasmados de asombro al oír a los discípulos hablar “acerca de las cosas magníficas de Dios” en varios lenguajes, pero los burlones sugirieron que los discípulos estaban borrachos.

      Pedro da un testimonio conmovedor

      10. ¿Qué profecía se cumplió mediante el acontecimiento del Pentecostés de 33 E.C.? ¿Tiene esto un paralelo en nuestros días?

      10 Pedro comenzó a testificar indicando que las nueve de la mañana era demasiado temprano para que alguien estuviera borracho (2:14-21). En vez de eso, lo acontecido era un cumplimiento de la promesa de Dios de derramar espíritu santo sobre su pueblo. Dios inspiró a Pedro para que señalara a nuestro tiempo al añadir las palabras “en los últimos días” y “profetizarán”. (Joel 2:28-32.) Jehová daría portentos presagiosos en el cielo y señales en la Tierra antes de su gran día, y solamente los que invocaran su nombre con fe serían salvos. Un derramamiento parecido del espíritu sobre los ungidos los ha capacitado para ‘profetizar’ con gran vitalidad y eficacia en la actualidad.

      11. Respecto a Jesús, ¿qué hicieron los judíos, y qué hizo Dios?

      11 Luego Pedro identificó al Mesías (2:22-28). Dios dio testimonio de que Jesús era el Mesías al capacitarlo para efectuar obras poderosas, señales y portentos presagiosos. (Hebreos 2:3, 4.) Pero los judíos hicieron que se le fijara en un madero “por mano de desaforados”, romanos que no prestaban atención a la ley de Dios. Jesús fue “entregado por el consejo determinado y presciencia de Dios” en el sentido de que esa era la voluntad divina. Sin embargo, Dios resucitó a Jesús y se deshizo del cuerpo humano de este de tal manera que aquel cuerpo no experimentara corrupción. (Salmo 16:8-11.)

      12. ¿Qué previó David, y de qué depende la salvación?

      12 La profecía mesiánica recibió mayor énfasis al continuar su testimonio Pedro (2:29-36). Él dijo que David había previsto la resurrección de su más grandioso hijo, Jesús el Mesías. Desde un lugar ensalzado a la diestra de Dios en el cielo Jesús había derramado el espíritu santo que había recibido de su Padre. (Salmo 110:1.) El auditorio ante Pedro ‘vio y oyó’ el funcionamiento de aquel espíritu al observar lenguas como de fuego sobre la cabeza de los discípulos y oír los lenguajes extranjeros que hablaban. Pedro mostró también que la salvación depende de reconocer a Jesús como Señor y Mesías. (Romanos 10:9; Filipenses 2:9-11.)

      Jehová da el aumento

      13. a) Para bautizarse debidamente, ¿qué tenían que reconocer los judíos y los prosélitos? b) ¿Cuántos se bautizaron, y qué efecto tuvo eso en Jerusalén?

      13 ¡Cuán eficaces fueron las palabras de Pedro (2:37-42)! Sus oyentes se sintieron heridos en el corazón por haber consentido en la ejecución del Mesías. Por eso Pedro dio esta exhortación: “Arrepiéntanse, y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán la dádiva gratuita del espíritu santo”. Los judíos y los prosélitos ya reconocían a Jehová como Dios y que necesitaban su espíritu. Ahora tenían que arrepentirse y aceptar a Jesús como el Mesías para bautizarse en el nombre (reconociendo el puesto o la función) del Padre, del Hijo y del espíritu santo. (Mateo 28:19, 20.) Al testificar a aquellos judíos y prosélitos Pedro usó la primera llave espiritual que Jesús le había dado para abrir la puerta del conocimiento y de la oportunidad que permitiría a los judíos creyentes entrar en el Reino celestial. (Mateo 16:19.) ¡Tan solo aquel día, 3.000 de ellos se bautizaron! ¡Imagínese a aquella cantidad de testigos de Jehová predicando en el pequeño territorio de Jerusalén!

      14. ¿Por qué y cómo tenían los creyentes “todas las cosas en común”?

      14 Muchos que habían venido de lugares distantes no tenían provisiones para permanecer allí más tiempo, pero deseaban aprender más sobre su nueva fe y predicar a otros. Por eso aquellos seguidores de Jesús de la antigüedad se ayudaron amorosamente unos a otros, como lo hacen hoy día los testigos de Jehová (2:43-47). Temporalmente los creyentes tuvieron “todas las cosas en común”. Algunos vendieron sus propiedades, y los fondos se distribuyeron entre todos los que estaban necesitados. Esto dio a la congregación un comienzo excelente mientras ‘Jehová unía diariamente a ellos los que se iban salvando’.

      Una curación y sus resultados

      15. ¿Qué sucedió mientras Pedro y Juan entraban en el templo, y cómo reaccionó la gente?

      15 Jehová apoyó a los seguidores de Jesús por medio de “señales” (3:1-10). Así, pues, resultó que mientras Pedro y Juan entraban en el templo a las tres de la tarde para la hora de oración relacionada con el sacrificio de la tarde, un hombre que era cojo de nacimiento estuvo cerca de la Puerta Hermosa pidiendo “dádivas de misericordia”. Pedro dijo: ‘Plata y oro no poseo, pero lo que tengo te doy: ¡En el nombre de Jesucristo el Nazareno, anda!’. ¡El hombre se curó al instante! Cuando entró en el templo “andando y saltando y alabando a Dios”, la gente ‘quedó extática’. Puede que algunos hayan recordado las palabras: “El cojo trepará justamente como lo hace el ciervo”. (Isaías 35:6.)

      16. ¿Cómo pudieron curar a un cojo los apóstoles?

      16 La gente, sorprendida, se reunió en la columnata de Salomón, un pórtico en el lado oriental del templo. Allí Pedro dio un testimonio (3:11-18). Mostró que Dios había facultado a los apóstoles para sanar al cojo mediante Su Siervo glorificado, Jesús. (Isaías 52:13–53:12.) Los judíos habían repudiado a “aquel santo y justo”; no obstante, Jehová lo había resucitado. Aunque la gente y sus gobernantes no sabían que estaban dando muerte al Mesías, Dios cumplió así las palabras proféticas de que “su Cristo sufriría”. (Daniel 9:26.)

      17. a) ¿Qué pasos tenían que dar los judíos? b) ¿Qué ha pasado desde que ‘se envió a Cristo’ en nuestros días?

      17 Por el trato que habían dado al Mesías, Pedro mostró a los judíos lo que debían hacer (3:19-26). Tenían que ‘arrepentirse’ o sentir remordimiento por sus pecados, y ‘volverse’ o convertirse mediante tomar un derrotero contrario al anterior. Si ejercían fe en que Jesús era el Mesías y aceptaban el rescate, Jehová los refrescaría perdonándoles los pecados. (Romanos 5:6-11.) Pedro recordó a los judíos que ellos eran hijos del pacto que Dios había hecho con sus antepasados cuando dijo a Abrahán: “En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra”. Por eso Dios primero envió a su Siervo Mesiánico para liberar a los judíos arrepentidos. Es interesante notar que desde que se ‘envió a Cristo’ en el poder del Reino celestial en 1914 ha habido una refrescante restauración de verdades y de la organización teocrática entre los testigos de Jehová. (Génesis 12:3; 18:18; 22:18.)

      ¡Nada los detenía!

      18. ¿Qué “piedra” rechazaron los “edificadores” judíos, y solamente en quién hay salvación?

      18 Encolerizados porque Pedro y Juan declaraban la resurrección de Jesús, los sacerdotes principales, el capitán del templo y los saduceos los pusieron en custodia (4:1-12). Los saduceos no creían en la resurrección, pero muchas otras personas se hicieron creyentes; la cantidad de tan solo los hombres ascendió a unos 5.000. Cuando Pedro fue interrogado ante el alto tribunal de Jerusalén, dijo que al cojo se le había sanado “en el nombre de Jesucristo el Nazareno”, a quien ellos habían fijado en un madero pero Dios había resucitado. Aquella “piedra” que los “edificadores” judíos habían rechazado había llegado a ser “cabeza del ángulo”. (Salmo 118:22.) “Además —dijo Pedro—, no hay salvación en ningún otro.”

      19. ¿Cómo respondieron los apóstoles cuando se les ordenó que dejaran de predicar?

      19 El tribunal intentó detener aquella habla (4:13-22). Puesto que tenían al hombre curado presente, se les hacía imposible negar aquella “señal notable”; sin embargo, ordenaron a Pedro y a Juan ‘que en ningún lugar hablaran o enseñaran sobre la base del nombre de Jesús’. ¿Qué respondieron ellos? ‘No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.’ ¡Obedecían a Jehová como Gobernante!

      ¡Se les contestan las oraciones!

      20. ¿Qué pidieron los discípulos en oración, y con qué resultado?

      20 Tal como los testigos de Jehová oran en sus reuniones, así los discípulos oraron cuando los apóstoles, puestos en libertad, informaron lo que les había sucedido (4:23-31). Señalaron que los gobernantes Herodes Antipas y Poncio Pilato, junto con los romanos gentiles y el pueblo de Israel, se habían reunido contra el Mesías. (Salmo 2:1, 2; Lucas 23:1-12.) Jehová contestó aquella oración llenando de espíritu santo a los discípulos, de modo que hablaban con denuedo la palabra de Dios. Ellos no pidieron a su Gobernante que pusiera fin a la persecución, sino que los capacitara para predicar con denuedo a pesar de ella.

      21. ¿Quién era Bernabé, y qué cualidades tenía?

      21 Los creyentes continuaban teniéndolo todo en común, y ninguno estaba necesitado (4:32-37). Uno de los contribuyentes fue el levita José de Chipre. Los apóstoles le dieron el sobrenombre de Bernabé, que significa “Hijo del Consuelo”, probablemente porque era servicial y afectuoso. Todos, sin duda, queremos ser así. (Hechos 11:22-24.)

      Se desenmascara a unos mentirosos

      22, 23. ¿Cuál fue el pecado de Ananías y Safira, y cómo podemos beneficiarnos de su experiencia?

      22 No obstante, Ananías y su esposa, Safira, dejaron de reconocer a Jehová como Gobernante (5:1-11). Vendieron un campo y se quedaron con parte del dinero mientras fingían haberlo dado todo a los apóstoles. El conocimiento que el espíritu de Dios comunicó a Pedro le permitió discernir la hipocresía de Ananías y Safira, que llevó a la muerte de ambos. ¡Qué advertencia para aquellos a quienes Satanás tienta para que se hagan engañosos! (Proverbios 3:32; 6:16-19.)

      23 Después de aquel suceso nadie que tuviera malos motivos tenía ánimo para unirse a los discípulos. Otras personas sí se hicieron creyentes (5:12-16). Además, a medida que los enfermos y los que eran perturbados por espíritus inmundos ejercían fe en el poder de Dios, “todos sin excepción eran curados”.

      Obediencia a Dios más bien que a los hombres

      24, 25. ¿Por qué persiguieron los líderes judíos a los apóstoles, pero qué norma establecieron aquellos fieles para todos los siervos de Jehová?

      24 El sumo sacerdote y los saduceos trataron ahora de estorbar el maravilloso aumento mediante encarcelar a todos los apóstoles (5:17-25). Pero por la noche el ángel de Jehová los puso en libertad. ¡Y para el amanecer ellos estaban enseñando en el templo! La persecución no puede detener a los siervos de Jehová.

      25 Con todo, se ejerció presión cuando los apóstoles fueron llevados ante el Sanedrín (5:26-42). Sin embargo, después que se les ordenó que dejaran de enseñar, ellos dijeron: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres”. Esto estableció una norma para los discípulos de Jesús, norma que los testigos de Jehová siguen en la actualidad. Tras una advertencia que les dio Gamaliel, maestro de la Ley, los líderes golpearon a los apóstoles, les ordenaron que dejaran de predicar y los pusieron en libertad.

      26. Compare el ministerio de los apóstoles con el de los testigos de Jehová hoy día.

      26 Los apóstoles se alegraron de que se les hubiera considerado dignos de sufrir deshonra a favor del nombre de Jesús. “Y todos los días en el templo, y de casa en casa, continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas.” Sí, eran ministros que iban de casa en casa. Eso son los testigos de Dios en tiempos modernos, quienes también han recibido su espíritu porque le obedecen y dicen: “¡Jehová es nuestro Gobernante!”.

  • Ande en el temor de Jehová
    La Atalaya 1990 | 1 de junio
    • Ande en el temor de Jehová

      “Como [la congregación] andaba en el temor de Jehová y en el consuelo del espíritu santo, siguió multiplicándose.” (HECHOS 9:31.)

      1, 2. a) ¿Qué sucedió cuando la congregación cristiana entró en un período de paz? b) Aunque Jehová permite la persecución, ¿qué más hace?

      UNO de los discípulos se halló frente a una prueba suprema. ¿Seguiría íntegro ante Dios? ¡Claro que sí! Había andado en el temor de Dios, con reverencia a su Hacedor, y moriría como fiel testigo de Jehová.

      2 Aquel discípulo temeroso de Dios que se mantuvo íntegro fue Esteban, “varón lleno de fe y de espíritu santo”. (Hechos 6:5.) Su asesinato provocó una ola de persecución, pero después la congregación, esparcida por toda Judea, Galilea y Samaria, entró en un período de paz y se edificó espiritualmente. Además, “como andaba en el temor de Jehová y en el consuelo del espíritu santo, siguió multiplicándose”. (Hechos 9:31.) Como testigos de Jehová hoy, podemos tener la certeza de que Dios nos bendecirá sea que experimentemos paz o persecución, como lo muestran los capítulos 6 al 12 de Hechos. De modo que andemos con temor reverente a Dios cuando se nos persiga, y aprovechemos toda pausa en la persecución para edificarnos en sentido espiritual y estar más activos en su servicio. (Deuteronomio 32:11, 12; 33:27.)

      Fiel hasta el fin

      3. ¿Qué problema se superó en Jerusalén, y cómo?

      3 Aunque surjan problemas en tiempos de paz, la buena organización puede ayudar a resolverlos (Hch 6:1-7). Los judíos de habla griega que estaban en Jerusalén se quejaron de que se pasaba por alto a sus viudas en la distribución diaria de alimento y se favorecía a los creyentes judíos de habla hebrea. Pero este problema se resolvió cuando los apóstoles nombraron a siete hombres para que atendieran “este asunto necesario”. Esteban estuvo entre ellos.

      4. ¿Cómo reaccionó Esteban a las falsas acusaciones?

      4 Pero Esteban, un hombre que temía a Dios, pronto se encaró con una prueba (6:8-15). Ciertos hombres se levantaron para disputar con él. Algunos pertenecían a la “Sinagoga de los Libertos”, tal vez judíos capturados por los romanos y luego emancipados, o esclavos que se habían hecho prosélitos judíos después de habérseles dado la libertad. Aquellos enemigos de Esteban, que no pudieron defender su opinión ante la sabiduría y el espíritu con que él hablaba, lo llevaron al Sanedrín. Allí unos testigos falsos dijeron: ‘Oímos a este hombre decir que Jesús destruirá el templo y cambiará las costumbres que Moisés transmitió’. Con todo, hasta sus opositores podían ver que Esteban no era un malhechor, sino que tenía el semblante sereno de un ángel, un mensajero de Dios, seguro de su apoyo. ¡Qué diferente de lo que se veía en el rostro de ellos, que reflejaba maldad porque se ponían a disposición de Satanás!

      5. ¿Qué observaciones hizo Esteban mientras testificaba?

      5 Interrogado por el sumo sacerdote Caifás, Esteban dio testimonio con intrepidez (7:1-53). Su repaso de la historia israelita mostró que Dios se había propuesto dejar de lado la Ley y el servicio en el templo cuando llegara el Mesías. Esteban señaló que los israelitas habían rechazado a Moisés, el libertador a quien todo judío afirmaba honrar, tal como ahora no habían aceptado a Aquel que traía una liberación mayor. Al decir que Dios no mora en casas hechas de mano, Esteban mostró que el templo y su sistema de adoración desaparecerían. Pero como sus jueces no temían a Dios ni querían conocer Su voluntad, Esteban dijo: ‘Hombres obstinados, ustedes siempre están resistiendo el espíritu santo. ¿A cuál de los profetas no persiguieron sus antepasados? Mataron a los que predijeron la venida del Justo, y ustedes han llegado a ser traidores y asesinos de él’.

      6. a) Antes de su muerte, ¿qué experiencia de Esteban fortaleció su fe? b) ¿Por qué podía Esteban decir correctamente: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”?

      6 Aquella declaración denodada de Esteban significó su muerte (7:54-60). Los jueces se encolerizaron de que él expusiera así la culpa que ellos tenían por la muerte de Jesús. ¡Pero cuánto se fortaleció la fe de Esteban cuando él ‘miró con fijeza al cielo y alcanzó a ver la gloria de Dios y a Jesús de pie a Su diestra’! Ahora Esteban podía enfrentarse a sus enemigos con la confianza de que había hecho la voluntad de Dios. Aunque los testigos de Jehová no tienen visiones, podemos tener una serenidad parecida procedente de Dios cuando se nos persigue. Cuando los enemigos de Esteban comenzaron a apedrearlo en las afueras de Jerusalén, él suplicó: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Aquello fue apropiado, porque Dios había autorizado a Jesús para levantar a otros a la vida. (Juan 5:26; 6:40; 11:25, 26.) Arrodillado, Esteban clamó: “Jehová, no les imputes este pecado”. Entonces se durmió en la muerte como mártir, como les ha pasado a muchos otros desde entonces, aun en tiempos modernos.

      La persecución esparce las buenas nuevas

      7. ¿Cuál fue el resultado de la persecución?

      7 En realidad la muerte de Esteban llevó a la difusión de las buenas nuevas (8:1-4). La persecución dispersó a todos los discípulos, a excepción de los apóstoles, por toda Judea y Samaria. Saulo, quien aprobó el asesinato de Esteban, se comportó como una bestia contra la congregación mientras invadía una casa tras otra para sacar a rastras a los seguidores de Jesús y entregarlos a la prisión. A medida que los discípulos en dispersión seguían predicando, se frustraba el plan de Satanás de detener por la persecución a aquellos proclamadores del Reino que temían a Dios. Hoy, también, muchas veces la persecución ha esparcido las buenas nuevas o ha hecho que se note la obra de predicar el Reino.

      8. a) ¿Qué sucedió como resultado de la predicación efectuada en Samaria? b) ¿Cómo usó Pedro la segunda llave que Jesús le había confiado?

      8 Felipe el evangelizador fue a Samaria “a predicarles al Cristo” (8:5-25). Reinó gran gozo en aquella ciudad a medida que se proclamaron las buenas nuevas, se expulsaron espíritus inmundos y se efectuaron curaciones. Los apóstoles, en Jerusalén, enviaron a Pedro y Juan a Samaria, y cuando estos oraron e impusieron las manos a los que se bautizaron, los nuevos discípulos recibieron espíritu santo. El ex mago Simón, recién bautizado, trató de comprar aquella autoridad, pero Pedro le dijo: ‘Perezca tu plata contigo. Tu corazón no es recto a vista de Dios’. Después que se le dijo que se arrepintiera y suplicara a Jehová que lo perdonara, Simón pidió a los apóstoles que oraran a favor de él. Esto debe mover a todos los que temen a Jehová a orar por ayuda divina para salvaguardar el corazón. (Proverbios 4:23.) (De aquel suceso se originó la palabra “simonía”: “compra o venta deliberada de cosas espirituales, [...] prebendas y beneficios eclesiásticos”.) Pedro y Juan proclamaron las buenas nuevas en muchas aldeas samaritanas. De este modo usó Pedro en Samaria la segunda llave que Jesús le había dado para abrir la puerta del conocimiento y de la oportunidad para entrar en el Reino celestial. (Mateo 16:19.)

      9. ¿Quién fue el etíope a quien Felipe testificó, y por qué podía bautizarse aquel hombre?

      9 El ángel de Dios entonces dio a Felipe una nueva asignación (8:26-40). En un carro por el camino de Jerusalén a Gaza viajaba un “eunuco”, un funcionario que estaba sobre el tesoro de la reina Candace, de Etiopía. Este no era eunuco en sentido físico, excluido por ello de la congregación judía, sino que había ido a Jerusalén para adorar como prosélito circunciso. (Deuteronomio 23:1.) Felipe halló al eunuco leyendo del libro de Isaías. Después de haber sido invitado a subir al carro, Felipe consideró la profecía de Isaías y “le declaró las buenas nuevas acerca de Jesús”. (Isaías 53:7, 8.) Poco después el etíope exclamó: “¡Mira! Agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?”. No había nada que se lo impidiera, pues tenía conocimiento de Dios y ahora tenía fe en Cristo. De modo que Felipe bautizó al etíope, quien entonces siguió su camino regocijándose. ¿Hay algo que impida que usted se bautice?

      La conversión de un perseguidor

      10, 11. ¿Qué le sucedió a Saulo de Tarso en el camino a Damasco y poco después?

      10 Mientras tanto, Saulo se esforzaba por hacer que los seguidores de Jesús repudiaran su fe ante la amenaza de sufrir encarcelamiento o muerte (9:1-18a). El sumo sacerdote (probablemente Caifás) le dio cartas para las sinagogas de Damasco que lo autorizaban a traer atados a Jerusalén a hombres y mujeres que pertenecieran “al Camino”, o el modo de vivir basado en el ejemplo de Cristo. Como al mediodía, cerca de Damasco, una luz fulguró desde el cielo y una voz preguntó: “Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?”. Los acompañantes de Saulo oyeron “el sonido de una voz”, pero no entendieron lo que se dijo. (Compárese con Hechos 22:6, 9.) Aquella revelación parcial del glorificado Jesús bastó para cegar a Saulo. Dios utilizó al discípulo Ananías para devolverle la vista.

      11 Después de su bautismo, el ex perseguidor llegó a ser objeto de persecución (9:18b-25). Los judíos de Damasco querían eliminar a Saulo. Sin embargo, por la noche los discípulos lo bajaron por una abertura en el muro, probablemente en un gran cesto hecho de sogas o ramitas trenzadas. (2 Corintios 11:32, 33.) La abertura puede haber sido una ventana del hogar de algún discípulo, cuyo hogar estuviera construido en el muro. No era un acto de cobardía eludir a los enemigos y seguir con la predicación.

      12. a) ¿Qué le sucedió a Saulo en Jerusalén? b) ¿Cómo le fue a la congregación?

      12 En Jerusalén Bernabé ayudó a los discípulos a aceptar a Saulo como compañero de creencia (9:26-31). Allí Saulo disputaba sin temor con los judíos de habla griega, quienes también tramaron eliminarlo. Al descubrir aquello, los hermanos lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso, ciudad natal de Saulo, en Cilicia. Entonces la congregación por toda Judea, Galilea y Samaria “entró en un período de paz, siendo edificada” en sentido espiritual. A medida que la congregación “andaba en el temor de Jehová y en el consuelo del espíritu santo, siguió multiplicándose”. ¡Qué excelente ejemplo es este para todas las congregaciones de hoy día que quieran recibir la bendición de Jehová!

      ¡Gentiles se hacen creyentes!

      13. Porque Dios lo capacitó para ello, ¿qué milagros ejecutó Pedro en Lida y Jope?

      13 Pedro también se mantenía ocupado (9:32-43). En Lida (ahora Lod), en la llanura de Sarón, sanó al paralítico Eneas. Aquella curación hizo que muchos se volvieran al Señor. En Jope, la amada discípula Tabita (Dorcas) enfermó y murió. Cuando llegó Pedro, unas viudas le mostraron, llorando, las prendas de vestir que Dorcas había hecho y que tal vez ellas llevaban puestas. Pedro resucitó a Dorcas, y cuando se difundieron las noticias de esto, muchos se hicieron creyentes. En Jope, Pedro se hospedó en la casa de Simón el curtidor, la cual estaba junto al mar. Los curtidores remojaban pieles de animales en el mar y las trataban con cal antes de quitarles el pelo. Las pieles se convertían en cuero por medio de curtirlas con un líquido procedente de ciertas plantas.

      14. a) ¿Quién era Cornelio? b) ¿Qué podía decirse de las oraciones de Cornelio?

      14 En aquel tiempo (36 E.C.) tuvo lugar un suceso notable en otra localidad (10:1-8). En Cesarea vivía un gentil devoto llamado Cornelio, un centurión romano que estaba al mando de unos cien hombres. Dirigía “la banda italiana”, la cual parece que estaba compuesta de reclutas de entre los ciudadanos romanos y los libertos de Italia. Aunque Cornelio temía a Dios, no era prosélito judío. En una visión un ángel le dijo que sus oraciones habían “ascendido como recuerdo delante de Dios”. A pesar de que Cornelio aún no se había dedicado a Jehová, su oración recibió respuesta. Pero como le indicó el ángel, él mandó buscar a Pedro.

      15. ¿Qué sucedió mientras Pedro oraba en la azotea de la casa de Simón?

      15 Mientras tanto, Pedro tuvo una visión cuando oraba en el techo de la casa de Simón (10:9-23). En un arrobamiento vio descender del cielo un receptáculo, como una sábana, lleno de criaturas que se arrastraban, aves y cuadrúpedos inmundos. Después que se le mandó que degollara y comiera, Pedro dijo que nunca había comido nada contaminado. “Deja tú de llamar contaminadas las cosas que Dios ha limpiado”, se le dijo. La visión dejó perplejo a Pedro, pero él siguió la dirección del espíritu. Por eso, él y seis hermanos judíos acompañaron a los emisarios de Cornelio. (Hechos 11:12.)

      16, 17. a) ¿Qué dijo Pedro a Cornelio y a los que estaban reunidos en su casa? b) ¿Qué aconteció mientras Pedro todavía hablaba?

      16 Ahora los primeros gentiles estaban a punto de oír las buenas nuevas (10:24-43). Cuando Pedro y sus acompañantes llegaron a Cesarea, ya Cornelio, sus parientes y sus amigos íntimos los estaban esperando. Cornelio cayó a los pies de Pedro, pero el apóstol rehusó humildemente aquel homenaje. Habló de cómo había ungido Jehová a Jesús con espíritu santo y poder como el Mesías, y explicó que toda persona que ejerce fe en él recibe perdón de pecados.

      17 Jehová entonces entró en acción (10:44-48). Mientras Pedro todavía hablaba, Dios concedió espíritu santo a aquellos creyentes gentiles. Inmediatamente fueron engendrados por Dios y hablaron por inspiración en lenguajes extranjeros y engrandecieron a Dios. Por eso fue apropiado que se les bautizara en el nombre de Jesucristo. Así Pedro usó la tercera llave para abrir a los gentiles que temían a Dios la puerta del conocimiento y de la oportunidad que les permitiría entrar en el Reino celestial. (Mateo 16:19.)

      18. ¿Cómo reaccionaron los hermanos judíos cuando Pedro les explicó que los gentiles habían sido “bautizados en espíritu santo”?

      18 Más tarde, en Jerusalén, apoyadores de la circuncisión empezaron a contender con Pedro (11:1-18). Pero cuando él explicó cómo habían sido “bautizados en espíritu santo” los gentiles, sus hermanos judíos asintieron y entonces glorificaron a Dios, diciendo: “¡Conque Dios ha concedido también a gente de las naciones arrepentimiento con la vida como objeto!”. Nosotros también debemos ser receptivos cuando se nos revela claramente la voluntad divina.

      Se establece una congregación de gentiles

      19. ¿Cómo se llegó a llamar cristianos a los discípulos?

      19 Ahora se formó la primera congregación de gentiles (11:19-26). Cuando los discípulos fueron dispersados por la tribulación que se levantó a causa de Esteban, algunos fueron a Antioquía, Siria, lugar célebre por la adoración inmunda y la corrupción moral. A medida que hablaban allí las buenas nuevas a la gente de habla griega, “con ellos estaba la mano de Jehová”, y muchos se hacían creyentes. Bernabé y Saulo enseñaron allí por un año, y “fue primero en Antioquía donde a los discípulos por providencia divina se les llamó cristianos”. Sin duda Jehová dirigió los asuntos para que se les llamara así, pues la palabra griega que se vierte “providencia divina”, kjre·ma·tí·zo, siempre se usa en la Biblia con relación a lo que proviene de Dios.

      20. ¿Qué predijo Ágabo, y cómo reaccionó a aquello la congregación de Antioquía?

      20 Algunos profetas temerosos de Dios también fueron a Antioquía desde Jerusalén (11:27-30). Uno de ellos fue Ágabo, quien indicó “por el espíritu [...] que una gran hambre estaba para venir sobre toda la tierra habitada”. Aquella profecía se cumplió durante el reinado del emperador romano Claudio (41-54 E.C.), y el historiador Josefo alude a aquella “gran hambre”. (Antigüedades de los judíos, XX, cap. II, 5; XX, cap. V, 2.) Movidos por amor, los de la congregación de Antioquía enviaron una contribución a los hermanos necesitados de Judea. (Juan 13:35.)

      Persecución infructuosa

      21. ¿Qué acción tomó Herodes Agripa I contra Pedro, pero con qué resultado?

      21 El período de paz terminó cuando Herodes Agripa I empezó a perseguir a los que eran temerosos de Jehová en Jerusalén (12:1-11). Herodes eliminó a Santiago por la espada, tal vez decapitándolo, de modo que Santiago fue el primer apóstol martirizado. Al ver que aquello fue del agrado de los judíos, Herodes encarceló a Pedro. Parece que el apóstol fue encadenado a dos soldados, uno en cada lado, mientras otros dos vigilaban su celda. Herodes planeaba ejecutarlo después de la Pascua y los días de las tortas no fermentadas (14-21 de Nisán), pero las oraciones que la congregación hizo a favor de Pedro recibieron respuesta en el momento preciso, tal como pasa a menudo en cuanto a las oraciones nuestras. Aquello sucedió cuando el ángel de Dios libró milagrosamente al apóstol.

      22. ¿Qué sucedió cuando Pedro fue a la casa de María la madre de Marcos?

      22 Pedro llegó poco después a la casa de María (la madre de Juan Marcos), que obviamente era un lugar de reuniones cristianas (12:12-19). En la oscuridad, Rode la sirvienta reconoció la voz de Pedro, pero lo dejó a la entrada con la puerta cerrada. Al principio los discípulos quizás pensaron que Dios había enviado a un mensajero angelical que representaba a Pedro y hablaba con una voz como la de él. Pero cuando lo dejaron entrar Pedro les dijo que informaran acerca de su liberación a Santiago y a los hermanos (posiblemente a los ancianos). Entonces partió y se fue a esconder sin revelar adónde iba, para no poner en peligro ni a ellos ni a sí mismo, en caso de que los sometieran a interrogatorio. La búsqueda de Pedro que Herodes llevó a cabo fue infructífera, y los guardas fueron castigados, quizás hasta ejecutados.

      23. ¿Cómo terminó la gobernación de Herodes Agripa I, y qué podemos aprender de aquello?

      23 En 44 E.C. la gobernación de Herodes Agripa I terminó repentinamente en Cesarea cuando él tenía 54 años de edad (12:20-25). Él quería pelear contra los fenicios de Tiro y Sidón, quienes habían sobornado a Blasto, siervo de Herodes, para que este les consiguiera una audiencia para pedir la paz. En el “día determinado” (también durante una fiesta en honor a Claudio César), Herodes se vistió de ropaje real, se sentó en el tribunal y empezó a pronunciar un discurso público. En respuesta, el auditorio gritó: “¡Voz de un dios, y no de un hombre!”. Al instante el ángel de Jehová lo hirió “porque no dio la gloria a Dios”. Herodes “llegó a estar comido de gusanos, y expiró”. Que este ejemplo amonestador nos mueva a continuar andando en el temor de Jehová, a la vez que evitamos el orgullo y le damos gloria a él por lo que realizamos como su pueblo.

      24. ¿Qué mostrará un artículo futuro respecto a la expansión de la obra de predicar?

      24 A pesar de la persecución de Herodes, “la palabra de Jehová siguió creciendo y difundiéndose”. De hecho, como mostrará un artículo futuro, los discípulos podían esperar mayor expansión. ¿Por qué? Porque ‘andaban en el temor de Jehová’.

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