-
Avances en la lucha contra el sida¡Despertad! 2004 | 22 de noviembre
-
-
Tratamiento farmacológico
“Un rayo de esperanza en la lucha contra el sida”, decía el titular de primera plana de la revista Time del 29 de septiembre de 1986. Este “rayo de esperanza” lo generaron los asombrosos resultados de una prueba clínica en la que se utilizaba zidovudina (AZT), un fármaco antirretroviral, para combatir el VIH: los seropositivos que tomaban AZT vivían más tiempo. Desde entonces, los antirretrovirales (ARV) han prolongado la vida de centenares de miles de personas (véase el recuadro “¿Qué son los antirretrovirales?”, de la pág. 7). ¿Cuánto éxito han tenido estos fármacos en el tratamiento de la infección por el VIH?
Pese al entusiasmo inicial relacionado con la puesta a la venta de la AZT, la revista Time dijo que los investigadores del sida “tenían la seguridad de que la AZT no [era] el arma definitiva contra el sida”. Y estaban en lo cierto. Algunos pacientes no podían tolerarla, por lo que se produjeron otros ARV. Más adelante, la Administración de Alimentos y Fármacos, de Estados Unidos, aprobó una combinación de antirretrovirales para los seropositivos en fase avanzada. La terapia combinada, que llegó a abarcar tres o más fármacos, tuvo muy buena acogida entre los profesionales de la salud dedicados al sida. Tanto es así que en una conferencia internacional sobre este mal celebrada en 1996, un médico hasta anunció que la terapia triple podía erradicar el VIH del organismo.
Lamentablemente, en menos de un año se hizo patente que la terapia combinada de tres fármacos, aunque se siguiera de manera estricta, no podía eliminar el virus. No obstante, un informe de ONUSIDA dice que “el tratamiento con una combinación de ARV ha permitido que los seropositivos vivan vidas más largas, sanas y productivas”. En Estados Unidos y Europa, por ejemplo, este tipo de tratamiento ha reducido en más de un setenta por ciento la cantidad de muertes a causa del sida. Además, varios estudios han demostrado que el tratamiento antirretroviral puede reducir considerablemente la transmisión del VIH de la madre al feto.
Ahora bien, millones de seropositivos no tienen acceso a tales medicamentos. ¿Por qué?
“Una enfermedad de la pobreza”
La administración de antirretrovirales está bastante extendida en los países de altos ingresos. Pero la OMS (Organización Mundial de la Salud) calcula que en algunos países en desarrollo, solo el 5% de los que necesitan ARV pueden acceder a ellos. Los enviados de las Naciones Unidas han llegado al punto de decir que dicho desequilibrio es “una grave injusticia” y “un grotesco insulto por parte del mundo moderno”.
Esta situación de desequilibrio también se da a veces entre los ciudadanos de un mismo país. El periódico The Globe and Mail dice que a una tercera parte de los canadienses que mueren de sida nunca se les han administrado antirretrovirales. Aunque en Canadá se distribuyen libres de costo, a ciertos grupos se les pasa por alto. El citado rotativo informa: “Los que no reciben el tratamiento debido son los que lo necesitan con más urgencia: los indígenas, las mujeres y los pobres”. El periódico The Guardian citó las siguientes palabras de una madre africana que es seropositiva: “No lo entiendo. ¿Por qué a esos hombres blancos que tienen relaciones sexuales con hombres se les da la oportunidad de vivir, y yo tengo que morir?”. La respuesta a su pregunta radica en el aspecto económico de la producción y distribución de medicamentos.
En Estados Unidos y Europa, una terapia combinada de tres antirretrovirales cuesta, como promedio, entre 10.000 y 15.000 dólares anuales. Aunque en algunos países en desarrollo se están ofreciendo copias genéricas de estas combinaciones de fármacos por 300 dólares anuales o menos, su costo sigue siendo desorbitado para muchos seropositivos que viven en las zonas en las que más se necesitan. El doctor Stine resume la situación con estas palabras: “El sida es una enfermedad de la pobreza”.
El negocio de fabricar medicamentos
Elaborar versiones genéricas de medicamentos patentados y venderlas a precios reducidos no ha sido fácil. Los estrictos derechos de patentes que existen en muchos países prohíben la reproducción no autorizada de fármacos de marca. “Se trata de una guerra económica”, dice el director de una gran farmacéutica. Según él, producir medicamentos genéricos y venderlos con fines de lucro a países en desarrollo “no es justo para quienes los descubrieron”. Las empresas farmacéuticas que producen medicamentos patentados también sostienen que el hecho de obtener menos ganancias podría ocasionar un descenso de los fondos que se destinan a los programas de investigación y desarrollo. Y hay quienes temen que los antirretrovirales de bajo precio destinados a los países en desarrollo acaben en el mercado negro de los países desarrollados.
Los defensores de los antirretrovirales de bajo precio replican que se pueden producir nuevos fármacos que cuesten entre un 5 y un 10% del precio estipulado por la industria farmacéutica. Dicen, además, que las empresas farmacéuticas privadas descuidan la investigación y la producción de fármacos contra las enfermedades que afligen a los países más pobres. De ahí que Daniel Berman, coordinador de la campaña Acceso a Medicamentos Esenciales, afirme: “Para disponer de nuevos fármacos tiene que existir una reglamentación obligatoria que cuente con el apoyo internacional y reduzca los precios a niveles asequibles para los países en desarrollo”.
En respuesta a esta necesidad mundial de antirretrovirales, la OMS ha elaborado un plan para que a finales de 2005, 3.000.000 de infectados con el virus del sida reciban tratamiento. Nathan Ford, de Médicos sin Fronteras, dijo lo siguiente al respecto: “No debe convertirse en otro objetivo malogrado de la ONU. Estos son solo la mitad de los infectados que actualmente necesitan tratamiento, y habrá muchos más [en 2005]”.
Otros obstáculos
Aunque se suministraran suficientes antirretrovirales a los países en desarrollo, todavía quedarían otros obstáculos por superar. Ciertos medicamentos deben tomarse con comida y agua potable, pero en algunos países, centenares de miles de personas solo comen un día sí y otro no. Además, el tratamiento (que suele consistir en veinte pastillas diarias o más) debe tomarse a la misma hora todos los días, pero muchos pacientes ni tienen reloj. Otro problema es que la combinación de fármacos tiene que adaptarse al estado del paciente, y en muchos países hay muy pocos médicos. Es evidente que proporcionar ARV a los países en desarrollo será un obstáculo difícil de superar.
La terapia combinada también presenta sus problemas a los infectados que viven en países desarrollados. Los datos indican que es sumamente común que no se tomen todos los medicamentos a las horas correspondientes, lo que puede redundar en que surjan cepas farmacorresistentes del VIH y que estas se transmitan a otras personas.
El doctor Stine señala otro problema que afrontan los pacientes: “La paradoja del tratamiento contra el VIH es que a veces el remedio es peor que la enfermedad, especialmente cuando este se empieza antes de que aparezcan los síntomas”. Los antirretrovirales suelen producir efectos secundarios, entre ellos diabetes, lipodistrofia (alteración de la distribución de la grasa), colesterol alto y disminución de la densidad ósea. Y algunos de los efectos secundarios son mortales.
-
-
Avances en la lucha contra el sida¡Despertad! 2004 | 22 de noviembre
-
-
[Ilustraciones y recuadro de la página 7]
¿Qué son los antirretrovirales?a
En el caso de las personas sanas, las células T auxiliares estimulan o activan el sistema inmunológico para combatir las infecciones. El VIH ataca principalmente a estas células y las utiliza para multiplicarse (replicarse), debilitándolas y destruyéndolas hasta que el sistema inmunológico queda gravemente deteriorado. Los antirretrovirales (ARV) obstruyen este proceso.
Hoy día se administran cuatro tipos principales de ARV. Los análogos nucleósidos y los análogos no nucleósidos impiden que el VIH se replique en el ADN de la persona. Los inhibidores de la proteasa no permiten que una enzima proteasa concreta de las células infectadas reconstruya el virus y produzca más VIH. El objetivo de los inhibidores de fusión es impedir que el VIH se introduzca en las células. Al reprimir la multiplicación del VIH, los antirretrovirales pueden retrasar la aparición del sida, la fase más grave de la infección por el VIH.
[Nota]
a No a todos los infectados con el VIH se les receta un tratamiento antirretroviral. Los infectados y los que sospechan que pueden estarlo deben consultar a un profesional de la salud antes de entrar en cualquier programa de tratamiento médico. ¡Despertad! no respalda ningún tratamiento en particular.
[Ilustración]
KENIA Médico explicando a un enfermo de sida el tratamiento antirretroviral
[Reconocimiento]
© Sven Torfinn/Panos Pictures
[Ilustración]
KENIA Enferma de sida recibiendo su tratamiento antirretroviral en el hospital
[Reconocimiento]
© Sven Torfinn/Panos Pictures
-