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Página 2¡Despertad! 1988 | 8 de octubre
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Personas saludables de todas las edades pueden contraer esa plaga aterradora que se ha esparcido por todo el mundo: el SIDA. En algunos lugares se ha convertido en el problema de salud número uno para los adultos más jóvenes. Quizás usted conozca a alguien que tenga el SIDA.
El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es una enfermedad causada por un virus que daña el sistema inmunológico del cuerpo, dejándolo indefenso ante las infecciones.
¿Cuán extendido está hoy el SIDA? ¿Cómo se ha llegado a esta situación? ¿Existe prevención para el SIDA?
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El SIDA, ¡un asesino mundial!¡Despertad! 1988 | 8 de octubre
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El SIDA, ¡un asesino mundial!
ALGUNAS autoridades médicas opinan que el SIDA está a punto de convertirse en una catástrofe mundial. “El SIDA puede ser, hablando en términos de salud, la catástrofe de nuestros tiempos”, afirmó The New York Times. El doctor William O’Connor, microbiólogo, dijo: “Probablemente estemos tratando con la mayor plaga que jamás haya azotado al mundo”.
El doctor Halfdan Mahler, de la OMS (Organización Mundial de la Salud), declaró: “Nos encontramos indefensos ante una gravísima pandemia tan mortal como cualquier otra pandemia que jamás haya habido. [...] En lo relacionado con el SIDA, todo va de mal en peor”.
Con cada año que pasa, aumenta el número de muertes. Dentro de poco la cantidad probablemente será muchas veces mayor. Y es posible que así sea aunque ni una sola persona más fuese infectada por el virus del SIDA. ¿Por qué? Debido a la enorme cantidad de gente que ya tiene el virus, un virus que es para toda la vida.
¿Cuántas son las personas que ya tienen el virus? Hay quienes han dicho que en todo el mundo hay diez millones de personas infectadas. El informe AIDS and the Third World (El SIDA y el Tercer Mundo) calcula que dentro de poco, el SIDA “habrá infectado a una cantidad de personas que oscilará entre 50 millones y 100 millones”.
Ese cálculo se basa en lo que ha sucedido en África, Europa y América del Norte. Pero el SIDA también se encuentra en América Latina y se ha introducido en Asia. El periódico danés Politiken hace la siguiente observación: “¿Qué sucederá si la epidemia estalla en proporciones graves en América del Sur y Asia, o cuando eso suceda? [...] La cantidad de personas infectadas no se limitará a solo 50-100 millones”. Aunque esas cifras fuesen exageradas, no hay duda de que ya hay millones de personas infectadas. Y habrá muchos millones más en los próximos años.
Además, la inmensa mayoría de los que ahora tienen el virus del SIDA no saben que lo tienen. Aunque parezca que gozan de buena salud, pueden transmitir el virus a otros. Por eso, es seguro que la cantidad de personas infectadas por ese virus será mucho mayor.
C. E. Koop, inspector general de Sanidad de Estados Unidos, dijo: “Ninguna enfermedad anterior ha sido al mismo tiempo tan misteriosa, tan fatal y tan resistente al desarrollo terapéutico y de las vacunas”. Y añadió: “Todavía no disponemos de un remedio, y tampoco de una vacuna... y probablemente no dispondremos de una que esté al alcance del público en general antes de finales del siglo. No hay duda alguna. El SIDA es una enfermedad mortal y está extendiéndose”. El doctor Koop también dijo: “He sido cirujano durante casi cincuenta años, y jamás he visto una amenaza como la del SIDA”.
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Portadores del SIDA, ¿cuántos pueden morir?¡Despertad! 1988 | 8 de octubre
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Portadores del SIDA, ¿cuántos pueden morir?
CUANDO en 1981 se identificó por primera vez el SIDA, los especialistas en salud pública calcularon que aproximadamente entre el 5 y el 10% de los que tenían el virus desarrollarían la enfermedad y morirían. Pero resultó que el virus tiene un largo período de incubación. Pueden pasar cinco años o más antes de que aparezcan los primeros síntomas.
Actualmente, con la experiencia de los pasados ocho años, algunos especialistas calculan que entre el 40 y el 50%, o incluso más, de los portadores del virus del SIDA desarrollarán la enfermedad y morirán. La publicación AIDS and the Third World comentó: “Según un análisis matemático hecho por ordenador, se espera que el 50% de los portadores del VIH desarrollen el cuadro completo del SIDA en un período de cinco años, y el 75%, en un período de siete años”. (Las siglas “VIH” vienen de las palabras “virus de inmunodeficiencia humana”, el virus del SIDA.)
Esa publicación sigue diciendo: “Muchos expertos en el campo de la medicina y la mayoría de los virólogos actualmente creen que la tasa de mortalidad entre los portadores del VIH se aproximará mucho al 100%. [...] La creencia de que con el tiempo todos ellos morirán, en parte se basa en el hecho de que cada año que pasa, más personas que contrajeron el virus tres, cuatro o cinco años atrás desarrollan la enfermedad. Y también se basa en los estudios del propio virus VIH”. Por supuesto, eso son estimaciones. Únicamente el tiempo dirá si esas opiniones se convertirán en realidad.
El doctor Anthony Fauci, investigador del Instituto Nacional de Sanidad de Estados Unidos, descubrió que aproximadamente el 90% de las personas que dieron positivo en la prueba para detectar anticuerpos del VIH presentan algún tipo de deterioro en el sistema inmunológico antes de que transcurran cinco años.
Aunque “solo” muriese el 50% de los entre 50 millones y 100 millones de portadores del virus previstos para los próximos años, eso supondría millones de muertes anuales en el transcurso de la década de los noventa. Una fuente indicó que tan solo en África se prevé una mortalidad de posiblemente decenas de millones de personas.
Comparado con la guerra
Las consecuencias de la plaga del SIDA en términos de pérdida de vidas, perjuicio a la sociedad y gastos económicos están siendo comparadas a las consecuencias de algunas de las guerras más importantes.
Por ejemplo: en Estados Unidos ya han muerto unas 40.000 personas. Se dice que están infectadas de un millón a dos millones de personas. Se calcula que tan solo en la ciudad de Nueva York tienen el virus entre 250.000 y 400.000 residentes. En algunas zonas de la ciudad, el SIDA se ha convertido en la enfermedad infecciosa más común entre los recién nacidos.
Aunque el índice de aumento ha disminuido en algunos de los grupos de alto riesgo de Estados Unidos y la temida explosión del SIDA entre los heterosexuales no se ha producido, la cantidad de muertes todavía será muy elevada en los próximos años. El Centro para el Control de la Enfermedad de Estados Unidos en Atlanta (Georgia) estima que para finales de 1991, más de 200.000 americanos habrán muerto de SIDA. Se prevé que en ese mismo año morirán más de 50.000 personas como consecuencia de dicha enfermedad. Y para finales de 1992, dentro de tan solo cuatro años, posiblemente hayan muerto más americanos de SIDA que los que fallecieron en la primera guerra mundial, la guerra de Corea y la de Vietnam combinadas.
De hecho, la revista The Futurist declara: “Es posible que para finales de este siglo, el SIDA haya matado a más personas que las que han muerto en todas nuestras guerras [refiriéndose con “nuestras” a las de todas las naciones]”.
Los gastos que se prevén son increíbles. En Estados Unidos se calcula que cada paciente conlleva unos gastos de por lo menos 50.000 dólares al año. De modo que en los próximos años habrá que pagar anualmente muchos miles de millones de dólares por el cuidado de los pacientes. Hay quienes temen que los sistemas de asistencia sanitaria no podrán atender a la gran cantidad de enfermos ni hacer frente a los gastos que ello supone.
En África es peor
En África son pocas, si acaso alguna, las guerras que hayan causado alguna vez los estragos que el SIDA está causando ahora. La revista británica New Scientist comenta lo siguiente: “El SIDA está avanzando desenfrenadamente por toda África”. Un artículo publicado en el periódico danés Politiken dijo: “El máximo responsable sobre el tema del SIDA en Uganda declara: ‘A menos que algo cambie, uno de cada dos adultos de esta nación será VIH positivo en el año 2000’. Casi la mitad de todos los casos de SIDA en África son mujeres en edad de dar a luz. En Ruanda, de cada cinco casos de SIDA, uno es un niño. En Zambia, seis mil niños nacerán este año con SIDA. En Nairobi, en un grupo de ochocientas prostitutas que fueron sometidas a la prueba del SIDA, nueve de cada diez estaban infectadas por el virus VIH. Y estas mujeres se acuestan con un promedio de unos mil clientes al año”.
“Si no hacemos nada, el continente morirá”, dice Pieter Piot, experto belga. Jonathan Mann, que preside la campaña de la OMS, afirma: “Existe la alternativa de olvidarnos de África, como si el mundo no constituyese un solo planeta. Pero no se puede detener la epidemia en un país si no se detiene en todos los demás”.
Por consiguiente, muchas autoridades en el campo de la medicina creen que el SIDA ya puede ser considerado una catástrofe mundial. El secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar, llama a este fenómeno un “conflicto mundial” que “nos amenaza con todas las consecuencias de una guerra”.
En cierto modo es peor que una guerra. ¿Por qué? Porque no se ve ningún final, las víctimas mortales siguen aumentando y los “heridos” no se recuperan.
[Comentario en la página 5]
‘Actualmente muchos creen que la tasa de mortalidad entre los portadores del VIH se aproximará mucho al 100%’
[Comentario en la página 5]
“Es posible que para finales de este siglo, el SIDA haya matado a más personas que las que han muerto en todas nuestras guerras”
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¿Por qué es tan letal el SIDA?¡Despertad! 1988 | 8 de octubre
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¿Por qué es tan letal el SIDA?
PARA entender mejor cómo podemos protegernos del SIDA, necesitamos saber por qué es tan letal. ¿Por qué presenta este virus más dificultades para su tratamiento que los demás?
De los organismos que producen enfermedades, los virus son los más pequeños, mucho más pequeños que las bacterias. La gripe, la poliomelitis y el resfriado común son enfermedades causadas por diferentes virus. Una vez dentro de una célula, el virus puede matarla o simplemente “dormir” allí hasta que con el tiempo se hace más activo. En el caso del virus del SIDA, pueden pasar cinco años o más antes de que se desarrollen los síntomas.
Por qué es tan letal
Lo que hace que el virus del SIDA sea tan letal es que ataca e incapacita células clave, incluyendo cierto tipo de glóbulos blancos de la sangre que el cuerpo produce para ayudar a detener las enfermedades. Estos glóbulos blancos (llamados linfocitos T4) son la principal defensa del cuerpo contra las enfermedades.
Cuando los linfocitos T4 son incapacitados por el virus del SIDA, no pueden desempeñar sus funciones. De ese modo se destruye el sistema inmunológico del organismo. Infecciones que anteriormente no hubiesen representado una amenaza para la vida, como otros virus, parásitos, bacterias, hongos y diversos tipos de cáncer, ahora son mortales.
Puesto que el organismo ya no puede luchar contra esas infecciones, estas van en aumento hasta que la víctima muere. Dichas infecciones reciben el nombre de oportunistas. Se aprovechan de la oportunidad que se les presenta como consecuencia del debilitamiento del sistema inmunológico del organismo. Una persona que padezca de SIDA puede tener varias de esas infecciones al mismo tiempo.
Entre los primeros síntomas del SIDA están: fatiga prolongada e inexplicable; hinchazón de glándulas que dura meses; fiebres continuas y sudores nocturnos; diarrea persistente; pérdida inexplicable de peso; lesiones decoloradas en la piel o en las membranas mucosas que no se curan; una tos persistente e inexplicable; una capa gruesa y blanquecina sobre la lengua o en la garganta; facilidad de que aparezcan hematomas y hemorragias sin una causa demostrada. Al conjunto de estos primeros síntomas se le suele llamar “complejo relacionado con el SIDA”.
Cuando el SIDA se hace totalmente manifiesto, se desarrollan enfermedades mortales. Entre las más comunes están las infecciones pulmonares causadas por unos gérmenes parásitos denominados Pneumocystis carinii y un cáncer de la piel llamado sarcoma de Kaposi, que también afecta a los órganos internos. Además, el virus del SIDA puede afectar al cerebro, causando parálisis, ceguera, demencia y, finalmente, la muerte. El doctor Richard T. Johnson, profesor de Neurología de la universidad Johns Hopkins, dijo: “El VIH [virus del SIDA] está en el cerebro de por lo menos un millón de personas de Estados Unidos”.
El cuadro completo del SIDA va acompañado de dolor y de pérdida incontrolable de peso, además de un debilitamiento gradual del organismo hasta que sobreviene la muerte. En África —dice la revista londinense The Lancet—, al SIDA “se le ha asociado con la ‘enfermedad slim (del adelgazamiento)’, expresión que describe la acentuada pérdida de peso que acompaña a la diarrea”. Desde el momento en que se presenta la enfermedad, pueden transcurrir varios años antes de que se produzca la muerte, o quizás solo uno, e incluso menos.
Un virus persistente
Existe otro factor que contribuye a que el virus del SIDA sea más letal que otros. Tiene mecanismos internos de supervivencia que otros virus no tienen.
Por ejemplo: en el hombre, el virus de la gripe solo puede durar unos días o unas semanas, y estimula la formación de anticuerpos que ayudan a proteger a la víctima de posteriores infecciones por ese virus en particular. Una vez que la epidemia ha seguido su curso, desaparece. La pandemia de gripe de 1918 solo duró aproximadamente un año. El virus de la fiebre amarilla depende de los mosquitos, pero la cantidad de estos se reduce con los cambios de las estaciones. El de la viruela también puede afectar rápidamente a una sección susceptible de la población y luego desaparecer.
Sin embargo, parece ser que el virus del SIDA es persistente. Probablemente permanece de por vida en el portador humano, y no desaparece por sí solo. La víctima no se recupera del SIDA manifiesto y, por lo tanto, no puede producir el tipo de inmunización que resistiría un ataque recurrente.
Además, el virus del SIDA ha variado de manera significativa en su composición genética, lo que ha dificultado aún más el desarrollo de una vacuna. Los virus también suelen experimentar pequeñas mutaciones, es decir, cambian alguno de sus rasgos. Por ejemplo: existen muchos tipos diferentes de virus de la gripe y del resfriado. Y en el caso del SIDA, ya se ha identificado un segundo tipo de virus en África y en otros lugares. Es posible que se necesite una vacuna diferente para cada tipo.
Pero, ¿por qué se ha propagado tanto el SIDA? ¿Qué prácticas estuvieron implicadas en facilitar su insidiosa infiltración en la familia humana?
[Ilustración en la página 7]
Los linfocitos T (cierto tipo de glóbulos blancos) del sistema inmunológico del cuerpo normalmente repelen a los invasores dañinos
[Recuadro en la página 7]
FACTORES QUE PREPARAN EL CAMINO AL SIDA
Según la revista médica británica The Lancet, anualmente son infectadas por enfermedades de transmisión sexual, como la gonorrea, la sífilis, el herpes y la clamidiasis, más de trescientos millones de personas adicionales en todo el mundo. Estas pueden debilitar el organismo, quizás haciéndolo más susceptible al virus del SIDA. El uso recreativo, o ilegal, de drogas también puede debilitar la resistencia del organismo al SIDA.
Además, en los países subdesarrollados, la falta de una buena alimentación por causa de la pobreza y la carencia de una adecuada asistencia sanitaria son factores que dificultan la resistencia del cuerpo al SIDA. La salud de cientos de millones de personas de esas zonas ya está por debajo de lo que se considera normal, y eso allana el camino para que el virus reclame nuevas víctimas.
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¿Por qué se ha propagado tanto el SIDA?¡Despertad! 1988 | 8 de octubre
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¿Por qué se ha propagado tanto el SIDA?
¿POR QUÉ está tan extendido el SIDA? Aunque no se sabe con certeza cómo, cuándo ni dónde se originó, existen algunas pautas generales que explican su propagación. Por ejemplo: la principal vía de transmisión del SIDA en Estados Unidos y Europa fue la actividad homosexual entre varones. Cuando se identificó por primera vez la epidemia, los que padecían la enfermedad eran casi exclusivamente varones homosexuales (y bisexuales). Hasta hace poco, más del 70% de las víctimas adultas eran varones homosexuales.
Entonces empezaron a observarse casos de SIDA entre los drogadictos por vía intravenosa. En unos pocos años, más del 15% de todos los casos procedían de este grupo, que aumenta cada vez más. En algunos lugares, la mitad de los drogadictos por vía intravenosa tienen el virus del SIDA. La revista Science dijo: “La gran mayoría de los americanos infectados actualmente son varones homosexuales o drogadictos por vía intravenosa”.
El 50% o más de los varones homosexuales de San Francisco tienen el virus del SIDA. La comunidad homosexual de la ciudad está siendo devastada por las muertes causadas por esta enfermedad. Un estudio a largo plazo efectuado entre los homosexuales de esa ciudad mostró que el 78% de aquellos a quienes hace siete años se les diagnosticó el virus del SIDA ha desarrollado o bien el cuadro completo de la enfermedad o bien los primeros síntomas o, por lo menos, alguna deficiencia en su sistema inmunológico. Y aunque la proporción de casos nuevos entre los homosexuales ha menguado, poco se puede hacer por los que ya han sido infectados por el virus.
Con respecto a Haití, Los Angeles Times indicó: “Datos recientes dan a entender que el virus del SIDA se introdujo entre los antillanos principalmente por contacto homosexual entre isleños y americanos”.
¿Por qué son tan propensos?
¿Por qué son tan propensos a contraer el SIDA los homosexuales? Debido a sus prácticas sexuales. Aunque el SIDA también se transmite por coito oral, la principal vía de transmisión del SIDA entre los homosexuales ha sido el coito anal (sodomía).
El ano del hombre fue diseñado para la eliminación de residuos —excremento— y no para las relaciones sexuales. Solo cuenta con una delgada capa de tejido epitelial de revestimiento. El coito anal desgarra este revestimiento y produce fisuras sangrantes. El semen infectado que penetra en el recto de la otra persona puede ser una fuente de contagio, así como las abrasiones y lesiones en el órgano masculino. Asimismo, los tejidos dañados del recto del receptor permiten que las secreciones infectadas contagien la enfermedad a otras parejas sexuales.
Además, los homosexuales suelen tener durante su vida muchas parejas, cientos o hasta miles. De un joven homosexual que infectó a muchos otros antes de morir de SIDA, se informó que en diez años había tenido 2.500 contactos homosexuales. El trabajar para unas líneas aéreas le permitió viajar mucho. Otro afirmó haber tenido unos 5.000 contactos homosexuales en veinte años. La posibilidad de que tales personas transmitan el SIDA es evidente.
Otro factor es que debido a sus prácticas sexuales, los homosexuales son propensos a contraer otras enfermedades, como la hepatitis, la gonorrea y el herpes, que dañan el organismo y que, según se cree, lo dejan más expuesto al SIDA.
¿Es contranatural la homosexualidad?
No puede haber duda: las relaciones homosexuales han acelerado en gran manera la propagación del SIDA. Tales prácticas son contrarias al diseño biológico del cuerpo humano.
Por eso, la homosexualidad no puede aceptarse sencillamente como ‘un estilo de vida diferente’. Es contranatural; es una perversión sexual para la que no fuimos creados. La Biblia la incluye entre las acciones que proceden de “un estado mental desaprobado”, y dice: “Dios los entregó a apetitos sexuales vergonzosos, porque sus hembras cambiaron el uso natural de sí mismas a uno que es contrario a la naturaleza; y así mismo hasta los varones dejaron el uso natural de la hembra y se encendieron violentamente en su lascivia unos para con otros, varones con varones, obrando lo que es obsceno y recibiendo en sí mismos la recompensa completa, que se les debía por su error”. (Romanos 1:26-32.)
Además, la Ley que Dios dio a la antigua nación de Israel decía: “Cuando un hombre se acuesta con un varón igual a como uno se acuesta con una mujer, ambos han hecho una cosa detestable”. (Levítico 20:13.)
El hecho de que la homosexualidad es contranatural se desprende de esta realidad básica: si todos fuesen exclusivamente homosexuales, la raza humana desaparecería en una generación.
¿Quiere decir eso que, como algunos han afirmado, Dios está castigando a los homosexuales con el SIDA? No, la Biblia no dice tal cosa. Es más bien un asunto de que ellos ‘siegan lo que siembran’. (Gálatas 6:7.) La Palabra de Dios declara el siguiente principio: “Ellos han obrado ruinosamente por su propia cuenta [...]; el defecto es de ellos mismos”. (Deuteronomio 32:5.)
Los heterosexuales también son infectados
Sin embargo, el SIDA no es solo una enfermedad de homosexuales; también se ha extendido a hombres y mujeres heterosexuales. ¿Cómo? El contagio puede producirse cuando hombres bisexuales que han sido infectados debido a contactos sexuales con otros hombres tienen coito con una mujer.
Los drogadictos por vía intravenosa que comparten las jeringuillas y las agujas también contagian el SIDA a otros. Luego, estos pueden infectar a los hombres o mujeres con quienes tengan relaciones sexuales. En muchos lugares existe un elevado porcentaje de prostitutas que tienen el SIDA y lo transmiten a sus clientes.
En África, el SIDA está muy extendido entre los heterosexuales, hombres y mujeres por igual. Aunque en Europa, Estados Unidos y otros países la propagación del SIDA entre los heterosexuales no es tan desenfrenada como en África, también está en aumento. De modo que cada vez son más los hombres y mujeres que no son ni homosexuales ni bisexuales y que, sin embargo, contraen el SIDA y lo pasan a otros. Un informe explicó: “En la ciudad de Nueva York el SIDA se ha convertido en el asesino número uno de mujeres con edades comprendidas entre veinticinco y treinta y cuatro años”. Y lamentablemente, gran cantidad de las mujeres portadoras del virus del SIDA —hay quienes dicen que aproximadamente el 50%— dan a luz niños que tienen esta enfermedad.
Como durante las últimas décadas ha existido una actitud permisiva tocante a la moralidad sexual, prácticas como la fornicación y el adulterio han llegado a ser comunes. La gente suele tener muchas parejas sexuales diferentes. Y los que son infectados por el SIDA pueden transmitirlo a otros. Ese comportamiento promiscuo también está condenado en la Biblia. (1 Corintios 6:9, 10; Revelación 22:15.)
La sangre: otra fuente de infección
Otros han sido infectados mediante transfusiones de sangre. El periódico canadiense The Medical Post informa: “El doctor Thomas Peterman, médico epidemiólogo que colabora en la investigación sobre el SIDA que se efectúa en el Centro para el Control de la Enfermedad, [...] calculó que 12.000 americanos fueron infectados por el VIH [virus del SIDA] debido a transfusiones de sangre contaminada practicadas entre 1978 y 1984”.
Muchos de esos receptores han muerto o se están muriendo. Diversos hospitales han aconsejado que las personas que recibieron transfusiones de sangre antes de que en 1985 se introdujeran los nuevos métodos de detección se sometan a la prueba del SIDA.
Los estudios efectuados por el Centro Federal para el Control de la Enfermedad de Atlanta estimaron que para principios de 1985, la mayoría de los diez mil americanos que padecían hemofilia grave habían sido infectados por el virus del SIDA. Además, entre el 30 y el 50% de los que padecían un grado de hemofilia más moderado también habían sido infectados. Se calcula que más de la mitad de los hemofílicos de Brasil pueden haber sido infectados por el virus del SIDA.
La doctora Margaret Hilgartner, del New York Hospital—Cornell Medical Center, dijo: “Un hemofílico grave recibe sangre de entre 800.000 y 1.000.000 de personas diferentes todos los años. Antes de que las empresas farmacéuticas empezasen a someter a tratamiento térmico los productos sanguíneos, el riesgo de infección era increíble”. También dijo: “Cada vez vemos más suicidios entre los hemofílicos jóvenes. Están muy airados. Se sienten como chivos expiatorios”.
Jonathan Goldsmith, del Centro Regional de Hemofilia de Nebraska, en Omaha, dijo que la terapia de transfusiones sanguíneas “siempre ha sido peligrosa, porque uno trata con un producto biológico. Pero esto es lo peor. Ha producido un gran pesar a los médicos. Jamás quisimos que sucediera algo semejante”.
Las personas casadas que han sido infectadas por el virus del SIDA a causa de transfusiones de sangre pueden transmitir la enfermedad a su cónyuge por medio de las relaciones sexuales. Un estudio efectuado entre hombres casados que habían contraído el SIDA debido a transfusiones de sangre indicó que en el 14% de los casos, sus esposas también tenían el virus.
Se ha informado que aproximadamente el 10% de todos los hombres y mujeres de África que tienen el virus del SIDA lo recibieron por habérseles transfundido sangre infectada o por el uso de agujas contaminadas al, por ejemplo, ponerles una vacuna. Ya que se calcula que posiblemente haya unos cinco millones de portadores del SIDA en este continente, esto podría significar que en los países centroafricanos hay más de 500.000 personas que contrajeron el virus del SIDA debido a sangre contaminada.
En vista de que el SIDA está tan extendido, ¿qué puede hacer la gente para protegerse?
[Comentario en la página 10]
En África, el SIDA está muy extendido entre los heterosexuales
[Comentario en la página 10]
En África, aproximadamente el 10% de los que tienen el virus lo recibieron por vía de sangre infectada
[Fotografías en la página 9]
En un principio, el SIDA se propagó mayormente entre los homosexuales y drogadictos. Las transfusiones de sangre también han sido una vía de transmisión
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Cómo evitar el SIDA¡Despertad! 1988 | 8 de octubre
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Cómo evitar el SIDA
MUCHOS organismos gubernamentales y privados cuentan con campañas educativas para informar a la gente sobre cómo evitar el SIDA. Sin embargo, casi nunca dan consideración a la cuestión moral. Raras veces se insta a evitar una práctica porque es impropia desde un punto de vista moral.
Con respecto a esto, el locutor de televisión Ted Koppel, al dirigirse a una clase que se graduaba de la universidad, dijo: “En realidad, nos hemos convencido a nosotros mismos de que los eslóganes nos van a salvar. Pícate [inyéctate droga] si lo necesitas, pero utiliza una aguja limpia. Ten relaciones sexuales cuando quieras y con quien quieras, pero usa preservativos. ¡No! La respuesta es no. No porque no sea de buen tono o sensato, ni porque podrías terminar en la cárcel o morir en una sala de enfermos de SIDA, sino porque está mal, porque hemos pasado cinco mil años siendo una raza de seres humanos racionales [...] buscando la verdad y los auténticos valores morales. La verdad, en su forma más pura, no es una cortés palmadita en la espalda. Es una censura severa. Lo que Moisés bajó del monte Sinaí no fueron las Diez Sugerencias”.
El modo de evitar el SIDA
La plaga del SIDA podría haberse evitado. Como dijo The New York Times Magazine, “es la primera plaga en la historia de la humanidad cuya regulación depende totalmente de que nos comportemos con conocimiento”.
A fin de evitar el SIDA, una regla fundamental debe ser la siguiente: viva una vida moral. Esto significa no tener relaciones sexuales fuera del matrimonio y no tomar drogas ilegales. Efectivamente, debe producirse un cambio en las normas de comportamiento, pues, como informó la revista Science News, “es evidente que lo que transmite el virus del SIDA es el comportamiento”.
Muy pocas personas que viven vidas morales contraen el SIDA. Cierto: un cónyuge puede ser moral y el otro no serlo, estar infectado con SIDA y, por lo tanto, transmitir la enfermedad al cónyuge inocente. Por supuesto, si el cónyuge inocente sospecha de la inmoralidad o drogadicción del otro cónyuge, tiene el derecho de adoptar medidas de protección. No se espera que los cónyuges inocentes, por decirlo así, se suiciden.
El periódico Asahi Shimbun, de Tokio, citó las siguientes palabras de responsables de la salud pública: “Si usted lleva una vida normal, no contraerá la enfermedad. Por eso, no hay ninguna razón para preocuparse en demasía de ella. Pero si usted quiere ‘hacer el tonto’, corra con el riesgo, el riesgo de suicidarse”. Shoko Nagaya, del Ministerio de Sanidad, aconsejó: “Conozca a su pareja”.
Pero, ¿es verdaderamente posible ‘conocer a su pareja’ en este mundo permisivo que ha hecho la vista gorda ante la inmoralidad? ¿Cómo puede usted estar seguro de que su pareja no ha cometido inmoralidad sexual ni se ha drogado, habiendo estado así en contacto con el virus del SIDA?
Lo que se necesita es un tipo de educación que motive a las personas a odiar lo que es impropio en sentido moral. E independientemente de los criterios permisivos de nuestros días, las relaciones sexuales fuera del matrimonio son inmorales, como también lo es la drogadicción. Estas prácticas pueden conducir a enfermedades y a muerte prematura.
Ninguna garantía
En cierto país, el 93% de los hombres y mujeres de dieciocho y diecinueve años de edad que fueron entrevistados habían tenido relaciones sexuales inmorales. Únicamente el 25% de los hombres y el 20% de las mujeres dijeron que alguna vez habían usado preservativos, el método recomendado por algunas autoridades médicas para la prevención del SIDA. En otro país, un estudio reveló que durante los seis meses siguientes a que se les hubiera diagnosticado que eran sidapositivos, muchos hombres homosexuales simplemente habían reducido la cantidad de parejas sexuales de doce a cinco. Muchos de ellos se sienten seguros debido a que cada vez se utilizan más los preservativos.
Pero, ¿ofrecen garantía los preservativos? Diversos especialistas en salud pública estiman que los preservativos tienen un índice de error de entre un 2 y un 10% o más, siendo mucho menos eficaces los de membrana natural que los de goma. El periódico canadiense The Financial Post informa: “Jack Layton, presidente del Consejo de Salud Pública de Toronto, dice que, como método anticonceptivo, los profilácticos [preservativos] tienen un índice de error de hasta un 30%”.
Beth Aub escribió lo siguiente en el periódico The Daily Gleaner, de Jamaica: “El preservativo no es más seguro hoy de lo que siempre ha sido. Hasta puede decirse que es menos seguro, pues el virus del SIDA es mucho más pequeño que el esperma humano y, por lo tanto, puede escaparse con más facilidad; además, mientras que la mujer solo puede quedarse embarazada durante ciertos días al mes, está expuesta a contraer el SIDA siempre que tiene relaciones sexuales con un hombre infectado. El preservativo no es seguro”. Y el señor Koop, inspector general de Sanidad, advierte que los preservativos, cuando son utilizados por homosexuales, tienen índices de error “sumamente elevados”.
Puede verse, entonces, que los preservativos no ofrecen una garantía absoluta de no contraer el SIDA. La mejor protección es, con mucho, vivir de acuerdo con las elevadas normas morales de la Biblia.
¿Es seguro el suministro de sangre?
Hasta que en 1985 se empezó a realizar la prueba de detección del virus, miles de personas (quizás cientos de miles si se incluye África) contrajeron el SIDA de sangre contaminada. En algunos lugares la cantidad sigue siendo enorme. Según un informe de este año procedente de África, “un nuevo estudio ha descubierto que casi uno de cada quince niños centroafricanos que reciben transfusiones de sangre para combatir la anemia relacionada con el paludismo puede ser infectado como consecuencia de ello por el virus del SIDA. Actualmente, las transfusiones son la segunda vía de transmisión del SIDA en esa región”.
En los países occidentales se afirma que hoy en día el abastecimiento de sangre es prácticamente seguro. ¿Pero cuán seguro? En las pruebas normales que se efectúan para detectar el SIDA, lo que revela la presencia del virus son los anticuerpos. Pero, como lo expresa The Economist, “los anticuerpos detectados en la prueba tardan en aparecer”. Los donantes de sangre pueden tener el virus del SIDA y, sin embargo, no haber desarrollado aún los anticuerpos. Así, aunque en esos casos la prueba indique que no tienen SIDA, sí tienen el virus, y pueden transmitirlo a otros cuando se usa su sangre para transfusiones. El Centro de Hematología de Nueva York estima que aproximadamente el 90% de los que reciben transfusiones de sangre infectada por el virus del SIDA, aunque tan solo sea una unidad, serán infectados por dicho virus.
El doctor Harvey Klein, de los Institutos Nacionales de Sanidad de Estados Unidos, dice que es posible que los anticuerpos tarden en aparecer de seis semanas a tres meses. Durante ese tiempo, la sangre recién infectada de una persona quizás no tenga anticuerpos, o no los suficientes como para que la prueba los detecte.
La revista canadiense The Medical Post hace la siguiente declaración: “Los anticuerpos, detectables mediante los análisis de sangre disponibles en la actualidad, pueden tardar en desarrollarse hasta seis meses”. Un estudio efectuado por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos indicó que algunas personas no desarrollan anticuerpos que puedan ser detectados en las pruebas hasta catorce meses después de haber sido infectados por el virus del SIDA. Hallazgos aún más recientes informados por The Lancet, una revista médica británica, revelan que el virus del SIDA puede multiplicarse en una persona incluso mucho antes de que se detecte en las pruebas. Aunque se están tratando de realizar pruebas que puedan detectar el virus aun antes de que aparezcan los anticuerpos, todavía se encuentran en fase experimental.
Según un informe médico hecho por especialistas de la universidad de Maguncia (República Federal de Alemania), “los que aplican la terapia de las transfusiones tienen que aceptar el hecho de que ya no existe sangre que esté totalmente libre del virus VIH”.
Otras enfermedades de la sangre
Para empeorar los asuntos, además del SIDA existen otras enfermedades que con mucha más frecuencia se transmiten mediante las transfusiones de sangre. El doctor Klein informa: “El SIDA ha acaparado la publicidad. Pero durante los últimos veinticinco años, el problema verdaderamente más importante de las transfusiones de sangre es la hepatitis postransfusional. E incluso hoy día, la principal causa de defunción relacionada con las transfusiones de sangre es la hepatitis postransfusional”.
Un tipo de esta hepatitis es conocida como hepatitis no A, no B. En Estados Unidos, anualmente son más de 190.000 personas las que lo contraen a través de transfusiones sanguíneas. De estas, unas 10.000 mueren o sufren daño permanente en su salud. Todavía no se ha identificado claramente ese virus, y de momento no existe ninguna prueba segura para detectarlo.
Por eso, el diario médico francés Le Quotidien du Médecin dice: “Quizás los testigos de Jehová tengan razón al rehusar productos sanguíneos, pues es cierto que una cantidad importante de agentes patógenos pueden transmitirse mediante las transfusiones de sangre”.
Existe una alternativa
Toda persona debe tomar una decisión en este asunto. Si alguien decide seguir manteniendo relaciones inmorales o consumir drogas ilegales, entonces debe encararse a las consecuencias: segar daño por haber sembrado conducta inmoral.
Pero, ¿quién debe establecer los valores morales apropiados? Pues bien, ¿quién conoce mejor cómo estamos hechos y cuáles son las consecuencias de violar tales normas morales? Sin duda alguna, el Creador de los seres humanos. Y en su Palabra inspirada, la Biblia, Dios dice claramente: “De Dios uno no se puede mofar. Porque cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; porque el que esté sembrando con miras a su carne, segará de su carne la corrupción”. (Gálatas 6:7, 8.)
No hay ninguna duda de que el Creador ha determinado que la homosexualidad, la fornicación y el adulterio son males morales, al igual que el consumo de drogas ilegales. Su Palabra nos dice: “No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres” pueden esperar la aprobación de Dios. (1 Corintios 6:9; véase también 2 Corintios 7:1.)
La Biblia advierte: “Sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de cosas estranguladas, y de fornicación”. (Hechos 15:29.) El término griego utilizado aquí para “fornicación” abarca todo tipo de relación sexual que no sea entre un hombre y su esposa. Y ¿observó usted que este mandamiento incluye evitar el consumo de sangre?
Las siguientes palabras de ese mismo versículo aplican hoy día con aún más fuerza. Dice: “Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!”. Piense en las muchas personas que han muerto y que todavía morirán de SIDA debido a las relaciones sexuales inmorales y al consumo de drogas, y en los miles (en África, posiblemente cientos de miles) que han fallecido por recibir sangre contaminada. Piense también en los cientos de millones de personas cuya salud se ha visto afectada como consecuencia de otras enfermedades de transmisión sexual, así como por otras complicaciones de las transfusiones de sangre y por la drogadicción.
Cuando se suman todas, la cantidad de personas que han visto diezmada su salud o han experimentado muerte prematura resulta enorme. En vista de las consecuencias, podemos ver la sabiduría que hay tras la prohibición de esas prácticas por parte del Creador.
El profesor Vicente Amato Neto, especialista brasileño en enfermedades infecciosas, dice: “Muchas veces digo que la mejor prevención para el SIDA es hacerse testigo de Jehová, pues los miembros de esa religión no son homosexuales ni bisexuales, son fieles a su matrimonio —lo relacionan con la reproducción de la vida—, no se drogan y, además de eso, no aceptan transfusiones de sangre”.
La revista Toronto Life dice: “La única solución clara para el SIDA es el celibato previo a la monogamia”. Y Valentín Pokrovsky, presidente de la Academia de Ciencias Médicas de la Unión Soviética, afirma: “La lucha contra el SIDA no puede ser confinada a los esfuerzos médicos. Un estilo de vida saludable, relaciones puras entre los sexos y fidelidad conyugal son las mejores medidas de prevención contra el SIDA”.
En efecto, el aceptar las normas de comportamiento humano dictadas por el Creador es la mejor manera de evitar el SIDA.
[Comentario en la página 13]
“Lo que Moisés bajó del monte Sinaí no fueron las Diez Sugerencias”
[Fotografía en la página 13]
Las transfusiones de sangre han propagado el SIDA... y continúan propagándolo
[Fotografía en la página 15]
La castidad antes del matrimonio puede evitar muchas angustias, incluyendo el SIDA
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