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Es urgente encontrar una cura para el sida¡Despertad! 2004 | 22 de noviembre
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Es urgente encontrar una cura para el sida
Grace vende calzado fino en el mercado central de Lilongwe (Malaui). Parece una mujer feliz y saludable, pero su jovial sonrisa esconde una trágica historia.
En 1993, Grace y su esposo tuvieron una hija, Tiyanjane, y estaban rebosantes de alegría. La niña parecía sana al principio, pero poco después dejó de subir de peso y enfermaba continuamente. A los tres años, Tiyanjane murió de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Al cabo de unos años, el esposo de Grace también empezó a enfermarse. Un día sufrió un colapso y lo llevaron al hospital, pero los médicos no pudieron salvarlo: falleció por complicaciones relacionadas con el sida. Llevaban ocho años de casados.
Desde entonces, Grace vive sola en una casa de un solo cuarto en las afueras de Lilongwe. Aunque a sus 30 años se esperaría que rehiciese su vida, ella dice: “Estoy infectada con el VIH, de modo que no volveré a casarme ni tendré más hijos”.a
LAMENTABLEMENTE, esos no son casos aislados en Malaui: en este país, el 15% de la población está infectada con el virus del sida. El periódico The Globe and Mail publicó que en cierto hospital rural, “el número de pacientes sobrepasa en un 50% la cantidad de camas, y se ha perdido más de la mitad del personal médico” a causa del sida. La prevalencia del VIH es aún mayor en otros países del África subsahariana. En el año 2002, el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) informó: “La esperanza de vida en [el] África subsahariana es actualmente de 47 años. Sin el SIDA hubiera sido de 62 años”.
Ahora bien, la epidemia del VIH/sida no está limitada al continente africano, sino que se ha convertido en una verdadera pandemia. ONUSIDA calcula que en la India hay unos cuatro millones de adultos infectados con el VIH, y afirma: “A juzgar por la actual cifra de infectados, el VIH emergerá como la mayor causa de mortalidad de adultos de esta década”. Donde más deprisa se propaga la epidemia es en la Comunidad de Estados Independientes, una federación formada por la mayoría de las repúblicas de la ex Unión Soviética. Un informe dice que en Uzbekistán, “tan solo en 2002 se registraron más casos de VIH que en toda la década anterior”. En Estados Unidos, la infección por el VIH sigue siendo la principal causa de muerte de los ciudadanos con edades comprendidas entre los 25 y los 44 años.
¡Despertad! publicó por primera vez un reportaje sobre el sida en 1986. Ese mismo año, el entonces director de la Organización Mundial de la Salud, el doctor H. Mahler, dijo que posiblemente ya había 10.000.000 de personas infectadas con el VIH. Casi veinte años después, la cantidad mundial de seropositivos ha ascendido a 42.000.000, lo que indica un índice de aumento más de diez veces superior a la tasa de crecimiento demográfico. Y los expertos presagian un futuro igual de funesto. “En los 45 países más afectados —informa ONUSIDA— se prevé que, entre 2000 y 2020, 68 millones de personas fallecerán de forma prematura como consecuencia del SIDA.”
Ante una tasa de infección tan alarmante, hoy es más urgente que nunca encontrar una cura para el sida. Los investigadores médicos han trabajado sin descanso para combatir el VIH. ¿Qué avances ha habido en la lucha contra esta letal enfermedad? ¿Es razonable esperar que se erradique?
[Nota]
a El VIH (virus de inmunodeficiencia humana) es el virus que causa el sida.
[Comentario de la página 4]
Se calcula que en todo el mundo hay 42.000.000 de personas con VIH/sida; 2.500.000 son niños
[Ilustración de la página 4]
INDIA Voluntarias recibiendo preparación sobre el sida
[Reconocimiento]
© Peter Barker/Panos Pictures
[Ilustración de la página 4]
BRASIL Trabajadora social consolando a una enferma de sida
[Reconocimiento]
© Sean Sprague/Panos Pictures
[Ilustración de la página 4]
TAILANDIA Voluntario atendiendo a un niño que nació seropositivo
[Reconocimiento]
© Ian Teh/Panos Pictures
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Avances en la lucha contra el sida¡Despertad! 2004 | 22 de noviembre
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Avances en la lucha contra el sida
“En toda la historia, jamás se había aprendido tanto de una enfermedad tan compleja en tan poco tiempo”, dice el doctor Gerald J. Stine en su libro AIDS Update 2003 (Actualización sobre el sida 2003). En su opinión, “la historia del VIH/sida está llena de sobresalientes logros científicos”. ¿Qué se ha conseguido?
LOS conocimientos y la experiencia actuales en el campo de la medicina han permitido encontrar combinaciones de fármacos que brindan nuevas esperanzas a los seropositivos. Además, los programas de educación sobre el sida han tenido buenos efectos en varios países. Ahora bien, ¿indican tales progresos que hemos entrado en la recta final de la lucha contra esta mortífera epidemia? ¿Se podrá detener su propagación con los medios científicos y los programas educativos de que disponemos hoy? Analicemos lo siguiente.
Tratamiento farmacológico
“Un rayo de esperanza en la lucha contra el sida”, decía el titular de primera plana de la revista Time del 29 de septiembre de 1986. Este “rayo de esperanza” lo generaron los asombrosos resultados de una prueba clínica en la que se utilizaba zidovudina (AZT), un fármaco antirretroviral, para combatir el VIH: los seropositivos que tomaban AZT vivían más tiempo. Desde entonces, los antirretrovirales (ARV) han prolongado la vida de centenares de miles de personas (véase el recuadro “¿Qué son los antirretrovirales?”, de la pág. 7). ¿Cuánto éxito han tenido estos fármacos en el tratamiento de la infección por el VIH?
Pese al entusiasmo inicial relacionado con la puesta a la venta de la AZT, la revista Time dijo que los investigadores del sida “tenían la seguridad de que la AZT no [era] el arma definitiva contra el sida”. Y estaban en lo cierto. Algunos pacientes no podían tolerarla, por lo que se produjeron otros ARV. Más adelante, la Administración de Alimentos y Fármacos, de Estados Unidos, aprobó una combinación de antirretrovirales para los seropositivos en fase avanzada. La terapia combinada, que llegó a abarcar tres o más fármacos, tuvo muy buena acogida entre los profesionales de la salud dedicados al sida. Tanto es así que en una conferencia internacional sobre este mal celebrada en 1996, un médico hasta anunció que la terapia triple podía erradicar el VIH del organismo.
Lamentablemente, en menos de un año se hizo patente que la terapia combinada de tres fármacos, aunque se siguiera de manera estricta, no podía eliminar el virus. No obstante, un informe de ONUSIDA dice que “el tratamiento con una combinación de ARV ha permitido que los seropositivos vivan vidas más largas, sanas y productivas”. En Estados Unidos y Europa, por ejemplo, este tipo de tratamiento ha reducido en más de un setenta por ciento la cantidad de muertes a causa del sida. Además, varios estudios han demostrado que el tratamiento antirretroviral puede reducir considerablemente la transmisión del VIH de la madre al feto.
Ahora bien, millones de seropositivos no tienen acceso a tales medicamentos. ¿Por qué?
“Una enfermedad de la pobreza”
La administración de antirretrovirales está bastante extendida en los países de altos ingresos. Pero la OMS (Organización Mundial de la Salud) calcula que en algunos países en desarrollo, solo el 5% de los que necesitan ARV pueden acceder a ellos. Los enviados de las Naciones Unidas han llegado al punto de decir que dicho desequilibrio es “una grave injusticia” y “un grotesco insulto por parte del mundo moderno”.
Esta situación de desequilibrio también se da a veces entre los ciudadanos de un mismo país. El periódico The Globe and Mail dice que a una tercera parte de los canadienses que mueren de sida nunca se les han administrado antirretrovirales. Aunque en Canadá se distribuyen libres de costo, a ciertos grupos se les pasa por alto. El citado rotativo informa: “Los que no reciben el tratamiento debido son los que lo necesitan con más urgencia: los indígenas, las mujeres y los pobres”. El periódico The Guardian citó las siguientes palabras de una madre africana que es seropositiva: “No lo entiendo. ¿Por qué a esos hombres blancos que tienen relaciones sexuales con hombres se les da la oportunidad de vivir, y yo tengo que morir?”. La respuesta a su pregunta radica en el aspecto económico de la producción y distribución de medicamentos.
En Estados Unidos y Europa, una terapia combinada de tres antirretrovirales cuesta, como promedio, entre 10.000 y 15.000 dólares anuales. Aunque en algunos países en desarrollo se están ofreciendo copias genéricas de estas combinaciones de fármacos por 300 dólares anuales o menos, su costo sigue siendo desorbitado para muchos seropositivos que viven en las zonas en las que más se necesitan. El doctor Stine resume la situación con estas palabras: “El sida es una enfermedad de la pobreza”.
El negocio de fabricar medicamentos
Elaborar versiones genéricas de medicamentos patentados y venderlas a precios reducidos no ha sido fácil. Los estrictos derechos de patentes que existen en muchos países prohíben la reproducción no autorizada de fármacos de marca. “Se trata de una guerra económica”, dice el director de una gran farmacéutica. Según él, producir medicamentos genéricos y venderlos con fines de lucro a países en desarrollo “no es justo para quienes los descubrieron”. Las empresas farmacéuticas que producen medicamentos patentados también sostienen que el hecho de obtener menos ganancias podría ocasionar un descenso de los fondos que se destinan a los programas de investigación y desarrollo. Y hay quienes temen que los antirretrovirales de bajo precio destinados a los países en desarrollo acaben en el mercado negro de los países desarrollados.
Los defensores de los antirretrovirales de bajo precio replican que se pueden producir nuevos fármacos que cuesten entre un 5 y un 10% del precio estipulado por la industria farmacéutica. Dicen, además, que las empresas farmacéuticas privadas descuidan la investigación y la producción de fármacos contra las enfermedades que afligen a los países más pobres. De ahí que Daniel Berman, coordinador de la campaña Acceso a Medicamentos Esenciales, afirme: “Para disponer de nuevos fármacos tiene que existir una reglamentación obligatoria que cuente con el apoyo internacional y reduzca los precios a niveles asequibles para los países en desarrollo”.
En respuesta a esta necesidad mundial de antirretrovirales, la OMS ha elaborado un plan para que a finales de 2005, 3.000.000 de infectados con el virus del sida reciban tratamiento. Nathan Ford, de Médicos sin Fronteras, dijo lo siguiente al respecto: “No debe convertirse en otro objetivo malogrado de la ONU. Estos son solo la mitad de los infectados que actualmente necesitan tratamiento, y habrá muchos más [en 2005]”.
Otros obstáculos
Aunque se suministraran suficientes antirretrovirales a los países en desarrollo, todavía quedarían otros obstáculos por superar. Ciertos medicamentos deben tomarse con comida y agua potable, pero en algunos países, centenares de miles de personas solo comen un día sí y otro no. Además, el tratamiento (que suele consistir en veinte pastillas diarias o más) debe tomarse a la misma hora todos los días, pero muchos pacientes ni tienen reloj. Otro problema es que la combinación de fármacos tiene que adaptarse al estado del paciente, y en muchos países hay muy pocos médicos. Es evidente que proporcionar ARV a los países en desarrollo será un obstáculo difícil de superar.
La terapia combinada también presenta sus problemas a los infectados que viven en países desarrollados. Los datos indican que es sumamente común que no se tomen todos los medicamentos a las horas correspondientes, lo que puede redundar en que surjan cepas farmacorresistentes del VIH y que estas se transmitan a otras personas.
El doctor Stine señala otro problema que afrontan los pacientes: “La paradoja del tratamiento contra el VIH es que a veces el remedio es peor que la enfermedad, especialmente cuando este se empieza antes de que aparezcan los síntomas”. Los antirretrovirales suelen producir efectos secundarios, entre ellos diabetes, lipodistrofia (alteración de la distribución de la grasa), colesterol alto y disminución de la densidad ósea. Y algunos de los efectos secundarios son mortales.
Medidas preventivas
¿Qué logros han obtenido las medidas preventivas en lo que tiene que ver con frenar la propagación del sida y cambiar las conductas de alto riesgo? Las extensas campañas educativas sobre el sida llevadas a cabo en Uganda durante la década de 1990 lograron que la prevalencia del VIH bajara de un 14% a un 8% en el año 2000. De modo similar, las iniciativas adoptadas en Senegal para informar a los ciudadanos de los riesgos de infección han mantenido la prevalencia del VIH entre la población adulta por debajo del 1%. Tales logros son animadores.
No obstante, en otros países los resultados no han sido tan positivos. Una encuesta efectuada en 2002 entre 11.000 jóvenes canadienses reveló que el 50% de los estudiantes de 15 años creían que el sida puede curarse. Según un estudio británico llevado a cabo ese mismo año, el 42% de los muchachos de entre 10 y 11 años nunca habían oído hablar del VIH ni del sida. Sin embargo, hasta los jóvenes que sí han oído del VIH y el sida y saben que no tiene cura han desarrollado un falso sentimiento de seguridad. “Para muchos jóvenes —dice un médico—, el VIH no es más que uno de los muchos problemas de su vida, comparable a la preocupación de si van a tener una buena comida, con quién van a vivir y si van a ir a la escuela o no.”
No es de extrañar, por tanto, que la OMS afirme: “Centrarse en los jóvenes es probablemente la medida más eficaz para hacer frente a la epidemia, particularmente en los países donde la prevalencia es elevada”. ¿Cómo se puede ayudar a los jóvenes a hacer caso de las advertencias tocante al sida? Y ¿es realista esperar que se encuentre una cura?
[Comentario de la página 6]
El año pasado, en África recibieron antirretrovirales el 2% de los infectados que los necesitaban, mientras que en el continente americano los recibió el 84%
[Ilustraciones y recuadro de la página 7]
¿Qué son los antirretrovirales?a
En el caso de las personas sanas, las células T auxiliares estimulan o activan el sistema inmunológico para combatir las infecciones. El VIH ataca principalmente a estas células y las utiliza para multiplicarse (replicarse), debilitándolas y destruyéndolas hasta que el sistema inmunológico queda gravemente deteriorado. Los antirretrovirales (ARV) obstruyen este proceso.
Hoy día se administran cuatro tipos principales de ARV. Los análogos nucleósidos y los análogos no nucleósidos impiden que el VIH se replique en el ADN de la persona. Los inhibidores de la proteasa no permiten que una enzima proteasa concreta de las células infectadas reconstruya el virus y produzca más VIH. El objetivo de los inhibidores de fusión es impedir que el VIH se introduzca en las células. Al reprimir la multiplicación del VIH, los antirretrovirales pueden retrasar la aparición del sida, la fase más grave de la infección por el VIH.
[Nota]
a No a todos los infectados con el VIH se les receta un tratamiento antirretroviral. Los infectados y los que sospechan que pueden estarlo deben consultar a un profesional de la salud antes de entrar en cualquier programa de tratamiento médico. ¡Despertad! no respalda ningún tratamiento en particular.
[Ilustración]
KENIA Médico explicando a un enfermo de sida el tratamiento antirretroviral
[Reconocimiento]
© Sven Torfinn/Panos Pictures
[Ilustración]
KENIA Enferma de sida recibiendo su tratamiento antirretroviral en el hospital
[Reconocimiento]
© Sven Torfinn/Panos Pictures
[Ilustraciones y recuadro de la página 8]
Las mujeres y el sida
Las mujeres constituyen el 50% de los adultos que viven con el VIH/sida
En 1982 se creía que las mujeres a quienes se les diagnosticaba sida lo habían contraído por vía intravenosa al inyectarse droga. Pronto se descubrió que también podían infectarse a través de las relaciones sexuales normales y que son especialmente vulnerables al VIH. Actualmente, las mujeres constituyen el 50% de los adultos del mundo que viven con el VIH/sida. “La epidemia afecta de forma desproporcionada a las adultas y adolescentes que son más vulnerables social, cultural, biológica y económicamente, y que llevan el peso de la carga de cuidar a los enfermos y los moribundos”, informa ONUSIDA.
¿Por qué preocupa tanto a los profesionales de la salud dedicados al sida que la enfermedad esté afectando cada vez a más mujeres? Porque por lo general las mujeres con VIH son objeto de mayor discriminación que los hombres, particularmente en algunos países en desarrollo. Además, si una mujer está embarazada, la salud de la criatura corre peligro, y si ya tiene hijos, se le hace cada vez más difícil atenderlos, en especial si los cría sola. Por otra parte, se sabe relativamente poco de las particularidades de las mujeres seropositivas y de su atención clínica.
Ciertos factores culturales influyen en que la situación sea especialmente peligrosa para las mujeres. En muchos países no se supone que las mujeres hablen de sexo, y si se niegan a tener relaciones, se arriesgan a que las maltraten. Los hombres acostumbran tener muchas parejas sexuales y, sin saberlo, les transmiten el virus. Algunos africanos tienen relaciones sexuales con mujeres más jóvenes para no contagiarse o con la falsa creencia de que las relaciones con muchachas vírgenes pueden curar el sida. Se comprende que la OMS declare: “Si queremos proteger a las mujeres, tenemos que ayudar a los hombres (así como a las mujeres)”.
[Ilustración]
PERÚ Madre seropositiva con su hija seronegativa
[Reconocimiento]
© Annie Bungeroth/Panos Pictures
[Ilustración]
TAILANDIA Estudiantes visitando a una enferma de sida como parte de su educación
[Reconocimiento]
© Ian Teh/Panos Pictures
[Ilustración]
KENIA Reunión con miembros de la organización Mujeres Viviendo con Sida
[Reconocimiento]
© Sven Torfinn/Panos Pictures
[Ilustración y recuadro de la página 9]
Mitos sobre el sida
◼ Los seropositivos tienen aspecto enfermizo. “Transcurren de diez a doce años como promedio antes de que el seropositivo desarrolle sida —dice el doctor Gerald J. Stine—. Durante este período tiene pocos síntomas, si acaso alguno, pero puede infectar a otros.”
◼ El sida es una enfermedad de homosexuales. A principios de la década de 1980 se decía que el sida era una enfermedad de homosexuales. Pero en la actualidad, las relaciones heterosexuales son la principal vía de contagio del VIH en la mayor parte del mundo.
◼ El sexo oral es un tipo de “sexo seguro”. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, “numerosos estudios han demostrado que mediante el sexo oral se puede contagiar el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual”. El riesgo de transmisión del VIH mediante el sexo oral no es tan elevado como mediante otros tipos de relaciones sexuales. Pero como es una práctica tan extendida, algunos médicos piensan que se convertirá en una importante vía de transmisión del VIH.
◼ Existe cura para el sida. Aunque el tratamiento antirretroviral puede demorar el desarrollo de la enfermedad en el caso de algunos seropositivos, de momento no existe vacuna ni cura.
[Ilustración]
REPÚBLICA CHECA Prueba del sida, que en la actualidad es tratable, pero no curable
[Reconocimiento]
© Liba Taylor/Panos Pictures
[Ilustración de la página 6]
ZAMBIA Dos adolescentes seropositivas esperando su medicación
[Reconocimiento]
© Pep Bonet/Panos Pictures
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¿Cuándo desaparecerá el sida?¡Despertad! 2004 | 22 de noviembre
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¿Cuándo desaparecerá el sida?
Los jóvenes se ven bombardeados desde muy pequeños por mensajes de índole sexual que fomentan la promiscuidad. El consumo de drogas por vía intravenosa, otro medio común de transmisión del VIH, también está muy extendido. Considerando la atmósfera de irresponsabilidad que reina hoy, es lógico preguntarse si el sida desaparecerá algún día.
LOS profesionales de la salud señalan acertadamente que algo esencial para combatir el sida es fomentar cambios en el comportamiento de la gente. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades publicaron un informe que decía: “Todas las generaciones de jóvenes necesitan información amplia y continua sobre cuestiones de salud, así como ayuda para desarrollar la habilidad de evitar durante toda su vida aquellos comportamientos que pudieran llevarlos a infectarse con el VIH. Tanto padres como educadores deberían participar en estos programas”.
Es obvio que los padres tienen que prevenir a sus hijos de los peligros antes de que los amigos u otras personas les pinten un cuadro distorsionado de la situación. Aunque no siempre es fácil hacerlo, puede salvarles la vida. Aconsejar a los hijos sobre el sexo y las drogas no tiene por qué robarles su inocencia. Al contrario, los protegerá de que la pierdan.
El papel de los padres es fundamental
En tiempos antiguos, en el pueblo de Dios se esperaba que los padres hablaran con sus hijos sobre las relaciones sexuales y la forma de proteger su salud. Cabe destacar que las leyes que se dieron a los israelitas incluían pautas morales así como prácticas que los protegían de las infecciones (Levítico 18:22, 23; 19:29; Deuteronomio 23:12, 13). ¿Cómo se tenían que enseñar estas leyes al pueblo? Jehová Dios dijo a los israelitas: “Estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón”. En primer lugar, los padres tenían que entender los beneficios de obedecer esas leyes y las consecuencias de no hacerlo. Después, las instrucciones eran: “Tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:6, 7).
Cierto diccionario define así el verbo inculcar: “Fijar en la mente una idea, un concepto, etc., a fuerza de repetirlo con ahínco”. Como es obvio, eso no se consigue de la noche a la mañana. Los padres que dedican tiempo a advertir a sus hijos de los peligros de las drogas y las relaciones sexuales ilícitas tienen más posibilidades de conseguir que sus hijos eviten aquellas prácticas que los pudieran llevar a contraer el VIH y otras enfermedades.a
Consuelo para los que viven con el VIH/sida
Las medidas preventivas pueden ser de poco consuelo para los millones de personas que ya han contraído el VIH/sida. Aparte de sufrir los efectos físicos de la enfermedad en sí, con frecuencia se les estigmatiza y rechaza debido a ella. ¿Por qué? Una creencia común, aunque errónea, es que el virus del sida se puede transmitir mediante el contacto casual. Si bien es comprensible que la gente tema contraer el VIH/sida, ya que es transmisible y mortal, hay quienes han permitido que su temor se convierta en un miedo irracional hacia las personas que lo padecen. Ha habido casos en los que se les ha negado tratamiento médico, se les ha expulsado de su iglesia y hasta han sido víctimas de ataques violentos.
Hay quienes sostienen que el sida es una maldición de Dios contra los malvados. Lo cierto es que muchos no habrían contraído la enfermedad si hubieran acatado las normas bíblicas sobre la moralidad sexual, las drogas y la sangre (Hechos 15:28, 29; 2 Corintios 7:1). Pero las Escrituras muestran que la enfermedad no es un castigo de Dios por un pecado específico. Al contrario, estas dicen: “Con cosas malas Dios no puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él mismo a nadie” (Santiago 1:13; Juan 9:1-3). Quien sea seropositivo o tenga sida por no haber acatado las normas bíblicas pero haya cambiado su conducta puede tener la certeza de que Dios no lo ha abandonado.
La empatía y el amor de Dios para con los enfermos crónicos se hicieron evidentes cuando Jesús, su Hijo, vino a la Tierra. En cierta ocasión que se le acercó un leproso, Jesús “se enterneció, y extendió la mano y lo tocó”. A continuación, utilizando su poder para hacer milagros, sanó al leproso (Marcos 1:40-42). Jesús no menospreció a los que estaban enfermos. El amor que les manifestó fue un reflejo perfecto del amor que su Padre celestial siente por ellos (Lucas 10:22).
¡Pronto habrá una cura para el sida!
Las curaciones milagrosas de Jesús son prueba del amor de Dios, pero nos enseñan algo más. La Biblia nos muestra que Jesucristo es ahora un Rey celestial (Revelación [Apocalipsis] 11:15). Durante su ministerio terrestre, él demostró que tiene el poder y el deseo de curar cualquier enfermedad que aflija a la humanidad, y eso es precisamente lo que hará.
Las profecías bíblicas nos aseguran que pronto “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’” (Isaías 33:24). Pese a que el hombre no ha sido capaz de detener la propagación del sida ni de proporcionar un tratamiento eficaz para todos los que lo padecen, podemos tener la confianza de que será eliminado. El rey David dijo: “Bendice a Jehová, oh alma mía, y no olvides todos sus hechos, aquel que está perdonando todo tu error, que está sanando todas tus dolencias” (Salmo 103:2, 3).
¿Cuándo se harán realidad estas palabras? ¿Qué requisitos espera Dios que cumplan los que deseen disfrutar de tales bendiciones? Le invitamos a ponerse en contacto con los testigos de Jehová para aprender más detalles acerca de las maravillosas promesas de la Biblia.
[Nota]
a El libro Aprendamos del Gran Maestro, editado por los testigos de Jehová, ha ayudado a muchos padres a instruir gradualmente a sus hijos sobre cuestiones de sexo y a inculcarles principios morales básicos.
[Comentario de la página 11]
Las profecías bíblicas nos aseguran que pronto “ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’”
[Ilustración de la página 10]
Aconsejar a los hijos sobre el sexo y las drogas los protegerá
[Ilustración de la página 10]
La capacidad y el deseo que Jesús tenía de sanar a los enfermos demostraron lo que hará en el futuro
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