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Sida. Un peligro para los adolescentes¡Despertad! 1991 | 22 de julio
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Tanto investigadores como médicos atestiguan en seguida que los adolescentes de hoy “llevan una vida sexual extremadamente activa, como indica su tasa de enfermedades de transmisión sexual”, publicó The New York Times. El Center for Population Options dice que cada año uno de cada seis adolescentes contrae una enfermedad de transmisión sexual y que una de cada seis alumnas de instituto con una vida sexual activa ha tenido por lo menos cuatro parejas diferentes.
“A pesar de que se les aconseja ‘decir que no’ [a las relaciones sexuales premaritales], la adolescente media estadounidense pierde su virginidad a los dieciséis años —decía el U.S.News & World Report—. Como a pocos adolescentes se les hace la prueba del sida, la mayoría de los infectados no saben que son portadores del VIH.” Tanto si participan en la promiscuidad sexual asociada con el crack como si no, tanto si han huido de casa como si no, “los adolescentes estadounidenses son blanco fácil del sida —escribió un especialista en sida—. Ya hay entre ellos 2,5 millones de casos anuales de enfermedades de transmisión sexual”. El doctor Gary Noble del CDC hizo la siguiente observación: “Sabemos que su conducta sexual conlleva un riesgo importante de infección”.
Al número cada vez mayor de vías de transmisión del virus del sida, hay que añadir los adolescentes callejeros, algunos todavía niños, muchos de los cuales han huido de padres que los maltrataban. En ese colectivo ha aumentado de forma escalofriante la cantidad de consumidores de crack. Muchos se han prostituido para sufragar su hábito o para conseguir un lugar donde dormir. Por ejemplo, en América del Sur, “hay niñas de tan solo nueve o diez años que acostumbran a prostituirse, a veces por un plato de comida —comentó una asesora infantil brasileña—. Muchas no saben gran cosa del sida ni del sexo. He hablado con niñas que habían quedado embarazadas y pensaban que ‘lo habían contraído’, como si fuese un resfriado”.
El doctor Philip Pizzo, especialista en sida y jefe de pediatría del Instituto Nacional de Cáncer, dijo que las tasas de infección por el VIH en adolescentes que huyen de casa son un mal pronóstico para la epidemia del sida. “Hay más de un millón de jóvenes que han huido de casa y se ganan la vida con el sexo. Seguro que varios de ellos se reintegrarán en la sociedad.”
¿Es extraño que la epidemia del sida aumente por todo el mundo a pasos agigantados entre los adolescentes? ¿No se puede detener ese proceso? No, mientras los infectados por el virus y los que no rechazan las relaciones sexuales premaritales continúen manifestando indiferencia y complacencia. Considere, por ejemplo, la información publicada en The Sunday Star de Johannesburgo (África del Sur): En una encuesta reciente llevada a cabo entre 1.142 pacientes hospitalizados afectados de enfermedades de transmisión sexual, el 70% admitió tener entre 3 y 80 parejas sexuales en un mes. Algunos todavía llevaban una vida sexual activa e infectaban a otros.
Por desgracia, muchos adolescentes no están demasiado preocupados ante el peligro de contraer sida. Han de luchar tanto cada día por sobrevivir —y hay muchas maneras de morir en las calles— que no pueden centrarse en algo que quizás los mate dentro de unos años. Además, piensan que mientras tanto es seguro que se encontrará un remedio que los salvará. “Los adolescentes son un claro exponente de un grupo que no piensa en lo que les sucederá de aquí a diez años”, dijo un especialista en sida.
Además, muchos tienen la idea equivocada de que sus parejas sexuales no mienten cuando dicen que no tienen el virus del sida. Pero muchas veces no es así, pues hasta en fases avanzadas de la enfermedad, muchas víctimas infectan deliberadamente a otros por ira o venganza.
Tampoco deben pasarse por alto los que se han infectado debido a agujas hipodérmicas contaminadas de las que se utilizan para inyectarse droga por vía intravenosa, una vía de transmisión que ya se ha cobrado muchas víctimas. Por último, existe la constante amenaza de contraer sida mediante transfusiones de sangre. Ya han muerto de esta enfermedad muchas víctimas inocentes, y aún morirán más como consecuencia de recibir sangre contaminada. Muchos médicos y enfermeras temen pincharse con agujas hipodérmicas contaminadas por el virus del sida, un virus que puede cambiar por completo su vida de forma irreversible. ¿Extraña entonces la afirmación de que el sida es la crisis de la década de los noventa y de después?
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Sida. Lo que tanto padres como hijos deberían saber¡Despertad! 1991 | 22 de julio
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Lo que usted debería saber
Debe reconocerse que el sida no respeta a nadie: puede infectar a ricos y a pobres, a jóvenes, a muy jóvenes y a viejos. En algunos países los jóvenes tienen un conocimiento muy leve y superficial de este tema. Un especialista en sida de la ciudad de Nueva York dijo que la mayoría de las personas “no tienen ni idea del peligro tan grande que supone el sida para los adolescentes”.
Por ejemplo, un estudio sobre jóvenes llevado a cabo en una importante ciudad estadounidense reveló que el 30% de los encuestados creían que el sida se podía curar si se trataba a tiempo. Pero todavía no se ha descubierto ningún remedio contra él. Una tercera parte de los encuestados no sabía que no se puede contraer sida por el simple hecho de tocar a alguien infectado o de usar su peine. Otra encuesta llevada a cabo en otra parte de Estados Unidos entre 860 adolescentes con edades comprendidas entre los dieciséis y los diecinueve años descubrió que el 22% no sabía que el virus del sida puede transmitirse con el semen y que el 29% ignoraba que puede transmitirse con las secreciones vaginales.
Las víctimas son infecciosas y pueden transmitir el virus a otros no solo a partir del tiempo en que el sida se manifiesta sino también durante todo el período de incubación. Pero no se puede transmitir por dar la mano o abrazar a un enfermo de sida, pues una vez fuera del cuerpo el virus muere en seguida. De manera similar, el virus no puede vivir en el asiento del retrete, algo que algunos temen. ¿Temían las autoridades escolares que los estudiantes pudiesen contraer la enfermedad si bebían de una fuente que acababa de usar una víctima del sida? Los especialistas dicen que estos temores carecen de fundamento puesto que el virus no tendría forma de entrar en la corriente sanguínea de la persona no infectada.
A los médicos les suelen preguntar si hay peligro en horadarse las orejas, pues para ello se utilizan agujas. Los especialistas admiten que si se utiliza un equipo contaminado, esta podría ser una vía para contraer el virus del sida. ¿Y los besos? “Si alguien con sida o infectado por el VIH le da un beso, y usted tiene un corte o llaga en los labios o la boca que le sangra, es concebible, pero muy improbable”, dijo un especialista. No obstante, es posible.
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