ALBANIA: La predicación de las buenas nuevas en Albania se efectúa bajo la supervisión general de la sucursal italiana. Pero las necesidades del campo albano han hecho que sea ventajoso tener una sucursal allí mismo. De modo que el 12 de mayo de 1996, Milton Henschel, miembro del Cuerpo Gobernante, se dirigió a un auditorio de 1.534 personas reunidas en Tirana, la capital, para dedicar los dos edificios que ahora sirven de oficina de la Sociedad y Hogar Betel de Albania.

El programa comenzó con las siguientes palabras, dirigidas a los invitados procedentes de catorce países: “Gracias por estar con nosotros en la dedicación de nuestro nuevo Betel. Que Jehová los bendiga. ¡Bienvenidos a Albania!”. Aquella afectuosa bienvenida se dio en el idioma de cada grupo de visitantes.

El programa proporcionó la oportunidad de llegar a conocer tanto a hermanos fieles que llevan mucho tiempo sirviendo a Jehová en Albania, como a hermanos más nuevos. Entre los que relataron su experiencia estuvo Linda DiGregorio. Ella y su esposo, Michael, que eran misioneros en la República Dominicana, planeaban hacer una visita a sus parientes de Albania en la primavera de 1992. El Cuerpo Gobernante les pidió que extendieran su estancia de tres días a dos o tres meses. “Aquella visita de tres días se ha convertido en una estancia permanente”, dijo. Una vez que la obra se legalizó, en mayo de 1992, comenzaron a predicar libremente de casa en casa. “Muchas personas afectuosas y hospitalarias abrieron sus puertas y sus corazones al mensaje bíblico —explicó Linda—. Contábamos con solo unos cuantos tratados y algunas revistas; no teníamos ni Biblias ni libros. Pero muchas personas respondieron al mensaje de la verdad. Aceptaron la invitación de asistir a las reuniones y algunas ya se han bautizado.”

2. Sucursal de Albania