-
Aumenta el conocimiento exacto de la verdadLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
-
-
Poco después, en un artículo titulado “Los Tiempos de los Gentiles: ¿cuándo terminan?”, Russell también razonó sobre el asunto a partir de las Escrituras y declaró que la prueba demostraba que ‘los siete tiempos terminarían en 1914 d.C.’. Este artículo se imprimió en el número de octubre de 1876 de Bible Examiner.j El libro Three Worlds, and the Harvest of This World (Tres mundos, y la siega de este mundo), escrito en 1877 por N. H. Barbour con la cooperación de C. T. Russell, llegaba a la misma conclusión. Más tarde, algunos de los primeros números de la revista Watch Tower, como los de diciembre de 1879 y julio de 1880, señalaron a 1914 E.C. como un año muy significativo desde el punto de vista de la profecía bíblica. En 1889 se dedicó todo el capítulo 4 del tomo II de Millennial Dawn (La Aurora del Milenio, que después se llamó Estudios de las Escrituras) a un análisis de “Los Tiempos de los Gentiles”.
-
-
Aumenta el conocimiento exacto de la verdadLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
-
-
The Watch Tower del 1 de febrero de 1916 llamó especialmente la atención al 1 de octubre de 1914, y pasó a decir: “Este era el último punto en el tiempo al que la cronología bíblica nos señalaba con relación a las experiencias de la Iglesia. ¿Nos dijo el Señor que entonces se nos llevaría al cielo? No. ¿Qué dijo? Su Palabra y el cumplimiento de las profecías parecían señalar inequívocamente a que esta fecha marcaba el fin de los Tiempos de los Gentiles. Dedujimos de esto que el ‘cambio’ de la Iglesia acontecería en esa fecha o antes. Pero Dios no nos dijo que sería así. Nos permitió llegar a esa deducción; y creemos que eso fue una prueba necesaria para los amados santos de Dios de todas partes”. Pero ¿probaron aquellos sucesos que su gloriosa esperanza había sido en vano? No. Esto sencillamente significó que los acontecimientos no ocurrían tan pronto como esperaban.
Años antes de 1914 Russell había escrito: “Evidentemente la cronología (las profecías sobre medidas de tiempo en general) no se dio con el propósito de proporcionar al pueblo de Dios información cronológica exacta a lo largo de los siglos. Es obvio que se proveyó para que funcionara como un reloj de alarma que despertara y activara al pueblo del Señor al tiempo debido. [...] Pero supongamos, por ejemplo, que pase octubre de 1914 y no haya una caída significativa del poder de los gentiles. ¿Qué probaría o refutaría eso? No rebatiría ningún aspecto del Plan Divino de las Edades. El precio de rescate que se pagó en el Calvario perduraría como garantía del cumplimiento final del gran Programa Divino para la restitución humana. La ‘llamada a lo alto’ de la Iglesia, para que sufriera con el Redentor y fuera glorificada con él como miembros de él, o como su Novia, todavía sería la misma. [...] Lo único afectado por la cronología sería el tiempo en que habrían de realizarse esas gloriosas esperanzas para la Iglesia y para el mundo. [...] Y si pasara esa fecha, eso sencillamente sería prueba de que nuestra cronología, nuestro ‘despertador’, habría sonado un poco antes de tiempo. ¿Consideraríamos una gran calamidad el que en la mañana de un día maravilloso, lleno de gozo y placer, la alarma nos despertara unos momentos antes? ¡Ciertamente que no!”.
-