A continuación subieron hasta el despacho del hermano Eisenhower, coordinador del Comité de Sucursal, en el segundo piso, donde el inspector escribió un informe de los resultados del registro y les pidió a los hermanos que lo firmaran.

En cierta ocasión, Charles Eisenhower realizó su trabajo en la tienda de vinos de un hermano.

El hermano Eisenhower recuerda bien tales interrogatorios: “Debíamos decir la verdad, pero sin poner en peligro la obra o a los hermanos, lo cual no era nada fácil, puesto que las autoridades eran muy insistentes”.