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  • “Serán mis testigos”
    Demos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
    • 1-3. ¿Cómo se despidió Jesús de sus apóstoles, y qué preguntas surgen?

      LAS últimas semanas han sido un sube y baja de emociones para los apóstoles. Primero, la muerte de Jesús los dejó destrozados; pero luego, cuando resucitó, no cabían en sí de la alegría. En los últimos 40 días se les ha aparecido en varias ocasiones para darles instrucciones y animarlos. Si fuera por ellos, lo que están viviendo junto a él no terminaría jamás. Pero esta vez será la despedida.

      2 Los apóstoles están reunidos con Jesús en el monte de los Olivos, pendientes de cada palabra que sale de su boca. Todo está sucediendo tan rápido que no quieren perderse nada de lo que dice. Entonces, cuando termina de hablar, levanta las manos, los bendice y empieza a subir hacia el cielo. Ellos no dejan de mirar hacia arriba ni siquiera cuando una nube lo oculta y él desaparece de su vista (Luc. 24:50; Hech. 1:9, 10).

      3 Ese momento les cambia la vida por completo. ¿Qué van a hacer ahora que el Maestro se ha ido al cielo? Les toca continuar la importante obra que él inició, y están listos para hacerlo.

      Jesús subiendo al cielo mientras los apóstoles lo observan fijamente.
  • “Serán mis testigos”
    Demos “un testimonio completo sobre el Reino de Dios”
    • “Hasta la parte más lejana de la tierra” (Hechos 1:6-12)

      8, 9. a) ¿Qué dos ideas equivocadas tenían los apóstoles? b) ¿Cómo ayudó Jesús a sus apóstoles, y qué nos enseña su respuesta?

      8 Aquella conversación en el monte de los Olivos fue la última que los apóstoles tuvieron con Jesús en la Tierra. Llenos de curiosidad, le preguntaron: “Señor, ¿vas a restaurar el reino en Israel en este tiempo?” (Hech. 1:6). Con esa pregunta, demostraron que tenían dos ideas equivocadas. Primero, creían que el gobierno de Dios se le devolvería a la nación de Israel. Y, segundo, esperaban que ese Reino prometido comenzara enseguida, pues emplearon la expresión “en este tiempo”. ¿Cómo los ayudó Jesús?

      9 Él seguramente sabía que ellos mismos rectificarían la primera idea poco después, así que no se la aclaró. De hecho, solo 10 días más tarde presenciarían el nacimiento de una nueva nación: el Israel espiritual. A partir de ese momento, la nación de Israel dejaría de ser el pueblo de Dios. Pero Jesús sí les habló de la segunda idea equivocada. Con bondad, les recordó: “No les corresponde a ustedes saber los tiempos o épocas que el Padre ha puesto bajo su propia autoridad” (Hech. 1:7). Así es, Jehová es el único que tiene la autoridad de decidir cuándo se cumple su voluntad. Jesús admitió poco antes de morir que ni siquiera él mismo sabía “el día y la hora” en que vendría el fin; en aquel entonces, “solo el Padre” lo sabía (Mat. 24:36). Esto nos enseña que nosotros tampoco debemos estar pendientes de la fecha exacta en que vendrá el fin, pues es algo que no nos corresponde saber.

      10. ¿Qué actitud de los apóstoles debemos imitar, y por qué?

      10 Ahora bien, no nos apresuremos a criticar a los apóstoles. A fin de cuentas, eran hombres que tenían mucha fe y que aceptaron con humildad la corrección de Jesús. Además, aunque estaban equivocados, en el fondo tenían una buena actitud. El propio Jesús les había dicho una y otra vez: “Estén siempre vigilantes” (Mat. 24:42; 25:13; 26:41). Y la verdad es que en sentido espiritual estaban muy despiertos, ansiosos de ver señales de que Jehová intervendría pronto. Nosotros debemos imitar la actitud vigilante de los apóstoles. De hecho, es más urgente que nunca, ya que vivimos en un periodo trascendental: “los últimos días” (2 Tim. 3:1-5).

      11, 12. a) ¿Qué comisión les dio Jesús a sus discípulos? b) ¿Por qué fue bueno que Jesús mencionara el espíritu santo antes de darles la comisión de predicar?

      11 Pero los apóstoles debían estar muy pendientes de algo en especial. Jesús les recordó: “Recibirán poder cuando el espíritu santo venga sobre ustedes. Y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta la parte más lejana de la tierra” (Hech. 1:8). Como vemos, tendrían que proclamar la resurrección de Cristo cada vez más lejos: primero en Jerusalén —la ciudad donde había sido ejecutado—, luego por toda Judea, más tarde en Samaria y después en regiones mucho más apartadas.

      12 Qué bueno que, antes de darles esa comisión, Jesús les recordó que iba a enviarles el espíritu santo para ayudarlos. Esta es una de las más de 40 veces que aparece la expresión “espíritu santo” en Hechos. Y es que este libro destaca una y otra vez que es imposible hacer la voluntad de Jehová sin la ayuda de ese espíritu. Ahora lo necesitamos más que nunca, por eso es tan importante que se lo pidamos a Dios todos los días (Luc. 11:13).

      13. ¿Hasta dónde debemos llegar con la predicación, y por qué debemos participar en ella con entusiasmo?

      13 Para los cristianos de hoy, la expresión “hasta la parte más lejana de la tierra” abarca un territorio mucho mayor que para los del siglo primero. Aun así, como vimos en el capítulo anterior, hemos aceptado con gusto la comisión de predicar, porque sabemos que Dios quiere que toda clase de personas escuchen las buenas noticias del Reino (1 Tim. 2:3, 4). ¿Participa usted con entusiasmo en esta obra que ayuda a salvar vidas? Ninguna otra labor puede darnos tanta satisfacción. Además, Jehová nos da las fuerzas para llevarla a cabo. Y el libro de Hechos contiene mucha información sobre los métodos y la actitud que nos permitirán ser más eficientes.

      14, 15. a) ¿Qué dijeron los ángeles sobre el regreso de Cristo, y a qué se referían? (Vea también la nota). b) ¿En qué sentido Cristo ha regresado “de la misma manera” en que se fue?

      14 Como ya mencionamos, después de ver a Jesús subir hacia el cielo y desaparecer, los 11 apóstoles se quedaron mirando a lo alto. Entonces llegaron dos ángeles y les dijeron: “Hombres de Galilea, ¿por qué están ahí de pie mirando al cielo? Este Jesús, que estaba con ustedes y fue llevado al cielo, vendrá de la misma manera en que lo han visto irse al cielo” (Hech. 1:11). ¿Querían decir que Jesús regresaría con el mismo cuerpo, tal como enseñan algunas religiones? No. ¿Cómo lo sabemos?

      15 No dijeron que volvería con la misma forma, sino “de la misma manera”.b ¿Y de qué manera se fue? Cuando los ángeles hablaron con los apóstoles, él ya había desaparecido. Así que solo unos pocos hombres se dieron cuenta de que Jesús había dejado la Tierra e iba de camino hacia su Padre celestial. Pues bien, Cristo regresaría de la misma manera, y así ha sido: solo quienes tienen comprensión espiritual se dan cuenta de que Jesús ya está gobernando como Rey del Reino de Dios (Luc. 17:20). Por eso, debemos reconocer las pruebas de su presencia y explicárselas a las personas para que también entiendan que tienen que servir a Dios cuanto antes, porque el tiempo se agota.

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