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BrasilAnuario de los testigos de Jehová 1997
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Posteriormente, aquel mismo año, se comenzó a construir un Salón de Asambleas en una hermosa zona arbolada de Ribeirão Pires (São Paulo), a unos 40 kilómetros [25 millas] de la ciudad de São Paulo. Unos años más tarde, se construyó otro salón al lado del primero y conectado con él por televisión de circuito cerrado. Entre los dos tienen 3.300 asientos.
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Los que trabajaron en la construcción de estos Salones de Asambleas manifestaron mucho entusiasmo. Este buen espíritu compensó la falta de experiencia y la carencia de maquinaria y equipo adecuados. Por ejemplo, en Ribeirão Pires fue necesario cavar a una profundidad de siete metros [23 pies] para llegar a suelo firme donde colocar los cimientos. Aunque se utilizó una excavadora, solo se llegó a la mitad de la profundidad requerida. El resto tuvo que hacerse con pico y pala. Se excavaron más de veinte de tales hoyos.
¿Qué se hizo para mezclar y poner el hormigón? En el proyecto de Ribeirão Pires no había instalación de hormigón ni camiones para mezclarlo. Natal Batulevicins, miembro de la familia Betel, recuerda: “Se preparaba el hormigón en dos viejas mezcladoras que funcionaban manualmente, después de lo cual se llevaba en carretillas al lugar donde se estaba pavimentando. Había grupos de entre veinte y treinta voluntarios empujando las carretillas. En los sitios altos o difíciles de alcanzar, otra persona ayudaba tirando de la carretilla con unos ganchos. A la hora de pavimentar los suelos, todos los voluntarios, incluidos los que trabajaban en las oficinas, participaban en el trabajo, que a veces tomaba veinticuatro horas seguidas”.
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