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Un mensajero de Dios fortalece a DanielPrestemos atención a las profecías de Daniel
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SE FORTALECE A UN “HOMBRE MUY DESEABLE”
14. ¿Qué ayuda precisó Daniel antes de que pudiera recibir el mensaje angélico?
14 El mensaje que el ángel de Jehová tenía para Daniel era importante y complejo. Antes de que pudiera recibirlo, este necesitaba ayuda para recuperarse de su debilidad física y angustia mental. El ángel, por lo visto al tanto de ello, le socorrió y le dio ánimo. Sigamos la propia narración de Daniel sobre lo ocurrido.
15. ¿Qué hizo el ángel para ayudar a Daniel?
15 “Al oír el sonido de sus palabras, sucedió que también me hallé profundamente dormido sobre mi rostro, rostro a tierra.” Es probable que el temor y la preocupación sumieran a Daniel en un estado de estupor. ¿Qué hizo el ángel a fin de ayudarle? “¡Mire! —dijo Daniel—, hubo una mano que me tocó, y gradualmente me agitó para que me pusiera sobre las rodillas y las palmas de las manos.” Además, el ángel lo animó con estas palabras: “Oh Daniel, hombre muy deseable, ten entendimiento en las palabras que te hablo, y ponte de pie donde estabas parado, porque ahora he sido enviado a ti”. La mano fortalecedora y las palabras de aliento reanimaron a Daniel. Aunque “retemblando”, se ‘puso de pie’ (Daniel 10:9-11).
16. a) ¿Qué demuestra que Jehová responde sin demora las oraciones de sus siervos? b) ¿Por qué se retrasó el ángel cuando acudía en ayuda de Daniel? (Véase también el recuadro.) c) ¿Qué mensaje llevó el ángel a Daniel?
16 El ángel señaló que había llegado con el propósito definido de fortalecer a Daniel. Dijo: “No tengas miedo, oh Daniel, porque desde el primer día que diste tu corazón a entender y a humillarte delante de tu Dios tus palabras han sido oídas, y yo mismo he venido a causa de tus palabras”. Entonces pasó a explicar por qué se había producido un retraso: “Pero el príncipe de la región real de Persia estuvo plantado en oposición a mí por veintiún días, y, ¡mira!, Miguel, uno de los príncipes prominentes, vino a ayudarme; y yo, por mi parte, permanecí allí al lado de los reyes de Persia”. Con la asistencia de Miguel, el ángel pudo cumplir su misión de llevar a Daniel este mensaje urgente: “He venido a hacer que disciernas lo que acaecerá a tu pueblo en la parte final de los días, porque es una visión todavía para los días venideros” (Daniel 10:12-14).
17, 18. ¿Cómo recibió ayuda Daniel por segunda vez, y qué pudo hacer gracias a ello?
17 En vez de reanimarse con la perspectiva de recibir un mensaje tan fascinante, Daniel, según parece, quedó muy afectado. El relato dice: “Ahora bien, cuando me habló palabras como estas, yo me había puesto rostro a tierra y había enmudecido”. Pero el mensajero angélico estuvo dispuesto, por segunda vez, a ayudarle amorosamente. Daniel dijo: “¡Mire!, uno parecido a la semejanza de los hijos de la humanidad estaba tocando mis labios, y empecé a abrir la boca y hablar”b (Daniel 10:15, 16a).
18 Daniel cobró fuerzas cuando el ángel le tocó los labios (compárese con Isaías 6:7). Ya recuperada la voz, pudo contar su situación angustiosa al mensajero angélico: “Oh mi señor, debido al aparecimiento mis convulsiones fueron vueltas dentro de mí, y no retuve ningún poder. Así que, ¿cómo podría el siervo de este mi señor hablar con este mi señor? Y en cuanto a mí, hasta ahora no siguió subsistiendo en mí ningún poder, y ningún aliento en absoluto quedó en mí” (Daniel 10:16b, 17).
19. ¿Cómo recibió ayuda Daniel por tercera vez, y con qué resultado?
19 Daniel no se quejó ni excusó. Solo expuso el aprieto en el que se hallaba, y el ángel aceptó su palabra. Por tercera vez, el mensajero angélico ayudó a Daniel. “Aquel como la apariencia de un hombre terrestre procedió a tocarme de nuevo y a fortalecerme”, dijo el profeta. Tras vigorizarlo de ese modo, el mensajero le dirigió estas palabras alentadoras: “No tengas miedo, oh hombre muy deseable. Ten paz. Sé fuerte, sí, sé fuerte”. Al parecer, la bondad del ángel al tocarle y sus palabras de ánimo fueron precisamente lo que Daniel necesitaba, como él mismo expresó: “Tan pronto como habló conmigo ejercí mi fuerza y finalmente dije: ‘Hable mi señor, porque me has fortalecido’”. Daniel estaba preparado al fin para recibir otra comisión difícil (Daniel 10:18, 19).
20. ¿Por qué no le resultó fácil al mensajero angélico llevar a cabo su misión?
20 Después de fortalecer a Daniel y de ayudarlo a recuperar sus capacidades físicas y mentales, el ángel volvió a declarar el objetivo de su misión: “¿Sabes realmente por qué he venido a ti? Y ahora regresaré a pelear con el príncipe de Persia. Cuando yo vaya saliendo, ¡mira!, también el príncipe de Grecia viene. No obstante, te informaré las cosas apuntadas en la escritura de la verdad, y no hay nadie que resulte fuerte conmigo en estas cosas sino Miguel, el príncipe de ustedes” (Daniel 10:20, 21).
21, 22. a) ¿Qué aprendemos de la experiencia de Daniel tocante a la forma en que Jehová trata a sus siervos? b) ¿Para qué se hallaba finalmente fortalecido Daniel?
21 ¡Cuánto amor y consideración de parte de Jehová! Él siempre trata a sus siervos de acuerdo con las facultades y limitaciones de estos. Por una parte, les encarga tareas en consonancia con lo que sabe que pueden lograr, aun cuando en ocasiones ellos no se crean capaces; y por otra, está dispuesto a escucharlos y brindarles lo que necesiten para cumplir sus responsabilidades. Imitemos siempre a nuestro Padre celestial, Jehová, animando y fortaleciendo amorosamente a nuestros hermanos en la fe (Hebreos 10:24).
22 El alentador mensaje del ángel animó mucho a Daniel. Lo fortaleció y preparó a fin de que, pese a su edad avanzada, recibiera y pusiera por escrito para nuestro provecho otra notable profecía.
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b Aunque el ángel que tocó los labios de Daniel y lo reanimó pudo ser el mismo que estaba hablando con él, la redacción de este pasaje deja margen a la posibilidad de que fuese otro ángel, quizás Gabriel, quien lo hiciera. En cualquier caso, fue un mensajero angélico quien fortaleció a Daniel.
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