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¿Lo sabía?La Atalaya 2013 | 1 de abril
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¿Por qué se llamó a la antigua Nínive “la ciudad de derramamiento de sangre”?
Relieve mural de unos guerreros apilando cabezas de enemigos cautivos
Nínive era la capital del Imperio asirio. Esta imponente ciudad tenía palacios y templos majestuosos, calles anchas y murallas inmensas. El profeta hebreo Nahúm se refirió a ella como “la ciudad de derramamiento de sangre” (Nahúm 3:1).
Esa era una designación muy apropiada, pues los relieves del palacio de Senaquerib en Nínive atestiguan la crueldad de los asirios. En uno de ellos se ve a un torturador arrancándole la lengua a un prisionero que está inmovilizado contra el suelo. Las inscripciones alardean de cómo conducían a los cautivos con cuerdas sujetas a ganchos que les traspasaban la nariz o los labios. Y si eran funcionarios, los obligaban a llevar alrededor del cuello, a modo de repugnantes collares, las cabezas de sus reyes decapitados.
El asiriólogo Archibald Henry Sayce describe así las barbaridades que se cometían tras la captura de una ciudad: “Pirámides de cabezas humanas marcaban el paso de los conquistadores; los muchachos y las muchachas eran quemados vivos o reservados para cosas aún peores; los hombres eran empalados, desollados, cegados, o privados de sus manos, pies, orejas o narices”.
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