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¡La astrología vuelve a estar en boga!¡Despertad! 1986 | 8 de mayo
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“Un vistazo por el telescopio —dice el libro Astrology—The Celestial Mirror— y toda la cosmología se desvaneció [...] La astrología fue descartada por la autoridad del surgiente razonamiento científico.”
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Su futuro... ¿escrito en las estrellas?¡Despertad! 1986 | 8 de mayo
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¿Es científica la astrología?
La salida del Sol durante el mes de octubre ya no coincide con la de Escorpión. En el transcurso de los siglos, la relación de la Tierra con las constelaciones ha cambiado gradualmente. En la actualidad, en el mes de octubre, el Sol pasa por la constelación de Libra (que en latín significa “balanza”), la cual se dice que confiere las cualidades de belleza y tranquilidad. ¡Muy diferentes a las de Escorpión!
Aunque los astrólogos orientales se han mantenido al día con estos cambios astronómicos, la mayoría de sus colegas occidentales no lo han hecho. Por lo tanto, ¡estos basan sus predicciones en la configuración celestial de unos 2.000 años de antigüedad! Con respecto a esto, los doctores H. J. Eysenck y D. K. B. Nias declaran: “Si los astrólogos occidentales están en lo correcto en cualquier interpretación específica que hagan, entonces los astrólogos orientales están equivocados, lo mismo sucedería a la inversa. Sin embargo, ¡ambos bandos alegan que sus predicciones son sumamente exactas!”.
Esto de por sí arroja muchas dudas sobre la fiabilidad de la astrología. Además, un sicólogo examinó los registros de matrimonio y divorcio de 3.456 parejas. ¿Tuvo algo que ver la compatibilidad de los signos astrológicos de estas parejas con el éxito o fracaso de sus matrimonios? La revista Science 84 explica lo siguiente: “Las parejas cuyos signos eran compatibles se casaron y se divorciaron con la misma frecuencia que los que eran de signos incompatibles”.
Los astrólogos contrarrestan esto diciendo que el signo que aparenta atravesar el Sol al tiempo del nacimiento, de por sí, es de poca importancia y que debe estudiarse junto con otras influencias planetarias. Pero esto también crea problemas porque los babilonios creían en la influencia de solo cinco dioses planetarios, a saber, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. No obstante, con el telescopio se han descubierto tres planetas más: Urano, Neptuno y Plutón. Esto ha causado confusión entre los astrólogos. Louis MacNeice escribe en su libro Astrology: “Algunos astrólogos han usado estos [tres planetas] para justificar las inexactitudes cometidas por sus colegas del pasado; mientras que otros [...] han sostenido que estos nuevos planetas no podrían ejercer su influencia sobre seres humanos debido a que no se pueden percibir a simple vista”. Por ello, la mayoría de los astrólogos del oriente hace caso omiso a los planetas más distantes. Por otra parte, los astrólogos del occidente les atribuyen a estos planetas gran significado.
El tiempo que se elige como base para la composición de un horóscopo también hace surgir preguntas. La mayor parte de los astrólogos usan el momento en que nace el individuo. Pero la ley de la genética indica que los rasgos hereditarios se transmiten a la prole en el momento de la concepción y no en el del nacimiento. Según el libro Astrology: Science or Superstition? [La astrología: ¿ciencia o superstición?], el antiguo astrólogo Ptolomeo “esquivó esto hábilmente alegando que el nacimiento acontecería bajo la misma constelación que regía al momento de la concepción, aunque en realidad no existe razón alguna para suponer que esto sea cierto”.
La reacción de los científicos
Muchos científicos están alarmados por la creciente aceptación de la astrología. En 1975, los 19 ganadores del premio Nobel, en conjunto con otros científicos, emitieron un manifiesto titulado: “Objeciones a la astrología: una declaración de 192 científicos eminentes”. Esta dijo:
“En tiempos antiguos la gente [...] consideraba los cuerpos celestes como moradas o augurios de los Dioses y, por ello, muy conectados a los acontecimientos aquí en la Tierra; la gente no tenía un concepto de lo distantes que están los planetas y las estrellas de la Tierra. Ahora que es posible calcular estas distancias, lo que ya se ha hecho, podemos ver cuán infinitesimales son los efectos, tanto los de la gravedad como otros, que ejercen los planetas lejanos y las estrellas que aún quedan a mayor distancia. Es simplemente un error imaginarse que las fuerzas ejercidas por las estrellas y los planetas en el momento del nacimiento puedan, de una manera u otra, amoldar nuestro futuro”.
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