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Cómo sobrellevar el problema¡Despertad! 1997 | 22 de febrero
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CON el paso de los años se han propuesto varios tratamientos para el THDA. Algunos se centran en la dieta. Sin embargo, ciertos estudios indican que los aditivos alimentarios no suelen provocar hiperactividad, y que las soluciones dietéticas muchas veces no surten efecto. Otros tratamientos para el THDA son la medicación, la modificación del comportamiento y la educación cognitiva.a
Medicación. Como parece ser que el THDA implica alguna disfunción cerebral, a muchos les han beneficiado los fármacos para restablecer el equilibrio químico.b Sin embargo, la medicación no sustituye al aprendizaje. Solo ayuda al niño a concentrarse, proporcionándole un fundamento para adquirir nuevas destrezas.
La medicación también ha ayudado a muchos adultos con THDA. Pero hay que tener cuidado —tanto en el caso de jóvenes como de adultos—, pues algunos estimulantes que se recetan para tratar el THDA pueden crear adicción.
Modificación del comportamiento. El THDA de un niño no exime a los padres de su obligación de disciplinarlo. Aunque el niño tenga necesidades especiales al respecto, la Biblia da este consejo a los padres: “Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él”. (Proverbios 22:6.) En el libro Your Hyperactive Child (Cuando su hijo es hiperactivo), Barbara Ingersoll comenta: “El padre que se limita a darse por vencido y deja a su hijo hiperactivo ‘a rienda suelta’, no le hace ningún favor. Como cualquier otro niño, el hiperactivo necesita disciplina firme y que se le muestre respeto como persona. Esto significa que hacen falta límites claros y recompensas y castigos apropiados”.
Por consiguiente, es importante que los padres aporten un sentido de estructura a la vida. Además debe establecerse un orden estricto para las actividades cotidianas. Al confeccionar dicho horario —que abarcaría un tiempo para hacer los deberes, estudiar, bañarse, etc.—, los padres tal vez quieran conceder al niño cierta libertad. Hecho esto, siga siempre la misma secuencia. Asegúrese de que las labores diarias se efectúen en el debido orden. La revista Phi Delta Kappan dice: “Los médicos, psicólogos, autoridades escolares y maestros tienen la obligación, ante el niño y los padres, de explicar que el diagnóstico de TDA o de THDA no da licencia al muchacho para salirse con la suya, sino que es un dato necesario para dar la ayuda debida al niño en cuestión”.
Educación cognitiva. Abarca ayudar al niño a cambiar su opinión de sí mismo y de su trastorno. “Las personas con trastorno por déficit de atención se ven ‘feas, tontas y malas’ aunque sean atractivas, inteligentes y buenas”, comenta el doctor Ronald Goldberg. Por consiguiente, el niño con TDA o THDA necesita tener un punto de vista apropiado de su valía, y saber que sus problemas de concentración son controlables. Esto reviste particular importancia durante la adolescencia. Para cuando un muchacho con THDA alcance esa etapa de la vida, posiblemente haya sufrido muchas críticas de parte de compañeros, maestros, hermanos y quizás hasta de sus padres. De modo que necesita ponerse metas realistas y juzgarse con justicia, no con dureza.
Los métodos terapéuticos mencionados también sirven para adultos con THDA. “Hay que hacer algunos cambios según la edad —escribe el doctor Goldberg—, pero los fundamentos de la terapia —medicación cuando es necesaria, modificación del comportamiento y [educación] cognitiva— siguen siendo válidos a lo largo de toda la vida.”
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Cómo sobrellevar el problema¡Despertad! 1997 | 22 de febrero
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Aun en los casos en que se diagnostique THDA, los padres deben analizar los pros y los contras de administrar medicación al niño. El Ritalin puede eliminar los síntomas no deseados, pero también puede provocar efectos secundarios desagradables, como insomnio, ansiedad acrecentada y nerviosismo. De ahí que el doctor Richard Bromfield aconseje que nadie se apresure a medicar a un niño tan solo para eliminar los síntomas. “A demasiados niños, y cada vez a más adultos, se les receta Ritalin indebidamente —dice—. De lo que he podido comprobar, parece que el uso de Ritalin depende mucho de la capacidad que tengan los padres y maestros de tolerar el comportamiento del niño. Sé de niños a quienes se les da el fármaco para calmarlos, no porque lo necesiten.”
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