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    ¡Despertad! 1987 | 22 de enero
    • ¿Qué es un bumerán?

      Un diccionario describe al bumerán simplemente como un “arma arrojadiza formada por una lámina de madera encorvada de tal manera que, lanzada con movimiento giratorio, puede volver al punto de partida. Es propia de los indígenas de Australia”. En inglés, la palabra bumerán usada como verbo se refiere a un acto de hostilidad que perjudica a su autor. Pero concentrémonos en el tipo de bumerán que se lanza.

      Hoy día, el lanzamiento de bumerán es principalmente un deporte. Algunos que toman muy en serio este deporte han formado clubes. Uno de estos es el Mudgeeraba Creek Emu-Racing and Boomerang-Throwing Association, de Queensland, Australia. Pero no siempre fue un deporte. El bumerán se desarrolló como instrumento de cacería y como arma de guerra entre los aborígenes australianos.

      Pero no piense que el bumerán es un arma exclusiva de Australia. Se han hallado bumeranes en antiguas tumbas egipcias. Algunos tenían las extremidades cubiertas de oro, posiblemente para aumentar su alcance. No se guardaron registros del nombre que se les daba en la antigüedad, pero el nombre moderno “bumerán” proviene del término bou-mar-rang en el lenguaje de la tribu de aborígenes turawal, quienes viven a orillas del río Georges, cerca de Sydney.

      Se han descubierto palos arrojadizos muy semejantes al bumerán en Holanda, Dinamarca, Alemania, el noreste de África, India (donde los hacían de acero o marfil) y entre los indios hopi de Arizona, en los Estados Unidos. Aunque el arco y la flecha reemplazaron en general al bumerán, los aborígenes australianos han continuado usando esta arma antigua hasta tiempos modernos.

      Su uso en la cacería

      Acompáñenos y sea testigo de cómo se usa el bumerán como arma de cacería. Note que los cazadores aborígenes han colocado cuidadosamente redes entre ciertos árboles adecuados. Las aves a las que persiguen se han detenido en un lugar directamente frente a las redes, y el objetivo es obligarlas a volar a poca altitud para que vayan a dar a las redes. Todo el esfuerzo se habrá perdido si estas se elevan por encima de los árboles.

      ¡Mire! Varios cazadores se levantan. Apuntan cuidadosamente y arrojan sus bumeranes hacia donde está la presa. El mísil rotativo sube rápidamente, pasa rozando la copa de los árboles, y hace un círculo justo sobre las aves. El zumbido de los bumeranes debe parecerles como el sonido del vuelo de los halcones. Las aves vuelan a poca altura. Note cómo los cazadores añaden al engaño mediante dar gritos semejantes a los que producen los halcones. Las aterrorizadas aves chocan contra la red que las espera. La cacería tiene gran éxito.

      Mientras tanto, cada bumerán sigue girando hasta completar un círculo. Como si hubiera recibido una orden, cada bumerán ha regresado, ya sea para ser atrapado por el que lo lanzó o para caer a sus pies.

      Sin embargo, para que regrese a la persona que lo lanzó, el bumerán debe ser relativamente pequeño y liviano. Por eso la mayoría de ellos miden unos 75 centímetros (30 pulgadas) de largo. Esto los hace demasiado livianos para ocasionar daño serio a animales grandes como los canguros y los ualabíes. Si la puntería de un cazador es excepcional, un bumerán como este tal vez logre derribar a un ave en vuelo o herir a un animal pequeño. Pero aparte de la clase de cacería que acabamos de describir, el bumerán que regresa se usa en realidad para prácticas de tiro o recreación.

      El “bumerán” que no regresa

      El instrumento que se usaba principalmente como arma de cacería y de guerra era el kylie, o palo que mata. Se hacía con la misma forma que un bumerán, pero era mucho más grande, pues algunos medían hasta 1,2 metros (4 pies) de largo y pesaban unos 700 gramos (1 1/2 libras). Sin embargo, el kylie no regresaba cuando se le arrojaba. Como arma era mucho más peligroso que su copia más pequeña, y su movimiento giratorio le permitía llegar mucho más lejos. El kylie podía lanzarse con mayor precisión que una lanza, y debido a que era como una guadaña de 1,2 metro (4 pies) que iba girando, el poder mortífero del kylie se esparcía por un área mucho mayor que solamente un punto, como en el caso de la lanza. Se han registrado algunos lanzamientos certeros a una distancia de hasta 200 metros (660 pies), y hubiera sido fácil en esa distancia alcanzar a un canguro o ualabí que estuviera descuidado.

      Diseño aerodinámico

      El palo arrojadizo, el bumerán y el kylie están diseñados siguiendo principios aerodinámicos, los cuales les permiten mantenerse en el aire por más tiempo que cualquier otro objeto arrojadizo. Sus “alas” tienen una forma similar a las de un aeroplano o un ave en vuelo. El borde redondeado del bumerán empuja y “divide” el aire durante el vuelo, haciendo que este pase por encima y por debajo del “ala”. El aire sobre el “ala” se acelera sobre la superficie y provoca una acción de elevación. El que arroja el bumerán puede añadirle a esta acción por medio de un movimiento rápido de la muñeca a medida que suelta el bumerán.

      Un rasgo sobresaliente del bumerán es su forma sesgada, con una punta torcida hacia arriba y la otra hacia abajo. Es sorprendente que los aborígenes aprendieran la necesidad de esto sin haber recibido ningún entrenamiento en aerodinámica. Uno de los métodos que se empleaba era calentar el bumerán en cenizas calientes hasta que se hiciera flexible. Otro método consistía en remojarlo en agua hasta que la madera estuviera lo suficientemente blanda para torcerla hasta que adquiriera la forma deseada.

      Lanzándolo para que regrese bien

      Los expertos en hacer que regrese el bumerán aseguran que esto no es difícil y solo requiere paciencia y práctica. El “codo” del bumerán debe estar dirigido en dirección opuesta al que lo lanza, y debe sostenerse en posición vertical y no horizontal. (Véase la ilustración.) En su libro All About Boomerangs, Lorin y Mary Hawes aseguran que no importa por cuál extremidad se sujete el bumerán con tal de que se arroje correctamente. El bumerán siempre regresa si se le hace girar con suficiente fuerza. Ellas declaran:

      “El lanzar un bumerán no es tanto el abrir la mano y soltar el bumerán, como lo es el lanzarlo con movimiento de látigo sin abrir la mano, de modo que el bumerán tenga que librarse por sí mismo y girar sobre el dedo índice en forma de gancho a fin de ganar mucha velocidad giratoria, como es el caso. [...] El movimiento del brazo para lanzar un bumerán no difiere mucho del movimiento para hacer sonar un látigo. La mano comienza su lanzamiento en un punto detrás del hombro y esta se abre de momento justamente delante de uno, por lo general con el brazo completamente extendido. La mayor parte de la fuerza de lanzamiento se transmite al doblar el codo. No se debe halar la mano antes de completar el lanzamiento, sino que debe haber un movimiento suave y continuo”.

      Si se lanza con la mano derecha, el bumerán aparentemente viaja en línea recta por unos 27 metros (30 yardas), entonces se inclina a la izquierda. A medida que se inclina, se pone en posición horizontal, se eleva y efectúa de uno a cinco círculos antes de regresar al lanzador. Cuando el bumerán regresa después de un buen lanzamiento, el lanzador hábil puede atraparlo o hacer que caiga a sus pies.

      Hay algunos peligros

      El lanzamiento de bumerán es posiblemente el único deporte en que el lanzador apunta a sí mismo, puesto que él mismo es su propio blanco. Pero también hay peligro para los espectadores o para cualquiera que pase cerca. Además, hay que tomar en consideración el efecto que el viento pudiera tener. De hecho, muchos lanzadores experimentados aconsejan que no se arroje si el viento pasa de ser una suave brisa. La velocidad del viento puede determinarse por medio de lanzar al aire pedacitos de grama u hojas para notar la fuerza con que se las lleva el viento.

      Los lanzadores sin experiencia deben ser sumamente cuidadosos y deben lanzarlo únicamente en lugares espaciosos y abiertos. Un accidente desafortunado podría causar una lesión o la muerte. Un ejemplo de esto ocurrió en el caso de un senador aborigen de Queensland, experto lanzador de bumerán. En una ocasión, al dar una demostración de este arte durante la celebración del centenario de una escuela, una súbita ráfaga de viento cambió la dirección del bumerán y este golpeó a uno de los estudiantes. Se requirieron varios puntos de sutura para cerrar la herida infligida por el bumerán.

  • ¿Realmente regresa?
    ¡Despertad! 1987 | 22 de enero
    • [Ilustraciones en la página 23]

      Palo arrojadizo que no regresa

      Bumerán que no regresa

      Bumeranes que regresan

      [Ilustración/Diagramas en la página 24]

      (Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

      PARTES DE UN BUMERÁN QUE REGRESA

      Ala

      Codo

      Borde de ataque

      Ala

      Borde de ataque

      Dirección en que gira

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