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  • La grulla brolga, el casuario, el emú y el jabirú: aves curiosas de Australia
    ¡Despertad! 1996 | 8 de noviembre
    • El águila audaz: monarca de los cielos

      A un tiro de piedra de la cima rocosa de una montaña del estado de Victoria, y en medio de un fuerte viento que había obligado a retirarse del cielo a todas las otras aves, jugaba un águila audaz. El escritor David Hollands presenció la mejor acrobacia aérea de toda su vida, y la describe así: “El águila estaba suspendida en lo alto, casi inmóvil y totalmente cómoda en aquel medio turbulento. [...] Mientras la observaba, cerró las alas y se dejó caer en picado. Descendió unos cien metros y entonces abrió ligeramente las alas, saliendo lanzada hacia arriba hasta recuperar casi toda la altura que había perdido en la caída. [...] Se enderezó con media voltereta, ascendió más [y] repitió el descenso en picado una y otra vez, lanzándose espectacularmente hacia el fondo del valle y remontando de nuevo el vuelo en una prolongada y emocionante exhibición”.

      Con una envergadura de dos metros y medio y su característica cola en forma de cuña, es imposible confundir a esta elegante y poderosa monarca de los cielos con cualquier otra ave australiana. ¡Sus garras pueden ejercer una presión de tres toneladas al cerrarse! Sin embargo, hubo un tiempo en que la única manera “apropiada” de observar un águila audaz era a través de la mira de un rifle. Al igual que su pariente, el águila de cabeza blanca —propia de América del Norte y contra la que se disparaba sin misericordia para proteger la industria peletera y del salmón—, esta águila australiana fue perseguida por haber matado algún cordero que otro. “Pocas rapaces del mundo —dice el libro Birds of Prey (Rapaces)— han sido tan ferozmente perseguidas como el águila audaz [...]. Durante casi cien años se la consideró una alimaña [...], y se concedían recompensas monetarias a los que presentaban prueba de haber matado alguna.”

      Sin embargo, con el paso de los años se descartaron las acusaciones, pues pudo comprobarse que se alimenta principalmente de conejos asilvestrados y de vez en cuando de mamíferos autóctonos, como por ejemplo el ualabí, que pesa el doble que ella. Gracias a esta revelación, el águila finalmente se ganó la amistad del hombre y la protección de la ley.

  • La grulla brolga, el casuario, el emú y el jabirú: aves curiosas de Australia
    ¡Despertad! 1996 | 8 de noviembre
    • Águila

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