-
Perdí un padre, encontré un PadreLa Atalaya 2014 | 15 de julio
-
-
Cuatro meses después me nombraron precursor especial y siervo de congregación de una pequeña congregación de la provincia de Carintia, en la ciudad de Spittal an der Drau. Por ese entonces, los precursores especiales debían predicar 150 horas mensuales. Yo no tenía compañero de precursorado, pero agradecí mucho el apoyo que me dio una hermana llamada Gertrude Lobner, quien hacía las funciones de siervo auxiliar de congregación.b
-
-
Perdí un padre, encontré un PadreLa Atalaya 2014 | 15 de julio
-
-
En aquel tiempo, la sucursal supervisaba la obra en varios países de Europa del Este y se encargaba de hacerles llegar secretamente las publicaciones. Tuve la oportunidad de trabajar con el ingenioso hermano Jürgen Rundel, quien estaba a cargo de esta labor. Más adelante supervisé la traducción a 10 lenguas de Europa del Este. Jürgen y su esposa, Gertrude, todavía sirven fielmente a Jehová; ahora son precursores especiales en Alemania.
En Austria participé en muchas facetas del ministerio, como la predicación en las calles
-