Una carta de agradecimiento
HACE algunos meses, la revista ¡Despertad! recibió una carta de una joven estudiante que decía:
“Sus revistas son las más informativas, las más fáciles de leer y comprender, las más oportunas y animadoras que jamás he leído. Transmiten la verdad de la Palabra de Dios de forma meticulosa. Tratan los acontecimientos actuales con entendimiento y ofrecen esperanza para el futuro.
”El vocabulario que utilizan es lo bastante sencillo como para que los jóvenes lo entiendan, mucho más sencillo que el de otras revistas, enciclopedias y obras de consulta. También son muy oportunas. Muchas veces me pregunto algo, y justo en el próximo número aparece la respuesta.
”Como curso estudios secundarios, tengo que investigar mucho para redactar informes y confeccionar diversos trabajos, por lo que necesito recurrir a bastantes obras de consulta. Y en esas ocasiones sus revistas me han resultado muy útiles. Me complace decir que para la mayoría de los trabajos he obtenido la información de las revistas. Siempre parece que cuando necesito un tema para un trabajo, ahí está en la revista. O cuando estudio algo en la escuela, hay un artículo sobre ese preciso tema que me ayuda a comprenderlo.
”Por ejemplo, necesitaba un tema para un trabajo de Ciencias que tenía que presentar a la Feria de la Ciencia, en la que debemos participar. Teníamos que presentar tres pósteres, un informe y una maqueta. Así que decidí trabajar en un tema por el que muchas personas se interesan estos días: el efecto invernadero. Este tema se consideraba en la revista ¡Despertad! del 8 de septiembre de 1989. Me inspiré en la ilustración de la contraportada para uno de los pósteres y en la ilustración de la página 7 para otro. El tercer póster representaba las capas de la atmósfera. Para redactar mi informe también utilicé la información recopilada en esos artículos. Mi trabajo y la forma de presentarlo gustó a todos, en especial a mi profesor de Biología. Me dio la máxima calificación, y recibí el primer premio por mi artículo sobre Ecología y Conservación del Medio Ambiente.
”Luego, en marzo, necesité un tema para un trabajo sobre primeros auxilios. Vi un artículo en la revista ¡Despertad! del 22 de marzo de 1990 sobre el asma y su tratamiento. Decidí utilizar el dibujo de la página 17 para el póster, y la información para redactar un informe. También recibí la calificación máxima.
”En nuestra clase de Historia Americana estudiábamos civilizaciones antiguas, como la maya, la azteca y la inca. Cuál no sería mi sorpresa al llegar a casa una tarde, sacar la revista ¡Despertad! del 8 de mayo de 1990 del buzón y encontrar en la página 13 un artículo sobre la civilización maya. Me puse muy contenta. Lo leí en seguida y le entregué una copia del artículo a mi profesor de Historia.
”Gracias por toda esta información tan oportuna, que me permite aprender y disfrutar con estos trabajos en lugar de tomármelos como una carga. Sin duda, las revistas son unas verdaderas joyas. Nunca querría separarme de ellas. Son sumamente útiles, en particular para jóvenes como yo, que tan fácilmente podemos dejarnos llevar por las distracciones de la vida. Mediante leer las revistas, en especial los artículos de la sección ‘Los jóvenes preguntan’, recibimos las fuerzas necesarias para rechazar estas distracciones y mantener nuestra vista fija en el premio de la vida eterna. Muchísimas gracias por su arduo trabajo al preparar estas revistas para nuestra comprensión y disfrute.”—De una lectora.