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  • Nabonido
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
    • En sus oraciones al dios-luna, registradas en varios prismas, Nabonido asocia consigo a su hijo primogénito Belsasar. (Documents From Old Testament Times, edición de D. W. Thomas, 1962, pág. 73.) Una inscripción registra que Nabonido nombró a Belsasar rey de Babilonia en su tercer año, antes de salir a la campaña que resultó en la conquista de la ciudad de Temá (Arabia). La misma inscripción indica que Nabonido ofendió a los habitantes del imperio por dar mayor importancia al culto al dios-luna y por no haberse hallado en Babilonia con motivo de la celebración del Año Nuevo. La Crónica de Nabonido indica que este permaneció en Temá los años séptimo, noveno, décimo y undécimo de su reinado, y para cada uno de estos casos la inscripción dice: “El rey no vino a Babilonia para las (ceremonias del) mes de Nisanu, Nebo no vino a Babilonia, Bel no salió (de Esagila en procesión), se omitió el festival del Año Nuevo”. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, edición de J. B. Pritchard, pág. 240.) Debido a que el texto está deteriorado, la información sobre los otros años está incompleta.

      Acerca de la ciudad oasis de Temá, se dice en varios lugares: “Embelleció la ciudad, construyó (allí) [su palacio] como el de Su·an·na (Babilonia)”. (Ancient Near Eastern Texts, edición de J. B. Pritchard, pág. 313.) Parece que Nabonido fijó su residencia real en Temá, y otros textos muestran que las caravanas de camellos llevaban allí provisiones procedentes de Babilonia. Aunque no renunció a su posición de rey del imperio, confió la administración del gobierno de Babilonia a Belsasar. Como por la ciudad de Temá pasaban las antiguas rutas de caravanas, por las que se transportaban oro y especias a través de Arabia, el interés de Nabonido en esa ciudad pudo deberse a razones económicas o bien a intereses militares. También se ha apuntado la posibilidad de que considerase aconsejable administrar los intereses del imperio por medio de su hijo. Otras razones que se han señalado para explicar la aparente preferencia de Nabonido por Temá son: el clima saludable de aquella ciudad y la importancia que tenía el culto lunar en Arabia.

      No hay disponible ninguna información sobre las actividades de Nabonido entre el duodécimo año de su reinado y el último. Como preveía la agresión de los medos y los persas bajo Ciro el Grande, había hecho un pacto con el Imperio lidio y con Egipto. La Crónica de Nabonido registra que este volvió a Babilonia en el año de la invasión medopersa, cuando se celebraba la fiesta del Año Nuevo y se introducían en la ciudad los diversos dioses de Babilonia. Con respecto al avance de Ciro, la crónica dice que después de la victoria conseguida en Opis, capturó Sippar (a unos 60 Km. al N. de Babilonia), y “Nabonid huyó”. Luego sigue el relato de la conquista medopersa de Babilonia, y se dice que Nabonido fue hecho prisionero cuando volvió a esa ciudad. (La Sabiduría del Antiguo Oriente, pág. 241.) Los escritos de Beroso, sacerdote babilonio del siglo III a. E.C., relatan que Nabonido salió a guerrear contra las fuerzas de Ciro, pero una vez fue derrotado, se refugió en Borsipa (al SSO. de Babilonia), y después de la caída de Babilonia, se rindió ante Ciro. Posteriormente se le deportó a Carmania (en la parte S. de Persia). Este registro coincide con el relato bíblico del capítulo 5 de Daniel, que indica que Belsasar era el rey en funciones de Babilonia cuando fue conquistada.

      En el capítulo 5 del libro de Daniel no se menciona directamente a Nabonido, pero debe tenerse en cuenta que el relato de Daniel hace referencia a muy pocos acontecimientos anteriores a la caída de Babilonia, y que el desplome final del imperio se narra con muy pocas palabras. Sin embargo, Daniel 5:7, 16, 29 parece aludir a la gobernación de Nabonido, pues dice que Belsasar le ofrece a Daniel ser el tercer gobernante del reino, lo que implica que Nabonido era el primero y Belsasar el segundo. El profesor Dougherty comenta al respecto: “Puede considerarse que el quinto capítulo de Daniel concuerda con los hechos al no hablar de Nabonido en la narración, puesto que parece que no tuvo ninguna participación en los acontecimientos que ocurrieron cuando Gobrias [a la cabeza del ejército de Ciro] entró en la ciudad”. (Nabonidus and Belshazzar, págs. 195, 196; véanse también las págs. 73, 170, 181; véase Da 5:1, nota.)

  • Nabonido
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
    • También es de interés señalar que en la crónica se hacen claras referencias a Belsasar. Aunque no se le menciona específicamente, a la luz de porciones posteriores del texto (col. 2, líneas 5, 10, 19, 23), Sidney Smith reconstruyó la columna 1, línea 8, de manera que en su obra Babylonian Historical Texts: Relating to the Capture and Downfall of Babylon (Londres, 1924, pág. 100), lee que Nabonido delegó en Belsasar el reinado y le hizo corregente. La crónica repite con frecuencia que el ‘príncipe heredero estaba en Akkad [Babilonia]’, mientras que Nabonido estaba en Temá (Arabia). Sin embargo, el que no se mencione por nombre a Belsasar ni se haga referencia a su muerte, en modo alguno cuestiona la exactitud del libro inspirado de Daniel, en el que el nombre de Belsasar aparece ocho veces y su muerte cierra la gráfica narración de la caída de Babilonia que se halla en el capítulo 5. Todo lo contrario, pues los expertos reconocen que la Crónica de Nabonido es extremadamente corta, y, como ya se ha indicado, opinan que se escribió para difamar a Nabonido, no para hacer un relato detallado de los hechos históricos. Como dice R. P. Dougherty en su libro Nabonidus and Belshazzar (pág. 200), “puede considerarse que el relato bíblico es superior debido a que emplea el nombre de Belsasar” (cursivas nuestras).

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