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Ha llegado “la hora del juicio”¡Manténgase alerta!
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y su final está cerca. Por tal motivo, la Biblia exhorta a gente de todo lugar: “Sálganse de ella [Babilonia la Grande] [...] si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas. Porque sus pecados se han amontonado hasta llegar al cielo, y Dios ha recordado sus actos de injusticia” (Revelación 18:4, 5).
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Ha llegado “la hora del juicio”¡Manténgase alerta!
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¿Qué debe hacer usted? Pregúntese: “¿Pertenezco aún a alguna organización religiosa manchada con enseñanzas y prácticas que la identifican con Babilonia la Grande?”. Incluso aunque no fuera así, piense en lo siguiente: “¿Me he dejado influenciar por su espíritu?”. ¿En qué consiste dicho espíritu? Se trata de una actitud en la que predomina la aceptación de valores morales degradados, el apego a los bienes materiales y a los placeres más bien que a Dios o el desprecio deliberado por las Escrituras (incluso en detalles aparentemente insignificantes). Medite antes de responder.
Para conseguir el favor de Jehová, es vital que tanto nuestros deseos como nuestros actos evidencien que no somos parte de Babilonia la Grande. No podemos demorarnos, pues la Biblia nos advierte así de su repentino fin: “Con lanzamiento veloz será arrojada abajo Babilonia la gran ciudad, y nunca volverá a ser hallada” (Revelación 18:21).
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