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¿Por qué quiebran los bancos?¡Despertad! 1986 | 22 de octubre
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¿Por qué quiebran los bancos?
EN 1970, cuando el Banco de Hawai abrió una sucursal en la isla de Yap, en la Micronesia, se enfrentó a un problema: cómo convencer a los habitantes de Yap de que depositaran su dinero en el banco. “Celebramos reuniones públicas y comenzamos explicando conocimientos elementales —dijo Dominic B. Griffin III, funcionario bancario—. En las economías rudimentarias, cualquier cosa puede ser dinero. Tuvimos que explicar por qué un cerdo no era dinero, pero que la firma de alguien en un pedazo de papel sí lo era.”
Ese problema subraya un factor fundamental: El sistema bancario moderno descansa sobre la confianza. Está fundado en la confianza que el público —tanto particulares como los negocios— cifra en los bancos con los que trata y en las instituciones que a estos respaldan.
La isla de Yap ya tenía un banco... el “banco del dinero de piedra”. Por mucho tiempo los habitantes de esta isla habían estado usando como dinero inmensas piedras en forma de rueda. Son tan grandes que no se necesita una caja fuerte en donde depositarlas y protegerlas. En lugar de esto, las colocan apoyándolas a las paredes y a los árboles que hay a lo largo de una carretera a las afueras de Colonia. Las piedras se extraen de canteras en las islas de Belau, localizadas al suroeste de Yap, y su valor se determina por lo difícil que haya sido obtenerlas y transportarlas en embarcaciones pequeñas a Yap. Al dinero de piedra nunca se le traslada de un lugar a otro. Todo habitante conoce bien cada piedra y su historia. La propiedad (no la piedra) pasa de familia a familia a medida que se compran tierras o bienes.
Por lo tanto, a la isla de Yap se le tuvo que sacar literalmente de la “edad de piedra” e introducir a la edad del moderno y electrónico sistema bancario, al mundo de las cuentas corrientes y de ahorros, del cambio de monedas, de bonos de ahorros y de remesas telegráficas. La gente tuvo que aprender a conocer el valor que tienen pedazos de papel impresos y a fiarse de los bancos que estarían manipulando dinero sin que este se viera.
Esa es la situación que existe actualmente en todo el mundo. En realidad, nadie pide a un banco que le muestre su dinero. De hecho, la mayoría de las transacciones se realizan por medios electrónicos o por cheques. El público tiene fe en que los bancos, al pedírseles o al tiempo en que se venzan los depósitos a plazo, pueden presentar en efectivo los fondos prometidos. A pesar de esto, los bancos solo mantienen en sus cajas fuertes el dinero necesario para respaldar las cantidades monetarias que rutinariamente los depositantes retiran al día. Por experiencia saben cuánto efectivo necesitan para un determinado día o una temporada. ¿Dónde, entonces, está el resto del dinero?
El negocio bancario
Los bancos son negocios. Sus fines, al igual que los de otras empresas, son lucrativos. Pero a diferencia de la mayoría de otros productos, el suyo es el dinero. En esencia, toman prestado de una fuente para dar prestado a otra. Dando prestado con una tasa de interés más elevada que con la que toman prestado, adquieren ganancias para sí mismos, sus accionistas, sus depositantes y también para sufragar los gastos de la operación del negocio. Pero los bancos también crean dinero. ¿Cómo lo hacen?
En su libro When Your Bank Fails (Cuando quiebra su banco), Dennis Turner explica lo siguiente: “El Sistema de la Reserva Federal requiere que los bancos tengan a mano solo un pequeño porcentaje de sus depósitos. Aunque estos requisitos de reserva varían dependiendo del tamaño del banco y la clase de depósitos que tenga en la actualidad [1983], lo que en promedio retienen es 8%. Si un depositante abona $100 a su cuenta, el banco puede dar prestado de ello $92. El prestatario de esta cantidad, ya sea que la gaste o la deposite en otro banco, va a crear un nuevo depósito de $92. De este se pueden dar prestados $84,64, ya que $7,36 se retienen en las reservas de caja. Así continúa este proceso en cadena, de modo que con el requisito de que se mantenga en los fondos de reserva un 8% de los depósitos, un abono de $100 puede crear dinero nuevo que alcance un total de $1.200”.
Los bancos, por lo general, prestan el máximo permitido. Pero si se difunde un rumor de que un determinado banco afronta dificultades, pudiera ser que sus depositantes perdieran la confianza en el banco y demandaran sus fondos. Entonces, incapaz de pagar bajo demanda a todos sus depositantes, el banco pudiera irse a la quiebra... a menos que el gobierno lo redimiera o que él se uniera a otro banco de más solidez. Aun bancos en buen estado financiero han quebrado debido a esto.
Otras razones que ocasionan quiebras
Frecuentemente los préstamos mismos causan dificultades al banco, especialmente cuando se hacen a largo plazo y con una tasa de interés baja. Usualmente no hay ningún problema cuando la economía permanece estable y los intereses que el banco paga por el dinero de sus depositantes u de otras fuentes son más bajos que los intereses que cobra por los préstamos que hace. Pero cuando los intereses que paga por dinero suben, como sucedió recientemente, el banco se ve en una situación en que está pagando más de lo que recibe en ingresos.
Empeora aún más la situación cuando los que tomaron préstamos no pueden pagar por ellos. Esta es la situación en que se encuentran actualmente muchos agricultores de los Estados Unidos. Esta insolvencia está ocasionando la quiebra de muchos pequeños bancos regionales. “Exactamente la mitad de los bancos que quebraron en 1985 eran bancos agrícolas, es decir, bancos con por lo menos un 25% de sus préstamos invertidos en el sector agrícola”, dice el American Banker, periódico financiero.
El fraude y la malversación son otros factores que causan quiebras bancarias. La era de las transferencias bancarias por medios electrónicos ha hecho posible un robo de fondos que en comparación deja pequeños a los antiguos asaltos a bancos. “La economía norteamericana tiene una pérdida anual de más de $500.000.000 por estas causas”, declara el diario parisién Le Figaro. “En Europa, los grandes bancos son mucho más discretos al revelar sus cifras, ya que no quieren hacer públicos sus problemas. No obstante, admiten que las pérdidas debido a los fraudes cometidos por medio de ordenadores son mayores que las ocasionadas por los asaltos y robos comunes. El fraude por medio de ordenadores se ha convertido en un azote a nuestra economía moderna. [...] Tan pronto los expertos en ordenadores descubren contraataques, salen a la luz nuevos puntos vulnerables que ciertos individuos explotan rápidamente para beneficio propio.”
Como en todo negocio, la mala administración y las prácticas comerciales deficientes también pueden causar la quiebra. De hecho, se dice que la mala administración desempeña un papel principal en la mayoría de las quiebras bancarias. Pudiera ser que los directores del banco hicieran préstamos sin respaldo a amigos o parientes. Quizás se extralimitaron en los períodos de mayor prosperidad. O tal vez la avaricia y un esfuerzo por hacerse ricos en poco tiempo los llevó a hacer inversiones imprudentes.
En algunos casos, la competencia voraz ha conducido a bancos a correr riesgos extraordinarios. Algunos se hacen víctimas de sus propias políticas demasiado agresivas tocante a préstamos. Viéndose en la necesidad de encubrir sus problemas y de mejorar los fondos de reserva y la liquidez del efectivo, algunos bancos tratan de atraer depositantes ofreciendo tasas de interés extraordinariamente altas, o hasta invierten más aún en empresas comerciales arriesgadas.
El seguro del gobierno que cubre los depósitos —que garantiza que prescindiendo de lo que ocurra, los depositantes serán reembolsados— también ha inducido a algunos bancos a no usar precaución. Pero el futuro no se puede predecir. Por ejemplo, algunas personas que invirtieron en el petróleo y en otros campos de la energía al tiempo en que estos estaban en auge y los precios eran altos se fueron a la bancarrota cuando los precios bajaron o sus empresas comerciales fracasaron. Un período deflacionario pudiera ocasionar estragos a aquellos que esperaban amortizar sus préstamos con los dólares que hubieran obtenido con mayor abundancia y a menor costo durante un período inflacionario.
Estos problemas que conducen a los fracasos bancarios no se limitan a los bancos pequeños. Algunas de las instituciones financieras más grandes del mundo también se encuentran en graves aprietos. Muchas han hecho préstamos de millones y hasta de miles de millones de dólares a países del Tercer Mundo que ahora no pueden pagar los intereses y mucho menos el capital. Esta ola de quiebras bancarias en los últimos años ha hecho surgir preguntas en todas partes del mundo. ¿Hemos depositado erróneamente nuestra confianza en el sistema bancario? Exactamente, ¿cuán seguros son los bancos?
[Fotografía en la página 5]
En el exterior de esta casa se puede apreciar el dinero de piedra de Yap
[Tabla/Ilustración en la página 6]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Quiebra de bancos (E.U.A.)a
1977 - 6
1978 - 7
1979 - 10
1980 - 10
1981 - 10
1982 - 42
1983 - 48
1984 - 79
1985 - 120
[Nota a pie de página]
a Bancos asegurados por la FDIC (siglas en inglés de la Compañía Federal de Seguros de Depósitos). Estas cifras no incluyen las quiebras de otras instituciones de ahorros. Una lista de bancos en dificultades hecha por la FDIC con fecha del 11 de marzo de 1986 contiene los nombres de otros 1.196 bancos.
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¿Cuán seguros son los bancos?¡Despertad! 1986 | 22 de octubre
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¿Cuán seguros son los bancos?
“En nuestra opinión, es sólo asunto de tiempo —un tiempo relativamente corto— hasta que los depositantes en general y a nivel mundial exijan a sus bancos el reembolso de sus depósitos, trayendo esto como consecuencia el cierre de casi todos los bancos.” (When Your Bank Fails [Cuando quiebra su banco], por Dennis Turner.)
“El sistema bancario es completamente seguro. Tenemos colocados en su debido lugar los mecanismos que se encargarían de cualquier problema que pudiera surgir, sea grande o pequeño.” (Palabras de William Isaac, ex presidente de la Compañía Federal de Seguros de Depósitos, citadas en U.S.News & World Report.)
SON pocas las personas que todavía guardan su dinero debajo del colchón. Aparte del peligro de perderlo en un incendio o en un robo, el dinero que se guarda así está estancado. No produce y con toda probabilidad merma su valor debido a la inflación o la devaluación de la moneda.
Para que se incrementen los ahorros que uno tiene, el dinero tiene que ponerse en uso. Los medios de mayor aceptación y que más se utilizan con ese fin, tanto por la seguridad que ofrecen como por los beneficios que aportan, son los bancos. Pero, ¿cuán seguros son? Por las citas ya mencionadas, se ve que existen puntos de vista muy divergentes.
¿Existe alguna razón para alarmarse?
“El entero sistema bancario mundial está muy entrelazado —explica David Rockefeller, ex presidente del Chase Manhattan Bank—. La necesidad hace que los bancos negocien mucho unos con otros, de modo que existe entre ellos una gran interdependencia.” Ningún banco o nación, por consiguiente, se mantiene en pie por sí solo. Por eso, cuando un banco quiebra, existe la preocupación de que otros fracasen junto con él y disminuye así su fiabilidad, tan esencial a la industria bancaria. Entonces existe la posibilidad de que los depositantes en otros sitios se apresuren a retirar sus fondos, ocasionando así una serie descontrolada de quiebras bancarias.
¿Existe alguna posibilidad de que el colapso bancario en algún lugar arrastre consigo al sistema bancario internacional? “Con toda seguridad, los superintendentes de la banca, tanto de los Estados Unidos como de otros países, tomarían medidas drásticas para evitar cualquier quiebra de importancia que pareciera ser inminente —dice Rockefeller—. Creo que es muy improbable que eso suceda.”
Aunque en años recientes ha habido algunos problemas serios y quiebras por todo el mundo, hasta ahora los gobiernos han intervenido para sacar de aprietos a sus instituciones financieras. “El espectro de 1929 persigue más que nunca antes a los ministros de finanzas y a los banqueros, y estos harán todo lo posible para evitar una repetición de la catástrofe financiera de hace cincuenta años... abrigando, consciente o inconscientemente, la esperanza de evitar los resultados aparentemente naturales: la guerra mundial”, explica el semanario francés L’Express. Aún así hay razón para preocuparse.
El problema de la deuda
Los bancos son inherentemente negocios arriesgados. Manipulan grandes cantidades de dinero que en su mayor parte no es de ellos. Además, crean dinero y hacen préstamos muy por encima del valor neto de su capital. Aunque quizás tomen precauciones adecuadas, los bancos saben que algunos préstamos no serán saldados. Por lo tanto, cierta cantidad de fondos se mantiene separada como reserva para cubrir las deudas no amortizadas. Pero si la cantidad de los préstamos hechos y no saldados es extraordinariamente elevada, las reservas no serán lo suficientemente amplias para cubrir las grandes pérdidas ocasionadas ni para reembolsar al público sus fondos en caso de que este lo exigiera. “Mientras mayor sea el capital en riesgo, debido a la falta de liquidación de los préstamos hechos, mayor es el debilitamiento financiero del banco”, declara la revista New York. “La bancarrota (o quiebra) ocurre cuando se agota todo el valor líquido del banco.”
En la actualidad, cada vez más bancos se encuentran en esa situación... son demasiados los préstamos que no se pagan y no hay suficiente capital para ampararlos. Es larga la lista de las razones que se dan: la crisis del petróleo, las restricciones sobre el intercambio comercial y los déficits, los descensos en la economía, la inestabilidad de las tasas de interés, la fuga de capital, la inflación, la deflación, las recesiones, las políticas sobre préstamos excesivamente agresivas, las quiebras de corporaciones, la intensa competencia, la liberalización de restricciones y hasta la ignorancia y la estupidez.
Pero existen medios para mantenerse a flote... medios que solo existen en papel. El prorrogar la fecha de vencimiento del préstamo es un medio que se utiliza con mucha frecuencia. Otro medio es alistar como capital el valor completo de los préstamos aunque haya pocas esperanzas de que se vayan a pagar en su totalidad. Una táctica que se utiliza frecuentemente es la de prestar más dinero a los prestatarios para que estos puedan pagar los intereses.
En la actualidad los bancos están empleando todos estos métodos en lo relacionado con las deudas del Tercer Mundo, que son, según muchos consideran, la mayor amenaza contra la estabilidad del sistema bancario internacional. Según una encuesta hecha por el Banco Mundial, la deuda exterior combinada de más de cien países en vías de desarrollo alcanzó el total de unos $950.000 millones (E.U.A.) para fines de 1985, lo que representa un incremento de 4,6% sobre el total del año anterior. Aunque la deuda ya es demasiado elevada, se espera que para fines de 1986 esta alcance $1,01 billones (E.U.A.). ¿Por qué? Porque muchas de esas naciones simplemente no pueden pagar y están ejerciendo presión para que se les dé más tiempo y más dinero. Teniendo en cuenta la enormidad de sus préstamos, los bancos han cedido. Alguien explicó la situación de la siguiente manera: “Si yo le debo a usted un dólar, estoy a su merced; pero si le debo un millón, usted está a merced mía”.
En el futuro siempre existe la posibilidad de que algunas de las naciones extremadamente endeudadas, cansadas de las dificultades que les aporta la austeridad de los programas, simplemente decidan no solventar ninguna de sus deudas. Los bancos no pueden forzar a ningún estado soberano a que pague. “Para los bancos, la crisis causada por la deuda mundial es algo simple de entender —declara la revista Savvy—. Ellos adquieren la mayor parte de sus ganancias haciendo préstamos, y si los países no pueden reembolsar las inmensas cantidades de dinero que piden prestadas, los beneficios bancarios, el valor de los capitales y la cotización de las acciones podrían caer precipitadamente. [...] Las considerables quiebras del Tercer Mundo podrían llevar al sistema financiero al punto de ruptura, posiblemente ocasionando el colapso de bancos importantes.”
Algunos expertos advierten que la quiebra de solo cuatro naciones —México, Brasil, Argentina y Venezuela— podría ocasionar la ruina de los nueve bancos más importantes de los Estados Unidos. “Es admirable que no hayan acontecido verdaderas quiebras —declara la revista The New York Times Magazine—. Por supuesto, uno podría decir que esto es solo asunto de palabras. Así como las guerras ya no se ‘declaran’, hoy nadie se declara ‘legalmente’ en quiebra.”
“¿Es seguro mi banco?”
¿Se puede detectar si un banco en particular es fuerte y solvente? “A la mayoría de los depositantes les es difícil o imposible averiguar en qué condición financiera se encuentra un banco en particular”, informa la revista Changing Times. El periódico The New York Times agrega: “Recientemente la experiencia ha mostrado que es sumamente difícil para las personas fuera de este campo determinar el estado de solvencia de un banco. Prácticamente todos los grandes bancos que en años recientes han fracasado o que han estado casi a punto de la quiebra estaban siendo observados muy de cerca por los analistas de acciones bancarias. [...] Ni los superintendentes de la banca ni los revisores de cuentas pudieron detectar los problemas serios, hasta que fue demasiado tarde”.
Por lo general, lo más que hace el cliente es examinar el banco superficialmente: los servicios que este ofrece y la cordialidad y prontitud con que se le atiende. De hecho, generalmente los factores que se enfatizan cuando los bancos se anuncian son: el banquero amigable, la rapidez con que se da un préstamo, las cuentas o los servicios especiales que se brindan, la conveniencia. Algunas veces se ofrecen regalos para atraer a nuevos depositantes. Pero poco se dice del estado financiero en que se encuentra el banco. Claro está que los servicios bancarios son importantes. También ha de tomarse nota de qué tipos de interés paga el banco, ya que los réditos variarán. Pero para el depositante la seguridad de su dinero es de máxima importancia.
La clave de esto está en el seguro del depósito. “El seguro que cubre los depósitos es causa de que, a menos que ocurra un colapso total del sistema bancario, estos problemas solo atañan a los banqueros y a los accionistas más bien que a los depositantes —dice la revista The Atlantic Monthly—. Es sumamente improbable que, a semejanza de lo ocurrido en el decenio de 1930, las quiebras bancarias de la actualidad ocasionen la pérdida de los ahorros personales de toda una vida.”
De modo que es bueno investigar si las cuentas del banco están aseguradas y por quién lo están. Los seguros del gobierno, por supuesto, son los mejores. Ejemplo de esto es la Compañía Federal de Seguro de Depósitos de los Estados Unidos. Algunas personas a quienes se les había dicho que sus cuentas bancarias estaban aseguradas descubrieron, tras la quiebra de su banco, que sí lo estaban, pero con una agencia privada sin suficientes fondos para reembolsar a todos los depositantes. Averigüe también cuánto es la cantidad límite que se asegura. Si su cuenta la excede, estudie la probabilidad de abrir otras cuentas en otros bancos para que todo su dinero esté asegurado.
¿Qué nos aguarda en el futuro?
Se espera que continúen las quiebras de bancos y que hasta quizás aumenten. Sin embargo, lo que es de máxima importancia al sistema bancario es que el público continúe cifrando su confianza en él. “Se desencadenaría una crisis solo si los depositantes interpretaran estas sacudidas financieras como razones para retirar su dinero de los bancos afectados”, declara la revista Fortune. Por lo tanto, se están haciendo todos los esfuerzos posibles para fortalecer el sistema y conservar su fiabilidad.
También se están poniendo en ejecución planes para reducir a un nivel más manejable la deuda de los países del Tercer Mundo y ayudarlos a cumplir con sus obligaciones. “Al fin y al cabo el enorme déficit financiero lo absorberán los contribuyentes del mundo entero”, declara Albin Chalandon, ex Ministro de Planificación Industrial de Francia.
¿Cuán seguros, entonces, son los bancos? Un funcionario bancario lo explicó de la siguiente manera: “Los bancos son tan seguros como lo son los gobiernos que los respaldan”. Aunque eso por ahora quizás tranquilice, hace que las personas pensadoras pausen y piensen. ¿Por qué? Porque la Biblia predice que todos los gobiernos terrestres serán destruidos completamente y reemplazados por el Reino eterno de Dios. (Daniel 2:44.) También hace mención de los acontecimientos que tendrían lugar en este siglo XX como señal de la conclusión del actual sistema de cosas. (Mateo 24:3, 6, 7, 21, 22.)
La Biblia describe que la gente en ese tiempo hasta arrojaría a las calles su oro y plata por considerarlos inservibles para la salvación. (Ezequiel 7:19; Sofonías 1:18.) Si ese va a ser el caso con relación a estas sustancias de gran valor, ¿cuán fiables pueden ser la moneda nacional y las instituciones financieras que de ellas dependen? ¡Los gobiernos que las apoyan ya no existirán!
Por eso Jesús aptamente advirtió: “Dejen de acumular para sí tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran por fuerza y hurtan. Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón [...] No pueden ustedes servir como esclavos a Dios y a las Riquezas”. (Mateo 6:19-21, 24.)
[Ilustración en la página 8]
Si fracasaran muchos de los grandes bancos se pudiera precipitar una serie descontrolada de quiebras que causarían el colapso del entero sistema bancario
[Recuadro en la página 9]
La situación bancaria... lo que otros dicen
● “No es exagerado decir que los gobiernos de decenas de naciones plagadas por deudas, el Fondo Monetario Internacional, la Junta de la Reserva Federal y centenares de bancos norteamericanos y extranjeros se enfrentan todos a la vez a la crisis financiera más severa y de mayor envergadura que ha habido desde los años treinta.” (La revista New York.)
● “Las normas actuales solo ofrecen una protección sumamente insegura. La seguridad financiera del mundo pende de un hilo. La crisis en el endeudamiento no solo amenaza el crecimiento de los países en vías de desarrollo, sino que también amenaza la estabilidad del sistema bancario de los países industriales.” (Un informe de un grupo de expertos del Commonwealth, publicado en el periódico londinense The Guardian.)
● “La inmensa deuda que las naciones del Tercer Mundo tienen con los bancos de los Estados Unidos descansa como un alud sobre el sistema bancario norteamericano.” (El semanario The New York Times Magazine.)
● “El total de la deuda mundial es tan masivo que ha creado en la banca internacional los cimientos para una crisis de endeudamiento.” “La ironía máxima de la crisis de la deuda mundial es que los bancos se encuentran tan sumidos en ella que no pueden escapar sin derrumbar el entero sistema.” (La revista Savvy.)
● “La situación de hoy es más crítica y peligrosa que la de los años treinta.” (Kurt Richebächer, economista de Alemania Occidental, según informa la revista U.S.News & World Report.)
[Tabla en la página 10]
Diecisiete países en vías de desarrollo con vastas deudas
País Deuda exterior Porcentaje de la
(en miles de millones deuda pagadero a
de $ E.U.A.) entidades privadasa
Argentina 50,8 86,8
Bolivia 4,0 39,3
Brasil 107,3 84,2
Chile 21,0 87,2
Colombia 11,3 57,5
Costa de Marfil 8,0 64,1
Costa Rica 4,2 59,7
Ecuador 8,5 73,8
Filipinas 24,8 67,8
Jamaica 3,4 24,0
Marruecos 14,0 39,1
México 99,0 89,1
Nigeria 19,3 88,2
Perú 13,4 60,7
Uruguay 3,6 82,1
Venezuela 33,6 99,5
Yugoslavia 19,6 64,0
Total 445,9 80,8
Fuente: World Debt Tables (Tablas de la Deuda Mundial), edición de 1985-1986, publicada por el Banco Mundial, Washington, D.C.
[Nota a pie de página]
a Principalmente bancos comerciales
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