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Un largo litigio culmina en victoriaLa Atalaya 2011 | 15 de julio
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A pesar de estos testimonios, el 26 de marzo de 2004, la juez prohibió las actividades de los testigos de Jehová en la capital. Y el 16 de junio de 2004, el Tribunal de la Ciudad de Moscú confirmó la decisión.d Comentando sobre el veredicto, un Testigo con décadas de experiencia señaló: “En la era soviética, el ciudadano ruso tenía que ser ateo; hoy, tiene que ser ortodoxo”.
¿Cómo reaccionaron los hermanos ante la prohibición oficial? Del mismo modo que el fiel Nehemías. Ni él ni su pueblo se dejaron acobardar por la oposición de sus enemigos a que reconstruyeran las murallas de Jerusalén. Por el contrario, siguieron “edificando el muro, [...] y el pueblo continuó teniendo corazón para trabajar” (Neh. 4:1-6). Igualmente, nuestros hermanos de Moscú no permitieron que sus adversarios los apartaran de la obra que debemos realizar en la actualidad: la predicación de las buenas nuevas (1 Ped. 4:12, 16). Seguros de que Jehová los cuidaría, estaban listos para iniciar la cuarta etapa de este largo conflicto.
AUMENTAN LAS HOSTILIDADES
El 25 de agosto de 2004, los hermanos presentaron una petición al entonces presidente de Rusia, Vladimir Putin, en la que manifestaban su gran inquietud por la prohibición. El documento y las 315.000 firmas que lo respaldaban llenaban un total de 76 volúmenes. Entretanto, la Iglesia Ortodoxa Rusa reveló abiertamente su postura. Un portavoz del Patriarcado de Moscú declaró: “Estamos firmemente en contra de las actividades de los testigos de Jehová”. Y un líder musulmán mencionó que la prohibición constituía “un hito histórico muy positivo”.
Como cabía esperar, hubo personas que se dejaron llevar por las falsas acusaciones y comenzaron a atacar a los Testigos. Algunos de ellos recibieron puñetazos y puntapiés mientras predicaban en la capital. Un opositor enfurecido echó de un edificio a una hermana y le dio una patada tan fuerte en la columna que la hizo caer al suelo y golpearse la cabeza. Aunque tuvo que recibir atención médica, la policía no tomó ninguna medida contra el agresor. A otros Testigos los arrestaron, les tomaron las huellas dactilares, los fotografiaron y los tuvieron una noche en el calabozo. Los administradores de algunos locales donde se celebraban las reuniones cristianas fueron amenazados con ser despedidos si seguían alquilándoselos a los Testigos. De la noche a la mañana, muchas congregaciones se quedaron en la calle. De hecho, cuarenta de ellas tuvieron que compartir el mismo complejo de cuatro Salones del Reino, y una se vio obligada a celebrar la Reunión Pública a las siete y media de la mañana. “Para asistir —comenta un superintendente viajante—, los publicadores tenían que levantarse a las cinco de la mañana, y lo estuvieron haciendo con buen ánimo por más de un año.”
SIRVIÓ “PARA UN TESTIMONIO”
Con el objeto de dejar establecido que la prohibición era ilegítima, nuestros abogados recurrieron en diciembre de 2004 al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (véase el recuadro de la página 6 “¿Por qué se revisa en Francia un veredicto de Rusia?”). Seis años más tarde, el 10 de junio de 2010, esta corte absolvió unánimemente a los testigos de Jehová de todos los cargos.e La sentencia hizo un repaso de las acusaciones y determinó que carecían de fundamento. También señaló que Rusia tiene la obligación legal de “poner fin a la violación constatada por este tribunal y revertir los efectos en la medida de lo posible” (véase el recuadro de la página 8 “El veredicto”)
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d La proscripción eliminó del registro la entidad legal que representaba a las congregaciones moscovitas. Con esa medida, los opositores querían poner obstáculos al ministerio de los Testigos.
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