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  • La belleza más importante
    ¡Despertad! 2004 | 22 de diciembre
    • La importancia de la belleza interior

      La Biblia nos asegura que el Creador, Jehová Dios, valora mucho la belleza interior. Veamos algunos ejemplos.

      Cuando Jehová le dijo a Samuel que escogiera un rey para Israel de entre los hijos de Jesé, el apuesto Eliab captó su atención. “Con toda seguridad este es el hombre que el Señor ha escogido como rey”, pensó Samuel. Pero Jehová le dijo: “No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón” (1 Samuel 16:6, 7, Versión Popular).

      El escogido resultó ser David, el hijo más joven. Aunque se dice que tenía “hermosos ojos” y “gallarda apariencia”, es posible que su aspecto no fuera tan deslumbrante como el de sus hermanos mayores. Sin embargo, “el espíritu de Jehová empezó a entrar en operación sobre David desde aquel día en adelante”. Pese a que no era perfecto y cometió errores graves, David sobresalió por su buen corazón y su historial de fiel servicio a Jehová hasta el día de su muerte (1 Samuel 16:12, 13). No cabe duda de que fue su belleza interior lo que principalmente agradó a Dios.

      Analicemos, a modo de contraste, el caso de uno de sus hijos: Absalón. Pese a su envidiable aspecto, resultó ser una persona indeseable. La Biblia dice sobre él: “Ahora bien, en comparación con Absalón no se hallaba ningún hombre tan hermoso en todo Israel como para ser alabado tanto. Desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza no se hallaba en él defecto alguno” (2 Samuel 14:25). No obstante, su ambición lo empujó a rebelarse contra su propio padre y a usurpar el trono. Incluso llegó a violar a las concubinas de su progenitor. Como resultado, provocó la ira divina y sufrió una muerte dolorosa (2 Samuel 15:10-14; 16:13-22; 17:14; 18:9, 15).

      ¿Le atrae alguien como Absalón? Seguro que no. En conjunto, era un personaje desagradable. Su extraordinario aspecto físico no compensaba su arrogancia ni su deslealtad, ni tampoco pudo evitar su perdición. Por otro lado, la Biblia ofrece numerosos ejemplos de personas sabias y atrayentes de quienes no se menciona nada acerca de su apariencia física. Parece obvio que lo más importante era su belleza interior.

  • La belleza más importante
    ¡Despertad! 2004 | 22 de diciembre
    • Sin embargo, podemos cultivar cualidades atrayentes que nos permitan alcanzar la verdadera belleza interior. Las Santas Escrituras indican: “El encanto puede ser falso, y la belleza puede ser vana; pero la mujer que teme a Jehová es la que se procura alabanza”. Y, por el contrario, advierten: “Como nariguera de oro en el hocico de un cerdo, así es la mujer que es bella, pero que está apartándose de la sensatez” (Proverbios 11:22; 31:30).

      La Palabra de Dios nos ayuda a valorar “la persona secreta del corazón en la vestidura incorruptible del espíritu quieto y apacible, que es de gran valor a los ojos de Dios” (1 Pedro 3:4). Así es, esa belleza interior es mucho más importante que la física. Y está al alcance de todos.

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