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  • La pregunta más importante de todas
    ¡Despertad! 2011 | noviembre
    • La pregunta más importante de todas

      “¿PODRÍA haber una pregunta más importante en la existencia humana que la de si existe Dios?”, planteó el genetista Francis S. Collins. Y tiene razón. Después de todo, si Dios no existe, entonces no hay más que esta vida, y tampoco hay una autoridad suprema en materia moral.

      La razón por la que algunas personas dudan de la existencia de Dios es que un buen número de científicos no cree en él. Sin embargo, a veces la opinión popular puede estar muy desencaminada, como se mostrará en el siguiente artículo.

      Lamentablemente, muchas religiones han contribuido a la confusión al enseñar ideas que contradicen los hechos comprobados por la ciencia. Un ejemplo destacable es la noción antibíblica de que Dios creó el mundo en seis días de veinticuatro horas hace unos cuantos miles de años.

      Desconcertados ante las teorías y filosofías contradictorias que se ofrecen, muchos dejan de buscar la verdad sobre la existencia de Dios. Pero ¿habrá algo de mayor trascendencia y que tenga consecuencias más profundas que encontrarle respuesta convincente a tan fundamental cuestión? Es cierto que nadie ha visto a Dios, pero también lo es que nadie presenció el nacimiento del universo y la vida; por eso, sea que uno crea en Dios o no, su punto de vista implica cierto grado de fe. ¿En qué sentido?

      La fe verdadera se basa en pruebas sólidas

      La fe constituye —al menos en cierta medida⁠— un elemento significativo de nuestra vida. Aceptamos un empleo con la convicción de que nos pagarán. Sembramos semillas con la esperanza de que van a germinar. Confiamos en nuestros amigos. Y no dudamos de las leyes que regulan el universo. Se trata de una convicción informada, basada en pruebas. De la misma manera, la fe en que hay un Dios se apoya en pruebas.

      La Biblia dice en Hebreos 11:1: “Fe es [...] la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen”. Otra versión dice: “La fe [...] es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver” (Nueva Traducción Viviente). Ilustrémoslo con un ejemplo. Supongamos que usted va caminando por la playa cuando, de repente, siente que el suelo tiembla y ve que las aguas se retiran de la costa. Inmediatamente reconoce el significado de estos fenómenos, pues son señal de que se aproxima un tsunami. En este caso, el temblor de tierra y la retirada del mar constituyen una “demostración evidente” de una realidad que aún no se ve: la gigantesca ola que avanza en dirección suya. Su fe informada lo mueve entonces a buscar refugio en un lugar alto.

      La fe en Dios también debe ser una fe informada, que nazca de pruebas contundentes; solo así será posible aceptar a Dios como una realidad “que no podemos ver”. ¿Hace falta ser científico para evaluar las pruebas? No. El químico Vladimir Prelog, galardonado con el premio Nobel, reconoció que ni siquiera “los ganadores del premio Nobel saben más acerca de Dios, la religión y la vida después de la muerte que las demás personas”.

      Un corazón sincero y la sed de saber la verdad deberían impulsarnos a examinar las pruebas con imparcialidad y dejar que nos lleven en la dirección correcta. ¿Cuáles son esas pruebas?

      [Ilustración la página 3]

      El labrador tiene fe en que las semillas van a germinar y crecer

  • Examinemos las pruebas
    ¡Despertad! 2011 | noviembre
    • Examinemos las pruebas

      USTED se encuentra en una isla lejana y desierta. Un día, paseando por la playa, descubre sobre una piedra la siguiente inscripción: “John 1800”. ¿Pensaría que, por ser una isla apartada y despoblada, las marcas son el producto del desgaste causado por el viento o el agua? ¡Claro que no! Más bien, llegaría a la conclusión lógica de que alguien debió hacerlas. ¿Por qué? Primero, porque una serie bien definida de letras y números —aunque estén en otro idioma⁠— no es algo que se dé de manera natural; y segundo, porque la inscripción comunica un mensaje con sentido, lo que indica que es obra de un ser inteligente.

      Todos los días nos encontramos con información codificada en más de una forma: letras del alfabeto, braille, gráficos, notas musicales, lenguaje oral, gestos con las manos, señales de radio o programas informáticos, los cuales utilizan un código binario de ceros y unos. El medio para transmitir la información puede ser prácticamente cualquier cosa, desde la luz y las ondas de radio hasta el papel y la tinta. Sea como sea, la gente siempre asocia la información que tiene sentido con una mente inteligente... excepto cuando se halla contenida en una célula viva. Tal información, dicen los evolucionistas, apareció así como así o se escribió sola de algún modo. ¿Es eso cierto? Examinemos las pruebas.

      ¿Se escribe sola la información compleja?

      Protegido en el interior del núcleo de casi todas las células del cuerpo, se encuentra un sorprendente código llamado ácido desoxirribonucleico (sus siglas son ADN). La molécula de ADN está formada por dos largas hebras retorcidas como una escalera de caracol. Nuestro ADN es como una receta, o programa, que dirige la formación, crecimiento, mantenimiento y reproducción de los billones de células que componen el cuerpo. Las unidades básicas del ADN se llaman nucleótidos y se designan con las letras A, C, G y T, dependiendo de la base química que contengan.a Al igual que las letras del alfabeto, estos cuatro caracteres se pueden combinar de múltiples maneras con el fin de formar “oraciones”, es decir, instrucciones para los procesos que tienen lugar en el interior de la célula, como el de la replicación.

      El conjunto total de la información contenida en el ADN se denomina genoma. Algunas secuencias de letras de su ADN son exclusivamente suyas y de nadie más, pues el ADN es el portador de su información hereditaria (el color de sus ojos o su piel, la forma de su nariz, etc.). En palabras llanas, su genoma es como una inmensa biblioteca de recetas para cada parte de su cuerpo, y el producto final es usted.

      ¿Cuál es el tamaño de esta “biblioteca”? Su longitud es de unos tres mil millones de “letras”, o nucleótidos (bases). Si se trasladaran al papel, ocuparían 200 guías telefónicas de 1.000 páginas cada una, según el Proyecto Genoma Humano.

      Estos hechos evocan una hermosa oración a Dios que se escribió hace unos tres mil años. Se encuentra en la Biblia, en Salmo 139:16, y dice: “Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas”. Aunque, obviamente, el salmista no estaba pensando en términos de ciencia, expresó en lenguaje sencillo un concepto asombrosamente exacto para ilustrar el extraordinario poder y sabiduría de Dios. ¡Qué distinto de otros libros religiosos de la antigüedad que abundan en mitos y supersticiones!

      ¿Quién organizó la “biblioteca”?

      Si la razón dicta que una inscripción grabada sobre una piedra tiene que ser obra de un ser inteligente, ¿no debería serlo también la información contenida en el ADN, que es infinitamente más compleja y significativa? Al fin y al cabo, la información es información, independientemente de dónde se halle o qué forma adopte. Donald E. Johnson, doctor en Química y especialista en Ciencias de la Información y la Informática, declaró que las leyes de la química y la física son incapaces de generar por sí mismas información compleja o sistemas que la procesen. Y es lógico que cuanto más compleja sea la información, más inteligente será su autor. Un niño puede escribir “John 1800”, pero solo una mente sobrehumana pudo haber escrito el código de la vida. Es más, como señala la revista Nature, “la complejidad de la biología parece haber aumentado en órdenes de magnitud” con cada nuevo descubrimiento.

      Atribuir la compleja biblioteca de información del ADN a procesos ciegos y azarosos contradice la razón y la experiencia.b Además, exige un acto monumental de fe.

      En sus intentos de borrar del panorama a Dios, los evolucionistas han sacado a veces conclusiones que más adelante han resultado estar equivocadas. Veamos a título de ejemplo la idea de que nuestro genoma es 98% “basura”, una biblioteca de recetas que contiene miles de millones de palabras inútiles.

      ¿De verdad es “basura”?

      Desde hace tiempo, los biólogos han sostenido que el ADN es una receta para la fabricación de proteínas y nada más. No obstante, con los años se ha descubierto que solo un 2% del genoma consiste en codificadores de proteínas. ¿Cuál es el propósito del 98% restante? Este ADN misterioso “fue calificado inmediatamente de basura evolutiva”, observó John S. Mattick, profesor de Biología Molecular de la Universidad de Queensland en Brisbane (Australia).

      El término ADN basura fue acuñado por el evolucionista Susumu Ohno. En su artículo “So Much ‘Junk’ DNA in Our Genome” (Tanto ADN “basura” en nuestro genoma), el científico afirmó que las secuencias sobrantes de ADN “son vestigios de experimentos fallidos de la naturaleza”. Y añadió: “La Tierra está llena de restos fósiles de especies que han desaparecido; ¿debería, entonces, extrañarnos que nuestro genoma también esté lleno de los restos de genes extintos?”.

      ¿Qué repercusiones tuvo en el estudio de la genética el concepto del ADN “basura”? En palabras del biólogo molecular Wojciech Makalowski, esta forma de pensar “ahuyentó a los investigadores e impidió que estudiaran el ADN no codificante [o basura]”, con la excepción de un reducido número de científicos que, “corriendo el riesgo de ser ridiculizados, exploraron territorios poco populares”. Makalowski señala que “gracias a ellos, la visión que se tenía del ADN basura [...] empezó a cambiar a principios de la década de 1990”. Además, lo que solía llamarse “basura”, hoy es catalogado por los biólogos en general como “un tesoro genómico”.

      El citado profesor Mattick opina que la teoría del ADN “basura” es un clásico ejemplo de cómo la tradición científica “puede desvirtuar la interpretación de las observaciones”. Y agrega: “Haber ignorado la posibilidad de que estas secuencias desempeñaran una función importante bien puede pasar a la historia como uno de los más grandes errores sufridos por la biología molecular”. La ciencia debe determinar la verdad sobre la base de las pruebas, no por votación popular. Siendo así, ¿qué revelan las pruebas recientes sobre la función del ADN “basura”?

      Para qué sirve la “basura”

      En una fábrica de automóviles hay maquinaria para elaborar diferentes piezas, las cuales podemos asemejar a las proteínas que se elaboran en una célula. La fábrica también necesita aparatos y sistemas que ensamblen todas esas piezas paso a paso y que controlen las tareas de ensamblaje. Lo mismo sucede con los procesos que tienen lugar en el interior de la célula. Aquí es donde, según los investigadores, entra en juego el ADN “basura”. Gran parte de este contiene la receta para formar un tipo de molécula compleja llamada ácido ribonucleico (ARN) regulador, que desempeña un papel esencial en el desarrollo y funcionamiento de la célula.c “La mera existencia de estos reguladores exóticos —afirma el biólogo matemático Joshua Plotkin en la revista Nature⁠— indica que nuestra comprensión de las cosas más elementales [...] es increíblemente simplista.”

      Una buena fábrica necesita, además, sistemas de comunicación eficaces. Otro tanto ocurre con la célula. Tony Pawson, biólogo celular de la Universidad de Toronto (Ontario, Canadá), explica: “La información de señalización en las células se transmite a través de redes de información y no de simples rutas aisladas”, lo que hace que el entero proceso sea “infinitamente más complejo” de lo que se creía. De hecho, el genetista Leonid Kruglyak, de la Universidad de Princeton, dijo que “muchos de los mecanismos y principios que regulan el comportamiento intercelular e intracelular siguen siendo un misterio”.

      Cada nuevo descubrimiento sobre la célula apunta a niveles más y más altos de orden y complejidad. Entonces, ¿por qué se aferran tantas personas a la noción de que la vida y el sistema de información más sofisticado que el hombre haya conocido son producto de un proceso evolutivo aleatorio?

      [Notas]

      a Cada nucleótido contiene una de cuatro bases químicas: adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T).

      b Supuestamente, la evolución ocurrió como resultado de las mutaciones, hipótesis que se resumirá en el siguiente artículo.

      c Los estudios recientes señalan que las largas moléculas de ARN no codificante son bastante complejas y, además, necesarias para el desarrollo normal de la célula. Se ha descubierto que las fallas en estas moléculas están vinculadas a muchas enfermedades, como diversos tipos de cáncer, psoriasis y hasta la enfermedad de Alzheimer. Es probable que lo que un día se calificó de “basura” encierre la clave para el diagnóstico y tratamiento de varias enfermedades.

      [Recuadro de la página 5]

      ¿CUÁNTO MIDE SU ADN?

      El ADN de una sola de sus células mide extendido dos metros (seis pies). Si se extraen las hebras de ADN de los billones de células que forman su cuerpo y se ponen una detrás de la otra, su longitud total equivaldría, según ciertos cálculos, a casi seiscientos setenta viajes de ida y vuelta de la Tierra al Sol. Recorrer esa distancia a la velocidad de la luz le tomaría aproximadamente ciento ochenta y cinco horas.

  • ¿Qué explicación es más razonable?
    ¡Despertad! 2011 | noviembre
    • ¿Qué explicación es más razonable?

      NINGÚN ser humano presenció el surgimiento de la vida en la Tierra, como tampoco nadie ha visto un organismo evolucionar hasta convertirse en otro; por ejemplo, un reptil en mamífero.a Así que para llegar a conclusiones sobre el origen de la vida, tenemos que fundarnos en las pruebas existentes. Y tenemos que dejar que estas hablen por sí solas en vez de forzarlas para que digan lo que queremos.

      Sin embargo, muchos ateos ven la ciencia a través del lente del materialismo, doctrina filosófica que atribuye el origen de la vida a causas puramente materiales. “Tenemos un compromiso previo [...] con el materialismo —escribió el evolucionista Richard C. Lewontin⁠—. Ese materialismo es absoluto, porque no podemos permitir que la divinidad meta el pie en la puerta.” Es natural, pues, que los materialistas abracen la única alternativa que les queda: la evolución.

      Las personas religiosas también tienen ideas preconcebidas que distorsionan su actitud hacia la ciencia. Por ejemplo, como ya se mencionó, algunos creacionistas se aferran a la noción equivocada de que Dios formó el mundo en seis días de veinticuatro horas hace unos cuantos miles de años. Al estar comprometidos con esta interpretación extremadamente literal de la Biblia, tratan de hacer encajar las pruebas a la fuerza (véase el recuadro “¿Cuánto dura un ‘día’?”, de la página 9). Como vemos, quienes interpretan de manera extremada ya sea la Biblia o la ciencia se quedan sin respuestas satisfactorias cuando intentan demostrar el fundamento de su fe.

      ¿Qué explicación encaja con todos los hechos?

      Algunos evolucionistas creen lo siguiente con respecto al origen de las complejas moléculas que componen los organismos vivos:

      1. De alguna manera, los elementos primordiales se combinaron para formar moléculas básicas.

      2. Dichas moléculas se enlazaron siguiendo las secuencias exactas para formar ADN, ARN y proteínas con la capacidad de almacenar la información necesaria para los procesos esenciales de la vida.

      3. Las moléculas formaron de algún modo las secuencias precisas para replicarse a sí mismas. Sin la replicación no puede haber desarrollo evolutivo; es más, ni siquiera puede haber vida.

      ¿Cómo se formaron las moléculas de la vida y cómo adquirieron sus asombrosas capacidades sin un diseñador inteligente? Los investigadores evolutivos no pueden explicar o responder de manera satisfactoria las preguntas sobre el origen de la vida. En efecto, quienes niegan la intervención de un Creador atribuyen poderes divinos a las moléculas y las fuerzas naturales ciegas.

      Ahora bien, ¿qué indican los hechos? Las pruebas no muestran que las moléculas se conviertan en formas de vida complejas, sino todo lo contrario: las leyes físicas dictan que las cosas complejas —las máquinas, las casas y hasta las células⁠— se desintegran con el tiempo.b Los evolucionistas, sin embargo, afirman lo opuesto. Por ejemplo, el libro Evolution for Dummies (La evolución para tontos) dice que la evolución tuvo lugar porque la Tierra “recibe muchísima energía del Sol, y esa energía es el motor de la complejidad”.

      Es cierto que se necesita energía para transformar el desorden en orden; por ejemplo, para armar una casa con ladrillos, tablas y clavos. Pero esa energía debe ser controlada cuidadosamente y empleada con precisión. ¿Por qué? Porque la energía descontrolada tiende a acelerar la descomposición de las cosas, tal como la energía del Sol y de los elementos atmosféricos puede precipitar el deterioro de un edificio.c Los defensores de la evolución no pueden explicar a satisfacción cómo es posible que la energía se dirija a sí misma para crear.

      Por otro lado, cuando se ve la vida y el universo como la obra de un Creador sabio que posee “abundancia de energía dinámica”, es posible explicar no solo la complejidad de los sistemas de información de la vida, sino también las fuerzas finamente sincronizadas que rigen la materia, desde las vastas galaxias hasta los diminutos átomos (Isaías 40:26).d

      La creencia en un Creador también armoniza con la idea generalmente aceptada de que el universo físico tuvo un comienzo. “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”, afirma Génesis 1:1.

      Con cada nuevo descubrimiento, la filosofía del materialismo se hace invariablemente más difícil de defender, lo que ha movido a algunos ateos a reexaminar sus puntos de vista.e En consecuencia, han llegado a la conclusión de que las maravillas del universo son prueba visible de “las cualidades invisibles” y el “poder sempiterno” de nuestro Creador, Jehová Dios (Romanos 1:20). ¿Por qué no plantearse la posibilidad de considerar este asunto más a fondo? Nada podría ser más importante ni tener consecuencias más profundas.f

      [Notas]

      a El biólogo Ernst Mayr, aunque firme creyente en la evolución, admitió que “el registro fósil es un registro discontinuo”, ya que los nuevos tipos de organismos aparecen de repente.

      b Dicha desintegración obedece a lo que los científicos llaman la segunda ley de la termodinámica. En pocas palabras, esta ley establece que el orden tiende naturalmente al desorden.

      c El ADN puede sufrir alteraciones debido a las mutaciones, que son provocadas por agentes como la radiación o ciertas sustancias químicas; sin embargo, las mutaciones no crean nuevas especies (véase el artículo “¿Es la evolución una realidad?”, de ¡Despertad! de septiembre de 2006).

      d Véase el libro ¿Existe un Creador que se interese por nosotros?, editado por los testigos de Jehová.

      e Véase el artículo “Fui ateo desde pequeño”, de ¡Despertad! de noviembre de 2010.

      f Para más información sobre la creación y la evolución, véanse los folletos ¿Es la vida obra de un Creador? y El origen de la vida. Cinco cuestiones dignas de análisis, editados por los testigos de Jehová.

      [Recuadro de la página 8]

      ¿ESTÁ EL HOMBRE EVOLUCIONANDO O DETERIORÁNDOSE?

      A algunos científicos les preocupa mucho el hecho de que el genoma humano se está deteriorando debido a la acumulación de mutaciones, o imperfecciones. De ser cierto, esto echaría por tierra la hipótesis de que estamos evolucionando, o mejorando. Pero si fue Dios quien creó el genoma, ¿por qué tiene defectos? La Biblia nos dice lo que la ciencia no puede: que la imperfección humana es consecuencia del pecado, o sea, de la desobediencia a Dios. “Por medio de un solo hombre [Adán] el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado”, explica Romanos 5:12. El deterioro del genoma es un argumento en contra de la evolución y en favor de la Biblia. ¿Continuará por siempre este deterioro? No. Dios ha prometido tomar cartas en el asunto y deshacer el daño causado por nuestros primeros padres. En efecto, será el Creador, no la ciega evolución, quien perfeccione nuestro genoma (Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4).

      [Recuadro de la página 9]

      ¿CUÁNTO DURA UN “DÍA”?

      En la Biblia se emplea la palabra día para aludir a diversos períodos de tiempo. Por ejemplo, Génesis 2:4 se refiere al entero período creativo de seis días como “el día que Jehová Dios hizo tierra y cielo”. Cada día creativo debió de extenderse por un período considerable de tiempo. Interesa resaltar que aunque la Biblia menciona específicamente el final de cada uno de los primeros seis días, no hace lo mismo con respecto al séptimo. ¿Por qué? Porque aún no termina (Génesis 2:3; Hebreos 4:4-6, 11).

      [Ilustración de la página 8]

      Las cosas tienden a deteriorarse si no reciben mantenimiento

      [Ilustración de las páginas 8 y 9]

      El poder de Dios y otras cualidades suyas se manifiestan en el universo

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