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El derecho a creerLa Atalaya 2001 | 1 de agosto
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Algo similar ha sucedido con la religión, un campo en el que se dan enormes contradicciones (1 Timoteo 4:1, 2; 2 Timoteo 4:3, 4). Unos tienen profunda fe en Dios; otros afirman que no hay pruebas de su existencia. Algunas personas sostienen que el hombre posee un alma inmortal que sobrevive a la muerte; otras, que cuando morimos dejamos por completo de existir. Es obvio que no todas estas ideas opuestas pueden responder a la verdad. ¿No sería prudente, por tanto, analizar si lo que creemos es cierto y no simplemente algo en lo que deseamos creer? (Proverbios 1:5.) Examinemos esta cuestión en el siguiente artículo.
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¿En qué se fundan sus creencias?La Atalaya 2001 | 1 de agosto
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AHORA bien, ¿por qué querría alguien cambiar de religión o creencias? “Ya tengo mis creencias y estoy satisfecho con ellas”, suele decirse. Además, mucha gente considera que hasta ideas equivocadas resultan bastante inofensivas. Por ejemplo, el que alguien crea que la tierra es plana probablemente no le haga daño ni a él ni a nadie. Hay quienes callan y otorgan con tal de no discutir. No obstante, ¿es ese siempre el mejor proceder? ¿Se callaría un médico si un colega suyo examinara cadáveres en el depósito y entonces entrara directamente en la sala de un hospital para atender a sus pacientes?
En el campo de la religión, las creencias equivocadas han causado mucho daño a lo largo de la historia. Considere los horrores que provocaron los dirigentes eclesiásticos durante la Edad Media, cuando en las llamadas Santas Cruzadas “incitaron a la violencia despiadada a los exaltados cristianos”. Y qué decir de los “cristianos” combatientes en cierta guerra civil de la actualidad, los cuales “pegaban estampas de la Virgen en la culata de sus rifles, tal como los guerreros medievales llevaban nombres de santos en la empuñadura de la espada”. Aunque todos estos fanáticos pensaban que les asistía la razón, resulta obvio que, tanto en estas como en otras luchas y contiendas religiosas, algo estaba francamente mal.
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