-
1. Nos ayuda a evitar problemasLa Atalaya (público) 2018 | Núm. 1
-
-
1. Nos ayuda a evitar problemas
La Biblia afirma que sus consejos son inspirados y provechosos “para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas” (2 Timoteo 3:16). ¿Es eso verdad? Veamos cómo la sabiduría de la Biblia ha ayudado a la gente a evitar que algunos de los peores problemas de la vida se agraven.
EL ABUSO DEL ALCOHOL
Diana, mencionada en el artículo anterior, sintió que la ansiedad la estaba empujando a beber cada vez más. La Biblia no prohíbe el consumo moderado de bebidas alcohólicas, pero sí dice: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso” (Proverbios 23:20). El abuso del alcohol se asocia con problemas graves de salud, relaciones dañadas o rotas, y millones de muertes prematuras todos los años. Si las personas siguieran los sabios consejos de la Biblia, podrían evitarse muchas de esas consecuencias.
Eso hizo Diana, quien ahora dice: “Me di cuenta de que la bebida no calmaba mi ansiedad. Puse en práctica el buen consejo de Filipenses 4:6, 7: ‘No se inquieten por cosa alguna, sino que [...] dense a conocer sus peticiones a Dios’. Todas las noches, cuando mis pensamientos iban a mil por hora, oraba a Jehová y le contaba cómo me sentía: mi rabia, mi dolor, mi desesperación... y le pedía que me ayudara a ser más positiva. Al día siguiente, hacía todo lo posible por dejar atrás esos sentimientos negativos. Orar a Jehová me ayudaba a concentrarme en lo que tenía y no en lo que no tenía. Decidí no volver a beber alcohol nunca más porque valoraba mucho la paz que había encontrado y no estaba dispuesta a perderla”.
LA INMORALIDAD SEXUAL
Hay pocas cosas que causen más dolor y sufrimiento que la inmoralidad sexual. Sin embargo, los principios bíblicos pueden evitarnos todo ese dolor porque tratan algunas de las causas, como el coqueteo inapropiado o la pornografía. Un hombre joven llamado Samuel comenta: “Coquetear era tan fácil... A veces, la otra persona ni siquiera me atraía, pero notaba que yo sí le gustaba, y eso lo hacía divertido”. Al final, como le acusaban tanto de coquetear, incluso cuando no era su intención, Samuel decidió hacerlo a propósito, pero le remordía la conciencia. Ahora dice: “Coquetear es dañino, hace que te vuelvas muy egoísta”.
Samuel leyó un artículo para los jóvenes en el sitio de Internet jw.org. También pensó en Proverbios 20:11, que dice: “Hasta por sus prácticas el muchacho se da a conocer en cuanto a si su actividad es pura y recta”. ¿Cómo le ayudó este consejo? Samuel se dio cuenta de que coquetear no era ni puro ni recto. Él añade: “Aprendí que quien actúa así terminará siendo un mal esposo. Me puse a pensar en lo que sentiría mi futura esposa si me viera coquetear con otra mujer. Eso hizo que me diera cuenta de que no es un hábito inofensivo. Que coquetear sea fácil no lo convierte en algo bueno”. Samuel cambió, y eso le ayudó a no caer en la inmoralidad.
La situación de Antonio era aún más peligrosa: era adicto a la pornografía. Aunque amaba muchísimo a su esposa, caía vez tras vez en esta práctica. Reconoce que lo ayudó mucho el principio de 1 Pedro 5:8: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien”. Antonio explica: “Estamos rodeados de imágenes pornográficas, que pueden quedarse grabadas en la mente. Aquel versículo me ayudó a pensar en el origen de esas tentaciones. Tenía que lograr que mi mente asociara de manera automática esas imágenes sucias con su detestable originador. Ahora sé que solo Jehová puede ayudarme a ser sabio y a estar alerta para proteger mi mente, mi corazón y mi matrimonio”. Antonio recibió la ayuda que necesitaba y por fin logró dejar ese mal hábito. Gracias a eso, evitó problemas aún mayores.
Queda claro que la Biblia contiene consejos útiles que pueden ayudarnos a evitar problemas graves. Pero ¿y si los problemas empeoran y no encontramos solución? Veamos cómo la Palabra de Dios puede ayudarnos en esos casos.
-
-
2. Nos ayuda a resolver los problemasLa Atalaya (público) 2018 | Núm. 1
-
-
2. Nos ayuda a resolver los problemas
A veces, hay problemas en la vida que persisten, quizás durante años; es posible que echen raíces antes de que nos demos cuenta. ¿Puede ayudarnos la Biblia a solucionar esos problemas que persisten y nos causan frustración? Veamos algunos ejemplos.
LA PREOCUPACIÓN EXCESIVA
Rosi comenta: “Me obsesionaba con algunos problemas porque no dejaba de darles vueltas y de imaginarme siempre lo peor”. ¿Qué textos bíblicos la ayudaron? Uno de ellos fue Mateo 6:34: “Nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad”. Rosi dice que estas palabras de Jesús la ayudaron a dejar de preocuparse por lo que quizás suceda al día siguiente. Y añade: “Ya tenía bastantes problemas como para preocuparme por cosas que aún no habían sucedido y que posiblemente nunca sucederían”.
Yasmín también sentía que ya no podía controlar su ansiedad. Cuenta: “Lloraba todas las semanas y algunas noches no podía dormir. Los pensamientos negativos me estaban consumiendo”. ¿Qué versículo de la Biblia la ayudó? Ella cita 1 Pedro 5:7, donde dice: “A la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes”. Yasmín añade: “Seguí orando a Jehová y, con el tiempo, él contestó mis oraciones. Sentí como si me hubieran quitado un gran peso de encima. Todavía tengo pensamientos negativos de vez en cuando, pero ahora sé cómo manejarlos”.
POSTERGAR LAS COSAS
Una mujer joven llamada Isabella dice: “Creo que la tendencia a postergar las cosas es hereditaria, porque mi padre también lo hace. A veces pospongo las cosas importantes simplemente para no hacer nada, para ver la televisión o descansar. Es una mala costumbre porque te estresas más y, al final, terminas haciendo las cosas mal”. Un principio bíblico que la ayudó a mejorar mucho es el de 2 Timoteo 2:15, que dice: “Haz lo sumo posible para presentarte aprobado a Dios, trabajador que no tiene de qué avergonzarse”. Isabella confiesa: “No quería que Jehová se avergonzara de mi trabajo por esperar hasta el último momento”.
Por otra parte, Kelly explica: “Cuando tenía un trabajo que entregar, lo dejaba para el último segundo. Entonces me ponía a llorar, dormía poco y me angustiaba. No me hacía ningún bien”. El consejo de Proverbios 13:16 la ayudó mucho: “El que es sagaz [o precavido] actúa con conocimiento, pero el que es estúpido disemina tontedad”. Ella cuenta lo que aprendió al meditar en ese versículo: “Es bueno ser precavido y hacer planes con antelación. Ahora tengo una agenda en el escritorio para programar mis actividades; me ayuda a estar organizada y a no dejarlo todo para el último minuto”.
LA SOLEDAD
“Mi esposo me abandonó y me dejó sola con cuatro niños pequeños”, relata Cristina. ¿Qué principio bíblico la ayudó? Proverbios 17:17 dice: “Un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia”. Ella buscó el apoyo de otros siervos de Dios. ¿Cómo le fue? “Mis amigos me apoyaron de muchas maneras. Algunos nos llevaron comida y flores. Las tres veces que tuvimos que cambiarnos de casa, mis hijos y yo contamos con la ayuda de un grupo grande de amigos. Además, alguien me ayudó a encontrar trabajo. Mis amigos siempre estuvieron a mi lado”.
Diana, mencionada antes, también se enfrentó a la soledad. Ella recuerda cómo se sintió después de todas las desgracias que le habían ocurrido: “Era como si la vida fuera una película que veía pasar ante mis ojos y yo fuera una simple espectadora. Me sentía muy sola”. Un texto bíblico que la ayudó fue Salmo 68:6: “Dios está haciendo morar en casa a los solitarios”. Diana explica: “Sabía que ese versículo no podía referirse únicamente a que Dios nos da una casa literal donde vivir. Comprendí que Dios nos ofrece un hogar espiritual, un lugar donde sentirnos realmente seguros, arropados y unidos a quienes aman a Jehová. Pero sabía que, para sentirme cerca de los demás, primero tenía que acercarme a Dios. El Salmo 37:4 me ayudó a darme cuenta de eso. Ahí dice: ‘Deléitate exquisitamente en Jehová, y él te dará las peticiones de tu corazón’”.
Diana termina diciendo: “Me di cuenta de que necesitaba aferrarme más a Jehová. No hay nadie mejor que él. Preparé una lista de las actividades que podía realizar en grupo para hacer amigos que tuvieran los mismos valores espirituales que yo. Aprendí a ver lo bueno en los demás y a pasar por alto sus defectos”.
Por supuesto, quienes sirven a Dios siguen siendo imperfectos. Los testigos de Jehová también tenemos problemas, como todo el mundo. Pero quienes siguen las enseñanzas bíblicas se esfuerzan por ayudar a otros siempre que pueden. Así que tener a esa clase de personas como amigos es lo mejor.
-
-
3. Nos ayuda a sobrellevar los problemasLa Atalaya (público) 2018 | Núm. 1
-
-
Hay problemas que por ahora no se pueden ni evitar ni resolver. Por ejemplo, si usted ha perdido a un ser querido o padece una enfermedad crónica, quizás no le quede más remedio que buscar formas de sobrellevar su dolor. ¿Puede ayudarnos la Biblia en estas circunstancias?
LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS
Rosa dice: “Tengo una enfermedad hereditaria que me genera un dolor agudo y constante. Mi calidad de vida se ha deteriorado muchísimo”. Una de sus mayores preocupaciones era que le costaba concentrarse cuando estudiaba la Biblia y temas bíblicos. Pero la reconfortaron mucho las palabras de Jesús registradas en Mateo 19:26: “Para Dios todas las cosas son posibles”. Rosa descubrió que hay más de una manera de estudiar. Como a veces casi no podía leer por el dolor, comenzó a escuchar grabaciones de la Biblia y de publicaciones bíblicas.a “Si no hubiera tenido esa opción —comenta—, no habría podido cuidar mi salud espiritual”.
Cuando Rosa se siente triste por no poder hacer tanto como antes, la consuelan las palabras de 2 Corintios 8:12: “Si primero está allí la prontitud [o la buena disposición], es especialmente acepto según lo que tiene la persona, no según lo que no tiene”. Esto le recuerda que Dios está contento con lo que ella hace, porque hace todo lo que puede dentro de sus limitaciones.
LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO
Diana, ya mencionada, recuerda: “La muerte de mi hija, de solo 18 años, fue tan dolorosa que pensé que no podría seguir viviendo. Nada volvería a ser igual”. A Diana la animó mucho el Salmo 94:19, donde el salmista cantó a Dios: “Cuando mis pensamientos inquietantes llegaron a ser muchos dentro de mí, tus propias consolaciones empezaron a acariciar mi alma”. Ella agrega: “Le pedí a Jehová que me ayudara a encontrar alguna actividad que calmara mi dolor”.
Diana se dedicó a trabajar de voluntaria en una obra que le produjo mucha satisfacción. Con el tiempo, llegó a verse como los crayones de colores que usan los niños para pintar: hasta los que están rotos sirven para colorear. Ese también era su caso: aunque se sentía como esos crayones rotos, todavía podía ayudar a otros. Ella explica: “De repente me di cuenta de que, cuando yo consolaba a mis estudiantes de la Biblia con principios y razonamientos bíblicos, Jehová también me estaba consolando a mí”. Se hizo una lista de personajes bíblicos que pasaron por períodos de angustia. ¿Qué descubrió? “Todos ellos fueron personas de oración”. También aprendió que “si no abres la Biblia, no obtendrás ninguna respuesta”.
Pero la Biblia le ha enseñado a Diana algo más: a concentrarse en el futuro y no en el pasado. La anima mucho la esperanza que aparece en Hechos 24:15: “Va a haber resurrección así de justos como de injustos”. ¿Realmente cree que Jehová resucitará a su hija? Dejemos que ella responda: “Estoy segura de que veré a mi hija. Mi Padre celestial ya tiene apuntada en su ‘agenda’ la fecha de nuestro reencuentro. Puedo verme con ella en nuestro jardín con la misma claridad con la que recuerdo la ternura que sentí cuando la vi el día que nació”.
a Muchas de esas grabaciones están disponibles en el sitio de Internet jw.org.
La Biblia puede darnos consuelo incluso en los peores momentos
-