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¿Cómo sobrevivió el libro?Un libro para todo el mundo
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Conservadas por copistas meticulosos
Poco después de escribirse los originales, comenzaron a hacerse copias a mano. De hecho, en el antiguo Israel copiar las Escrituras llegó a ser una profesión. (Esdras 7:6; Salmo 45:1.) No obstante, como las copias también se hacían en materiales perecederos, con el tiempo había que sustituirlas por otras. Cuando los originales dejaron de existir, estas se convirtieron en la base de los futuros manuscritos. Durante siglos se hicieron copias de otras copias. ¿Cambiaron significativamente el texto bíblico los errores que cometieron los copistas a lo largo de los siglos? Los hechos muestran que no.
Los copistas profesionales vivían entregados a su labor. Sentían profunda reverencia por las palabras que copiaban y eran muy meticulosos. El término hebreo traducido “copista” es so·fér, que alude a la acción de contar y registrar. Hallamos un ejemplo de la fidelidad de los copistas en el caso de los masoretas.a Con respecto a ellos, el erudito Thomas Hartwell Horne dice: “Calcularon qué letra se encuentra a mitad del Pentateuco [los primeros cinco libros de la Biblia], qué frase se encuentra a mitad de cada libro y cuántas veces aparece en las Escrituras Hebreas cada letra del alfabeto [hebreo]”.3
A fin de comprobar su trabajo, los copistas diestros utilizaban diversos sistemas. Para no omitir ni una sola letra del texto bíblico, iban al extremo de contar tanto las palabras como las letras que copiaban. Esta tarea implicaba un gran esmero, pues se afirma que contaban las 815.140 letras de las Escrituras Hebreas.4 Tal minuciosidad garantizaba un alto grado de fidelidad.
Con todo, los copistas no eran infalibles. ¿Hay pruebas de que, a pesar de haberse realizado tantas copias en el transcurso de los siglos, hemos recibido un texto bíblico fidedigno?
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¿Cómo sobrevivió el libro?Un libro para todo el mundo
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a Los masoretas (término que significa “los maestros de la tradición”) fueron copistas de las Escrituras Hebreas que vivieron entre los siglos VI y X E.C. Sus copias manuscritas se denominan textos masoréticos.2
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