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Predicación pública y de casa en casaLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Adolf Weber, que regresó a Suiza con las buenas nuevas a mediados de los años noventa del siglo XIX, tenía como campo de predicación un vasto territorio que abarcaba varios países. ¿Cómo podría encargarse de todo? Además de viajar largas distancias como repartidor, puso anuncios en los periódicos y logró que los libreros incluyeran las publicaciones de la Watch Tower en su surtido. En 1907 el grupito de Estudiantes de la Biblia de Alemania se las arregló para enviar junto con los periódicos 4.850.000 tratados de cuatro páginas. Poco después de la primera guerra mundial, cierto hermano de Letonia que trabajaba en las oficinas centrales de la Sociedad en Nueva York pagó para que publicaran algunos anuncios en diarios de su país. Un hombre que respondió a uno de ellos fue el primer Estudiante de la Biblia en Letonia. Pero este medio de publicidad no tomó el lugar del testimonio personal ni el de la búsqueda de los merecedores de casa en casa. Más bien, se utilizó para aumentar la proclamación.
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Predicación pública y de casa en casaLos testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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[Fotografías en la página 560]
Los anuncios en los periódicos ayudaron a llegar a un público que, de otro modo, era inaccesible
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