“Cuando mi esposa empezó a estudiar la Biblia, hizo cambios impresionantes. Todo mejoró en casa. Me entró la curiosidad y empecé a estudiar. Lo que aprendí me hizo mejor persona. Estudiar la Biblia unió a nuestra familia.” (Eziquiel)
“Después de empezar a estudiar la Biblia, abandoné las drogas y la bebida y aprendí a controlar mi genio. Ahora mi casa está más limpia y ordenada. Quiero más a mi familia y me encanta hacer cosas por ellos. Soy mucho más feliz que antes.” (Karen)
“Muchos me criticaron por estudiar la Biblia. Pero mi esposo me apoyaba. Me decía: ‘No me importa lo que diga la gente. Lo que me importa es lo bien que estás ahora. Sigue con lo que estás haciendo’. Nuestra familia nunca ha sido tan feliz.” (Viniana)