“Y se vio en el cielo una gran señal, una mujer vestida del sol, y la luna estaba debajo de sus pies, y sobre su cabeza había una corona de doce estrellas, y ella estaba encinta. Y clama en sus dolores y en su agonía por dar a luz”. (Revelación 12:1, 2.)

La mujer también está encinta, y sufre dolores de parto. Sus clamores por ayuda divina muestran que ha llegado su tiempo de dar a luz. En la Biblia los dolores de parto suelen simbolizar el duro esfuerzo que se necesita para producir un resultado importante. (Compárese con Salmo 90:2; Proverbios 25:23; Isaías 66:7, 8.) No hay duda de que se experimentaron dolores de parto de esta índole mientras la organización celestial de Jehová se preparaba para este importante nacimiento.

Un gran dragón de color de fuego

7. ¿Qué otra señal ve Juan en el cielo?

⁷ ¿Qué observa después Juan? “Y se vio otra señal en el cielo, y, ¡miren!, un dragón grande de color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas; y su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó abajo a la tierra. Y el dragón se quedó de pie delante de la mujer que estaba a punto de dar a luz, para, cuando diera a luz, devorar a su hijo.” (Revelación 12:3, 4.)

8. a) ¿Quién es el gran dragón de color de fuego? b) ¿Qué indica el que el dragón tenga siete cabezas, diez cuernos y una diadema sobre cada cabeza?

⁸ Este dragón es Satanás, “la serpiente original”. (Revelación 12:9; Génesis 3:15.)

Espera que la mujer dé a luz. Quiere devorar al niño que va a nacer porque sabe que este representa una gran amenaza tanto a su existencia futura como a la del mundo que él gobierna. (Juan 14:30.)

Un hijo, un varón

11. ¿Cómo describe Juan el nacimiento del hijo de la mujer, y por qué se llama al niño “un hijo, un varón”?

¹¹ El tiempo que Dios señaló para que las naciones gobernaran sin interrupción por él terminó en 1914. (Lucas 21:24.) Entonces, precisamente a tiempo, la mujer da a luz su hijo: “Y ella dio a luz un hijo, un varón, que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro. Y su hijo fue arrebatado hacia Dios y hacia su trono. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios, para que la alimentaran allí mil doscientos sesenta días”. (Revelación 12:5, 6.) La criatura que nace es “un hijo, un varón”. ¿Por qué usa Juan esta expresión doble? Lo hace para mostrar lo idóneo de la criatura que nace, lo habilitada que está para gobernar a las naciones con poder adecuado. ¡Eso también enfatiza cuánta importancia y gozo encierra esta ocasión del nacimiento! Desempeña un papel clave en llevar a término el secreto sagrado de Dios. Pues, ¡este niño varón hasta “ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro”!

12. a) En los Salmos, ¿qué había prometido Jehová proféticamente respecto a Jesús? b) ¿Qué simboliza el que la mujer dé a luz un hijo “que ha de pastorear a todas las naciones con vara de hierro”?

¹² Pues bien, ¿le parece familiar esa última expresión? Sí, en profecía Jehová prometió lo siguiente acerca de Jesús: “Las quebrarás con cetro de hierro, como si fueran vaso de alfarero las harás añicos”. (Salmo 2:9.) También se profetizó de él: “La vara de tu fuerza Jehová enviará desde Sión, diciendo: ‘Ve sojuzgando en medio de tus enemigos’”. (Salmo 110:2.) Por lo tanto, el nacimiento que ve Juan se relaciona mucho con Jesucristo. No; no es el nacimiento de Jesús de una virgen allá antes del primer siglo de nuestra era común; tampoco pudiera referirse a la resurrección de Jesús a la vida de espíritu en 33 E.C. Además, no es una transmigración. Más bien, es el nacimiento del Reino de Dios en 1914 como realidad, con Jesús —que lleva ya en el cielo cerca de veinte siglos— entronizado como Rey. (Revelación 12:10.)

13. ¿Qué indica el que el hijo varón sea “arrebatado hacia Dios y hacia su trono”?

¹³ ¡Nunca permitiría Jehová que Satanás devorara a Su esposa ni a Su hijo recién nacido! Cuando el niño varón nace, es “arrebatado hacia Dios y hacia su trono”. Así queda bajo el completo amparo de Jehová, quien dará la atención más esmerada a este Reino recién nacido, el instrumento por el cual santifica Su santo nombre.