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  • El gran templo espiritual de Jehová
    La Atalaya 1996 | 1 de julio
    • 9. a) ¿Qué representó la cortina que separaba el Santo del Santísimo? b) ¿Cómo traspasó Jesús la cortina del templo espiritual de Dios?

      9 La cortina que separaba el Santo del Santísimo representó el cuerpo carnal de Jesús. (Hebreos 10:19, 20.) La carne de Jesús constituía una barrera que le impedía el acceso a la presencia de su Padre mientras fuera hombre en la Tierra. (1 Corintios 15:50.) A su muerte, “la cortina del santuario se rasgó en dos, de arriba abajo”. (Mateo 27:51.) Esto fue una indicación espectacular de que se había eliminado la barrera que impedía la entrada de Jesús en el cielo. Tres días más tarde, Jehová Dios obró un maravilloso milagro: levantó a Jesús de entre los muertos, no como un mortal, de carne y sangre, sino como una gloriosa criatura espiritual ‘que continúa viva para siempre’. (Hebreos 7:24.) Cuarenta días después, Jesús ascendió al cielo y entró en el verdadero “Santísimo”, “para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros”. (Hebreos 9:24.)

  • El gran templo espiritual de Jehová
    La Atalaya 1996 | 1 de julio
    • 3. a) ¿Qué quiso decir Jesús con las palabras “sacrificio y ofrenda no quisiste”? b) ¿Qué ejemplo sobresaliente dio Jesús a todos los que quieren ser sus discípulos?

      3 Jesús se hallaba orando al momento de su bautismo. (Lucas 3:21.) Por lo visto, desde ese momento de su vida en adelante cumplió las palabras de Salmo 40:6-8, como indicó después el apóstol Pablo: “Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo”. (Hebreos 10:5.) Jesús tenía conciencia de que Dios ‘no quería’ que se siguieran haciendo sacrificios animales en el templo de Jerusalén. Más bien, le había preparado un cuerpo humano perfecto para que lo ofreciera en sacrificio, y con ello se eliminara por completo la necesidad de las ofrendas animales. Mostrando su deseo sincero de someterse a la voluntad divina, Jesús prosiguió: “¡Mira! He venido (en el rollo del libro está escrito de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios”. (Hebreos 10:7.) ¡Qué magnífico ejemplo de valor y devoción altruista dio Jesús aquel día para todos cuantos llegarían a ser sus discípulos! (Marcos 8:34.)

      4. ¿Cómo mostró Dios su aprobación de la ofrenda que Jesús hizo de sí mismo?

      4 ¿Aprobó Dios la oración del bautismo de Jesús? Dejemos que sea uno de los apóstoles quien responda: “Después que Jesús fue bautizado, inmediatamente salió del agua; y, ¡mire!, los cielos se abrieron, y él vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado’”. (Mateo 3:16, 17; Lucas 3:21, 22)

      5. ¿Qué representó el altar del templo literal?

      5 El que Dios aceptara la presentación del cuerpo de Jesús para sacrificio significó, en sentido espiritual, que un altar mayor que el del templo de Jerusalén pasaba a primer plano. El altar literal donde se presentaban los animales para sacrificio fue figura de este altar espiritual, que era, de hecho, la “voluntad” o provisión de Dios para aceptar la vida humana de Jesús ofrecida en sacrificio. (Hebreos 10:10.) Es por ello por lo que el apóstol Pablo escribió a sus hermanos cristianos: “Tenemos un altar del cual no tienen autoridad para comer los que efectúan servicio sagrado en la tienda [o templo]”. (Hebreos 13:10.) En otras palabras, los verdaderos cristianos se benefician de un sacrificio expiatorio superior, que fue rechazado por la mayoría de los sacerdotes judíos.

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