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Jehová Dios tiene misericordia de un restoLas profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
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13. ¿Qué indica el profeta, según Isaías 4:3, en cuanto al resto que sería objeto de la misericordia de Jehová?
13 Aunque ya nos ha hablado del resto que sería objeto de la misericordia de Jehová, Isaías da más detalles: “Tiene que suceder que de los restantes en Sión y de los que queden en Jerusalén se dirá que son santos a él, todos los que estén inscritos para vida en Jerusalén” (Isaías 4:3).
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Jehová Dios tiene misericordia de un restoLas profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
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15. a) ¿Qué costumbre judía nos recuerda la expresión “inscritos para vida en Jerusalén”? b) ¿Qué advertencia que induce a la reflexión entrañan las palabras de Isaías?
15 ¿Permanecerá allí este resto fiel? Isaías promete que serán “inscritos para vida en Jerusalén”. Esta expresión nos recuerda que los judíos tenían la costumbre de llevar un registro exacto de las familias y tribus de Israel (Nehemías 7:5). Figurar en un registro significaba estar vivo, pues, cuando alguien moría, su nombre se borraba de él. En otros lugares de la Biblia se habla en sentido figurado de un registro, o libro, que contiene los nombres de las personas a quienes Jehová concede la recompensa de la vida. La permanencia en ese libro, sin embargo, está condicionada, pues Jehová puede ‘borrar’ los nombres (Éxodo 32:32, 33; Salmo 69:28). Por tanto, las palabras de Isaías entrañan una advertencia que induce a la reflexión: quienes regresen solo podrán seguir viviendo en su tierra restaurada si permanecen santos a los ojos de Dios.
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Jehová Dios tiene misericordia de un restoLas profecías de Isaías, una luz para toda la humanidad I
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17. ¿Qué nombres escribe Jehová en su “libro de la vida”, y a qué debemos estar resueltos?
17 Recordemos que Jehová se fijó en los israelitas que eran santos e ‘inscribió sus nombres para vida’. Hoy en día, también observa el empeño que ponemos en estar limpios en sentido mental y físico al ‘presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, acepto a Dios’ (Romanos 12:1). Y a cuantos viven según ese patrón él los inscribe en su “libro de la vida”, el registro simbólico donde constan los nombres de quienes se encaminan a la vida eterna, sea en el cielo o en la Tierra (Filipenses 4:3; Malaquías 3:16). Por lo tanto, hagamos todo lo posible para permanecer santos a los ojos de Dios, pues de ese modo mantendremos nuestro nombre en ese preciado “libro” (Revelación 3:5).
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